Las palabras necesitan de un contexto histórico, político, social, cultural, económico y biográfico para significar. Exhorto a lxs lectorxs/militantes a realizar un viaje de conocimiento acerca de lugares, tiempos y autorxs para enriquecer la experiencia literaria que propongo en este espacio. Gracias.

lunes, 31 de diciembre de 2018

Consejo de un perro

Consejo de un perro

No entierres el hueso
para rescatarlo mañana.
Te sabrá a tierra.

de José María Gómez Valero,
en Once poetas críticos en la poesía española reciente (Enrique Falcón, coord.), Baile del sol, 2007.

domingo, 30 de diciembre de 2018

España y poesía, viejita y regañada

España y poesía, viejita y regañada

con la complicidad de Eladio Orta

En mi país cocido de lejos buenamente con las tripas afuera
los poetas comen jeringuillas con leche
carne de avestruz
brotan de las cuevas con un poco de saliva
se derraman por el campo como niños sin dientes.

En mi país cuchillo en las trenzas de los buenos empresarios
no hay huelgas generales:
los poetas las evitan con un trapo en la boca
brotan de las cuevas con temblores de piel
y lamen los cercados de los hombres ricos.

En mi país castigo en periferia de los barrios más bellos
se prohíben cosas que no sean de madera:
con blancos mondadientes se arrancan los colmillos
los poetas honestos de todo el país
brotan de las cuevas con los párpados mudos
para luego calmarse con trescientos espejos
los poetas honestos de todo el país.

Mi?
verdadero conflicto:
que me muerden mis versos,
que no tengo país.

de Enrique Falcón,
en Once poetas críticos en la poesía española reciente (Enrique Falcón, coord.), Baile del sol, 2007.

viernes, 28 de diciembre de 2018

La visita de la mujer del preso

La visita de la mujer del preso

Él tras las rejas, ella al otro lado.
Tan cerca ambos están y sin embargo
como el cielo y la tierra separados.
Lo que los labios callan, se lo dicen
los ojos desolados. Los ojos, oh dolor,
que antes de hablar ya estaban
de lágrimas cuajados.

de Ho Chi Minh,
en Diario de prisión, Instituto del libro (CUBA), 1970.

jueves, 27 de diciembre de 2018

Inútil soy

Inútil soy

Por seguir de las cosas el compás,
A veces quise, en este siglo activo,
Pensar, luchar, vivir con lo que vivo,
Ser en el mundo algún tornillo más

Pero, atada al ensueño seductor,
De mi instinto volví al oscuro pozo,
Pues, como algún insecto perezoso
Y voraz, yo nací para el amor.

Inútil soy, pesada, torpe, lenta,
Mi cuerpo, al sol, tendido, se alimenta
Y sólo vivo bien en el verano,

Cuando la selva huele y la enroscada
Serpiente duerme en tierra calcinada;
Y la fruta se baja hasta mi mano.

de Alfonsina Storni,
en Entre el largo desierto y la mar, Fondo Editorial Casa de las Américas, 1999.

martes, 25 de diciembre de 2018

Tien Tung

Tien Tung

Una taza de sopa es la única comida
y el estómago grita, se queja y refunfuña.
¿Tres yuanes de arroz pueden calmar el hambre
cuando es el arroz perlas y la leña canela?

de Ho Chi Minh,
en Diario de prisión, Instituto del libro (CUBA), 1970.

jueves, 20 de diciembre de 2018

La flauta espinazo - 2

La flauta espinazo

2

El cielo,
olvidando su azul entre los humos,
las nubes, prófugas en jirones,
amanecen en mi último amor,
animado como el carmín de un tísico.

Gustoso cubriré el rugido
de la multitud,
olvidados hogar y bienestar.
¡Escuchad!
¡Salid de las trincheras!
ya seguiréis luchando.

Aun si
revolcándose en sangre, como un Baco,
cunde la batalla ebria,
aun entonces no están gastadas las palabras del amor.

¡Queridos alemanes!
Yo sé
que está en vuestros labios
la Gretchen de Goethe.
El francés
sonriendo muere en la bayoneta,
el aviador también sonríe y se desploma
si recuerdan
en el beso la boca
tuya, Traviata.

Mas no estoy para esa pulpa de rosas
que siglos han mascado.
¡Hoy, caer a nuevos pies!
A ti te canto,
pintada,
pelirroja.

Tal vez de estos días,
dolorosos, filo de bayoneta,
cuando a los siglos les blanqueen las barbas,
sólo quedaremos
y yo,
lanzado tras de ti de ciudad en ciudad.
Entregada más allá del mar,
oculta en la madriguera de la noche,
entre las nieblas de Londres
te buscaré con labios lucientes de faroles.

En el ardor del desierto,
donde acechan leones extenderás caravanas
y tú,
bajo el polvo que levanta el viento
sentirás mi quemante mejilla de Sahara.

Sonriendo
mirarás:
-¡Qué gran torero!
Y yo de pronto
alzaré mis celos hasta el palco
desde el ojo moribundo del toro.

Si te lleva al puente tu paso perdido
y piensas
que el río es hermoso,
yo,
Sena colmado debajo del puente,
llamaré
con una mueca de dientes cariados.

Yendo con otro encienden los caballos
la Strelka, el Sokol'niki:
yo, desde arriba,
como la luna impero, esperando y desnudo.

Soy fuerte;
me necesitan
para mandarme:
-¡Muere en la guerra!
Lo último será
tu nombre
cuajado en el labio deshecho por la bala.

¿Acabaré en un trono?
¿Santa Elena?
Montando las oleadas de la vida en tormenta
voy, igual aspirante
al dominio del mundo
y
al grillete.

Me tocará ser zar:
tu perfil
en el oro solar de las monedas
ordenaré a mi pueblo:
-¡Estampadlo!
Pero allá,
donde el mundo se disuelve en tundra,
donde con el viento norte trafica el río,
en la cadena rasguñaré un nombre: ¡Lilia!
para besarlo en la tiniebla del forzado.
¡Escuchen pues, los que olvidan que el cielo es azul,
erizados
como fieras!
Éste, acaso,
es el amor último del mundo,
amaneciendo como el carmín de un tísico.

de Vladimir Mayacovski,
en La flauta espinazo y otros poemas, elaleph.com, 2000.

miércoles, 19 de diciembre de 2018

Castas

Castas

Levantaron un muro
para separarnos
y construí una puerta.
Inventaron la cerradura
para que no pasásemos
y forjé una llave maestra…

* * *

Ahora me doy cuenta
(¡qué gran estúpido!)
que lo que debería haber hecho
era derribar el muro.

Por Félix Sánchez Durán.

martes, 18 de diciembre de 2018

La marcha de 150.000.000 (canto XLVII)

La marcha de 150.000.000
(canto XLVII)

ES ASÍ como se mueve, desde que murieron, tenso aún y amargo para un tiempo de incertidumbre fabricada; contra todo descanso, así como merodea, a un tiempo en los límites del mundo y en el estallido de su ritmo previsible. En los márgenes de la historia, para el vértigo del pensamiento que abisman los que luchan, plantada a mitad de los conflictos del lenguaje y la resurrección de lo que todavía resiste, E se despeina para las matanzas, volcada en la suerte de los hombres y los pueblos, como para decir de pronto –y así expresarlo–: yo. Nosotros. En la intemperie del deseo. Es así como se mueve, como rearmo el arco en la garganta; así como comienzo. En

tonces
habló por su boca la mitad de su memoria
y un ojo de niño se volcó de parte a parte. No
más: de E habréis de oír más tarde (no todavía), de sus
venas
para siempre ya azules —de la cruz a mil metros de
distancia,
... el terror de la lengua al mediodía.
De momento, habrás de levantarte
y salir al mundo con los pies tendidos,
tantearte en los muslos, abrazar alguna cosa
hasta que pueda parecerte piel, olor a cuerpo –pan
que se reparte y te da miedo.
Canta en Santuario, atraviesa sus paredes:
despierta los fusiles en el cuajo de tu lágrima.
Entra en quienes te acogieron y remátales el clavo,
el dolor inútil a quienes escogiste

y eleva tu silencio:
No más, recuerda.
Prepararás la mesa con incendios blancos y
detonaciones,
a la noche su cordero y su voz de hilo,
trepanarás el vaso por su holgura rota
y 150.000.000 de nervios tensísimos cubrirán tu ojo.
Para entonces nosotros ya seremos la garganta violada
y no se arrancará del poema
una sílaba más
de la que dijiste:
una voz en Santuario, el cerco a tus hermanos, ...todo
el mar
tu cansancio de siglos con sabor a tabaco.
Los que aquí murieron
te abrieran las manos con su pan encendido.
Para entonces nosotros
solamente nosotros
ya seríamos tu mano estrellada,
la indócil paciencia del pueblo y la caída de Dios.
Nada más, recuerda: "—ponedle a mi flor flores de
lehua".
Si hablamos ahora es por lo que ahora tendrá que venir.
Por lo que habrás de llorar.
Por lo que hay que mentir.
(Si ahora, por el tiempo de los hijos
—y con ellos, la cal de la laringe—
la ciudad trepanada: su ocaso en los rincones.)
Para entonces nosotros
abriremos tu cuerpo con la sal que nos dejaste,
miraremos dentro y te creerás desnudo:
con tu lengua sin llagas nombraremos la caída
con una lengua de hombres vaciarán tu tierra extraña
hasta poseerla y volverla infértil.

Beberán tu vino y sembrarán tus campos,
por lo que habrás de llorar, colmarán el árbol muchos
días
con poemas muertos y con fusilamientos.
A la caída del mundo, ya todo habrá empezado:
la mirada de Dios, la matanza de los hombres, un tiro
azul
sobre el cuerpo en aspa de las novias:
tu canción será canción para jamás nombrarte
para jamás decirte

(en una lengua inútil) lo estéril de tu canto.

de Enrique Falcón,
en Once poetas críticos en la poesía española reciente (Enrique Falcón, coord.), Baile del sol, 2007.

La marcha de 150.000.000 (canto XII)

La marcha de 150.000.000
(canto XII)

1 Soy altura de perro.
2 Naceré en los instantes de cada luz volcada.
3 Mis nombres me los dieron el libro la bala la guerrilla.
4 Tuve amigos.
5 Los huesos se apagaran con una voz tranquila una voz
prestada.
6 A lo lejos mis ojos se derrumban tras el humo de los
tanques.
7 No sé si respirar.
8 Extrajeron las algas los caminos tus clavículas de
estaño.
9 Extrajeron los gatos sus agujas de trampas policiales.
10 Sacaron los esófagos extirparon las camisas de su
dueño.
11 No hubo ruido.
12 Soy altura de niño enloqueciendo todas estas tumbas.
13 Otra vez naciendo muerto en las matanzas de la boca.
14 No sé si respirar.
15 Hablaron como bucles en el plomo.
16 Hablaron como tengo que plantar un árbol nuevo.
17 Hablaron como si-has de respirar?
18 Soy la altura de un pueblo perseguido.
19 Naciendo a cada instante de una bala muerta.
20 He de ensuciar los patios los cuchillos los pozos ciegos.
21 Entierran a los hombres con un pañal de frío.
22 Algunas detenciones te incomodan.
23 Ruptura entre la sangre de las tardes tranquilas.
24 Quiero morder las averiguaciones.
25 Quiero levantar el mirto abierto.
26 Estas zonas ilegales.
27 Estas llagas.
28 No sé si respirar.
29 Poseeré todas las hojas las escuelas los fusiles.
30 Cuando ya me hayan convertido.
31 Repleto de estaciones y cuartillas estúpidas.
32 Cada lenguaje castiga las bocas.
33 He de poseerme refugio y estanques en flor.
34 He de levantar todas las ventanas.
35 He de conseguirte menta barricada pájaro y estampida.
36 A los voluntarios que dejaron la noche.
37 Al heno, al último peligro en los portales.
38 Soy el primer hombre en haberte avistado.
39 Altura de las lenguas en las masacres públicas radiadas.
40 Poseo todo lo advertido las canciones.
41 Naceré de las conchas que volcaron tu hambre.
42 A los sucios epitafios de la zona prohibida.
43 A tu nuca de aguaceros detenciones perfectas.
44 A tus ojos descritos en las cartas oficiales.
45 Soy amargo como un niño tremendo.
46 Yo no sé si respirar.
47 Un perro que baja entre el suicidio del agua.
48 Mis dedos despelados por el nervio de la sangre.
49 Y, sí, yo te he visto desde antes de nacer.
50 Besabas clavícula meseta funda de los muros.
51 Que te bebiste la muerte sobre el árbol del madero.
52 Todo lo que no pude contra el olivo.
53 O para ti, —ruedo a rabias de Revolución.
54 En los dedales de su puño hambriento.
55 A la espera de otra soledad.
56 Yo no sé si respirarte-decirte tierra, “aliento”.
57 Con mis labios atravieso la historia niña de los
desposeídos.
58 Diminuto como un pretexto blanco.
59 Quiero pasarte por encima - por debajo toda tu sed.
60 Quiero penetrar tu vientre hendido.
61 Yo no sé si respirar.
62 Una altura de mujeres dislocadas.
63 Por los campos rojos de las revueltas yo
camino.
64 (Sólo las grietas que fusilan los caminos).
65 Solas las cenizas, arrasadas, todas marcha,
liquen-boca, —y nevisca.
66 Yo no sé si respirar.
67 Como tú: loco y calentura,
68 Soy el primer hombre en decirte hermano.

de Enrique Falcón,
en Once poetas críticos en la poesía española reciente (Enrique Falcón, coord.), Baile del sol, 2007.

La marcha de 150.000.000 (canto I)

La marcha de 150.000.000
(canto I)

Porque nada sé de ti
que no sea el paso de los bueyes por el rostro

no
de ti porque frente eres
alta de piedra y cordillera en lucha
empinándote con venas sobre todas estas marchas
gimiendo tú de fugas y estaciones secas en la cárcel
por
eso digo
que nada es tuyo y que dibuja
mi palabra nevados por la sangre
que la hambruna habría de robarnos
(así los muertos) pájaros heridos y asco de montañas
curvándote los ojos—
bien-
aventuradas estas manos es-
tas clavículas en paso incierto por las lomas
dolorosas de mi cuerpo blanco,
porque sé que no eres cáncer
ni hierba triste torciéndote los hombros

Como un músculo mordido,
como un cuenco de salitre
vi tu huída de las chozas, tu muerte en matemática
oleada de sogas y puñales,
la mordaza de la hoja tras el ruido
cuando era necesario detenerse frente al mar,
no yo,
antes que cayeran las sonajas de la noche
y cantaran con tu nombre los aullidos del mundo.

(Porque nada sé de ti,
para dejarme matar
he de dejar de mirarte):
Del
desastre entre nosotros hay un hombre que escapa
un hombre
perdido en la tormenta, nuevamente como un ciervo
mojándose del luto
un hombre entre los dedos, una rabia
de arena tras las bocas de la muerte,
...porque sé que desconoces...
la costa entre el infierno en los Estados de Sitio,

y el olor del amoniaco y el éter recubriéndote el espanto
allí donde los valles
y una siembra enferma te concentren,
porque nada sé de ti
que no sean tus muslos hablándome tan altos...

que la agitación
larga de las luces
—escarcha y limo de volcanes son mi rostro—
rechine tras la edad de los bosques absurdos
y al final se desentierren 20.000 flores negras,
20.000 flores blancas,
20.000 espaldas con capuchas y electrodos:
una líquida mención
a reclusiones bajo régimen de aislamiento

...Sin camisa apenas
acribillado de estrellas nueve veces,
en la madera dientes invisibles
y el pulmón peleando por una barricada boreal...

Porque nada sé de ti
ni el lugar donde te entierran látigo-de-barro,
que la tierra es de los pobres, cervatillo
de estaños tu mejilla y plática del tigre
pudriendo los zapatos de mi dios.
Por eso el oleaje se desliza de tus ojos
parecida tú a ti cuando hablas
(frío adentro) y revives la revuelta
de los puños en Mayo
y el reparto de la tierra y la
necesaria expropiación del pan, o su conquista,
porque el propio jirón del vuelo ha predicado tu
nombre en las matanzas

porque dices arrasal de arena entre las calles
porque tú, parecida a ti,
nada eres sino cuerpo en horizonte
y recodo de savia y bilis tensa del metal
(ansia tú, toda prodigio
hondo de la boca):

...”destruidnos juntos”.

de Enrique Falcón,
en Once poetas críticos en la poesía española reciente (Enrique Falcón, coord.), Baile del sol, 2007.

domingo, 16 de diciembre de 2018

La opulencia de los pobres

La opulencia de los pobres

I
G
L
E
S
I
A
S
MEZQUITASINAGOGAS
PAGODAS
Hermosas formas y alturas
se alzan en nombre de Dios
desafiando la miseria de los pobres
de los eternos vagabundos del señor
que pululan por las callejuelas de la vida
implorando al todopoderoso
un simple cobijo
donde abrigar su hambre de mañana.

de Mohamed Aldefatah,
en Voces del sur - Aproximación a la poesía africana (Equipo Fénix comp.), Biblioteca Virtual Omegalfa, S/F.

sábado, 15 de diciembre de 2018

Han venido

Han venido

Hoy han venido a verme
Mi madre y mis hermanas.

Hace ya tiempo que yo estaba sola
Con mis versos, mi orgullo; en suma, nada.

Mi hermana, la más grande, está crecida:
Es rubiecita; por sus ojos pasa
El primer sueño. He dicho a la pequeña:
—La vida es dulce. Todo mal acaba…

Mi madre ha sonreído como suelen
Aquellos que conocen bien las almas;
Ha puesto sus dos manos en mis hombros.
Me ha mirado muy fijo…
Y han saltado mis lágrimas.

Hemos comido juntas en la pieza
Más tibia de la casa.
Cielo primaveral…; para mirarlo
Fueron abiertas todas las ventanas.

Y mientras conversábamos tranquilas
De tantas cosas viejas y olvidadas,
Mi hermana, la menor, ha interrumpido:
—Las golondrinas pasan…

de Alfonsina Storni,
en Entre el largo desierto y la mar, Fondo Editorial Casa de las Américas, 1999.

jueves, 13 de diciembre de 2018

Hermanos míos

Hermanos míos

Es preciso que llevemos así el mundo de costado
Sé de carreteras desviadas
De apetitos profundos
De miradas sin salida
De mentiras encanecidas
De odio en el odio mejorado
De fraternidad engañada
De amor crucificado
Del antepasado abofeteado
Del padre abofeteado
De la madre abofeteada
Vigilo ese cielo esas tierras esos hombres esas mujeres
Esos niños que ya no cantan
Esas madres que ya no acunan
Esos padres de lejos padres
Esos viejos que ya no cuentan
Vigilo ese país mi país
Ese país loco por sus hijos
Loco por su libertad
Infiel a sus sueños
Pero el mundo se orina en un baño de sangre
Y a las mujeres se les amputa el deseo de amar
A los hombres el deseo de envejecer
Y mis sueños se llenan de peces asados
Dejadme acurrucado en lo profundo de mis cuevas
Pues el día avanza sobre juventudes amargas
Y desvela viandantes sin caminos
Y revuelve el exilio guardado
Mañana quizá devolvedme el día
Pero dádmelo sólo si el niño
Aprende a jugar de nuevo
La madre a acunar el soldado a enternecerse
Ensayo la noche fiel
El día silba a los harapos
Introduce la vergüenza en la calle
El día da la paz del mundo sin tapujos
Que ya no se vote más por el amor del hombre
Que ya no se pertenezca a un solo país
A una sola raza
A un solo continente
A una sola felicidad
Sino a todos los países
Todas las razas

Todos los continentes
Todas las felicidades
Entonces los corazones todos los corazones
Terminarán de amasar la suave arcilla para el mismo
dulce techo de los hombres
Mis hermanos
He acabado por habitar el cielo del mundo
Y la sangre interminable de los días
Pero puesto que he experimentado el sufrimiento
Sé que el amor existe
Y pues que el amor existe ya no quiero llorar
Porque tarde te cortejé
Ya no podré odiar más
Pues he vivido todas las estaciones
Perdonaré siempre...
Oigo ya la lluvia sobre mis sueños de junio
Por fin volveré a dar vida al ideal roto
En nombre de la pared levantada del Amor
Firme en mis silencios
El alfabeto de mi lengua empieza por
Comunitario
Mi Salvación está hecha de Amor
Y soy soldado de una patria infinita.

de Modou Kara Faye (1985-2003),
en Voces del sur - Aproximación a la poesía africana (Equipo Fénix comp.), Biblioteca Virtual Omegalfa, S/F.

miércoles, 12 de diciembre de 2018

Los censores

Los censores

mientras leo que

en el real monasterio
de san lorenzo
de el escorial
había una sección concreta
de libros prohibidos
que
para evitar
que alguien
pudiera leerlos
habían sido
cosidos

la imagen que se me aparece
la visión poética
si se puede decir así
es la de unas manos
agujas de verdugado
hilo de bramante
y           los labios
de cualquiera de nosotros.

de David González,
en Once poetas críticos en la poesía española reciente (Enrique Falcón, coord.), Baile del sol, 2007.

lunes, 10 de diciembre de 2018

Quiero ser hombre

Quiero ser hombre

Quiero ser el hombre de la tierra
La mujer el niño la tierra aún la tierra
Pero nunca ser
Un viejo con corazón carroñero
El malvado vertebrado
Nunca el hombre que pudre
Cuanto es bello
Quiero vivir sin permiso
Reír sin permiso
Llorar sin permiso
Quiero bailar sin permiso
Odiar sin permiso
Perdonar sin permiso
Quiero morir sin permiso
Pudrirme sin permiso
Llegar a ser flor sin permiso
Brotar como hierba silvestre
Ser tierra y mar sin permiso
Sin permiso ser sueño
Sin memoria sin rostro
Quiero hacer callar de vergüenzas la noche
Sin permiso resonar como tam-tam salvaje
Sin permiso gritar
Libertad
Puede que mañana seamos viejos
Con tantos soles en nuestros corazones
Tanto amor por vivir
Tantos ecos locos por contestar
Tantas ofrendas en que empeñarse
Tantas sendas noches en las que dejar
la huella de nuestra juventud
Quizá mañana seamos sí
por fin compañeros del invierno

de Modou Kara Faye (1985-2003),
en Voces del sur - Aproximación a la poesía africana (Equipo Fénix comp.), Biblioteca Virtual Omegalfa, S/F.

domingo, 9 de diciembre de 2018

La inquietud del rosal

La inquietud del rosal

El rosal en su inquieto modo de florecer
va quemando la savia que alimenta su ser
¡Fijaos en las rosas que caen del rosal:
Tantas son que la planta morirá de este mal!
El rosal no es adulto y su vida impaciente
se consume al dar flores precipitadamente.

de Alfonsina Storni,
en Entre el largo desierto y la mar, Fondo Editorial Casa de las Américas, 1999.

viernes, 7 de diciembre de 2018

El loco

El loco

Mostró a los ancianos
su ropa empapada,
su pelo mojado,
sus manos llenas de barro.
La lluvia no llegará, le dijeron,
tú sabes que la lluvia no llegará.

de José María Gómez Valero,
en Once poetas críticos en la poesía española reciente (Enrique Falcón, coord.), Baile del sol, 2007.

jueves, 6 de diciembre de 2018

Dedicatoria

Dedicatoria

Escribir
para vivir
sería casi tan malo
como vivir
para escribir

pero escribir
alguna cosa
para luego
podértela mostrar

a uno casi
le podría
ayudar a vivir
El Trujamán

de Erich Fried,
en Entre los poetas míos... - Colección Antológica de Poesía Social Vol.8, Biblioteca Virtual Omegalfa, 2012.

martes, 4 de diciembre de 2018

Mientras haya cielo

Mientras haya cielo

Mientras haya Cielo
Queda siempre la esperanza
De que pase un pájaro
E iré con el cuerpo suplicante
De puerta en puerta
De corazón en corazón
De techo en techo
Qué importará el frío
Qué importará la lluvia
Y el sol del que me nutro
Dadme el azul del Cielo como limosna

de Modou Kara Faye (1985-2003),
en Voces del sur - Aproximación a la poesía africana (Equipo Fénix comp.), Biblioteca Virtual Omegalfa, S/F.

lunes, 3 de diciembre de 2018

No apalabrar

No apalabrar
gritar hacer
que el mundo no
sea una vez más el mundo

de Antonio Méndez Rubio,
en Once poetas críticos en la poesía española reciente (Enrique Falcón, coord.), Baile del sol, 2007.

sábado, 1 de diciembre de 2018

Durante mucho tiempo hubo rumores...

Durante mucho tiempo hubo rumores
sobre la llegada de los hombres calabaza.
A decir verdad, el relator de historias nos cuenta
que fue el gran rey Sobhuza quien presintió,
en sueños, estos hechos.
Habló solemnemente a sus consejeros en la asamblea:
»He visto en sueños a naciones surgiendo del océano,
se parecen a nosotros, pero el color de su piel
es como el puré de las calabazas.
Hablan una lengua no muy diferente a la de los pájaros en el nido, ágiles
y sonoros stacattos como animales salvajes.
Groseros en sus maneras y sin gracia ni refinamiento.
Llevan consigo el gran palo de fuego,
con él matan y roban a muchas naciones.
A veces se llevan incluso a niños a sus grandes hornos marinos.
¡Una verdadera raza de ladrones y caníbales!

de Mazisi Kunene,
en Voces del sur - Aproximación a la poesía africana (Equipo Fénix comp.), Biblioteca Virtual Omegalfa, S/F.

viernes, 30 de noviembre de 2018

En el huevo

En el huevo

Vivimos en un huevo.
Hemos cubierto su interior
de dibujos obscenos
y garrapateado los nombres de nuestros enemigos.
Nos están incubando.

Quienquiera que nos incube
incuba también nuestro lápiz.
Cuando rompamos la cáscara un día
nos haremos una idea
enseguida de quien nos incuba.

Suponemos que nos incuban.
Nos imaginamos un ave bonachona
y escribimos trabajos escolares
sobre colores y raza
de la gallina que nos incuba.

¿Cuándo romperemos la cáscara?
Nuestros profetas del interior del huevo
discuten, por un sueldo medianejo,
sobre el período de incubación.
Suponen un día X.

Por aburrimiento y necesidad auténtica
hemos inventado las incubadoras.
Nos preocupa mucho nuestra descendencia en el huevo.
Con gusto recomendaríamos nuestra patente
a quien nos guarda.

Tenemos un techo sobre nuestras cabezas.
Pollitos seniles,
embriones que saben idiomas,
hablan el día entero
y todavía discuten sus sueños.

¿Y si no nos incubaran?
¿Si nunca se hiciera un agujero en esta cáscara?
¿Si nuestro horizonte fuera sólo el horizonte
de nuestros garabatos y no dejara de serlo?
Confiamos en que nos incuban.

Aunque si hablamos sólo de incubaciones
hay que temer también que alguien,
fuera de nuestra cáscara, sienta hambre
y nos eche a la sartén, sazonándonos con sal...
¿Qué haremos entonces, mis hermanos de dentro del huevo?

de Günter Grass,
en Poemas, Visor, 1994.