Las palabras necesitan de un contexto histórico, político, social, cultural, económico y biográfico para significar. Exhorto a lxs lectorxs/militantes a realizar un viaje de conocimiento acerca de lugares, tiempos y autorxs para enriquecer la experiencia literaria que propongo en este espacio. Gracias.

miércoles, 27 de febrero de 2019

Vida laboral

Vida laboral

Como un terco revólver sumergido
en las profundidades de la sangre.
Como los rostros compañeros, inseguros.
Como el arduo equilibrio y el alambre,
las malditas usanzas del perpetuo cambalache,
la maleabilidad del corazón sudado
y las coartadas del miedo al sin mañana.
Como pólvora empapada por el llanto.
Como las níveas guedejas,
el rostro marchito, las estibas del daño.
Como eso que ha cambiado en tu risa
después de estos inviernos.

Llegaré exhausto a la felicidad.

de David Franco Monthiel,
en Once poetas críticos en la poesía española reciente (Enrique Falcón, coord.), Baile del sol, 2007.

lunes, 25 de febrero de 2019

Cuatro meses ya

Cuatro meses ya

“Un día encarcelado vale tanto
como mil años libre”
Este refrán antiguo
no es palabra vana.
Cuatro inhumanos meses
en la celda encerrado
mi cuerpo han devastado.
Porque
cuatro meses hambriento,
cuatro meses de insomnio,
sin cambiarme la ropa,
sin poderme bañar,
dan este resultado:
Me ha abandonado un diente,
muchos de mis cabellos blanquearon,
estoy cual diablo hambriento,
flaco y negro, lleno de sarna y llagas.
Afortunadamente,
más que paciente, inconmovible,
ni un palmo tan siquiera retrocedo.
Materialmente estoy como un guiñapo,
mas recio y firme sigo moralmente.

de Ho Chi Minh,
en Diario de prisión, Instituto del libro (CUBA), 1970.

domingo, 24 de febrero de 2019

La miseria

La miseria

Corazón mío, dice: ¿qué es aquello
Que así defiendes de la humana feria
Al esconderlo tanto? ¿Un sueño bello?
Y el corazón responde: —Mi miseria.

—Oh, con tan fiero empeño no lo escondas:
Los seres que circulan a tu lado
Te robarán acaso dichas hondas
Y todo sueño te será robado.

Mas tu miseria no: cese tu lidia,
Muestra tranquilo el fondo que la encierra.
Tu miseria es un bien que no se envidia;
Nadie te lo disputará sobre la tierra.

Todos celan su bien, pues por sus obras
Temen con el temor de las abejas.
Tú, más feliz, ya puedes, sin zozobras,
Lucir tu solo bien, ¿de qué te quejas?

de Alfonsina Storni,
en Entre el largo desierto y la mar, Fondo Editorial Casa de las Américas, 1999.

viernes, 22 de febrero de 2019

Autopistas mentales

Autopistas mentales

Cuidado con la velocidad:
no te permitirá
ver el paisaje.

Cuidado con la rutina:
verás siempre los mismos árboles
y creerás
que el mundo es eso:
un bosque interminable.

Por Félix Sánchez Durán.

jueves, 21 de febrero de 2019

Lavoro nero, VIII

Lavoro nero, VIII

El teléfono suena. No: Es mi jefe.
Necesito una copa. Quizá dos.
No descolgar. Rodear su cuello
con cáñamo seco y patear su sillón.
No coger el teléfono. Coger un arma.
Armarme de valor. Valorar la huída.
Encender un cigarrillo.
Engañar a mi mujer.
Ser padre. No contestar.
No contestar. Alojar una bala
en la garganta que aguarda al otro lado.
La policía. Otra estadística. Una noticia.
Ser un breve junto
a una oferta de trabajo.

–Diga.

de David Franco Monthiel,
en Once poetas críticos en la poesía española reciente (Enrique Falcón, coord.), Baile del sol, 2007.

miércoles, 20 de febrero de 2019

Pertenezco a esta tierra

Pertenezco a esta tierra

Pertenezco a esta tierra
de diáfanos placeres
cuando ocurre el verano
y las venas del aire 
te soplan los pulmones 
en pálidos crepúsculos
de calles familiares.

Pertenezco al camino
del Sur que se hace río
y moja a los amigos 
con palabras y vino
en tertulias de abrazos
y hogueras turbulentas
de pasados vibrantes
y dulces confidencias.

Pertenezco al país 
donde el día desangra
sus cielos de tormenta
y su historia de espanto
con 30.000 latidos
que sellaron la tierra
con silencio de pájaros
y cicatriz de muerte.

Pertenezco al lugar
más austral del paisaje,
del corazón que vuela
y rehúsa el abrazo
de largas sanguijuelas
con sueños coloniales
y guerras desparejas
con niños estaqueados.

Pertenezco a esta lluvia
de amor originario 
que se cuela en el alma
y palpita en la música
del verbo americano
y vibra en sus hermanos
y derrumba los cepos 
del tiempo amordazado.

Pertenezco a esta tierra
del triángulo estirado
y la historia quebrada,
soy parte de esta parte
estrella de este cielo
con sus duelos perennes
e historias de asesinos
que mataron veranos.

Pertenezco a este pueblo
del sol que se hace fuego
y renace de a poco
en constante esperanza,
en vigilias que crecen
y acarician quimeras
de pan igualitario 
y risas sin fronteras.

de Mary Ablin,
en https://www.facebook.com/pg/Poemas-Militantes-161395004058573/posts/?ref=page_internal (16/2/19).
Poemas militantes, Ciccus, 2013.

martes, 19 de febrero de 2019

Los cepos

Los cepos

Como demonios crueles, con su hocico voraz,
de noche nuestra piernas atrapan y devoran.
El pie derecho hundido en su fauce bestial,
libre el izquierdo y solo, moviéndose en la sombra.

Insólitas historias que la vida nos muestra:
Por estar en el cepo todos aquí luchamos,
porque el hierro en el pie asegura un rincón,
y libres no encontramos lugar donde acostarnos.

de Ho Chi Minh,
en Diario de prisión, Instituto del libro (CUBA), 1970.

lunes, 18 de febrero de 2019

Dicen:

Dicen:

DICEN:
La vida es esto
pisotear
una sombra hermana
desenroscar las extremidades
y cederlas al monstruo
al horario
Dicen:
La vida es esto
cebar el gaznate con ríos podridos
creer en la abstención del futuro
desistir en la ruina
de los cadáveres con siglas
Decimos
nuestros sueños se forjan
con materiales del deseo
y andamios de soluciones imposibles
Decimos
La vida es esto
Somos esto
un sueño que hace fugaces

las tinieblas.

de David Franco Monthiel,
en Once poetas críticos en la poesía española reciente (Enrique Falcón, coord.), Baile del sol, 2007.

domingo, 17 de febrero de 2019

Recuerdan en los confines de la Historia... (2)

Recuerdan en los confines de la Historia
Que un fulano,
Una vez,
Engañó a la muerte
Y se sintió omnipotente
Un día antes
De perder a toda su familia,
Un día antes
De perder a todos sus amigos,
Un día antes…

de Félix Sánchez Durán.

sábado, 16 de febrero de 2019

Recuerdan en los confines de la Historia...

Recuerdan en los confines de la Historia
El año que no hubo marchas,
Protestas, cortes ni paros.
Recuerdan que felices los "ciudadanos"
Circulaban por las calles.
Recuerdan que aplaudían los mancos
Ante la mirada complaciente de los ciegos.

Recuerdan que no se perdió un solo día de clases…

También recuerdan, en los confines de la Historia,
Que al año siguiente
Perdieron su trabajo millones y millones de personas;
Que no hubo vacaciones ni aguinaldo;
Que la gente comenzó a jubilarse a los ochenta años,
Con setenta años de aporte;
Que se “flexibilizaron” las horas de trabajo
(Doce, catorce horas diarias);
Que la Salud y la Educación dejaron de ser un Derecho,
Que quien pudo pagarlas, las tuvo,
Y quien no pudo…

Por Félix Sánchez Durán.

viernes, 15 de febrero de 2019

La que comprende

La que comprende

Con la cabeza negra caída hacia adelante
Está la mujer bella, la de mediana edad,
Postrada de rodillas y un Cristo agonizante
Desde su duro leño la mira con piedad.

En los ojos la carga de una enorme tristeza,
En el seno la carga del hijo por nacer,
Al pie del blanco Cristo que está sangrando reza:
—¡Señor, el hijo mío que no nazca mujer!

de Alfonsina Storni,
en Entre el largo desierto y la mar, Fondo Editorial Casa de las Américas, 1999.

miércoles, 13 de febrero de 2019

La comida del prisionero

La comida del prisionero

De arroz rojo una taza, oh miseria, es la única comida.
Ni legumbres, ni sal, ni un mal caldo siquiera.
El que tenga allá fuera quien le mande, comerá en la prisión.
Aquel que a nadie tenga, como un niño, clamará por sus padres.

de Ho Chi Minh,
en Diario de prisión, Instituto del libro (CUBA), 1970.

martes, 12 de febrero de 2019

Los que se alcantarillan cuando las ratas vencen

Los que se alcantarillan cuando las ratas vencen

LOS QUE SE ALCANTARILLAN CUANDO LAS
RATAS VENCEN,
aquellos que no oyen la sintonía
de angustia en cada ebria multitud.
Los que creen que el hambriento
sólo piden pan.
Aquellos que eligen su mordaza
amparados en el no tengo nada que decir
y en los hijos de la violencia legal.
Los que nos anudan corbatas
como nudos corredizos.
Aquellos que al restallar del látigo
se convierten en barrotes de nuestra jaula.
Los que no ven más allá del fin de la Historia
ni del fin de semana. Aquellos que malversan
bienroban y mejorviven.
Son los que exigirán que caiga sobre nosotros
el estruendo diario de la muerte
que se pasea en silencio por los despachos,
las celdas y las aulas.
Son los que desean barrer nuestras cenizas
bajo la alfombra roja de los palacios.

de David Franco Monthiel,
en Once poetas críticos en la poesía española reciente (Enrique Falcón, coord.), Baile del sol, 2007.

domingo, 10 de febrero de 2019

El Desdeñoso

El Desdeñoso

(A Catherine Bailly)

Bebo en tu honor, dios mío
Tú que me has hecho tan triste
Me has dado un pueblo que no es destilador de caldos
Y entonces, ¿qué vino beberé yo en tu jubileo?
En este suelo que no es suelo de viñas
En este desierto en el que todos los arbustos son cactus
¿Es posible que llegue a ver en sus flores cada año
Las llamas de la zarza ardiente de tu celo?
Dime por qué Egipto mi pueblo arrastra sus cadenas

Cristo me río de tu tristeza
Mi dulce Cristo.
Espina a cambio de espina
Tenemos una corona de espinas compartida
Me convertiré pues me tientas
Allégate a mi José
Ya estoy mamando del pecho de tu madre la virgen
Sin contarte a ti ya cuento algún Judas más por mis dedos
Mis ojos le mienten a mi alma
Donde el mundo es cordero tu cordero pascual—Cristo
Bailaré yo mi vals al son de tu tristeza lenta

Pero ¿soy yo tu hermano simplemente?
Ya me han matado en tu nombre
¿Acaso era culpable de mi muerte?
Tenía flores de amor hechas sólo de sombra en los ojos
Mis manos agitaban los abanicos de las latanias al atardecer
Por haber besado tu cruz la sangre me enrojece la boca
¿Acaso no era yo tu hermano? Danzo en honor de tu tristeza
No llamo en mi defensa como testigos ni a padre ni a madre
Y sin embargo mi dolor iguala al tuyo
El agua de mi río es dulce—golondrinas llegad
El peñasco ama al mar que la azota—tan lasa

Me tientas
Y disfruto
Me extravío por la música de tu alma
Y son sólo las truchas las que cantan no obstante desafinadas
Y muerto bailo yo por la tristeza lenta

Los vicios en mi piel son los tres clavos de hierro en tus pies
en tus manos
Qué sucio estás, Cristo, por haberte juntado con los ricos
Su lujo es un ternero de oro colgado de los cuellos de sus ricos
Camina por el camino de mi pueblo por el que voy cojeando
Me dirás en qué Egipto se aflige mi pueblo
Mi corazón no es el desierto habla Cristo

¿No fuiste tú el que puso el oro vívido en mi vino de alegría?
¿Te debo mis dos fuentes?
Tanto mi corazón como mi alma
¿No fuiste tú el que le hizo a mi corazón dos ventrículos tan
[ diminutos?
Un árbol de vida muerto florecía mi olvido.

Permaneces inmóvil
Hiende el Congo su pena
Pero qué sucio estás, Cristo, por haberte juntado con los ricos
Cristo Cristo de mi Santa Ana Dime qué vino podré beber
Para mentirle a mi pueblo
Mi alegría es demasiado evidente
Mi tristeza demasiado sucia
Para ser un fuego de sabana

Perros iban tras de mí
Cuando era mendigo
Para celebrar la Eucaristía yo mendigaba el vino la levadura y la sal
Judío errante fui
Para traicionarte a ti que me habías traicionado
Ya me han matado en tu nombre
Traicionado y luego vendido

El atardecer marchitaba las rosas
Que perdían sus hojas de dolor

Mi María Magdalena se llamaba Anita
Menos sucia que la tuya y por consiguiente menos abierta al perdón
Moriré pues sin ella
No tiene levadura el pan de exilio
Y soy judío por simple locura
Mi locura es un pozo de oasis
Pero el oasis no es tu llaga en el costado izquierdo

Cristo escupo en honor de tu alegría
El sol es negro a causa de los negros que sufren
A causa de los judíos muertos que buscan la levadura de su pan.

Qué sabes de New Bell
En Durban dos mil mujeres, En Pretoria dos mil mujeres
También en Kin dos mil mujeres
Y en Antsirabé dos mil mujeres
Qué sabes tú de Harlem

Pesa el vino en mi corazón sufro porque gozo
Cristo odio a tus cristianos
No tengo amor para amar a todos tus cobardes
Escupo contra tu alegría
Por tener a mi derecha a mi izquierda
Las mujeres de los ricos
Me siento mal por haber bebido
Tu templo está lleno de mercaderes que venden tu cruz

Yo vendo mi negritud
A cien perras redondilla
Y la galera navega
Hacia unas Indias de saldo

¡Ay! ¿Qué continente no tiene sus falsos negros?
A mí me sobran hasta podría vender
Incluso África tiene los suyos
El Congo tiene sus falsos negros
Tan cristianos, ¿son acaso por eso menos sospechosos?
Oh muero en tu honor
Pues me has tentado
Al hacerme tan triste ~

de Tchikaya U Tam´Si,
en Voces del sur - Aproximación a la poesía africana (Equipo Fénix comp.), Biblioteca Virtual Omegalfa, S/F.

sábado, 9 de febrero de 2019

La palabra

La palabra

Ellos escriben aunque nadie los lea
Escriben en las paredes de la mina
Escriben con sus lámparas de carburo
Escriben bajo la noche profunda

Escrituras, Juan Gelman

LA PALABRA
abriendo canales en la piel muerta
de los días en silencio.
La palabra,
una quilla de luz
un destello en la vastedad oscura
de los informes, de las actas.
La palabra útil como la luz
del casco del minero,
esa mancha
que señala dónde hay que picar,
dónde golpear.

de David Franco Monthiel,
en Once poetas críticos en la poesía española reciente (Enrique Falcón, coord.), Baile del sol, 2007.

jueves, 7 de febrero de 2019

El lamento del sin hogar

El lamento del sin hogar

No me siento cómodo aquí
¿Debo volver a la heredad abandonada?

No tengo hogar aquí
Estuve largo tiempo en Sudáfrica
Aguardando a que la lluvia parara.

He fracasado en fundar un hogar aquí
Estuve largo tiempo en Japón, esperando un cambio
Fue un mal viento el que nos lanzó sobre el mar.

Fracasé por completo en fijar residencia
Mis pulmones estaban llenos por la tormenta del desierto
Y el calor y frío de Omdurman,
Hermanos Musulmanes Extremistas nos marginan de la sociedad
Como si la tierra fuera siempre suya.

¿Dónde está pues nuestra ciudad capital?
He fracasado en asentarme
He pensado regresar a Kajokaji
Donde dulces mangos maduran dos veces por año
La Guerra de Garang se enfurece
para que los aún no nacidos la continúen.

Toda nuestra juventud fue reclutada
Y enviada a perecer en los matorrales espinosos
Las bombas que llueven de arriba profanan nuestras tumbas.

Piedad pobre de mí, un hombre sin hogar
Proscrito de Bobi por Obote y Amin
Regresamos a nuestro hogar ancestral en el Sur de Sudán
Dejando las tumbas de padre y señor completamente cubiertas de hierba
El Jefe Olal y su maestro de ceremonias,
Yacen enterrados bajo el higo de Bobi Paidwe.

¿Dónde queda ahora exactamente nuestra heredad ancestral?

Compadezco al hombre que no tiene un hogar donde llamar:
El Nuevo Gitano o el Judío Errante.

¿Debo permanecer en el mismo sitio?
¿Regresar hacia dónde?
¿Hacia dónde avanzar?

de Taban Lo Liyong,
en Voces del sur - Aproximación a la poesía africana (Equipo Fénix comp.), Biblioteca Virtual Omegalfa, S/F.

miércoles, 6 de febrero de 2019

Dos sabios consejos

Dos sabios consejos

“Es sumamente sencillo
seguir viviendo sin amor.
Basta con que te rodees de
belleza que te deleita
sin cansarte nunca”.

De manera que me fui rodeando
de más y más belleza
Pero en lugar de deleitarme
me parecía monótona
y me apenaba.
Así que fui de nuevo al sabio
quien esta vez me dijo:

“Es sumamente sencillo:
la belleza sólo puede
seguir deleitando siempre renovadamente
a aquel
que también tiene amor”.

de Erich Fried,
en Entre los poetas míos... - Colección Antológica de Poesía Social Vol.8, Biblioteca Virtual Omegalfa, 2012.

lunes, 4 de febrero de 2019

Efecto marmota

Efecto marmota

Bosteza, se duerme
alguien en el primer mundo
y cientos de miles del resto del mundo, mueren.

Por Félix Sánchez Durán.

domingo, 3 de febrero de 2019

Girasoles de papel

Girasoles de papel

Espera,
No juegues a ser otra persona
Porque has de correr
Para escaparte de vos
Aturdiendo la pura ingenuidad
Pensás que encontrar el camino liberal
Es lo que sirve en realidad

Hasta el girasol
Muchas, muchas vueltas da
Después vuelve a su lugar
Después vuelve a su lugar

Presa
Estás entre rosas figuradas
El sueño de un día, un día solo será
Despertar es realidad
Y no querés despertar
Y no querés despertar

Una vida dibujada es vacío
En campos de cera
Nunca verás crecer
Girasoles de papel

En campos de cera
Nunca verás crecer
Girasoles de papel

de Alejandro de Michele (Pastoral),
en Pastoral, CABAL, 1973.

viernes, 1 de febrero de 2019

A sí mismo

A sí mismo

Sin el glacial invierno, sin el duelo y la muerte,
¿quién apreciar podría, primavera, tu gloria?
Son un crisol las penas que mi espíritu templan
y con el acero puro el corazón me forjan.

de Ho Chi Minh,
en Diario de prisión, Instituto del libro (CUBA), 1970.