Las palabras necesitan de un contexto histórico, político, social, cultural, económico y biográfico para significar. Exhorto a lxs lectorxs/militantes a realizar un viaje de conocimiento acerca de lugares, tiempos y autorxs para enriquecer la experiencia literaria que propongo en este espacio. Gracias.

jueves, 30 de septiembre de 2021

DESTINO

 DESTINO

Dentro de pocos días vendrá la primavera 
y clamará por boca de la Naturaleza: 
¡la vida se renueva! ¡la vida se renueva! 

Desplegarán los cielos sus lábaros azules, 
besará las campiñas el tibio sol de Octubre, 
los días serán claros, los vientos serán dulces. 

Pero yo igual que siempre, sujeta a mi destino, 
de hallar en cada lecho bocas de precipicios, 
¡he de sufrir lo mismo! ¡he de sufrir lo mismo! 

de César Tiempo,
en Clara Beter - Versos de una..., Editorial Rescate, 1977.

miércoles, 29 de septiembre de 2021

Proverbios y cantares - VIII

Proverbios y cantares - VIII

En preguntar lo que sabes
el tiempo no has de perder...
Y a preguntas sin respuesta,
¿quién te podrá responder?

de Antonio Machado,
en Proverbios y cantares, Biblioteca Virtual Universal / Editorial del cardo, 2010.

martes, 28 de septiembre de 2021

LOGOS

LOGOS

De todo se ha aprendido la medida.

Un poquito y no más. No demasiado.

No nada: lo medido
lo suficiente
el necesario y breve placer. La necesaria
justa alegría. No la devorante
alegría de ser, sino la tenue
alegría de estar así o de otra
manera: lo “agradable”.

El necesario
justo dolor

(la justa indignación, —no demasiada—
y una tristeza desteñida
—chirle—
para que se humedezca
(sin empapar, cuidado!)
la trama de los días.

de Circe Maia,
en Cambios, permanencias, Ediciones Siete Poetas Hispanoamericanos, 1978.

lunes, 27 de septiembre de 2021

POR UN PLATO DE LENTEJAS

POR UN PLATO DE LENTEJAS

Puedo estar en minoría
encontrarme tras las rejas;
más no vendo mis principios
por un plato de lentejas.

Hablo claro sin tapujos
no concilio con traidores;
antes me corto la lengua
de un solo tajo traidores.

Que me llamen los “maduros”
de ultraizquierda o infantil;
eso no me preocupa
yo me siento juvenil.

Juvenil en mis ideas
y en mis ansias juvenil; 
juvenil ahora y siempre
con la pluma y el fusil.

Allá aquellos mercachifles
prostitutas sin honor;
la desnudan su conCIENcia
por un mísero favor.

Yo no puedo hacer lo mismo
me lo impide la razón;
antes muero en digna hambruna
que acallar mi corazón.

Puedo estar en minoría
encontrarme tras las rejas;
más no vendo mis principios
por un plato de lentejas.

de Jovaldo,
en Poemas y Canciones de Lucha, Ediciones Vanguardia Proletaria, 2011.

domingo, 26 de septiembre de 2021

Y si te atara las manos a la espalda...

Y si te atara las manos a la espalda
y te pusiera una venda en los ojos
y te hundiera la cabeza en el agua
y te colgara de los brazos
y te dejara el cuerpo violeta
y te tirara desnudo sobre el piso
y te pateara y te insultara
y te matara
   Entonces yo sería tú
Y no quiero.

de Jorge Freccero,
en Escritos de la cárcel (la expresión poética de los presos políticos), Centro Integración Cultural, Vol.1, 1986.

sábado, 25 de septiembre de 2021

Flor nocturna

Flor nocturna

Se durmió sin pensarlo el angelito,
Su pecho late apenas,
El mármol del palacio es duro y frío;
¿Son siempre así las gradas de las puertas?...

Su rostro amoratado con el tinte
De cárdenas violetas
Que estuviesen muriendo en su semblante
Como en límpida copa de azucena.

Abierto el pecho al vendaval helado,
Desnuda la cabeza:
Allá en el infinito muchos astros,
Muchos ángeles tristes en la tierra.

Tiene mal de cariño y se acurruca
En su propia miseria,
Como las flores que al llegar la noche
Sobre su mismo cáliz se repliegan.

Y mientras cruza sollozante el viento
Lloran quizá, o sueñan;
Llorar... soñar... ¿quién sabe la rapsodia
De ese llanto precoz cuajado en perlas?

Sin padre ha tiempo lo dejó el destino,
Flor en capullo seca;
Tiene madre, mas, ¡ay! tanto ha llorado
Que anegada en el llanto quedó ciega.

Dicen que era más linda que una rosa
Cuando en abril revienta,
Y eclipsaron las nubes sus miradas
Como eclipsan también a las estrellas.

Y aquel niño es la vida de su vida,
A él sus lágrimas llegan,
Y las enjuga con sus mismos labios
Con tantos besos como el pobre deja.

Y el rapaz inocente se ha dormido
De un palacio en la puerta;
¡Cuánto calor de alfombras hay adentro,
Cuántas frígidas ráfagas afuera!...

El gorrión acurrucase en su nido
Y entre chirridos sueña;
Y hay ángeles tendidos en los diarios
Que vender no pudieron en la brega.

Habla... llora... delira ¿qué le pasa?...
Parece que ahora sueña:
"Mamá... mamá... no llores madre mía,
¿Ha mucho que me lloras y me esperas?

"Ya he vendido bastantes, madre mía,
Ya muy pocos me quedan,
No faltará para comer mañana;
En ti pienso, mamá, por Dios, no temas."

Y sus palabras al brotar trementes
En su boca se hielan
Como caireles de virgínea escarcha
Que de sus labios oscilantes cuelgan.

¡Qué triste el mundo, oh Dios!, cuando del teatro
Los millonarios vuelvan
Acaso digan empujando al chico:
"¿Qué haces aquí, pillete?, no te duermas."

¡Oh, qué páramo el mundo... qué perverso!
Qué triste la pobreza
Cuando hay hombres que duermen entre plumas
Y niños que se duermen en su puerta.

De Alfonso Durán,
en Flores de un Otoño, Antonio Molinari Casa Editora, 1922.

viernes, 24 de septiembre de 2021

Canto a las madres de los milicianos muertos

Canto a las madres de los milicianos muertos

No han muerto! Están en medio
de la pólvora,
de pie, como mechas ardiendo.
Sus sombras puras se han unido
en la pradera de color de cobre
como una cortina de viento blindado,
como una barrera de color de furia,
como el mismo invisible pecho del cielo.

Madres! Ellos están de pie en el trigo,
altos como el profundo mediodía,
dominando las grandes llanuras!
Son una campanada de voz negra
que a través de los cuerpos de acero asesinado
repica la victoria.
Hermanas como el polvo
caído, corazones
quebrantados,
tened fe en vuestros muertos!
No sólo son raíces
bajo las piedras teñidas de sangre,
no sólo sus pobres huesos derribados
definitivamente trabajan en la tierra,
sino que aun sus bocas muerden pólvora seca
y atacan como océanos de hierro, y aun
sus puños levantados contradicen la muerte.
Porque de tantos cuerpos una vida invisible
se levanta. Madres, banderas, hijos!
Un solo cuerpo vivo como la vida:
un rostro de ojos rotos vigila las tinieblas
con una espada llena de esperanzas terrestres!

Dejad
vuestros mantos de luto, juntad todas
vuestras lágrimas hasta hacerlas metales:
que allí golpeamos de día y de noche,
allí pateamos de día y de noche,
allí escupimos de día y de noche
hasta que caigan las puertas del odio!
Yo no me olvido de vuestras desgracias, conozco
vuestros hijos
y si estoy orgulloso de sus muertes,
estoy también orgulloso de sus vidas.
Sus risas
relampagueaban en los sordos talleres,
sus pasos en el Metro
sonaban a mi lado cada día, y junto
a las naranjas de Levante, a las redes del Sur, junto
a la tinta de las imprentas, sobre el cemento de las arquitecturas
he visto llamear sus corazones de fuego y energías.

Y como en vuestros corazones, madres,
hay en mi corazón tanto luto y tanta muerte
que parece una selva
mojada por la sangre que mató sus sonrisas,
y entran en él las rabiosas nieblas del desvelo
con la desgarradora soledad de los días.

Pero
más que la maldición a las hienas sedientas, al estertor bestial
que aúlla desde el África sus patentes inmundas,
más que la cólera, más que el desprecio, más que el llanto,
madres atravesadas por la angustia y la muerte,
mirad el corazón del noble día que nace,
y sabed que vuestros muertos sonríen desde la tierra
levantando los puños sobre el trigo.

(España, 1936).

de Pablo Neruda,
en Poesía social y revolucionaria del siglo XX (selección de Jorge Brega), Editorial Agora, 2012.

jueves, 23 de septiembre de 2021

Los pájaros ciegos

Los pájaros ciegos
(Poema 3)

Fue una tarde, en octubre.

La primavera entonces lucía entre los árboles
sus primeros fulgores.

Los gorriones, tan díscolos, llegaban a la fuente,
se mojaban el pico, sacudían las alas
y luego recortaban el aire con su vuelo.

El cielo estaba azul sobre la plaza,
se paseaba, inocente, en los canteros
y soñaba después entre las hojas.

Alguien gritó
¡viva la libertad!

Junto a un charco de sangre estaba yo,
Juan Pérez, asturiano, profesión panadero,
veinte años de Argentina, con tres hijos,
un río de esperanza entre mis manos,
el corazón del mundo en mi garganta
y una copla en mi pecho.

La primavera, ciega, se amontonó en mi sangre.
Desde entonces mi copla perdura entre los pájaros.

de José Portogalo,
en Poesía social y revolucionaria del siglo XX (selección de Jorge Brega), Editorial Agora, 2012.

miércoles, 22 de septiembre de 2021

Proverbios y cantares - IV

Proverbios y cantares - IV

Nuestras horas son minutos
cuando esperamos saber,
y siglos cuando sabemos
lo que se puede aprender.

de Antonio Machado,
en Proverbios y cantares, Biblioteca Virtual Universal / Editorial del cardo, 2010.

martes, 21 de septiembre de 2021

CANCION DE PAZ

CANCION DE PAZ

Duermen los niños en sus cunas,
Las buenas madres velando están,
¡Duermen los niños! ¡Juegan los niños!
Esa es la paz.

Cantan los niños en la escuela,
Vuela en los aires coro jovial.
¡Cantan los niños! ¡Juegan los niños!
Esa es la paz.

A la distancia en la llanura
Se eleva el humo del dulce hogar,
Vuelan en torno las golondrinas:
Esa es la paz.

En los jardines florecidos
Desgrana perlas el fontanal.
Hay un idilio junto a la fuente:
Esa es la paz.

Diez mil navíos en las dársenas.
Diez mil navíos van a zarpar.
Por el mar vienen diez mil navíos:
Esa es la paz.

Por los senderos en tumulto
Los campesinos vienen y van;
Pasan cantando los campesinos:
Esa es la paz.

Vibra la vida en las metrópolis.
Destruye y crea sin descansar.
¡Vibra la vida! ¡Triunfa la vida!
Esa es la paz.

Y en las aldeas y ciudades
Y en las montañas y en las campañas
Ninguno falta. todos están:
Están los viejos y están los jóvenes.
¡Están los hijos y están las madres!
Esa es la paz.

de Mario Bravo,
en Versos para niños, Editorial Claridad, 1936 (?).

lunes, 20 de septiembre de 2021

lo tiraron a la calle

lo tiraron a la calle
la novia y el novio
así lo quisieron
era su gran día
eligieron cuándo
eligieron dónde
eligieron cómo
sería ese sábado
sería esa parroquia
sería de etiqueta
el triste hombre
de pelo largo
y torso desnudo
fue echado
con cruz y todo

Por Félix Sánchez Durán.

domingo, 19 de septiembre de 2021

AL CRISTO EXPUESTO EN UNA FIESTA DE BODAS

AL CRISTO EXPUESTO EN UNA FIESTA DE BODAS

Ah, Señor Jesucristo,
que en esa cruz de bronce cincelado
eres un pobre cristo
caricaturizado;
te compadezco, oh redentor:
te han condenado
a un suplicio mayor.

En nombre tuyo un hombre
que no sabe de amor, a los esposos
les hablará de amor: ¡y eso en tu nombre!
Y tus santas y líricas verdades
se estrellarán en esos corazones rocosos
y en tanta vanidad de vanidades...

Y cuando ya no bullan en la boca del fraile
las burbujitas del latín,
presenciarás algo peor al fin:
un baile, oh Cristo, un baile...

Frente a tu imagen dolorida,
las mujeres de trajes escotados
frotarán su lujuria contenida
contra los pantalones estirados.
Otras, se excitarán por los rincones...
Sus instintos despiertos
por la cosquilla lúbrica de las conversaciones,
se olvidarán que sufres con los brazos abiertos
la más abominable de las crucifixiones.

Y cuando terminados ya baile y ceremonia
se marchen y te olviden clavado en tu patíbulo,
ellas van a mojarse con agua de Colonia
y ellos, a sosegarse en un prostíbulo...

Quedarás solo. Y cuando
se hayan marchado todos, frente a tu imagen yo
en tu dolor, oh Cristo, me quedaré pensando,
y en tu madre y ¡la pobre madre que me parió!

Pues, oh Maestro, ya lo has visto:
se parecen tu madre con la mía;
porque es tan doloroso parir a un hijo Cristo
como parirle ungido en poesía...

de Gustavo Riccio,
en http://literaturarioplatense.blogspot.com/2009/06/gustavo-angel-ricci-de-un-poeta-en-la.html (10/1/21).

sábado, 18 de septiembre de 2021

¡Aquí van!...

¡Aquí van!...

Aquí van... son un salterio
De vibraciones vividas;
De flores estremecidas
En cuna y en cementerio.

Son dolor y son pasiones,
Ansia férvida de alturas,
Y grietas de sepulturas
Y escombros de corazones.

Un ave que a veces canta
Y al cantar cierra los ojos,
Porque un puñado de abrojos
Se entreanuda en su garganta.

Lamentos que son protesta;
Que gimen, gritan e imploran
Al sentir que muchos lloran
Y que nadie les contesta.

Alientos, luchas, pendones.
Ecos de clarín remotos,
Espadas y escudos rotos,
Banderas hechas girones.

Astros que no tienen cielo
Como fondo a su existencia;
Flores cargadas de esencia
Que agonizan entre el hielo.

Aljófares que caen suaves
En la esmeralda de fronda,
Como gemas de Golconda
Salpicando plumas de aves.

Y mucho cariño hermano,
Y mucho de unción divina
Y mucha patria argentina
Y mucho amor de cristiano.

De Alfonso Durán,
en Flores de un Otoño, Antonio Molinari Casa Editora, 1922.

viernes, 17 de septiembre de 2021

A MAIAKOYSKI

 A MAIAKOYSKI

Con fuego y humo en la cara
como un arcángel de paso
firme sobre las techumbres,
¡salud, Vladímir hermano!

Eres caballo y jinete,
aire suave y viento airado...
“Pesada carga la gloria”
...y escupes luego en tu mano.

Cantor de hazañas del pueblo,
orgulloso y desastrado,
te canto a ti, que pusiste
sobre el diamante el peñasco.

¡Salud, tormenta de piedra!
... Y, con un disimulado
bostezo, vuelves al vuelo
de arcángel de firme paso.

18 de septiembre de 1921

de Marina Tsevetáeva,
en Antología de la Poesía Soviética (Alexander Nakarov), Biblioteca Jucar, 1974.
Versión: Carlos Álvarez.

jueves, 16 de septiembre de 2021

EPÍSTOLA A LOS POETAS QUE VENDRÁN

EPÍSTOLA A LOS POETAS
QUE VENDRÁN

TAL vez mañana los poetas pregunten
por qué no celebramos la gracia de las muchachas;
tal vez mañana los poetas pregunten
por qué nuestros poemas
eran largas avenidas
por donde venía la ardiente cólera.

Yo respondo:
por todas partes oíamos el llanto,
por todas partes nos sitiaba un muro de olas negras.
¿Iba a ser la Poesía
una solitaria columna de rocío?
Tenía que ser un relámpago perpetuo.

Mientras alguien padezca,
la rosa no podrá ser bella;
mientras alguien mire al pan con envidia,
el trigo no podrá dormir;
mientras llueva sobre el pecho de los mendigos,
mi corazón no sonreirá.

Matad la tristeza, poetas.
Matemos a la tristeza con un palo.
No digáis el romance de los lirios.
Hay cosas más altas
que llorar amores perdidos:
el rumor de un pueblo que despierta
¡es más bello que el rocío!
El metal resplandeciente de su cólera
¡es más bello que la espuma!
Un Hombre Libre
¡es más puro que el diamante!

El poeta libertará al fuego
de su cárcel de ceniza.
El poeta encenderá la hoguera
donde se queme este mundo sombrío.

de Manuel Scorza,
en Las imprecaciones, Imprenta Juan Pablos, 1955.
Digitalizado por ínFimo.

miércoles, 15 de septiembre de 2021

Somos...

Somos
como una piedra que patean que patean

salvo que:
si en vez de arena, piedra
si en vez de arena, piedra
piedra roca mineral pulido

se romperá el pie en mil pedazos.

de Lucía Fabbri,
en Escritos de la cárcel (la expresión poética de los presos políticos), Centro Integración Cultural, Vol.1, 1986.

martes, 14 de septiembre de 2021

ACLARACIÓN A UN INTELECTUAL APOLÍTICO

ACLARACIÓN A UN INTELECTUAL APOLÍTICO

No hay razón para amargarse
se lo pido por favor;
yo no escribo para intelectuales
como usted “mi gran señor”:

Que mi canto le parezca
no tener ningún valor,
eso nada me sorprende
de un grandísimo doctor.

Allá usted con sus cantares
a la luna y a la flor.
Allá usted con sus abstractos
versos “puros” al amor.

Yo le canto a los humildes
porque siento con dolor,
como sufren por la causa
de un sistema explotador.

No me venga pues con aires
de apolítico cantor:
el arte está con el pueblo
o está con el opresor.

No hay razón para amargarse
se lo pido por favor;
yo no escribo para intelectuales
como usted mi gran señor.

de Jovaldo,
en Poemas y Canciones de Lucha, Ediciones Vanguardia Proletaria, 2011.

lunes, 13 de septiembre de 2021

EL HIJO DE LA CALLE

EL HIJO DE LA CALLE

Su rostro demacrado, su ropa hecha jirones,
los párpados rojizos, quebrantada la voz , . .
Alargaba su mano con gesto de vencido:
"-¡Señor..., una limosna por el amor de Dios!

De noche, cuando todos los niños se dormían
bajo el beso sublime del amor maternal,
el niño solitario, mendicante y vencido,
dormíase llorando junto al regía portal.

No tenía una madre que algo lo consolara,
que algo lo consolara en su eterno sufrir;
no tenía una madre que viniera a enjugarle
las lágrimas de su alma, dulcemente infantil.

Vagaba diariamente por las áridas calles,
empujado hacia ellas por un inquieto afán:
Hallar algún mendrugo para saciar su hambre,
o algunos centavitos para comprarse pan!

Y el niño demacrado, del traje hecho jirones,
de párpados rojizos, de quebrantada voz,
alargaba su mano con gesto de vencido
pidiendo una limosna, por el amor de Dios...

.............................................................

En cierta mañana cuando poco a poco
llegaba a la tierra la luz matinal,
el sol, con sus luces, besó dulcemente
al limosnerito muerto en el umbral...

de Eduardo Octavio Zapiola,
en Versos para niños, Editorial Claridad, 1936 (?).

domingo, 12 de septiembre de 2021

Aztecal IX

Aztecal IX

Entramos en un cuarto sin luz
con los brazos alzados,
y el temor
de recibir un golpe en la cara,
- un golpe seco y sin sonido -,
fue terrible,
porque tú y yo,
teníamos miedo,
miedo de morirnos en las tinieblas,
no obstante las sombras,
sombras amigas, inconmensurables.

de Francisco Azuela,
en La palabra ardiente, Centro Cultural Internacional El Cóndor de los Andes - Águila Azteca, A.C., 2002.

sábado, 11 de septiembre de 2021

¡Oh estrellas... estrellas!...

¡Oh estrellas... estrellas!...

¿Qué lenguaje os habláis a distancia,
¡Oh estrellas... estrellas!
Qué lenguaje que es todo misterio,
Qué lenguaje que es todo belleza?...
.
Un espacio tan grande os separa,
¡Oh estrellas... estrellas!,
Y os habláis con mensajes de lumbre
Y los besos de luz os acercan;
Y a los hombres que Dios creó juntos
Yo no sé qué abismo siempre los aleja.

¡Ah, los hombres!... también Dios los hizo
   Vivientes estrellas,
Destello infinito
Les dió de su esencia,
Y ellos mismos apagan la lumbre
En sus almas tan negras... tan negras.
¡Ah, los hombres! los vi muchas veces
      Frunciendo las cejas
Doloridos de oir un elogio
Que de otros hermanos vibró en su conciencia,
Doloridos de ver que en la frente
De su hermano vibró una diadema,
Y apagaron la luz de su alma
Por no dar destellos de aplauso siquiera.
Renunciando a igualarse a los astros,
¡Oh estrellas, estrellas!,
Y nutriendo su propio veneno
Carcomidos de envidia y vileza.

Cuántas veces yo quise ser astro,
No por vana ilusión de soberbia,
Sino sólo, tan sólo
Por dar luz en las noches siniestras,
Por trocar los harapos del pobre
En clámide excelsa
Por dar fuego al hogar proletario
Donde en vez de acostarse se hielan,
Donde hay niños que mueren de frío,
Donde el padre famélico sueña.
Donde el lecho se moja si llueve,
Donde hay madres que de hambre están secas.
Sin leche en su seno,
      Sin sangre en sus venas,
 Sin risa en sus labios,
     Sin llanto siquiera,
Pues de tanto llorar se extinguieron
De su alma las vetas,
Las linfas de su alma que sólo regaron
Abismos y valles de ortigas y piedras.

Cuántas veces yo quise ser astro
Por dar luz a las almas que sueñan,
Por fulgir de un dolor en la herida,
O hermosear de una nave la vela,
Por romperme en cascadas de lumbre
Y echarme a las plantas del mísero esteta,
Del sublime que cruza la vida
Ladrado de perros, sumido en tinieblas,
Punzado de abrojos,
Sin que nadie quizá lo comprenda.
Oh, seguid columpiándoos,
Estrellas... estrellas,
Dando luz con raudales inmensos
A infinitas esferas;
Y aunque sigan perversos los hombres
Oh... vosotras, seguid aún más buenas.

De Alfonso Durán,
en Flores de un Otoño, Antonio Molinari Casa Editora, 1922.

viernes, 10 de septiembre de 2021

Proverbios y cantares - III

Proverbios y cantares - III

A quien nos justifica nuestra desconfianza
llamamos enemigo, ladrón de una esperanza.
Jamás perdona el necio si ve la nuez vacía
que dio a cascar al diente de la sabiduría.

de Antonio Machado,
en Proverbios y cantares, Biblioteca Virtual Universal / Editorial del cardo, 2010.

jueves, 9 de septiembre de 2021

LOS CANSANCIOS NO ME VENCEN

  LOS CANSANCIOS NO ME VENCEN

Los cansancios de cien marchas
no me vencen!
Sufro por los gritos del hambre
en las vacías entrañas del labriego
cuya siembra la devora el oligarca;
y entonces...,
los cansancios de mil marchas
no me vencen.

Conozco y me duelen
las sangrantes grietas
de los pies descalzos
del gamín abandonado,
y entonces...,
los cansancios de mil marchas
no me vencen.

Me yergo sobre el barro
con mis harapos teñidos de niebla,
siento que me abraza el aliento
frío
del páramo solitario
que recibe mi existencia y,
entonces ahí,
entre tenues luces de luna
y de estrellas
lo contemplo yerto
bajo mi eventual extenuación del día
mientras evoco
lo que enciende mi fuego interno:
optimismo en el triunfo de lo justo,
en el triunfo de lo digno...,
en el triunfo de lo bueno.

Se enciende la llama de mi corazón,
la hoguera de mis sueños...,
y entonces,
el caudal de sentimientos
que en mi alma habitan,
bulle como carcajadas de creciente
que le cantan al amor
y le declaman al mundo,
que se vale cansarse
pero no vencerse...,
ni con cien
ni con mil marchas...,
ni con cien
ni con mil sufrimientos.

No,
no vale rajarse
ni apocarse,
¡se vale cansarse,
pero jamás rendirse!

de Jesús Santrich,
en Versos Insurgentes - Poesía Guerrillera, 2007.

miércoles, 8 de septiembre de 2021

ELEGIA A ELIAS HIJO DEL PUEBLO

ELEGIA A ELIAS HIJO DEL PUEBLO

Chile es un pabellón acuchillado y trágico que se levanta
y ruge en el recuerdo de Elías Lafertte,
una herramienta pura de carpintero, albañil, zapatero o maestro
en tonelerías buscando tierra adentro
con las entrañas rotas el complejo del mundo,
un tambor nacional gritando acongojado
en la inmortalidad o un águila estrellándose.

Todo su pueblo está enlutado a la manera
de un atardecer espantoso del cual emerge la aurora
del porvenir humana
en función del dolor que arrastra la semilla de la vida.

Era de piedra y sol como el todo
universal, un héroe al cual nunca vería el heroísmo
el histrión nacional o el enemigo,
un gran líder marxista-leninista,
profundo y sencillo como un naranjo de los antepasados,
chileno como los peumos del Sur,

como un obrero de la Pampa de la cual venía,
austero, paternal, severo como su Partido, y a cuya colosal
sombra humana, como de patagua o boldo heroico
el proletario y el campesino dormían.

¿Un romántico idealista?, no, un dialéctico materialista exacto,
un capitán incorruptible, un soldado y un guerrero de la paz y la libertad,
un soldado y un marino de navegaciones épicas,
flagelado y baleado por la reacción imperialista o acuchillado
por la espalda, herido por krumiros y verdugos
y una gran bandera de las masas, jamás el patriarca social
que la canalla ensangrentada erige como un santo
de sus iglesias en el sentido de disminuirlo,
porque su concepto de llamas, rompiendo cadenas y mentiras
enarbolaba un látigo de altas y anchas correas
contra la miseria y los explotadores de la miseria.

Es bastante difícil al alma humana
el entendimiento de ese diamante rojo y terrible de su espíritu simple
y complejo libre y tremendo o como cargado
de frutas y legumbres, de pan nacional, del misterio de los lagares;
lo compararon a una laguna y fue un mar colosal, o tranquilo o furioso,
porque la problemática nacional-internacional la traía adentro;
los tigres dijeron: "un tigre", y "un cordero" los corderos,
y los payasos ensangrentados lo empequeñecieron poniéndolo a su altura,
es decir, a la altura de su bajeza,
porque el hombre héroe compendia todas las formas de la Humanidad
y es uno y solo;
por eso aquellos que lo miraron
con ingenuo ojo de idiota, no lo miraron, se mirarom, empinándose,
confundiendo la estrategia revolucionaria
con la persona total del líder acorazado en el terrible orgullo del humilde.

Lo amaron los desamparados,
los ateridos, los polvorosos, los excluidos hijastros del rigor
y del dolor popular,
el peón con la patada del patrón a la espalda y la patada
del Estado capitalista y la patada del Imperialismo,
o acumulando todas las patadas del Régimen
y los obreros organizados, de la gran industria "americana"
de la República, los trabajadores intelectuales, el proletariado que dirige
y el campesinado que insurge con rasgos épicos
y el "lumpen" terrible, apolillado como los andrajos,
la madre obrera, el viejo y el niño de Chile.

Eficaz como el pan sudado con dolor humano
a todo lo largo y lo ancho de los milenios,
un ciprés tronador lo acuñó en la lucha clasista: Luis Emilio Recabarren;
ni dogmático, ni fanático, era la presencia vital su ejecutoria, doctrina e
ideología lo hicieron tierno y fiero simultáneamente;
claro como canto nacional, el huracán y las tormentas
rugieron sus oceanías y en su corazón puro balaban las ovejas,
cantaban las calandrias;
nunca y nada fue más terrible que la miel ardiendo
y Elías era la fuerza tremenda que se traduce en dúctil política
entrañablemente histórica
"genio del pueblo", genio del hecho, genio del verbo exacto,
multitudinario, logrado
como arado en la gran sementera de la lucha de clases,
de la lucha de clases rajando por adentro
la granada de la sociedad futura.

de Pablo de Rokha,
en Acero de Invierno, Multitud, 1961.

martes, 7 de septiembre de 2021

OPACIDAD

OPACIDAD

El ojo indiferente decolora
enfría y empareja.

Todo es igual para miradas neutras
una cosa entre otras
un rostro entre los otros
un gesto entre otros gestos.

Por encima palabras y palabras
como una lluvia sorda.

Y nada sobresale: mar parejo
horizonte cerrado.

Sombra.

Vacío mar del tiempo.
Una hora se mira en otras horas
y todas son iguales.

El ojo las contempla ya sin verlas
y ya no es más mirada.

Es ojo seco. Piedra.
Dureza fría. Cosa.

de Circe Maia,
en Cambios, permanencias, Ediciones Siete Poetas Hispanoamericanos, 1978.

lunes, 6 de septiembre de 2021

EL PAJARO Y EL NIÑO

EL PAJARO Y EL NIÑO

Un pajaríllo
dieron a BIas,
niño travieso,
buen perillán.
Atale un hilo,
le echa a volar.
y el prisionero
quieto se está.
BIas le decía:
-Torpe animal.
goza el permiso
que hoy se te da.
Largo de sobra
es el torzal;
vuelos bien altos
puedes echar.-
-No- dice el ave, que
en realidad
ese bien, luego,
tórnase mal.
Tú, de la pata
me tirarás,
siempre que el vuelo
quiera yo alzar.-

......................................

No hay servidumbre
que aflija más
que una con visos
de libertad.

de Juan Eugenio Hartzenbusch,
en Versos para niños, Editorial Claridad, 1936 (?).

domingo, 5 de septiembre de 2021

imágenes pandémicas

imágenes pandémicas

especialistas
equivocando diagnósticos
pronósticos erráticos

*

ignorantes
equivocando diagnósticos
pronósticos tajantes

*

nariz fuera del barbijo
casco en el codo
¿el preservativo?

*

sostén de mentones
en varios colores
para las bocas abiertas

*

astronautas pisando
precavidamente
entre alienígenas la tierra

*

la escuela
como la luna
inmaculada

*

el diván y el sillón
al lado del cajón
dentro del aula

*

perros paseando
a sus nuevos amos
por las calles

*

entre la medicina y la televisión
nos quedamos con la televisión
nos conoce mejor

*

su epitafio dirá
luchó por la libertad
y murió de covid
sin libertar nada

Por Félix Sánchez Durán.

HOMBRE COTIDIANO

HOMBRE COTIDIANO

Renaces del sueño.
Pisas la mañana,
Recomienzas el camino
Que no conduce.
No cargas tu cruz o tu estrella,
Te cargas a ti mismo.

La publicidad te dirá
Lo que debes comer y beber.
Una agencia matrimonial
Arreglará tu exacto complemento biológico,
Después serás numerado
Extraerás una ficha
Ingresando a la sociedad.

Pero quién te sacará la ausencia?
Qué librará a tus hijos inconcebidos
De los frutos atómicos?
Quién te dará certeza de paz mañana,
Y te explicará lo que sobró de los hombres?

de Carlos Varassim,
en Eco Contemporáneo, n°1, 1961.
http://americalee.cedinci.org/wp-content/uploads/2021/04/EcoContemporaneo_n1.pdf (26/7/21).

sábado, 4 de septiembre de 2021

Mayar XXIV

Mayar XXIV

La gaviota se cansará del vuelo
y nadie sabrá
si hay sombras en el aire.

Sin saber caminar
nos daremos el paso
y las bocas desbordarán la saliva,
entonces,
los dientes tocarán lo plano
y llegará el momento
de habitar la palabra.

de Francisco Azuela,
en La palabra ardiente, Centro Cultural Internacional El Cóndor de los Andes - Águila Azteca, A.C., 2002.

viernes, 3 de septiembre de 2021

Los tanteros

 Los tanteros

Sólo un hato de negros
descargados en el campo,
arando, plantando, segando,
para hacer que el algodón rinda.
Cuando el algodón es recogido
y el trabajo terminado
el patrón toma el dinero
y nosotros no recibimos nada,
nos deja hambrientos, andrajosos
como estábamos antes.
Los años van y vienen
y nosotros somos nada más
que un hato de negros
descargados en el campo
arando la vida entera
para hacer que el algodón rinda.

de Langston Hughes,
en Poesía social y revolucionaria del siglo XX (selección de Jorge Brega), Editorial Agora, 2012.

jueves, 2 de septiembre de 2021

Sonetos de Fuerteventura - XIII

 XIII

"¡Ahora yo soy el amo!" ¡Pobre chico!,
y lo dijo en francés del Instituto.
Admira al bisabuelo, se cree astuto,
y hasta presume de tener buen pico.

Pero como no es ningún Federico
y el seso tiene de sustancia enjuto
le lleva su amo, su rocin, su bruto,
hasta que tenga que decir "¡abdico!"

Ha querido colar de contrabando
la monarquía neta, la del cuco
que fué el abyecto sétimo Fernando,

y aunque en España sobre hoy tanto eunuco
como él muy listo es embustero y blando
va a salirle al revés el viejo truco.

15-V-1924.

de Miguel de Unamuno,
en Obras Completas - Poesía II, Afrodisio Aguado, 1958.

miércoles, 1 de septiembre de 2021

Traicioné a mis padres

 Traicioné a mis padres

Traicioné a mis padres: no acaté su legado
ni recorrí el camino trazado por su índice.
Defraudé a la ciudad: no tuve oficio ni empleo
y mi voto sólo llevó inquietud a los burgueses.
Menosprecié a los dioses: no veneré sus máscaras
ni me hinqué ante sus nuncios terrenales.
Desoí a la razón: cuando hube de callar, solté la lengua;
cuando hube de ser cauto, puse el dedo en la llaga.
A una edad en que ya debería preparar mi alma,
alivianarla para su despegue,
no puedo hablar siquiera de arrepentimiento.
Condenado por todos los discursos,
sigo escuchando la impenitente voz de la poesía,
su incitación a la desobediencia.

(El fin ya tuvo lugar)

De César Cantoni,
en Entre los Poetas Míos... - Colección Antológica de Poesía Social Vol.112, Biblioteca Virtual Omegalfa, 2018.