Las palabras necesitan de un contexto histórico, político, social, cultural, económico y biográfico para significar. Exhorto a lxs lectorxs/militantes a realizar un viaje de conocimiento acerca de lugares, tiempos y autorxs para enriquecer la experiencia literaria que propongo en este espacio. Gracias.

sábado, 25 de octubre de 2025

cuando algún ex...

cuando algún ex 
hace de las suyas 
las demás son una piña 
«todos son iguales» 
y una larga lista de adjetivos 
que se quedan entre estas paredes 
pero cuando conocen a un hombre 
uno nuevo 
les brilla la mirada 
enseguida se ilusionan 
se enseñan los mensajes del móvil 
«este es diferente» 
«no me pegaría nunca» 
es difícil este trabajo 
enseñar a confiar 
con la seguridad intacta 
a enamorarse 
sin perder la identidad 
a dar otra oportunidad a la vida 
sin repetir la historia

de Mada Alderete Vincent,
en Insumisas - Poesía Crítica Contemporánea de Mujeres, Baile del Sol, 2019.

jueves, 23 de octubre de 2025

HIJOS DEL PUEBLO

HIJOS DEL PUEBLO

Presentamos tres versiones con la misma música. La primera es la que se grabó y cantó
durante la guerra civil, la segunda es la versión original y la última se titula indistintamente
"Himno Anarquista" o "Salud Proletarios".

HIJOS DEL PUEBLO

Hijo del pueblo, te oprimen cadenas,
y esa injusticia no puede seguir;
si tu existencia es un mundo de penas
antes que esclavo prefiere morir.
En la batalla, la hiena fascista.
por nuestro esfuerzo sucumbirá;
y el pueblo entero, con los anarquistas,
hará que triunfe la libertad.

Trabajador, no mas sufrir,
el opresor ha de sucumbir.
Levántate, pueblo leal,
al grito de revolución social.
Fuerte unidad de fe y de acción
producirá la revolución.
Nuestro pendón uno ha de ser:
sólo en la unión está el vencer.

HIJOS DEL PUEBLO HIJOS DEL PUEBLO
(Versión Original)

Hijo del pueblo, te oprimen cadenas
y esa injusticia no puede seguir,
si tu existencia es un mundo de penas
antes que esclavo prefiero morir.
Esos burgueses, asaz egoistas,
que así desprecian la Humanidad,
serán barridos por los anarquistas
al fuerte grito de libertad.

Rojo pendón, no más sufrir,
la explotación ha de sucumbir.
Levántate, pueblo leal,
al grito de revolución social.
Vindicación no hay que pedir;
sólo la unión la podrá exigir.
Nuestro paves no romperás.
Torpe burgués.
¡Atrás! ¡Atrás!

Los corazones obreros que laten
por nuestra causa, felices serán.
si entusiasmados y unidos combaten,
de la victoria, la palma obtendrán.
Los proletarios a la burguesía
han de tratarla con altivez,
y combartirla también a porfía
por su malvada estupidez.

Rojo pendón, no más sufrir,
la explotación ha de sucumbir.
Levántate, pueblo leal,
al grito de revolución social.
Vindicación no hay que pedir;
sólo la unión la podrá exigir.
Nuestro paves no romperás.
Torpe burgués.
¡Atrás! ¡Atrás!

HIMNO ANARQUISTA
(Salud Proletarios)

Salud proletarios: Llegó el gran día;
dejemos los antros de la explotación,
no ser más esclavos de la burguesía,
dejemos suspensa la producción.
Iguales derechos e iguales deberes
tenga por norma la sociedad,
y sobre la tierra los humanos seres
vivan felices en fraternidad.

Trabajador, no más sufrir
el opresor ha de sucumbir.
A derrocar al capital,
al grito de Revolución Social.
Acracia al fin triunfará.
Bello jardín la tierra será.
Todo lo vil a eliminar.
Pueblo viril, ¡Luchar, Luchar!

No más supremacía de dioses y
leyes,
no más de tiranos la vil opresión.
Y vallas, fronteras, gobiernos y leyes
derrúmbense al paso de la rebelión.
Formemos un mundo de paz y
armonía
do libres imperen las Artes y Amor.
Viviendo la libre Anarquía
Natura brinda en su rica labor.

Trabajador, no más sufrir
el opresor ha de sucumbir.
A derrocar al capital,
al grito de Revolución Social.
Acracia al fin triunfará.
Bello jardín la tierra será.
Todo lo vil a eliminar.
Pueblo viril, ¡Luchar, Luchar!

Anónimo,
en Ruta por el león libertario, Producciones el SetA/Star m1919, S/F.

martes, 21 de octubre de 2025

Dilema

Dilema

¿Acaso somos la generación
que manejamos
veinte variables
de satisfacción inmediata
pero que no aprendimos
aún
cómo amarnos
sin lastimarnos?

de Nina Ferrari,
en Sustancia, Editorial Sudestada, 2020.

domingo, 19 de octubre de 2025

RAZONAR

RAZONAR

Rebeldía inteligente.

de Álvaro Yunque,
en Ondulante y Diverso, Tallón, 1967.

sábado, 18 de octubre de 2025

Iluminación

 Iluminación

Los profetas enseñaban:
En sus residuos

los reconoceréis.

de Maribel Andrés Llamero,
en https://www.zendalibros.com/7-poemas-de-maribel-andres-llamero/ (20/6/25).

jueves, 16 de octubre de 2025

El niño amaestrado

El niño amaestrado

Miraba sus piececitos tapiados
como tallados litorales.
Huir de la tiranía de sus pasos
le haría bien.
Palabras
Descalzándose
Sin tiempo.

de Rosana Acquaroni,
en https://www.isliada.org/poetas/rosana-acquaroni/ (20/6/25).

miércoles, 15 de octubre de 2025

Flor de la calle

Flor de la calle 

Si algún día
pasas por una calle gris,
a la que dan sombra los almendros,
y la distinguen una gasolinera
y una escuela,
busca una pequeña flor
en el asfalto,
busca mi corazón.
Mi corazón, que ha huido de mi equipaje
por miedo a un nuevo exilio
y que ha elegido ser
flor de la calle.

de Suzanne Alaywan,
en https://franciscocenamor.blogspot.com/2025/03/poema-del-dia-flor-de-la-calle-de.html (2/3/2025).

lunes, 13 de octubre de 2025

Las cosas que he ido escondiendo

Las cosas que he ido escondiendo

Las cosas que he ido escondiendo
bajo las piedras,
entre los esqueletos,
en el polvo, en las sillas, en los papeles,
entre pecho y espalda,
surgen de pronto,
proyectando sombras espesas,
viscosas, como moco de político pájaro.

Abrí los ojos y me dijeron
que en país de ciegos hiciera como el ciego.
Después me enseñaron las palabras
y me aconsejaron que cerrara la boca
si no era para repetir lo repetido,
y que fuera manso para llegar al reino de los cielos.
Me dictaron todo lo que podía hacer, creer y recibir,
y yo gemía de noche, entre las sábanas,
porque no era tan santo como San Luis Gonzaga.

Vuelven estas cosas que he ido apilando
a la vera del camino, para olvidarlas.
Vienen como con pies, hablan como con boca
los patios donde me calentaba a medias,
las piezas en tinieblas y la luz,
los pecados mortales y los veniales,
las sesiones finales,
los valses del teatro Hogar,
y todas esas fiestas infantiles
con aquellos regalos regalados.

Vuelven como empujadas por el viento,
este helado silbido paramuno,
y me llevan de la mano
de paseo por la calle de siempre,
con la pordiosera, sus trapos y sus perros,
con el niño durmiendo en su caja de whisky
Johny Walker, que sigue tan campante,
con el sacristán masturbándose
ante la Virgen y su lindo niño en brazos,
con el hombre esperando la muerte en una
esquina,
con el hombre esperando la vida en un camastro,
con todos los vivos y todos los difuntos,
¡y más frío que el que tendré en mi tumba!

de Nicolás Suescún,
en Jamás tantos muertos, Universidad Externado de Colombia, 2008.

sábado, 11 de octubre de 2025

El sonido del silencio (The sound of silence) (canción)

El sonido del silencio (The sound of silence)

Vieja amiga, oscuridad
Devuelta aquí te vengo a hablar
Porque una sutil visión me llegó
Mientras dormía en mí se plantó
Y la visión germinó en mi cabeza
Y aún queda
En el sonido del silencio
 
Atravesé en inquieto ensueño
Pasajes de adoquín estrechos
Debajo del halo de un farol
Giré hacia el frío y hacia el vapor
Cuando a mis ojos y a la noche los cortó
Luz de neón
Y conmovió al silencio
 
Y en la desnuda luz yo vi
Tal vez eran más de diez mil
Personas que hablaban sin hablar
Personas que oían sin escuchar
Haciendo canciones que nunca iban a cantar
Nadie iba a osar
Perturbar el silencio
 
“Tontos, no saben –dije yo-
Que el silencio es como un tumor
Que mi voz les podría enseñar
Que mis brazos los podrían abrazar”
Pero como mudas gotas mis palabras
Resonaban
En charcas de silencio
 
Y el pueblo se inclinó y oró
Al dios de neón que creó
 Y una advertencia tenía el cartel
En sus palabras se podía leer
 "La profecía está escrita en los muros del subterráneo
Y en los del barrio"
Y susurró en el silencio

de Paul Simon (Simon & Garfunkel),
en Sounds of Silence, Columbia Records, 1966.
Versión: Félix Sánchez Durán.

viernes, 10 de octubre de 2025

Los sonidos del silencio (The Sound of silence) (canción)

Los sonidos del silencio (The Sound of silence)

Vieja amiga oscuridad
Otra vez quisiera hablar
Porque he tenido nuevamente
Una visión que suavemente
Iba cambiando mi manera de pensar
La oigo hablar
La escucho en el silencio

En sueños caminaba yo
Entre la niebla y la ciudad
Por calles frías desoladas
Cuando una luz blanca y helada
Hirió mis ojos
Y también hirió la oscuridad
La vi brillar
La veo en el silencio

En la desnuda luz miré
Vi mil personas tal vez más
Gente que hablaba sin poder hablar
Gente que oía sin poder oír
Y un sonido que
Los envolvía sin piedad
Lo puedo oír
Sonidos del silencio

Entonces yo les quise hablar
Entonces los quise ayudar
Quise sentirlos como hermanos
Quise tomarlos de las manos
Pero no podían
No podían despertar
Y entender
Me hundía en el silencio

Se arrodillaban a rezar
Aquella luz era su dios
Yo les grite que despertaran
Que la verdad allí no estaba
Que los profetas no, no son luces de neón
Y que dios
Siempre habla en el silencio

de Paul Simon (Simon & Garfunkel),
en 20 grandes éxitos (Sergio Denis), Universal Music Argentina, 2009.
Versión: Alfredo Bojalil.

jueves, 9 de octubre de 2025

La lucha oscura

La lucha oscura

La lucha oscura provocó defectos
muy graves entre nuestros combatientes.
La inocencia primera dejó paso
a actitudes heroicas, demasiado brillantes
para ser verdaderas.

La jactancia en el sacrificio, el aire
mártir de quien no inmola
sino su propia falta de valor
para seguir luchando día a día.

Más que grandes combates, hoy se libran
grandes conversaciones misteriosas.
E importa, más que el triunfo,
la apariencia de ser un combatiente
destacado, el asombro de quien oye
el gran relato de batallas falsas
o que el azar ganó para nosotros.

Hay que fiarse de las apariencias:
parece ser la norma de la lucha
y ello hace, en ocasiones,
que hasta la misma lucha sea aparente.

Pero a arreglarlo acude el optimismo
arma de doble filo, aunque mellados
Hay vicios más sutiles, sin embargo.

Algunos luchan de verdad, a veces,
pero sin perseguir otra victoria
que algún ascenso personal en este
secreto escalafón de las tertulias.

Se logran triunfos, a pesar de todo.
Pero no es que nosotros le venzamos,
sino que el enemigo está perdido
o, cuando no lo está, le pierden otros
combatientes más ciertos.

Mas da miedo pensar que la victoria
será pretexto un día
de condecoraciones no ganadas.

De Jesús López Pacheco,
en Entre los poetas míos... - Colección Antológica de Poesía Social Vol.23, Biblioteca Virtual Omegalfa, 2013.

martes, 7 de octubre de 2025

PETRÓLEO & CONCIENCIA

PETRÓLEO & CONCIENCIA

Brindamos por nuestra propia extinción. ¡Salud!
En el cóctel de carbón: el primer helecho del mundo
y también nuestros huesos cuando desaparecemos.
En un año frígido, arde un millón de años.

El petróleo es la conciencia de la tierra, que apuramos
para apaciguar a nuestros dioses de las refinerías,
para nutrir a vehículos que no tienen cerebro,
y para llenar de combustible a los servidores salvajes,

supremos seres sin vida que flotan, vuelan y matan
en los lugares más remotos del planeta y de la mente,
dondequiera que elijamos imponer nuestra voluntad,
dondequiera que se refinen los fósiles de la avaricia.

Por los pulmones como hojas del Amazonas,
por los senderos cantados de la tierra del caribú,
perforamos el sueño de la tierra de un mastodonte.
Por la piel de las costas y los ojos de arena del desierto

taladramos las capas de la tierra: la psique,
los estratos de todos nuestros soles pretéritos,
y lo que nos mantiene cautivos de la memoria,
pozos oscuros de disoluciones y miedos cotidianos.

Llevamos petróleo crudo y no sangre en el corazón,
y aunque quizá no logre conmovernos
una corriente subterránea nos ayudará a emprender
el verdadero cambio de régimen que empieza en casa.

de Steven White,
en Antología Poética - Cuadernos del Ateneo, S/F.

domingo, 5 de octubre de 2025

EL BOSQUE EN MARCHA

EL BOSQUE EN MARCHA

Era una Isla de esclavos bajo el cielo
más azul de la América.
                                                    Besaban
los pies de la sirena de los mares
las ondas oceánicas cargadas
de corales, madréporas y conchas.
En la soberbia entonación del agua
conque lamenta el mar la desventura
que ha encadenado a la infeliz esclava
había un rudo acento, un largo grito
tembloroso y sonante de venganza.

Rugió la guerra y en los agrios bosques
como loba con hambre se arrastraba,
medio escondida entre los viejos troncos.
Las lágrimas y sangre a las entrañas
fecundas de la selva descendían
a un tiempo con los odios y las rabias
de muchos combatientes. Recios árboles
caídos en la tierra sollozaban
con el sordo extertor de las heridas,
vertiendo a un tiempo su potente savia.

Cuando la guerra huyó, tras largos años,
de esclavitud más triste y más amarga,
ejércitos de jóvenes arbustos,
nutridos con la sangre y con las lágrimas
de la infeliz generación que había
muerto en el bosque primitivo, hallaban
vientos de libertad bajo los cielos,
odio en la tierra y en sus fibras rabia.

Y una vez más resucitó la guerra:
más lágrimas y sangre derramadas
filtrándose en la tierra.
                                                    Mas de pronto,
conmovida la selva en sus entrañas,
llenas de sangre, resolvió la guerra.
¡También la guerra! Y a jurar venganza
llama al pueblo de árboles nutridos,
de hiél y de odio, de valor y rabia.

Se agitan las florestas de la isla
con ciega sed de libertad.
                                            La raza
trocada en savia alimentó aquel bosque
que va a blandir como soberbias lanzas
sus gigantescos y robustos brazos.
Un sordo estruendo, un viento de borrasca
sacude las melenas del ejército
y al trote, al trote comenzó su marcha.
Un ancho soplo de tormenta empuja
aquella tempestad salvaje. Nada
detiene el paso del andante bosque:
es un ciclón devastador que aplasta
selvas y campos y ciudades y hombres
con un estruendo atronador que espanta.
Un ejército de hombres y de bestias
huyó a la costa a defenderse.
                                                        El agua
con sus clarines de metal, su grito,
eterno invocador de las venganzas,
levanta hasta los cielos; los clamores
de la turba de fieras asustadas
con el lamento de las olas, se iban
haciendo cada vez más roncos: ráfagas
rápidas como potros desfrenados
surcos profundos en el mar trazaban.

Y vino al fin la tempestad: el bosque,
sudando espuma cual las gordas ancas
del Océano, se acercó a la costa
y en las ondas del mar encabritadas
fué vaciando el ejército de fieras.
Luego avanzó, llevando a las espaldas
todo un montón de sus cadenas rotas,
todo el pasado de su vida esclava,
y lo arrojó sobre las muertas fieras
cual sudario de plomo.
                                                    Y rudo marcha
dentro del mar, despedazando el velo
sangriento de la noche que se acaba.

«No más exclavos en el mundo» — dijo-,
y sacudió su limpio manto de aguas.

de Roberto Brenes Mesen,
en Los mejores poetas de Costa Rica, Compañía Ibero-Americana de publicaciones/
Librería FERNANDO FE, 1915.

viernes, 3 de octubre de 2025

Los hijos del soldado

Los hijos del soldado

Mi padre era maestro. Yo tenía siete años.
Y un día recibió, como todos, la carta.
Había sido aceptado en el partido
(aunque él jamás habría solicitado el ingreso).
Le enviaron un escudo con la esvástica.
Unos meses después marchaba rumbo a Rusia.
Mi madre estaba enferma aquel invierno,
los tres niños debíamos hacerlo todo en casa.
Y a veces venían cartas desde el frente oriental.
La guerra era una ausencia, un silencio, un temor que crecía.
Después las cartas se acabaron, y se acabó la guerra.
Y los hombres volvieron, pero él seguía en el frente.
Qué larga fue la infancia; qué triste está Alemania en la memoria.
Los tres íbamos juntos cada sábado
a esperar aquel tren.
Sin hablar lo esperábamos.
Y mi madre creía que estábamos jugando en los campos vecinos.
Año tras año, sin faltar, cada sábado,
sin decírselo a nadie,
esa estación nos vio crecer callando.
Cuando caía la noche, regresábamos.

de William Ospina,
en Una sonrisa en la oscuridad, Universidad Externado de Colombia, 2007.

miércoles, 1 de octubre de 2025

Yo así no juego más

Yo así no juego más

Si el juego es una carrera
y solo gana el que llega
yo así no juego más.

Si por ganar no me importa
que vos te quedes sin la torta,
yo así no juego más.

Si el juego es una pelea
y solo gana el que pega,
yo así no juego más.

Si estás jugando conmigo,
y por ganar te lastimo,
yo así no juego más.

Yo solo quiero jugar
porque me gusta encontrar
la risa que se perdió.

Yo solo quiero jugar
porque es la forma mejor
de dejar pasar el sol.

¡No me quieran enseñar
cómo se debe jugar,
que al juego lo inventé yo!

de Manuel González Gil,
en Poemas andantes - Del antiguo linaje de los juglares a la voz digitalizada, DGES, 2022.