Las palabras necesitan de un contexto histórico, político, social, cultural, económico y biográfico para significar. Exhorto a lxs lectorxs/militantes a realizar un viaje de conocimiento acerca de lugares, tiempos y autorxs para enriquecer la experiencia literaria que propongo en este espacio. Gracias.

martes, 23 de marzo de 2021

World is a bussiness

  World is a bussiness

El mundo entero es un negocio.
El mundo entero es vendedor de Avón.
El mundo entero está llamando a tu puerta.
No hagas ruido.
No abras.
Haz como que no hay nadie en casa.

de Eric Luna,
en Poesía de guerrilla, Groenlandia, 2012.

lunes, 22 de marzo de 2021

LÁSTIMA

LÁSTIMA

Me haces daño, Señor. Quita tu mano
de encima. Déjame con mi vacío,
déjame. Para abismo, con el mío
tengo bastante. Oh Dios, si eres humano,

compadécete ya, quita esa mano
de encima. No me sirve. Me da frío
y miedo. Si eres Dios, yo soy tan mío
como tú. Y a soberbio, yo te gano.

Déjame. ¡Si pudiese yo matarte,
como haces tú, como haces tú! Nos coges
con las dos manos, nos ahogas. Matas

no se sabe por qué. Quiero cortarte
las manos. Esas manos que son trojes
del hambre, y de los hombres que arrebatas.

de Blas de Otero,
en Poesía Religiosa - Antología (Leopoldo de Luis), Alfaguara, 1969.

domingo, 21 de marzo de 2021

¿Qué es la poesía?

¿Qué es la poesía?

En un poema, una palabra sigue a otra palabra
como un auto sigue a otro auto en la calle.

De igual modo, hay una sintaxis del tránsito
-un fluir regulado por marchas y paradas-
como hay una sintaxis del lenguaje.

Pero la poesía no es las palabras
ni los autos persiguiéndose.

Tampoco es la consecuencia de una sintaxis o de otra.

La poesía es ese choque imprevisto en una esquina,
con muertos y heridos sobre el pavimento,
mientras suena furiosamente una sirena
y llega la policía.

De César Cantoni,
en Entre los Poetas Míos... - Colección Antológica de Poesía Social Vol.112, Biblioteca Virtual Omegalfa, 2018.

ignora...

ignora las hojas secas
ignora las hojas caídas
ignora las hojas muertas
ignora su crujido
desoye su existencia
y amanecerás bajo el agua

Por Félix Sánchez Durán.

sábado, 20 de marzo de 2021

Cadena de sangre

Cadena de sangre

Sofistas y tiranos
blasfeman, estrechándose las manos,
contra la Libertad, contra el Derecho:
engendros del furor y el egoísmo,
con infernal cinismo
hieren a un tiempo la razón y el pecho.
La Humanidad doliente se congrega,
como revuelto mar se arremolina,
y aunque con sangre riega
y el Universo anega,
jamás florece la ilusión divina.
Al golpe de los tiempos han cedido
del César las crueldades,
y hoy no se ve el reflejo enrojecido
de la quemante hoguera en las ciudades;
pero, nunca vencido,
tras la mentida máscara moderna,
el tirano inmortal sigue en su trono,
con la misma crueldad, el mismo encono,
la misma furia eterna.

Apóstoles de negras herejías,
pasean su traición, muestran la frente,
y en medio de políticas porfías
parece que las viejas utopías
vuelven a alzarse con la edad presente.
La Justicia, maltrecha en tantas lides,
levanta desmayada
su angustiosa mirada,
implora compasión a sus verdugos
y obtiene sólo míseros mendrugos
en la punta sangrienta de una espada.
Y no es la más odiosa tiranía
aquélla que a la luz del claro día
muestra su desenfado y su vileza,
sino la que se oculta y no se nombra,
la que inclina ante el pueblo la cabeza
y, llena de bajeza,
ejecuta su crimen en la sombra.
¡Venga el déspota rudo
que, ante la Ley y los Derechos mudo,
en otros tiempos la Verdad ahogaba;
mas no el Tartufo que a la patria inerte
le ofrece vida y le inocula muerte,
la llama libre y la gobierna esclava!

Hay un eterno grito,
perpetuo grito de venganza y guerra
que, siempre odiado y a la par maldito,
ha estremecido sin cesar la Tierra
sobre los yertos ejes de granito.
Es el viejo atentado
que añade horror sobre el horror pasado,
es el sangriento ultraje
que en mil generaciones se retrata,
es el zarpazo de la bestia hambrienta
que, de oro, sangre y de poder sedienta,
derriba, insulta y avasalla y mata.
El poderoso ruin, el cruel tirano,
símbolo haciendo de ese grito infame,
ha desolado el continente humano
y hoy con el mismo horror y el odio mismo,
dominando la cumbre y el abismo,
el grito repercute y se renueva
y nueva infamia tras la infamia lleva.

La pura Libertad escarnecida,
esclavo el pensamiento,
no se escucha un acento
que indique gloria, que denuncie vida;
los mismos que Derechos invocaron,
al llegar a la cima los violaron
y del monstruo fatal las negras fauces,
las avarientas, codiciosas garras,
fijas están sobre la inerte tierra
con gesto mudo amenazando guerra.

¿Los líricos, dó están, que antes soñaran
la libertad del orbe?
¿Acaso sus doctrinas olvidaran?
¿Acaso el egoísmo los absorbe?
¿Por torpe miedo la mentira amparan?
El fondo de los pechos no está yerto,
la Libertad no ha muerto,
no ha muerto el labio aunque la lengua calla:
¡que también el volcán, frío parece,
cuando en su seno la tormenta crece,
la lava ruge, el cataclismo estalla!...

¡Cuántas veces el alma humana, alzando
el estandarte doctrinal de Cristo,
las ignominias del poder nefando
ir despeñadas a la tumba ha visto!...
Cuando esa voz olímpica escuchaban,
la Libertad y el Genio despertaban:
los cadalsos caían
y los cetros rodaban
y las antiguas leyes sucumbían.
Era la voz gigante
del Universo que en la lid se afana,
el esfuerzo de Atlante,
la ebullición de la conciencia humana,
que al fin se traducía
en las cascadas de la luz del día.

Pero es el mundo una feroz cadena
donde sucede en bacanal locura
tras el placer la pena,
tras la adusta verdad la mofa obscena,
tras los rayos del Sol, la noche oscura.
Y después de un relámpago de gloria,
fugaz y apetecido
que coronaba con laurel la Historia,
el instinto, no muerto, sino herido,
pronto con gritos de dolor se alzaba
y entregados al aire los pendones
en pueblos y naciones
la Libertad de nuevo subyugaba.

Tornaban otra vez, yertas y frías,
con sordo torbellino
a resbalar las horas,
y, al golpe de los remos del Destino,
la barca universal se deslizaba,
y tras de sí dejaba
sólo surcos de sangre en el camino.

Y otra vez y otra vez razas gigantes,
retando a muerte y provocando al César
se alzaban centelleantes
y, lívido, altanero,
otra vez un mandón las subyugaba
y las encadenaba
a su sangriento carro de guerrero.

Hoy esa lucha misma
de la Verdad final contra el sofisma,
vuelve, como un turbión de tempestades:
el mundo es una hoguera,
los rugidos del odio, una bandera,
y un cadalso sangriento las ciudades.
Con sordo espanto el Universo mira
derribados su Dios y su esperanza,
¡erigida en sistema la mentira,
y la elocuencia, la razón, la lira
sujetas al clamor de la venganza!...

Rebelión de titanes,
rugido de tormenta y de volcanes,
los pueblos de granito
deben alzar su grito;
su voz el orbe atruene
y los espacios llene,
los cóncavos del mar y el infinito.
¡Basta de sangre y de brutal violencia!
¡Basta de rebelión y guerra; basta!
¡Venga del pueblo o de la vieja casta,
sólo es justo un tirano: la Conciencia!

de Manuel Ugarte,
en Poesías Completas, Casa Editorial Maucci, 1921.

viernes, 19 de marzo de 2021

jueves, 18 de marzo de 2021

E DIOS

E DIOS

He de creer en ese Dios absurdo,
ese Dios que hizo al hombre contrahecho
y que le señorea por derecho
exigiendo lo recto por lo zurdo?
¿Quién inventó ese Dios de horca y cuchillo
que creció y se nutrió de guerra santa?
con halagos a Dios el hombre espanta
su miedo tenebroso y amarillo.
Tan amarillo como la ictericia
enfermedad terrible que se inicia
en el vientre poluto de la madre.
Cuerpo y alma luchando medio a medio
para acabar podrido sin remedio;
pero tan sólo cuando a Dios le cuadre.

de Lucía Sánchez Saornil,
en Poemas, Starm1919/elsetaproducciones, S/F.

miércoles, 17 de marzo de 2021

Ella y su cuerpo

 Ella y su cuerpo

Rara vez le pareció
que le quedara bien
su cuerpo.
De niña,
era un cuerpo tan breve
que la obligaba
a mirar siempre desde abajo,
a esperar que sus padres
la tomaran en brazos
para verles
el rostro de cerca,
para tocarles los cabellos,
a esperar el abrazo
de su madre
para recostarse
en su pecho suave.
Ella, desde su estatura,
sólo podía abrazarle
las rodillas duras.

Luego,
fue un cuerpo inquieto,
a menudo doliente,
castigado
por persistentes fiebres,
un cuerpecillo insignificante
del que surgía un rostro pálido.
Y cuando un día
pareció vestirse de fiesta
de la adolescencia
ella creyó que se lo reprochaban.
Apenas asomaba la alegría
en el ritmo ligero de su paso
en el sonido claro de su voz,
en el brillo de sus ojos,
oscuros peligros acechaban
ese florecer extraño.
¿Tenía derecho a vestirse de fiesta
en un mundo enlutado?
¿Podía llevar su pie danzante
por un camino de espinas?
Quizás
su mismo cuerpo
era un vestido ajeno.
Por eso tuvo extrañas aventuras
el joven cuerpo lastimado:
iba al abrazo
como a un naufragio
y volvía como un sobreviviente
milagrosamente salvado.
En la fuga
se encontraban de nuevo
ella y su cuerpo
sin saber de qué huían.

No sabía entonces
que era
una tierna parte de sí misma,
tierra pródiga
donde su vida florecía;
y qué tan dulce
como el viento de primavera
era su aliento misterioso
tan ricas como las ramas
del árbol verdecido,
sus manos,
y más luminosos
que los astros del firmamento
sus grandes ojos abiertos.

de Alaíde Foppa,
en https://periodicodepoesia.unam.mx/texto/la-desvanecida-imagen/ (20/12/20).

martes, 16 de marzo de 2021

¿¡Cómo...

¿¡Cómo no voy a tener los pies sobre la tierra!?
¿¡Cómo!?
¡Treinta mil pares de manos
toman mis tobillos
y marcan mis pasos!

Por Félix Sánchez Durán.

lunes, 15 de marzo de 2021

Mis harapos

 Mis harapos

Caballero del ensueño, tengo pluma por espada
mi palabra es el alcázar de mi reina la ilusión
mi romántica melena, así lacia y mal peinada
es más bella que las trenzas enruladas de Ninón.
Tengo un primo. El es rico, poderoso, bien querido
yo soy pobre, soy enfermo, pienso, escribo y sé soñar
y una noche, de esas noches tan amargas que he sufrido
mis harapos con su smoking se rozaron al pasar.

Me miró como al descuido: no dejó su blanca mano
se estrechara con la mía contagiándole calor,
él su smoking lo vestía ¡mi elegante primo hermano!
y alejóse avergonzado de su primo el soñador.
EI helado cierzo a ratos arreciaba incompasivo
yo sentía frío adentro, frío afuera y todo así;
y arrimándome a una puerta rompí en llanto convulsivo
y llorando como un niño ¡como un hombre maldecí!

Vas rozando las hilachas de mis trágicos harapos
una mueca de ironía mi miseria te arrancó;
¡También ríen en los charcos los inmundos renacuajos
cuando rozan el plumaje de algún cóndor que cayó!
Arquetipo inconfundible de tartufos que disfrazan
con el corte irreprochable de algún smoking o frac.
Tu eres primo ¡el arquetipo! ¡mis orgullos te rechazan!
¡déjame con mis harapos! ¡son más nobles que tu frac!

de Alberto Ghiraldo,
en https://campodemaniobras.blogspot.com/search/label/Poes%C3%ADa%20anarquista (6/12/20).

domingo, 14 de marzo de 2021

Mi país

Mi país

Si tuviera que, al mundo, presentar mi país,
Diría de la belleza, la dulzura y la gracia
De sus mañanas cantantes, de sus tardes gloriosas
Diría de su cielo puro, diría de su aire dulce,
Del escalonamiento armonioso de los tristes morros azulados
De las ondulaciones blandas de sus colinas cercanas,
Del esmeralda cambiante de sus cañas al sol
De las cascadillas que se deslizan entre grandes piedras
Diáfanas cabelleras entre dedos nudosos
Y de los soles que se zambullen en mares de turquesa.
Diría, rojas antorchas tendidas al firmamento,
De la belleza fulgurante de los ardientes flamboyanes,
Y de ese azul, y ese verde, tan dorado, tan límpidos
Que uno quisiera apretar el paisaje entre sus brazos.

Diría de la pañoleta de la mujer de azul
Que baja el camino con el canasto sobre la cabeza
Del ondulado balanceo de sus caderas robustas
Y de la melodía grave de los hombres en los campos
Y del molino que rechina bajo la luna por la noche,
De los fuegos sobre la montaña a medio camino del cielo,
Del café que se recoge sobre las cumbres altivas,
Del empalagoso olor de las guayabas demasiado maduras;
Diría, sobre las ciudades, de los torsos desnudos, bronceados
De aquellos que en la calle bajo el duro calor
No se dejan asustar por la más pesada faena
Y de los remeros pescando, al amparo de nuestros puertos
Cuando vuelve la tarde, de los corales bailadores
Mientras que las islas a lo largo, perezosas,
Dejan subir como humo, al fondo del crepúsculo,
La tierna imploración de sus hogueras lejanas.

Pero inflamará mi voz un ardor más guerrero
Para decir de la valentía de los que lo forjaron,
Diré de la lección que al mundo más que sorprendido
Dieron esos que eran creídos esclavos sumisos
Diré de la fiereza, diré del agrio orgullo,
Dones que en nuestras cunas encontramos
Y del amor feroz que llevamos en nosotros
Por una libertad de precio tres veces sangriento
Y del hervor que sube por nuestras arterias
Cuando al fondo de las selvas escuchamos el llamado
Del cónico tambor que nuestros lejanos ancestros
Trajeron hasta nosotros de las riveras del África
Madre hacia la cual sin cesar se vuelven nuestras miradas.

Si tuviera que presentar mi país al mundo
Diría todavía más, diría todavía menos,
Diría de tu buen corazón, oh pueblo de mi país.

de Marie-Thérèse Colimon Hall,
en "Haití en femenino - Veintidós voces" (Saint-John Kauss "John Nelson"), Cuadernos de Literatura del Caribe e Hispanoamérica, n°18, julio-diciembre, CONEL Publishing, 2013.
Versiones al español de Cristina García, María García y Alejandro Múnera. 

sábado, 13 de marzo de 2021

LOS MANDAMIENTOS

 LOS MANDAMIENTOS

No querrás de veras ser poet(is)a. Primero, si
eres mujer, tienes que ser tres veces mejor que
cualquiera de los hombres. Segundo, tienes
que acostarte con todo el mundo. Y tercero,
tienes que haberte muerto.
Poeta masculino, en conversación.

Si una mujer quiere ser poeta,
debe dormir cerca de la luna a cara abierta;
debe caminar a través de sí misma estudiando el paisaje;
no debe escribir sus poemas con sangre menstrual.

Si una mujer quiere ser poeta,
debe correr hacia atrás en torno al volcán;
debe palpar el movimiento a lo largo de sus grietas;
no debe conseguir un doctorado en sismografía.

Si una mujer quiere ser poeta,
no debe acostarse con manuscritos incircuncisos;
no debe escribir odas a sus abortos;
no debe hacer caldos de vieja carne de unicornio.

Si una mujer quiere ser poeta,
debe leer libros de cocina francesa y legumbres chinas;
debe chupar poetas franceses para refrescar su aliento;
no debe masturbarse en talleres de poesía.

Si una mujer quiere ser poeta,
debe pelar los vellos de sus pupilas;
debe escuchar la respiración de hombres durmientes;
debe escuchar los espacios entre esa respiración.

Si una mujer quiere ser poeta,
no debe escribir sus poemas con pene artificial;
debe rezar para que sus hijos sean mujeres;
debe perdonar a su padre su esperma más valiente.

de Erica Jong,
en Siete poetas norteamericanas contemporáneas (Beth Miller), UNAM, 2008.
Selección, notas y traducciones de Beth Miller. 

viernes, 12 de marzo de 2021

Conversaciones con la alpargata - 44

44

Y si éste fuera
mi último poema,
insumiso y triste,
raído pero entero,
tan sólo
una palabra
escribiría:
Compañero.

de Mauricio Rosencof,
en De puño y letra - Antología, Editorial Txalaparta, 1998. 

jueves, 11 de marzo de 2021

Sonetos de Fuerteventura - VIII

VIII

¡Oh, fuerteventurosa isla africana,
sufrida y descarnada cual camello,
en tu mar compasiva vi el destello
del sino de mi patria! Mar que sana

con su grave sonrisa más que humana
y cambia en suave gracia el atropello
con que un déspota vil ha puesto el sello
de la loca barbarie en que se ufana.

Roca sedienta al sol, Fuerteventura,
tesoro de salud y de nobleza,
Dios te guarde por siempre de la hartura

pues del limpio caudal de tu pobreza
para su España celestial y pura
te ha de sacar mi espíritu riqueza.

11-V-1924.

de Miguel de Unamuno,
en Obras Completas - Poesía II, Afrodisio Aguado, 1958.

miércoles, 10 de marzo de 2021

SOBRE DOLORES DE CABEZA

SOBRE DOLORES DE CABEZA

Es bello ser comunista,
aunque cause muchos dolores de cabeza.

Y es que el dolor de cabeza de los comunistas
se supone histórico, es decir
que no cede ante las tabletas analgésicas
sino sólo ante la realización del Paraíso en la tierra.
Así es la cosa.

Bajo el capitalismo nos duele la cabeza
y nos arrancan la cabeza.
En la lucha por la Revolución la cabeza es una bomba de retardo.
En la construcción socialista
planificamos el dolor de cabeza
lo cual no lo hace escasear, sino todo lo contrario.

El comunismo será entre otras cosas,
una aspirina del tamaño del sol.

de Roque Dalton,
en A la revolución por la poesía, Ediciones de la Esc. Preparatoria N°8, 1983.