Las palabras necesitan de un contexto histórico, político, social, cultural, económico y biográfico para significar. Exhorto a lxs lectorxs/militantes a realizar un viaje de conocimiento acerca de lugares, tiempos y autorxs para enriquecer la experiencia literaria que propongo en este espacio. Gracias.

domingo, 28 de abril de 2019

Cuerpo enfermo

Cuerpo enfermo

somos ese cuerpo
que adoleciendo de hambre,
que doliéndole la panza,
recibe del cerebro
información errónea:
te duele el dedo,
y como cuerpo
corremos a ponerle hielo.
incluso, ante la agudización del dolor
procedemos a amputarlo. 
somos ese cuerpo...

Por Félix Sánchez Durán.

sábado, 27 de abril de 2019

La queja de Adán

La queja de Adán

Hay quienes,
no importa qué les des,
también quieren la luna.

El pan,
la sal,
carne blanca y roja,
y todavía tienen hambre.

La cama matrimonial
y la cuna,
siguen con los brazos vacíos.

Les das campos,
su propia tierra bajo los pies,
y aún se van por los caminos.

Y el agua: cava el pozo más hondo,
que aún no será suficiente
para beber en él la Luna.

De Denise Levertov,
en Entre los Poetas Míos... - Colección Antológica de Poesía Social Vol.25, Biblioteca Virtual Omegalfa, 2013.

viernes, 26 de abril de 2019

Homo-marketing

Homo-marketing

Hemos pasado
de la información
a la posverdad;
de la política
a la encuesta;
de las utopías
a la apatía;
del juicio por jurado
al juicio por "focus group"...
Hemos pasado del hombre
al mercado.

Por Félix Sánchez Durán.

jueves, 25 de abril de 2019

Poemas candados

Poemas candados

Yo vi belleza en cada paliza.
Y en cada requisa planee mi futuro.
De los tiroteos quedó esta mirada.
De años con celda tengo tantas ganas.
De la calle un doctor, maestro y artista.
De las horas en visita, mis lecciones de dolor.
Como gira en madrugada, el ritmo de mi poesía.
El chamuyo con los pibes, hoy mi única alegría.
De la droga un turista, un simple consumidor.
Del hambre el resentimiento transformado en mi canción.
Verdegueadas de la yuta, como el sol de cada día.
De esos seres del juzgado, mi alimento de injusticia.
La lluvia sobre las chapas suena sobre mi conciencia.
Da razón a la esperanza,
que va escribiendo mi cuento.

de César González (Camilo Blajaquis),
en https://camiloblajaquis.blogspot.com/2009/05/poemas-candados.html (23/1/2019).

miércoles, 24 de abril de 2019

Encuentro

Encuentro

Lo encontré en una esquina de la calle Florida
Más pálido que nunca, distraído como antes,
Dos largos años hubo poseído mi vida…
Lo miré sin sorpresa, jugando con mis guantes.

Y una pregunta mía, estúpida, ligera,
De un reproche tranquilo llenó sus transparentes
Ojos, ya que le dije de liviana manera:
—¿Por qué tienes ahora amarillos los dientes?

Me abandonó. De prisa le vi cruzar la calle
Y con su manga oscura rozar el blanco talle
De alguna vagabunda que andaba por la vía.

Perseguí por un rato su sombrero que huía…
Después fue, ya lejana, una mancha de herrumbre.
Y lo engulló de nuevo la espesa muchedumbre.

de Alfonsina Storni,
en Entre el largo desierto y la mar, Fondo Editorial Casa de las Américas, 1999.

martes, 23 de abril de 2019

Conferencia de prensa de MM

Conferencia de prensa de MM

Marzo de 2019

"Tenemos que tirar todos juntos de este carro"
dijo el mandatario
y la sociedad toda
respondió por igual al llamado:

el rico dejó de tomar champagne,
la clase media pudiente dejó de ir al cine,
los asalariados dejaron de comer carne,
los pobres se limitaron a una comida diaria,
y los indigentes dejaron de respirar...
Todos por igual.

Por Félix Sánchez Durán.

lunes, 22 de abril de 2019

Caminos

Caminos

Camino antiguo, de estar andando
Una huella sobre el suelo fresco, sano
Camino antiguo, lento, caminando
Tracción a sangre, sudor esclavo
Progreso, progreso y adoquines…
Progreso, progreso y cemento
Globalización y alisado
Ni los baches irán quedando
Todo un uno veloz, apurado
Sudor esclavo, aire acondicionado
El camino estuvo listo
Antes de ser andado

Por Félix Sánchez Durán.

domingo, 21 de abril de 2019

Regalado ya murió

Regalado ya murió

Desde que los chapines nos hicieron el favor
de matarnos al Presidente General Regalado
(llamado el Bolo)
supimos que el avance histórico no es gratuito.

Grande el balazo en la mera frente
para que lo librara Dios de los malos pensamientos
fiero el segundo semillazo a flor de pecho
para que lo librara Dios de los males del corazón.

Qué contentas y qué tristes se pusieron las canasteras
contra las cuales el viejo de mierda echaba su caballo
borrachera tras borrachera
tras la misma sopa de sandías y matasanos
en el suelo mugroso del Mercado Central

Claro que luego pagaban el doble del valor de la fruta
en la puerta de la cocina de Casa Presidencial
a las que salían sanas y salvas de entre las patas del caballo.

de Roque Dalton,
en A la revolución por la poesía, Ediciones de la Esc. Preparatoria N°8, 1983.

sábado, 20 de abril de 2019

Canto triste a la patria bien amada

Canto triste a la patria bien amada

Patria...
y en la amplia bandeja del recuerdo,
dos o tres casi ciudades,
luego,
un paisaje movedizo
visto desde un auto veloz:
empalizadas bajas y altos matorrales,
las casas agobiadas por el peso de los años y la miseria
la triste sonrisa de las flores
que salpican de vivos carmesíes
las diminutas sendas...

Una mujer que va arrastrando su fecundidad tremenda,
un hombre que exprime pacientemente su inutilidad,
los asnos y los mulos,
miserable coloquio del hueso y pellejo;
las aves de corral son pluma y canto apenas,
el sembrado sombra,
lo demás es ruina...

Patria,
es mi corazón un acerico
en donde el recuerdo va dejando
lanzas de bien aguzadas puntas
que una vez clavadas temblorosas quedarán
por los siglos de los siglos

Patria,
sin ríos,
los treinta mil que vió Las Casas
están naciendo en mi corazón...

Patria,
jaula de bambúes
para un pájaro mudo que no tiene alas,

Patria,
palabra hueca y torpe
para mí, mientras los hombres miren con desprecio los pies sucios y arrugados
y maldigan las proles largas,
y en cada cruce de camino claven una bandera
para lucir sus colores nada más...

Mientras el hombre tenga que arrastrar
enfermedad y hambre,
y sus hijos se esparzan por el mundo
como insectos dañinos,
y rueden por montañas y sabanas,
extraños en su tierra,
no deberá haber sosiego,
ni deberá haber paz,
ni es sagrado el ocio,
y que sea la hartura castigada...

Mientras haya promiscuidad en el triste aposento campesino
y sólo se coma por las noches,
a todo buen dominicano hay que cortarle los párpados
y llevarle por extraviadas sendas,
por los ranchos,
por las cuevas infectas
y por las fiestas malditas de los hombres...

Patria...
y en la amplia bandeja del recuerdo,
dos o tres casi ciudades,
luego,
un paisaje movedizo,
visto desde un auto veloz:
empalizadas bajas y altos matorrales.

de Héctor Incháustegui,
en Poesía armada, Agermanament, 1976.

viernes, 19 de abril de 2019

El pequeño burócrata

El pequeño burócrata

Vivió con un ratón entre las piernas.
Una araña en cada ojo.
Inmóvil sobre su escritorio de roble americano.
Cuando le vi, ladró, me mostró los colmillos.
Pidió un café. Lo miró con mirada de muerto.
Dijo llamarse no sé qué, sufrir de la vesícula.
Hijo de madre virgen y tía desamparada.
Estudiaba violín utilizando sólo el dedo meñique.

Iba a llorar los viernes en la tumba del soldado desconocido.
Tenía un sobrino que era piloto.
Descorchaba alguna botella, la arrojaba con un mensaje al mar.
Pero el oleaje devolvía sólo bazofia sobre su corazón.
Una cebolla milenaria en medio del naufragio.

Le salió una cola, un pequeño cacho en la frente.
Le salió una patada en la nuca.
Encendía una vela (a Simón Mago).
Le cortaron una oreja a los noventa años de servicio.
Se cree emparentado con una jirafa.

Actualmente se moviliza en bicicleta.
Usa el mismo pantalón del año veinte.
La misma camiseta.
Su dentadura de acrílico tiene cuarenta y dos dientes.
Seiscientas tapaduras de metal rancio.
Esconde un ataúd debajo de la lengua.
Se introduce en él durante la noche.
Bala como un chivo.
Camina como un dromedario, come pasto.

Defiende la propiedad, se pone un gorro en el ciclo nocturno.
Defiende una sábana color ceniza.
Un alicate encontrado en el barrio Recoleta.
Su derecho a morder una sopalpilla debajo del catre.
Visitar a una novia muerta.
A un tío encerrado en la jaula de un pájaro.

Preside una sociedad protectora de perros calientes.
Aprendió a sonreír con una pila eléctrica.
A hablar en el restorán contra los tapires rojos.
Piensa casarse con una cebra en cuanto sea posible.
Cada tarde se come una mandarina.
No cree en las derechas ni en las izquierdas,
sólo en la tía que lo parió.

Ignora que lo cagaron en una esquina a la luz de un farol verde.

de Mahfud Massis,
en Poesía armada, Agermanament, 1976.

jueves, 18 de abril de 2019

Ante el Buró Político de la IV Zona de Guerra

En el Buró Político de la IV Zona de Guerra

He recorrido entera la región de Kuang Tsi.
Las dieciocho prisiones de sus trece distritos
he disfrutado. Ilustres mandarines, ¿cuál ha sido mi crimen?
El de amar a mi pueblo y entregarle la vida.

de Ho Chi Minh,
en Diario de prisión, Instituto del libro (CUBA), 1970.

miércoles, 17 de abril de 2019

Plumas blancas sobre las jóvenes vidas

Plumas blancas sobre las jóvenes vidas

Con la cabeza inclinada
diviso la lluvia de blancas plumas.
Las imágenes nítidas aún
exhalan el joven perfume que grita
¡Quisimos ser educadores, piadosos, justos,
solidarios, libres!
Las blancas plumas se van posando sobre
los recuerdos; risas, pieles tersas, brillo
en los ojos, amores, libros, despedidas.
Muertos, nuestros queridos muertos...
Se van posando las plumas blancas
pero no sepultarán la memoria.
Eso no.

De Ana María Manceda,
en Los 43 - Poetas por Ayotzinapa, Ana Matías Rendón Edición, 2015.

martes, 16 de abril de 2019

Me retracto

Me retracto

Me retracto:
La imagen del Titanic
Aquí no se aplica:
No es un accidente
Por impericia o negligencia;
Lo que aquí sucede
Es como si los pasajeros
Bajasen a los botes
Para remolcar el iceberg
Contra el trasatlántico
Pensando que así llegarán
A puerto más rápidamente.

Por Félix Sánchez Durán.

lunes, 15 de abril de 2019

Fiesta

Fiesta

Junto a la playa, núbiles criaturas,
Dulces y bellas, danzan, las cinturas
Abandonadas en el brazo amigo.
Y las estrellas sirven de testigo.

Visten de azul, de blanco, plata, verde…
Y la mano pequeña, que se pierde
Entre la grande, espera. Y la fingida,
Vaga frase amorosa, ya es creída.

Hay quien dice feliz: —La vida es bella.
Hay quien tiende su mano hacia una estrella
Y la espera con dulce arrobamiento.

Yo me vuelvo de espaldas. Desde un quiosco
Contemplo el mar lejano, negro y fosco,
Irónica la boca. Ruge el viento.

de Alfonsina Storni,
en Entre el largo desierto y la mar, Fondo Editorial Casa de las Américas, 1999.

domingo, 14 de abril de 2019

La siesta del gorila

La siesta del gorila

No soporto a los jóvenes
aunque bien sé que sólo soy un gorila viejo
un viejo gorila que bosteza
Tampoco me importa que me derramen
ácidos improperios o líquidos insultos
sobre mi desayuno

Yo pienso en cosas graves y profundas
y que son desde luego de mayor importancia
por ejemplo en que mi gobierno caiga de un día a otro
o en que baje el precio de las materias primas
El pueblo no me comprende
pero yo pienso en él y me desvelo
para mí mismo yo no quiero nada
pues todo es pasajero en esta vida
cuando fui pequeño eso oí decir a mi nana

Pero aquí yo soy el amo mi espolón es de hierro
yo soy el hombre y la muralla
soy el santo al que todos se encomiendan
y les va a ser difícil tirarme de esta silla

En mi niñez ladraron perros de hambre
y el invierno restalló su látigo mojado
en mi rostro picado de amarguras
pero hay muchachos audaces y torpes
que me hurtan el placer de una siesta tranquila
para ellos la cárcel y el exilio
el plomo de las balas la red de las torturas
la pócima letal del sufrimiento
o el paredón a secas

También hay noches doradas y muchachas floridas
que a mis manos golosas arrancan
sus mejores caricias
aunque más tarde en sus ojos descubra
encendidos carbones de desprecio
No me importa me duermo y sueño con batallas
en las que siempre cabalgo a la victoria en un caballo blanco

Pregunto si pueden saber los jóvenes
qué es la patria el amor a la patria
!Qué van a saber si no han estado como yo en el mando
a lo largo de catorce o quince cortos años!
Yo los mando a matar
los convierto en héroes en mártires
y no me lo agradecen sin embargo

Yo sólo soy un pobre y viejo gorila que bosteza
mi nana me aconseja que descanse que no me mate tanto
y también los brujos mis amigos me lo dicen
Ahora sueño y sueño y sueño
sueño con el palacio que he mandado a construir
a la orilla de un lago
para gordas y dulces muchachas que me digan
mordiéndome la oreja
que está bien todo lo que hago y ejecuto
porque soy el señor presidente
Y
además el más tierno y más guapo de todos los gorilas

de Otto-Raúl González,
en Revista Cultura, número 96, mayo-agosto, Biblioteca Nacional de El Salvador, 2007.