Las palabras necesitan de un contexto histórico, político, social, cultural, económico y biográfico para significar. Exhorto a lxs lectorxs/militantes a realizar un viaje de conocimiento acerca de lugares, tiempos y autorxs para enriquecer la experiencia literaria que propongo en este espacio. Gracias.

miércoles, 6 de mayo de 2020

Tauro

Tauro

Fui soldado y me gustaron las marchas las guardias nocturnas y las madrugadas y los besos a las sucias lavanderas
y los gemidos de los nuevos reclutas

y el desenfado de las mujeres del cuartel y el sonido del clarín
y el estruendo de la pólvora y el color de las fogatas
y el ruido rítmico de la tropa que pasa

y el juego a escondidas con naipes sucios y el vino barato pagado con balas
y el ruido nocturno del cuartel

y escuchar los proyectos de los simples

y sorprender el vicio de los masturbadores y esa vida entre los tosco y los bajo.

Fui soldado y odié y odio a los uniformes de profesión y a los que aman los uniformes
y a los hijos de los uniformes.

¡Mirad a los pájaros como ríen de esos muñecos de palo!
y ved en la dulce cara del poeta del sombrero de anchas alas esa sonrisa del desprecio
hacia la engalanada plebe

de gorras, de sables, de rojos y dorados.

de Osvaldo Bayer,
en http://infoblancosobrenegro.com/noticias/22971-osvaldo-bayer-o-el-poeta-del-sombrero-de-anchas-alas (28/4/20).

martes, 5 de mayo de 2020

La muerte del valiente

La muerte del valiente

Elefante sin pastor,
el valiente es el que impide a los valientes
poner pie en tierra.
Aquel cuya punta hiere pecho
y espalda.
El día en que el valiente muere, las lágrimas no
convienen,
¡oh madre mía! ¡Oh padre mío!
Que Dios no me mate de una miserable
muerte que deshonre,
de una miserable muerte en un lecho,
con las lágrimas de los jóvenes y los gemidos
de los viejos,
las súplicas en nombre de Dios, de la madre
y del padre,
el morabito de ganchudos dedos,
que, todos, dinero es lo que codician.
¡Pero que Dios me dé la muerte del valiente!
Cuando la pólvora ha sido repartida en cargas,
las balas puestas en reserva en la boca,
las almas confiadas a Dios,
sobreviene entonces la muerte del valiente.
El gran buitre* se posa en tierra
Y dice balanceándose:
“ese, es el cadáver hinchado de un
caballo de raza;
ese, es el cadáver tendido de un
valiente.”
Y sucedió que la madre del valiente
no fue informada.

Anónimo (poema fulbe),
en Poesía anónima africana (Rogelio Martínez Furé Comp.), Fundación Editorial el perro y la rana, 2007.
*El buitre es considerado un animal sagrado por casi todos los pueblos
africanos desde la antigüedad faraónica: “no come el corazón de los
valientes muertos en combate” (Bámbara).  

lunes, 4 de mayo de 2020

De lágrimas (IV)

De lágrimas (IV)

cuando el acaudalado
ha comprado un yate
en lo más profundo del desierto
sólo el ingenuo ríe
huye el avivado 
porque sabe
que del llanto del pueblo
surgirá el río
por el que navegará
el lujoso barco

por Félix Sánchez Durán.

domingo, 3 de mayo de 2020

Montevideo - 70

Montevideo - 70

Durante la manifestación te perdí
y ese fue un error de media hora
que no voy a olvidar jamás;
mientras corríamos despavoridos
huyendo de las balas
pensé en tu cara
pensé en tu madre
los hijos que fabricaste en menudos actos de deseo
pensé en las cerámicas
de tus horas de recreo.
Y también pensé que no tenía derecho
a quejarme
si
una bala te encontraba
como te había encontrado yo
al azar
por la vida
porque sí,
a quejarme
si la bala te buscaba en el fondo del silencio
que llevas contigo desde el nacimiento
y si enamorada de ti
la bala te abría un surco tan hondo
como los primeros libros que leíste
o los paisajes de tu infancia
como el olor
que siempre llevas en la piel
de unos pinos resinosos
estrechos y fragantes
una noche de otoño
y no tendría derecho
porque antes de nosotros
desde el fondo de la historia...
Pero
durante un instante
toda la furia
todo el deseo
todo el horror
y la rabia y el dolor y la venganza
me enloquecieron por la avenida
corrieron por la calle a ras del suelo
más ligeros que los caballos enemigos caudalosos
como el agua de las bombas ahuyentándonos
la noche que te perdí
la media hora asombrosa
aterrada despavorida
para encontrarte después
en aquel bar desde el cual otra noche semejante
habíamos oído la palabra del Ché
en aquel bar
te digo
donde una huella de bala

dejó su redondel en el espejo.

de Cristina Peri Rossi,
en Poesía armada, Agermanament, 1976.

sábado, 2 de mayo de 2020

La gente dice

La gente dice

La gente dice:
“Pobres tiene que haber siempre”
y se quedan tan anchos,
tan estrechos de miras,
tan vacíos de espíritu,
tan llenos de comodidad.

Yo aseguro
con emoción
que en un próximo futuro
sólo habrá pobres de vocación.

de Gloria Fuertes,
en Entre los Poetas Míos... - Colección Antológica de Poesía Social Vol.5, Biblioteca Virtual Omegalfa, 2012.

viernes, 1 de mayo de 2020

1ro. DE MAYO EN LA ESPAÑA LEAL DE 1938

1ro. DE MAYO EN LA ESPAÑA LEAL DE 1938

(Coral de primavera)

Primero de Mayo.
Himnos, sangre, flores.
Primavera guerrera de los trabajadores.
—Di, ¿tú qué harás el Primero de Mayo?
—Mi país está en guerra, campesina.
Yo, como buen soldado de los mares,
haré que el pabellón de la marina
flote sobre los vientos ejemplares.
—Di, ¿tú qué harás el Primero de Mayo?
—Mi país está en guerra. Un aguacero
batir quiere de balas sus labores.
Yo como campesina, marinero,
prepararé mis brazos segadores.
—Di, ¿tú qué harás el Primero de Mayo?
—Mi país está en guerra. Los talleres
multiplican, veloces, la jornada.
Mano a mano del hombre, las mujeres
ofrecerán su sangre acelerada.
—Di, ¿tú qué harás el Primero de Mayo?
—Mi país está en guerra. Por su cielo,
alas de extraños pájaros ladrones.
Yo condecoraré de gloria el vuelo
de los republicanos aviones.
—Di, ¿tú qué harás el Primero de Mayo?
—Mi país está en guerra. Tercamente
haré hablar al fusil ese lenguaje
que empuje a España valerosamente
a conquistar de nuevo su paisaje.
Primero de Mayo.
Himnos, sangre; flores.
Primavera del triunfo de los trabajadores.

(Capital de la Gloria)

de Rafael Alberti,
en Poesía como un arma (Mariano Garrido Selección), Ocean Sur, 2008.

Pórtico

Pórtico

Frente a las casas ruines, en los mismos
Sacros lugares donde Franklin bueno
Citó al rayo y lo ató, por entre truncos
Muros, cerros de piedra, boqueantes
Fosos, y los cimientos asomados
Como dientes que nacen a una encía,
Un pórtico gigante se elevaba.
Rondaba cerca de él la muchedumbre
..............(1) que siempre en torno
De las fábricas nuevas se congrega.
Cuál, que ésta es siempre distinción de necios,
Absorto ante el tamaño; piedra el otro
Que no penetra el Sol, y cuál en ira
De que fuera mayor que su estatura.
Entre el tosco andamiaje, y las nacientes
Paredes, aquel pórtico,
En un cráneo sin tope parecía
Un labio enorme, lívido e hinchado.
Ruedas y hombres el aire sometieron;
Trepaban en la sombra; más arriba
Fueron que las iglesias; de las nubes
La fábrica magnífica colgaron:
Y en medio entonces de los altos muros
Se vio el pórtico en toda su hermosura.

de José Martí,
en Versos libres, 1913.
(1) En blanco en el original.

Mi primero de mayo

Mi primero de mayo

A todos,
los que marchan por las calles,
y detienen las máquinas y talleres.
A todos,
deseosos de llegar a nuestra fiesta,
con las espaldas cargadas de trabajo.
¡Salid el 1° de Mayo,
al primero de los Mayos!
Recibámoslo, camaradas,
con las voces entrelazadas de canciones.
¡Primavera mía,
derrite las nieves!
¡Yo soy obrero,
este Mayo es mío!
¡Yo soy campesino,
este Mayo es mío!

A todos,
tendidos en las trincheras,
esperando a la muerte infinita:
a todos,
los que desde un blindado,
apuntan contra sus hermanos,
hoy es primero de Mayo. Vayamos al encuentro,
del primero de los Mayos nuestros,
enlazando las manos proletarias.
¡Callad vuestro ladrido, morteros!
¡Silencio, ametralladoras!
¡Yo soy soldado,
este Mayo es mío!

A todos,
a las casas,
a las plazas,
a las calles,
encogidas por el hielo invernal.
A todos,
hambrientos de hambre,
estepas,
          bosques,
                   campos.
¡Salid en este primero de Mayo!
¡Gloria, al hombre fecundo!
¡Desbordaos en esta primavera!
¡Verdes campos, cantad!
¡Sonad sirenas y pitos!

¡Yo soy de hierro,
este Mayo es mío!
¡Yo soy la tierra,
este Mayo es mío!


(Dedicado al 1° de Mayo de 1918)

De Vladimir Mayacovski,
en Poesía social y revolucionaria del siglo XX (selección de Jorge Brega), Editorial Agora, 2012.

jueves, 30 de abril de 2020

Canción de los niños con hambre (Fragmento)

Canción de los niños con hambre
(Fragmento)

¿Que aún se ignore que el hambre es
peor que todos los inviernos?
Se me saltan los ojos
y los pulsos, ebrios.
Mi rebelión aúlla oscura
más que en la nieve lobo hambriento.
Cantaré como los piratas
pulsando con el viento
y el alma desterrada
el cordaje velero.

Que ignoréis lo demás no importa:
hay niños con hambre, sabedlo.
Niños que lloran
con llanto de hombre, oh cielos.

Para que ocurra,
sabedlo,
que el sanhedrín de mercaderes
que regentea el mundo entero,
y los que guardan sus espaldas,
esté contento, estén contentos...
(por la hidrografía,
ay, del llanto ajeno,
navega la flota
de los monederos)
el mundo, el mundo se contempla,
ved, de sí mismo prisionero,
de su propia dureza, digo,
igual que un río de sus hielos.

Y tiene que haber y hayle,
es cierto,
río de hormigas, cordilleras
de falsía y desprecio
(palomas empollando
huevos de víbora estoy viendo)
y tan profunda erudición
de desencanto y sufrimiento,
y tantos rincones del alma
con telarañas y murciélagos,
y Jobes vestidos de lepra
sin más báculo que el lamento,
y golpes de tos o de sangre
en que alienta todo el infierno
como en ola de tempestad
todo el océano.

¿Infierno? No,
que no hay infierno:
hay corazones congelados.
Eso es todo, sabedlo.

Gentes que hablan con palabras
más encendidas que los besos
justamente cuando se miran
con ojos de témpano.
Oh, todo eso,
en tanto discuten el mundo
diplomáticos y barberos,
y las ganancias de los rábulas
como tumores van creciendo,
y doquier hay niños con hambre,
o muertos de hambre ya, creedlo,
y hay que los ángeles del hombre
(los tiene el hombre aún, no miento)
tapan sus ojos con sus alas
para no ver, para no verlos.

de Luis Franco,
en Poesía social y revolucionaria del siglo XX (selección de Jorge Brega), Editorial Agora, 2012.

miércoles, 29 de abril de 2020

Se rebeló el mar

Se rebeló el mar

Se rebeló el mar del pueblo,
se salió de su caudal
y el cielo y la tierra espanta
cuando olas bravas levanta
su fuerza descomunal.

¿Veis esta fiesta, esta danza?
¿Oís la música fuerte?
Los que aún no lo sabíais
ahora aprender podríais
cómo el pueblo se divierte.

Se estremece y ruge el mar,
los buques, a la deriva,
se hunden en el infierno,
el timón ya sin gobierno,
quebrada la vela altiva.

Enloquece tú, diluvio,
y arrebata cada cosa;
muestra tu fondo profundo
y a las nubes, iracundo,
lanza tu espuma furiosa;
escribe con ella al cielo
como una verdad eterna:
aunque el galeón esté arriba,
el agua, abajo, está viva,

¡y es el agua quien gobierna!

1848

De Sándor Petöfi,
en Asalto al cielo - Antología poética, Fundación Editorial el perro y la rana, 2010.

martes, 28 de abril de 2020

Libertad

Libertad

Sobre mis cuadernos de escolar
Sobre mi pupitre y los árboles
Sobre la arena sobre la nieve
Escribo tu nombre

Sobre las páginas leídas
Sobre las páginas en blanco
Piedra sangre papel o ceniza
Escribo tu nombre

Sobre las imágenes doradas
Sobre las armas de los guerreros
Sobre la corona de los reyes
Escribo tu nombre

Sobre la jungla y el desierto
Sobre los nidos sobre las retamas
Sobre el eco de mi infancia
Escribo tu nombre

Sobre la maravilla de las noches
Sobre el pan blanco de los días
Sobre las estaciones desposadas
Escribo tu nombre

Sobre todos mis retazos de azur
Sobre el estanque sol mohoso
Sobre el lago luna viviente
Escribo tu nombre

Sobre los campos sobre el horizonte
Sobre las alas de los pájaros
Sobre el molino de las sombras
Escribo tu nombre

Sobre cada aliento de la aurora
Sobre el mar sobre los barcos
Sobre la montaña enloquecida
Escribo tu nombre

Sobre la espuma de las nubes
Sobre los sudores de la tormenta
Sobre la lluvia espesa insípida
Escribo tu nombre

Sobre las formas centelleantes
Sobre las campanas de colores
Sobre la verdad física
Escribo tu nombre

Sobre los senderos despiertos
Sobre las rutas desplegadas
Sobre las plazas desbordadas
Escribo tu nombre

Sobre la lámpara que se enciende
Sobre la lámpara que se apaga
Sobre mis casas reunidas
Escribo tu nombre

Sobre el fruto cortado en dos
Del espejo y de mi cuarto
Sobre mi lecho concha vacía
Escribo tu nombre

Sobre mi perro goloso y tierno
Sobre sus orejas erguidas
Sobre su pata desmañada
Escribo tu nombre

Sobre el trampolín de mi puerta
Sobre los objetos familiares
Sobre la onda del fuego bendito
Escribo tu nombre

Sobre el vitral de las sorpresas
Sobre los labios atentos
Muy por encima del silencio
Escribo tu nombre

Sobre mis refugios destruidos
Sobre mis faros desplomados
Sobre los muros de mi hastío
Escribo tu nombre

Sobre la ausencia sin deseos
Sobre la soledad desnuda
Sobre el escalón de la muerte
Escribo tu nombre

Sobre la salud recobrada
Sobre el peligro que se aleja
Sobre la esperanza sin recuerdos
Escribo tu nombre

Y por el poder de una palabra
Vuelvo a recomenzar mi vida
Yo nací para conocerte
Para nombrarte

Libertad.

de Paul Eluard,
en Poesía social y revolucionaria del siglo XX (selección de Jorge Brega), Editorial Agora, 2012.

lunes, 27 de abril de 2020

El negro habla de ríos

El negro habla de ríos

He conocido ríos:
he conocido ríos ancestrales como el mundo y antiguos como
el fluir de la sangre humana en humanas venas.

Mi alma se ha tornado profunda como los ríos.

Me bañé en el Éufrates cuando los amaneceres eran jóvenes.
Construí mi choza cerca del río Congo y su voz me arrulló en
sueños.
Miré las pirámides elevarse sobre el Nilo.
Escuché el canto del Mississippi cuando Abe Lincoln estuvo
en Nueva Orleans, miré su turbio pecho tornase oro
en el atardecer.

He conocido ríos:
ancestrales, oscuros ríos.
Mi alma se tornó profunda como los ríos.

de Langston Hughes,
en Entre los Poetas Míos... - Colección Antológica de Poesía Social Vol.77, Biblioteca Virtual Omegalfa, 2014.

domingo, 26 de abril de 2020

FELICES DE VOSOTROS

FELICES DE VOSOTROS

Felices de vosotros, los imbéciles.
Los que en nada pensáis, ni sentís nada,
Huecos de corazón y de cerebro,
Espíritus sin luz, almas sin alma.

Felices sí, felices los que sólo
Alimentáis famélicos la panza,
Y flotáis en los mares de la vida
Como flota lo fofo sobre el agua.

¡Quién pudiera matar el pensamiento,
Aniquilar el corazón y el alma,
Y vivir en las sombras sumergido.
Sin conciencia, sin luz, sin sol, sin ansias!

de Alberto Ghiraldo,
en Música Prohibida, Edición de "Ideas y Figuras", 1914.

sábado, 25 de abril de 2020

lecturas

lecturas

quien confunda
humo con nubes
morirá quemado

quien confunda
nubes con humo
morirá de un simple resfriado

Por Félix Sánchez Durán.

viernes, 24 de abril de 2020

Babi Yar

Babi Yar 

I
No existe monumento en Babi Yar;
sólo la agria ladera. Y tengo miedo.
Hoy me siento un judío en el desierto
que de Egipto escapó. Me crucifican
y mis manos conservan los estigmas.
Me parece ser Dreyfus, condenado,
al que juzgan, escupen, encarcelan;
pero de pie resiste la calumnia
y el grito filisteo. Con la punta
de sus sombrillas en mi rostro vejan
mi indefensión mujeres que se acercan
con vestidos de encaje de Bruselas.

O también soy un niño en Bielostok.
De pronto estalla el pogromo.
La sangre derramada cubre el suelo.
Los que huelen a vodka y a cebolla
salen de la taberna y gritan todos:

"Mata judíos: salvarás a Rusia".
Un tendero se ensaña con mi madre.
Otro hombre me patea. En vano rezo
plegarias que se pierden en la nada.

Me siento dentro
de la piel de Anna Frank que es transparente
como un ramo de abril.
No hacen falta palabras. Siento amor
y sólo necesito que uno a otra
nos miremos de frente.
Separados del cielo y el follaje.

Solamente podemos abrazarnos
en este cuarto a oscuras.
Quiero besarte una vez más, acércate.
Ya vienen. Nada temas: el rumor
es de la primavera que se anuncia
y del témpano roto en el deshielo.

Y en torno a Babi Yar suena la hierba
que ha crecido salvaje desde entonces.
Los árboles nos juzgan. Todo grita
pero el grito está hecho de silencio.
Al descubrirme observo mi cabello.
También ha encanecido. También grito
por los miles de muertos inocentes
masacrados aquí. En cada anciano
y en cada niño al que mataron muero.

Pueblo ruso, mi pueblo: te conozco.
Tú no odias ni razas ni naciones.
Manos viles trataron de infamarte
al usurpar tu nombre y al llamarse
"Unión del Pueblo Ruso". No perdono.
Que La Internacional llene los aires
cuando el último
antisemita yazga bajo la tierra.
No soy judío. Como si lo fuera,
me odian todos aquéllos.
Por su odio
soy y seré un verdadero ruso.

de Yevgueni Yevtushenko,
en Entre los Poetas Míos... - Colección Antológica de Poesía Social Vol.56, Biblioteca Virtual Omegalfa, 2013.