Se rebeló el mar
Se rebeló el mar del pueblo,
se salió de su caudal
y el cielo y la tierra espanta
cuando olas bravas levanta
su fuerza descomunal.
¿Veis esta fiesta, esta danza?
¿Oís la música fuerte?
Los que aún no lo sabíais
ahora aprender podríais
cómo el pueblo se divierte.
Se estremece y ruge el mar,
los buques, a la deriva,
se hunden en el infierno,
el timón ya sin gobierno,
quebrada la vela altiva.
Enloquece tú, diluvio,
y arrebata cada cosa;
muestra tu fondo profundo
y a las nubes, iracundo,
lanza tu espuma furiosa;
escribe con ella al cielo
como una verdad eterna:
aunque el galeón esté arriba,
el agua, abajo, está viva,
¡y es el agua quien gobierna!
1848
se salió de su caudal
y el cielo y la tierra espanta
cuando olas bravas levanta
su fuerza descomunal.
¿Veis esta fiesta, esta danza?
¿Oís la música fuerte?
Los que aún no lo sabíais
ahora aprender podríais
cómo el pueblo se divierte.
Se estremece y ruge el mar,
los buques, a la deriva,
se hunden en el infierno,
el timón ya sin gobierno,
quebrada la vela altiva.
Enloquece tú, diluvio,
y arrebata cada cosa;
muestra tu fondo profundo
y a las nubes, iracundo,
lanza tu espuma furiosa;
escribe con ella al cielo
como una verdad eterna:
aunque el galeón esté arriba,
el agua, abajo, está viva,
¡y es el agua quien gobierna!
1848
De Sándor Petöfi,
en Asalto al cielo - Antología poética, Fundación Editorial el perro y la rana, 2010.
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