A sí mismo
Sin el glacial invierno, sin el duelo y la muerte,
¿quién apreciar podría, primavera, tu gloria?
Son un crisol las penas que mi espíritu templan
y con el acero puro el corazón me forjan.
¿quién apreciar podría, primavera, tu gloria?
Son un crisol las penas que mi espíritu templan
y con el acero puro el corazón me forjan.
de Ho Chi Minh,
en Diario de prisión, Instituto del libro (CUBA), 1970.
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