La comida del prisionero
De arroz rojo una taza, oh miseria, es la única comida.
Ni legumbres, ni sal, ni un mal caldo siquiera.
El que tenga allá fuera quien le mande, comerá en la prisión.
Aquel que a nadie tenga, como un niño, clamará por sus padres.
Ni legumbres, ni sal, ni un mal caldo siquiera.
El que tenga allá fuera quien le mande, comerá en la prisión.
Aquel que a nadie tenga, como un niño, clamará por sus padres.
de Ho Chi Minh,
en Diario de prisión, Instituto del libro (CUBA), 1970.
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