IN MEMORIAM
Sobre el mismo crimen
La noche flota ingrávida
sobre el campo vacía;
coronado de estrellas
diciembre puro y frío.
Ojos de ciego plomo
buscan veinte y una puertas,
a golpes de culata
veinte y una son abiertas.
Veinte y una vidas salen,
veinte y una vidas fuertes,
mañana por la mañana
serán veinte y una muertes.
En el bate y sin luces,
junto al central dormido,
de sangre, sangre, sangre
el suelo está teñido.
Y penden cuerpos lívidos
en el horror campestre;
cada uno es como un péndulo
de un gran reloj silvestre.
Pasa una sombra suave,
serena y grave iba;
en cada boca muerta
dejó una rosa viva.
de Nicolás Guillen,
en Poesía armada, Agermanament, 1976.
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