PODEROSO SILENCIO
Oh, cállate, Señor, calla tu boca
cerrada, no me digas tu palabra
de silencio; oh Señor, tu voz se abra,
estalle como un mar, como una roca
gigante. Ay, tu silencio vuelve loca
al alma: ella ve el mar, más nunca el abra
abierta; ve el cantil, y allí se labra
una espuma de fe que no se toca.
¡Poderoso silencio, poderoso
silencio! Sube el mar hasta ya ahogarnos
en su terrible estruendo silencioso.
¡Poderoso silencio con quien lucho
a voz en grito: ¡grita hasta arrancarnos
la lengua, mudo Dios al que yo escucho!
de Blas de Otero,
en Poesía Religiosa - Antología (Leopoldo de Luis), Alfaguara, 1969.
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