A la noche
Tú que consuelas, inclínate sobre mi corazón sin hacer ruido.
Tú que callas, dispensa alivio a mis dolores.
Interpón tu sombra ante todo lo que es demasiado claro
y tráeme el entumecimiento que me brinde una huida de lo estridente.
Déjame tu silencio, esa liberación atemperante.
Déjame que oculte el mal en la oscuridad.
Y cuando la claridad me mortifique con nuevas visiones
dame fuerzas para cumplir en todo momento con mi deber.
Tú que consuelas, inclínate sobre mi corazón sin hacer ruido.
Tú que callas, dispensa alivio a mis dolores.
Interpón tu sombra ante todo lo que es demasiado claro
y tráeme el entumecimiento que me brinde una huida de lo estridente.
Déjame tu silencio, esa liberación atemperante.
Déjame que oculte el mal en la oscuridad.
Y cuando la claridad me mortifique con nuevas visiones
dame fuerzas para cumplir en todo momento con mi deber.
de Hannah Arendt,
en Poemas, Herder, 2017.
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