VENGO DE CUATRO CAMINOS
Vengo de Cuatro Caminos.
De Cuatro Caminos vengo.
Mis ojos que ya no lloran,
los traigo de sangre llenos;
sangre de un chiquillo rubio
que he visto roto en el suelo;
sangre de una mujer joven;
sangre de un viejo muy viejo;
sangre de muchos, ¡de muchos!,
confiados, indefensos,
caídos bajo las bombas
de los piratas del cielo.
Vengo de Cuatro Caminos,
de Cuatro Caminos vengo.
Traigo los oídos sordos
de blasfemias y lamentos.
—¡Ay, chiquitín, chiquitín!
¿Qué les hiciste a esos perros
para que así te destrocen
sobre las piedras del suelo?
—¡Ay, ay, ay, madre, mi madre!,
¿por qué han matado al abuelo?
—Porque son hijos de loba
y de lobo carnicero;
porque llevan en las venas
sangre de burdel y cieno;
porque nacieron sin padre
dentro de su regimiento.
Un «¡Caso en Dios!» corta el aire
hacia la farsa del cielo.
(Romancero de la defensa de Madrid)
de Antonio Agraz,
en Poesía como un arma (Mariano Garrido Selección), Ocean Sur, 2008.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario