La visita de la mujer del preso
Él tras las rejas, ella al otro lado.
Tan cerca ambos están y sin embargo
como el cielo y la tierra separados.
Lo que los labios callan, se lo dicen
los ojos desolados. Los ojos, oh dolor,
que antes de hablar ya estaban
de lágrimas cuajados.
Tan cerca ambos están y sin embargo
como el cielo y la tierra separados.
Lo que los labios callan, se lo dicen
los ojos desolados. Los ojos, oh dolor,
que antes de hablar ya estaban
de lágrimas cuajados.
de Ho Chi Minh,
en Diario de prisión, Instituto del libro (CUBA), 1970.
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