Nombre equivocado
Hablan del arte de la guerra,
pero el arte
extrae su luz del fondo del alma,
mientras que la guerra
seca el alma y se alimenta
de un erial negro y ardiente.
Cuando Leonardo
empleó su genio para idear
máquinas destructivas, no actuaba
al servicio del arte,
estaba suspendiendo
la vida del arte
sobre un abismo
como quien sostiene
a un niño vivo fuera de la ventanilla de un avión
a treinta mil pies de altura.
en Entre los Poetas Míos... - Colección Antológica de Poesía Social Vol.25, Biblioteca Virtual Omegalfa, 2013.
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