Los traidores
De los estrechos muros de mi mente
Surge el grito dolido.
Mis valores dicen ¡no te rindas!,
Mis derrotas dicen ¡al abismo!
Mientras más avanzo,
Más me quedo en el llanto
De ver a mis enemigos lejos
Y a los traidores, cerca.
Luchar a su lado no tiene sentido.
Por cada victoria, cien fracasos.
Miro detrás y queda poco
Por lo que seguir luchando.
Prefiero al adversario eterno,
Sincero contendiente,
Que al compañero espurio
De dudosa simiente.
Guardémonos el derecho
De aceptar en nuestra mesa
Al de ideales firmes
Y dejemos fuera de ella
Al que, como la veleta,
Señala a un lado
Y después, cuando el viento
Sopla, se da vuelta.
¡Trescientos espartanos
pudieron más
Que el ejército persa!
Por Félix Sánchez Durán