El hombre talló la piedra,
y a la piedra talló bien.
El hombre hizo el hacha,
y al hacha la hizo bien.
El hombre hizo el fuego,
y al fuego lo hizo bien.
Modeló arcillas
y sembró la tierra.
Hizo la rueda
y fundió metales.
Cantó al amor
y lo hizo bien,
cantó al amor
y lo hizo bien.
Con trabajo paciente
y pasiones en la lucha
todo lo hizo bien.
Miró lo realizado
y vio no era bastante,
sintió no era bastante.
Otros vieron: haría más
y seria para todos.
Todos, era demasiado,
entonces lo encadenaron.
de Horacio Faedo,
en Escritos de la cárcel (la expresión poética de los presos políticos), Centro Integración Cultural, Vol.1, 1986.