Las palabras necesitan de un contexto histórico, político, social, cultural, económico y biográfico para significar. Exhorto a lxs lectorxs/militantes a realizar un viaje de conocimiento acerca de lugares, tiempos y autorxs para enriquecer la experiencia literaria que propongo en este espacio. Gracias.
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domingo, 21 de abril de 2024

EL MIEDO

EL MIEDO

Nuestros rostros miraban al cielo
y allí empapados esperaban por algo

Nunca supimos de qué trataba aquello

Quizás no había nada que saber

Las llaves eran las erradas

Nada era cierto y nada en serio

Sólo había una bruma helada frente a nuestras puertas

El amanecer tardó demasiado en llegar aquella vez

Era el miedo alcanzándonos

de Franco Ibáñez Zumel,
en Sobrevidas, Casa Litterae, 1987.

jueves, 4 de abril de 2024

EL MILICIANO DESCONOCIDO

EL MILICIANO DESCONOCIDO

(Frente de Madrid)

No me preguntéis su nombre.
Le tenéis ahí en el frente,
por las orillas del río:
toda la ciudad lo tiene.

Cada mañana se alza,
cuando la aurora lo envuelve
con un resplandor de vida
y otro resplandor de muerte.
Cada mañana se alza,
como un acero se yergue,
y donde pone sus ojos
una luz mortal esplende.

No me preguntéis su nombre,
que no habrá quien lo recuerde.
Cada día se levanta
con la aurora o el poniente,
salta, empuña, avanza, arrolla,
mata, pasa, vuela, vence;
donde se planta, allí queda;
como la roca, no cede;
aplasta como montaña,
y como la flecha, hiere.
Madrid entero lo adivina;
Madrid late por sus sienes;
sus pulsos vibran hirviendo
de hermosa sangre caliente,
y en su corazón, rugiendo
cantan millones de seres.

No sé quién fue, quién ha sido:
¡toda la ciudad lo tiene!
¡Madrid, a su espalda, le alienta;
Madrid entero le sostiene!

¡Un cuerpo, un alma, una vida,
como un gigante se yerguen
a las puertas del Madrid
del miliciano valiente!

¿Es alto, rubio, delgado?
¿Moreno, apretado, fuerte?
Es como todos. ¡Es todos!
¿Su nombre? Su nombre ruede
sobre el estrépito ronco;
ruede vivo entre la muerte;
ruede como una flor viva,
siempreviva para siempre.

Se llama Andrés o Francisco,
se llama Pedro Gutiérrez,
Luis o Juan, Manuel, Ricardo,
José, Lorenzo, Vicente...
Pero, no. ¡Se llama solo
Pueblo Invicto para siempre!

(Romancero General de la Guerra Española)

de Vicente Aleixandre,
en Poesía como un arma (Mariano Garrido Selección), Ocean Sur, 2008.

viernes, 29 de marzo de 2024

Comunistas

Comunistas

Los han matado en todas partes,
según distintas formas:

en el nombre de Dios
los han matado,
fusilados contra una tapia;

en nombre de la patria
los han matado,
torturados en sótanos;

en nombre del mercado libre
los han matado,
acuchillados en sus casas;

en nombre del partido
los han matado,
acribillados en Tian An Men;

en nombre de sí mismos
los han matado,
enterrados en los gulags;

en nombre de los crímenes
de sus verdugos
los han matado,
burlados en las tumbas
que sepultan sus sueños.

Pero aún
resisten.

De Salustiano Martín González,
en Entre los poetas míos... - Colección Antológica de Poesía Social Vol.26, Biblioteca Virtual Omegalfa, 2013.

jueves, 28 de marzo de 2024

Contra

Contra

Estoy en contra de que los revolucionarios de mi país
Hieran una espiga de trigo
Contra un niño
Cualquier niño
Llevando una granada de mano
Estoy en contra de que mi hermana
Sienta el músculo de un arma
Contra todo
Y sin embargo
¿Qué puede hacer un profeta, una profetisa,
Cuando sus ojos
Están hechos para beber
La vista de las hordas de invasores?
Estoy en contra de que los niños se conviertan
En héroes a las diez
Contra el árbol haciendo brotar explosivos
Como flores
Contra las ramas que se convierten en horcas
Contra los rosales que se convierten en trincheras
Contra todo
Y sin embargo
Cuando el fuego incinera a mis amigos
Cómo puedo
Evitar que un poema se convierta en un arma

de Rashid Hussein,
en https://descontexto.blogspot.com/2024/01/contra-de-rashid-hussein.html (13/2/24).

miércoles, 27 de marzo de 2024

LA VIOLENCIA DE LAS HORAS

LA VIOLENCIA DE LAS HORAS

Todos han muerto.

Murió doña Antonia, la ronca, que hacía pan barato en el burgo.

Murió el cura Santiago, a quien placía le saludasen los jóvenes y las mozas, respondiéndoles a todos, indistintamente: “Buenos días, José! Buenos días María!”

Murió aquella joven rubia, Carlota, dejando un hijito de meses, que luego también murió, a los ocho días de la madre.

Murió mi tía Albina, que solía cantar tiempos y modos de heredad, en tanto cosía en los corredores, para Isidora, la criada de oficio, la honrosísima mujer.

Murió un viejo tuerto, su nombre no recuerdo, pero dormía al sol de la mañana, sentado ante la puerta del hojalatero de la esquina.

Murió Rayo, el perro de mi altura, herido de un balazo de no se sabe quién.

Murió Lucas, mi cuñado en la paz de las cinturas, de quien me acuerdo cuando llueve y no hay nadie en mi experiencia.

Murió en mi revólver mi madre, en mi puño mi hermana y mi hermano en mi víscera sangrienta, los tres ligados por un género triste de tristeza, en el mes de agosto de años sucesivos.

Murió el músico Méndez, alto y muy borracho, que solfeaba en su clarinete tocatas melancólicas, a cuyo articulado se dormían las gallinas de mi bario, mucho antes de que el sol se fuese.

Murió mi eternidad y estoy velándola.

de César Vallejo,
en Poemas humanos, Centro  Peruano de Estudios Culturales, 2008.

domingo, 3 de marzo de 2024

En mi patio está creciendo una hiedra...

En mi patio está creciendo una hiedra
que le arranqué a la Casa de Campo.

Quizá sobre esa hiedra –o muy cerca-
cayó el tío Manuel bajo las balas.

Ahora mi tío brota en abril
cuando le llevo agua hasta los labios.

de Ana Pérez Cañamares,
en Viento Sur, n°140, junio, 2015.

martes, 13 de febrero de 2024

AL PEQUEÑO APARATO DE RADIO

 AL PEQUEÑO APARATO DE RADIO

CAJITA con la que cargué cuidadosamente en mi huida
de casa al barco y del barco al tren
para que sus lámparas tampoco se me rompiesen
y mis enemigos no dejaran de hablarme

en la cabecera de la cama y con gran dolor mío
de sus victorias y mis penalidades
cerrando la noche y empezando la madrugada:
¡prométeme no enmudecer nunca de repente!

de Bertolt Brecht,
en Poemas del lugar y la circunstancia, Pre-textos, 2003.
Editor digital Titivillus (epulibre), 2022.

sábado, 20 de enero de 2024

LAS PIPAS DE FUMAR

  LAS PIPAS DE FUMAR

AL salir corriendo para la frontera, dejé los libros
en manos de mis amigos y renuncié a la poesía
pero me traje las pipas, vulnerando
la regla básica del refugiado: ¡No guardes nada!

Los libros no dicen mucho al que ahora
espera a esa gentuza que ya se acerca a capturarlo.
La petaca y las viejas pipas
pueden hacer más por él.

de Bertolt Brecht,
en Poemas del lugar y la circunstancia, Pre-textos, 2003.
Editor digital Titivillus (epulibre), 2022.

sábado, 30 de diciembre de 2023

PAISAJE FINLANDÉS

PAISAJE FINLANDÉS

¡AGUAS ricas en peces! ¡Bosques de hermosos árboles!
¡Aromas de abedules y de bayas!
¡Viento coral que mece un soplo
tan suave como escapado de esas lecheras metálicas
que bajan rodando de la granja blanca!
Olores y sonidos e imagen y sentido se confunden.
Sentado en la hondura de alisos, el fugitivo reanuda
su difícil oficio: mantener la esperanza.

Observa con cuidado la espiga bien colmada
y a la robusta criatura que se inclina hacia el agua
pero también a los que ni el grano ni la leche alimentan.
Pregunta a la balsa que transporta los troncos:
¿Es ésta la madera sin la que no habría patas de palo?
Y ve a un pueblo que calla en dos lenguas.

de Bertolt Brecht,
en Poemas del lugar y la circunstancia, Pre-textos, 2003.
Editor digital Titivillus (epulibre), 2022.

jueves, 21 de diciembre de 2023

El sol del verano...

El sol del verano
me ayuda en la soledad,
porque la transpiración
se confunde con las lágrimas,
y a veces no me doy cuenta
que estoy llorando.

¿Pero en invierno compañera?
¿en invierno, cómo hago?

De Alejandro Almeida (detenido-desaparecido el 17 de junio de 1975)
en Alejandro por siempre... amor (Taty Almeida Comp.), BAOBAB, 2016.

jueves, 7 de diciembre de 2023

El gato verde

El gato verde

Este era un gato verde.
Único gato verde en todo el mundo.

-Los gatos verdes no existen -dijo un gato gris.
-Los gatos verdes no existen -dijo un gato rubio.
-Los gatos verdes no existen -dijo un gato negro.

Al gato verde le dio cosa no existir.
Se revolcó en tierra suelta y quedó hecho
un gato pardo.

-Hoy he visto un gato verde -le dijo el gato negro.
-Hoy he visto un gato verde -le dijo el gato rubio.
-Hoy he visto un gato verde -le dijo el gato gris.
-Imposible -dijo, dijo y dijo el gato pardo-
Los gatos verdes no existen.

Y se puso a maullarle a la luna.

de Iris Rivera,
en Las abuelas nos cuentan - Una nueva colección por el derecho a la identidad, Ministerio de Educación de la Nación, 2022.

domingo, 26 de noviembre de 2023

Como la cigarra

Como la cigarra (canción)

 Tantas veces me mataron, tantas veces me morí
Sin embargo, estoy aquí, resucitando
Gracias doy a la desgracia y a la mano con puñal
Porque me mató tan mal
Y seguí cantando

Cantando al sol como la cigarra
Después de un año bajo la tierra
Igual que el sobreviviente
Que vuelve de la guerra

Tantas veces me borraron, tantas desaparecí
A mi propio entierro fui sola y llorando
Hice un nudo en el pañuelo, pero me olvidé después
Que no era la única vez
Y seguí cantando

Cantando al sol como la cigarra
Después de un año bajo la tierra
Igual que el sobreviviente
Que vuelve de la guerra

Tantas veces te mataron, tantas resucitarás
Cuántas noches pasarás desesperando
Y a la hora del naufragio y la de la oscuridad
Alguien te rescatará
Para ir cantando

Cantando al sol como la cigarra
Después de un año bajo la tierra
Igual que el sobreviviente
Que vuelve de la guerra

de María Elena Walsh,
en Serenata para la tierra de uno (Mercedes Sosa), Philips Records, 1979. 

martes, 21 de noviembre de 2023

Canción para mi América

Canción para mi América (canción)

Dale tu mano al indio
Dale que te hará bien
Y encontrarás el camino
Como ayer yo lo encontré

Dale tu mano al indio
Dale que te hará bien
Te mojará el sudor santo
De la lucha y el deber

La piel del indio te enseñará
Toda la senda que habrás de andar
Manos de cobre te mostrarán
Toda la sangre que has de dejar

Dale tu mano al indio
Dale que te hará bien
Y encontrarás el camino
Como ayer yo lo encontré

Es el tiempo del cobre
Mestizo grito y fusil
Si no se abren las puertas
El pueblo las ha de abrir

América está esperando
Y el siglo se vuelve azul
Pampas, ríos y montañas
Liberan su propia luz

La copla no tiene dueño
Patrones no más mandar
La guitarra americana
Peleando aprendió a cantar

Dale tu mano al indio
Dale que te hará bien

de Daniel Viglietti,
en Yo no canto por cantar (Mercedes Sosa), Philips Records, 1966.

lunes, 20 de noviembre de 2023

Deshonras fúnebres por Francisco Franco

Deshonras fúnebres por Francisco Franco

A G. Jackson y R. Tamames

A la historia no pasan, si es que pasan,
sólo sus constructores.
Pasan también -como los terremotos,
como los huracanes y las inundaciones,
como las grandes plagas
y los grandes dolores-
los que intentan pararla a fuerza de odio
y destruyen la vida a suficientes hombres.

Así has pasado tú a la historia -¡al fin!-,
y con grandes honores.
Vencedor de la guerra más hermosa y más triste,
paciente destructor de vida y corazones,
héroe negro de España, héroe de sangre fría,
capitán general de las ejecuciones.

Le has dado nombre a un tiempo
de chulos y matones,
a una época larga como un día sin pan,
a una plaga de miedo, silencios y dolores,
a una charca de historia en la historia de España
que ha de tener también historiadores.

Quede tu nombre, pues, al frente de sus páginas
para que nadie olvide nunca tu triste nombre.

De Jesús López Pacheco,
en Entre los poetas míos... - Colección Antológica de Poesía Social Vol.23, Biblioteca Virtual Omegalfa, 2013.

jueves, 5 de octubre de 2023

EN AGRADECIMIENTO A MARI HOLD EL 5 DE OCTUBRE DE 1934

EN AGRADECIMIENTO A MARI HOLD EL 5 DE
OCTUBRE DE 1934

DESDE el sur, de casa de mi padre
tras los castaños de la Bleichstrasse
donde tu hermana ya había trabajado, viniste
a cuidarme en la gran ciudad.
¿Hace ya cuántos años?
¡Cómo ha pasado el tiempo!

Te hiciste cargo de mi pequeña vivienda.
Hablando bávaro, la lengua de mi juventud
mantenías todo en orden, con decisión, pero
discretamente. Cuando volvía a casa por la noche
siempre encontraba mi estudio (que había dejado manga por hombro)
tan limpio como si lo acabaran de instalar. El humo
se había disipado. Los papeles
aparecían ordenados en montones y cada uno en su sitio.
En todos aquellos años
nunca se perdió una ficha. Ninguna taza
quedaba a la noche sin lavar ni tampoco
ropa sucia en el armario.

El día empezaba
cuando de madrugaba entrabas con los periódicos
en el pequeño dormitorio y subías las cortinas:
también estaba ya el horno encendido; y el té preparado
cuando yo pasaba a mi estudio
y los copos de avena que sólo tú sabes cocinar.

Como eres una guapa muchacha
me encantaba verte a mi alrededor y todos
los huéspedes te elogiaban y preguntaban: ¿quién
es esta linda muchacha? Y yo les decía: es de Baviera
que es también mi tierra.

Con amabilidad siempre
hacías lo que había que hacer
guardándote tu opinión, aunque
la tuvieras: no había más que mirarte para saber
lo que no te parecía bien. Sin embargo, también servías el té
y los saludables panes a los huéspedes no deseados.
Y tenías una amable sonrisa
hasta para Dudow.

¡Cuánta paciencia mostrabas! Sólo cuando la barba del clásico
ya se estaba pareciendo a la del ladrón a la izquierda de Cristo
trajiste discretamente el agua de afeitar.

También cuidabas de los otros niños. Todas las tardes
te acercabas a la otra casa, sin cansarte
de las nuevas perrerías del pequeño Esteban
ni de la charlatana de Barbarita. Cuando llegaste de Augsburgo
se te escapó una vez temblando que odiabas a los niños, pero
al aparecer Barbarita no tenías ojos más que para ella y pronto
te convertiste en su segunda madre.

La última vez que nos alejamos en coche
(el coche azul de motor suavemente cantarín
que nos ha robado el pintor de brocha gorda; ¡que la vergüenza
siga cayendo sobre él!) de la ciudad de Berlín
nos dijimos: por aquí
nos vamos a volver de momento. Ya
las sombras de los crímenes planeaban sobre la ciudad
que ellos iban a devastar.

Cuando después, lejos de la ciudad que aguza las inteligencias,
compramos una casa
en medio de un parque con un estanque de peces
(el pintor de brocha gorda nos echó de ella; ¡que la vergüenza
siga cayendo sobre él!) te separaste un tiempo de nosotros, pero
al cruzar la frontera hacia lo desconocido, nos seguiste,
ayudándonos a poner la segunda casa, la que era baja y tenía
un remo en el techo de bálago.

Allí
conociste al hombre que te llevó a vivir con él. Ahora
te ocupas de tu propia casa.

QUIEN ES ÚTIL SIEMPRE CORRE EL PELIGRO
DE QUE DEMASIADO LO NECESITEN.
DICHOSO EL QUE EVITA ESE PELIGRO
SIN DEJAR DE SER ÚTIL.


de Bertolt Brecht,
en Poemas del lugar y la circunstancia, Pre-textos, 2003.
Editor digital Titivillus (epulibre), 2022.
Traducción de José Muñoz Millanes.

martes, 3 de octubre de 2023

No me hablen de nada...

No me hablen de nada.
Esta noche no estoy para palabras
ni discursos
sobre los acuerdos de paz en ningún lado.
Qué paz acordaron en mi nombre?
Quién les dio permiso para hacerlo?
Ninguno de esta lista interminable
que lIevo entre las manos
dijo
adelante, firmen este convenio.
A mí no me pidieron opinión cuando los grandes
decidieron que una guerra
si se enfriaba
podía jugarse mejor en patio ajeno.
Soltaron su veneno,
se sentaron a contar ganancias
y a competir por escupir la Luna.

Mientras tanto
aquí, como si nada, se acumularon muertos
y desaparecidos
y exiliados y odios.
Cuarenta años duró el juego.
A mí no me fue mal, aún estoy viva.
Pero esta lista, esta lista que me hace lIorar cuando la leo
es la factura final de aquel convenio.
No me vengan con sellos a estampar un cancelado.
Aquí no se cancelan los afectos
ni los lIantos, ni la sangre derramada
ni la memoria de los muertos.

de Ana María Rodas,
en Para conjurar el sueño - Poetas guatemaltecas del siglo XX (A. Acevedo / A. Toledo), abrapalabra, 1998.

jueves, 21 de septiembre de 2023

PRIMAVERA 1938

PRIMAVERA 1938

1
Hoy domingo de Pascua, temprano
una repentina tormenta de nieve barrió la isla.
Entre los setos verdeantes la nieve había cuajado. Mi joven hijo
me llevó hasta un pequeño albaricoquero apoyado a la pared de la casa
arrancándome de un poema en el que señalaba con el dedo
a los que están preparando una guerra
que puede borrar del mapa el continente, esta isla,
a mi pueblo, mi familia y a mí mismo. Sin decir una palabra
cubrimos con un saco
el árbol arrecido.

2
Sobre el estrecho cuelgan nubes de lluvia, pero el sol
todavía dora el jardín. Los perales
tienen ya hojas verdes, aunque no flor; en cambio los cerezos, que aún
no han echado hojas, lucen floree. Los blancos racimos
parecen brotar directamente de las ramas secas.
Por las aguas rizadas del estrecho
se desliza un barquito con la vela remendada.
Al gorjeo de los estorninos
se mezcla el trueno lejano
de los cañones de las maniobras navales
del Tercer Reich.

3
En estas noches de primavera
se oye a menudo cantar el cárabo
en los sauces que bordean el estrecho.
Los supersticiosos de los campesinos creen que
el cárabo anuncia a los hombres
que no les queda mucho de vida. A mí
que soy consciente de haber dicho la verdad
de los que nos gobiernan, el pájaro fúnebre no necesita
ni siquiera anunciármelo.

de Bertolt Brecht,
en Poemas del lugar y la circunstancia, Pre-textos, 2003.
Editor digital Titivillus (epulibre), 2022.
Traducción de José Muñoz Millanes.

martes, 19 de septiembre de 2023

UN GRITO A LA VIDA

UN GRITO A LA VIDA

A la resistencia de mujeres y hombres torturados en prisión.
A los que en esa resistencia perdieron la vida.

Las manos en alto
las piernas abiertas
un cañón que lo apunta
si acaso
se le ocurre parpadear
es «hombre muerto».

Las manos atrás
ahorcadas por brillantes eslabones
los ojos vendados
unas garras
que dirigen su rastro
al rincón que nunca ha de olvidar.

Cuatro murallas
Frías y putrefactas.
Los verdugos
rodean su carne despojada
meditando por dónde
han de arrancarle palabra alguna.

Quizá los brazos atrás
colgados hasta arrancarlos de su esqueleto
pueda ser efectivo…

O sumergir su cabeza
en la profundidad de noctámbulo océano
resulte mejor…

O quizá unos hilos metálicos
enchufados en sangrantes llagas
sean un éxito.

Y pueda ser que
jugar a la «ruleta rusa»
resulte divertido
arrancándole por fin palabra alguna.

Pensándolo mejor…
una vara, un fusil
o un «miembro viril»
forzado brutalmente en sus entrañas
lo lleve al ascenso anhelado.

Él, ella, ellos
agonizantes prisioneros
sudan lágrimas y sangre
siempre…
siempre aferrados a la vida.

de Milagros Chávez,
en Versos Insurgentes - Poesía Guerrillera, 2007.