Las palabras necesitan de un contexto histórico, político, social, cultural, económico y biográfico para significar. Exhorto a lxs lectorxs/militantes a realizar un viaje de conocimiento acerca de lugares, tiempos y autorxs para enriquecer la experiencia literaria que propongo en este espacio. Gracias.
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viernes, 18 de diciembre de 2020

RUSIA

RUSIA

Enorme y santa Rusia, la tempestad te llama!
Ya agita tus nevados cabellos, y en tus venas
 la sangre de Rurico, vieja y heroica inflama…
 Desde el Neva hasta el Cáucaso con tu rugido llenas
 las selvas milenarias, las estepas sombrías…

 —Mujik, tu arado hiere; tu hoz, mujik, hiere y mata;
 como la negra tierra los pechos abrirán;
 tiñéranse en tus manos las hoces de escarlata….

 —Padre Zar, ese pueblo te llama padre. Tiene
 callosas las rodillas y las manos callosas;
 si hasta el umbral de mármol de tu palacio viene
 con manos y rodillas se arrastrará en sus losas.

 —Allá lejos, muy lejos, donde el sol nace, luchan,
 Mujik, tus hijos, desfallecen y mueren…
 —Padre Zar, los esclavos tu sacra voz no escuchan
 aunque las rojas lenguas del knut sus flancos hieren.

 —Mujik, en tus entrañas el hambre ruge… —El cielo,
 señor, te dio su vida… —Mujik, cuando las fieras
 sienten el hambre, aguzan sus garras en el hielo.
 Tú… ¡que el pastor te entregue la cervatilla esperas!

 —Padre Zar, los gusanos quieren ser hombres. Miran
 de frente al sol. Te miran de frente… ¿Qué malignos
 genios sus tentaciones de rebelión inspiran
 cuando son de tu misma misericordia indignos?

 —Llenas están de sangre las lúgubres prisiones,
 llenos están de aullidos los hondos subterráneos…
 De la vida y la muerte, tú, como Dios, dispones;
 ¡ya saben el camino las hachas de los cráneos!

 —Mujik, las muchedumbres que tu señor domina,
 que tiemblan si al mirarlas sus ojos centellean,
 van del brumoso Báltico a la apartada China
 y las naciones todas a sus pies serpentean.

 ¡Ay, si de cada pecho brotara un solo grito!
 ¡Si un solo golpe diera cada afrentada mano!
 ¡Su empuje arrancaría la mole de granito,
 como el de los millones de gotas del Océano!

 ¡Enorme y santa Rusia! De tu dolor sagrado
 como de un nuevo Gólgota, fe y esperanza llueve…
 La hoguera que consuma los restos del pasado
 saldrá de las entrañas del país de la nieve.

 El pueblo con la planta del déspota en la nuca,
 muerde la tierra esclava con sus rabiosos dientes,
 ¡y tíñese entre tanto la sociedad caduca
 con el sangriento rojo de todos los Ponientes!

 1906 

de Ricardo Jaimes Freyre,
en Obra poética y narrativa, Plural Editores, 2005.

viernes, 6 de noviembre de 2020

EL ÍDOLO

EL ÍDOLO

¡Oh, el incesante trueno
que estremece la tierra!
 ¡Oh, el rayo que aniquila!
 ¡Oh, el resplandor que ciega!

 Los ojos milenarios
 del Ídolo contemplan,
 desde la enhiesta cumbre
 la espantosa contienda.

 Tiene el oro en su seno
y en sus brazos la fuerza,
 y un reptil ponzoñoso
 enroscado en su lengua.

 El mar de fuego y sangre
 que hasta la cumbre llega,
 como un lebrel sumiso
 sus plantas lame y besa.

 Cuando en una haz se junten
 las angustias secretas,
 las hondas agonías
 y las mudas protestas,

 y ese haz equilibre
la vibradora flecha,
 que en las rígidas manos
 de la Justicia tiembla;

 y parta el dardo y llegue,
 rugiendo en su carrera,
 al Ídolo amasado
 con sangre y con miseria,

 y rotas sus entrañas
 a borbotones vierta
 todo el oro y el fango
 de las entrañas negras,

 entonces, encarnándose
 la pálida quimera,
 un sol de redenciones
 alumbrará al planeta.

de Ricardo Jaimes Freyre,
en Obra poética y narrativa, Plural Editores, 2005.