Las palabras necesitan de un contexto histórico, político, social, cultural, económico y biográfico para significar. Exhorto a lxs lectorxs/militantes a realizar un viaje de conocimiento acerca de lugares, tiempos y autorxs para enriquecer la experiencia literaria que propongo en este espacio. Gracias.
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lunes, 31 de mayo de 2021

XI

XI

Vivimos
en el olvido.
Y no sólo se olvidan
las llaves
el pañuelo
la carta
la cita,
también se olvida
el secreto,
y se pierde el pasado
inadvertidamente.

de Alaíde Foppa,
en Para conjurar el sueño - Poetas guatemaltecas del siglo XX (A. Acevedo / A. Toledo), abrapalabra, 1998.

viernes, 30 de abril de 2021

XV

XV

Algo
se me ha caído
de la mano,
y no quiero
mirar hacia atrás
para buscar la huella
de lo que no supe retener.

de Alaíde Foppa,
en Para conjurar el sueño - Poetas guatemaltecas del siglo XX (A. Acevedo / A. Toledo), abrapalabra, 1998.

domingo, 28 de marzo de 2021

Ella y el miedo

Ella y el miedo

Creció con ella
subrepticio
recóndito
con apariencias tan cambiantes
que nadie lo reconocía.
Ni ella misma
que se creía valiente.
No iba acompañado
de monstruos o fantasmas,
no surgía
de cuartos oscuros
ni de abismos.
Invisible temblaba
en su palabra tímida,
se volvía un velo
ante el paisaje luminoso,
una barrera
ante el fruto apetecido,
una sonrisa
ante la decepción.
Paralizaba la mano
que iba a tenderse
hacía una mano amiga.

Bajaba por los párpados
sobre la mirada
en que por un instante
brillaría la dicha.

Aunque era una niña quieta,
tenía miedo
de hacer ruido
porque alguien dormía a su lado.
Tenía miedo
de correr por la casa solitaria
donde sus pasos despertaban
resonancias extrañas.
Como era una niña silenciosa
tenía miedo de cantar,
porque su voz despertaría
resonancias extrañas
en su alma solitaria.
Y temía las palabras,
las duras palabras que hacen daño
y las dulces palabras
que querían anidarse
en su corazón erizado.
Las palabras de los otros
y las suyas.
Miedo de lastimar
y miedo
de ser lastimada.
Y si la asustaban
las puertas cerradas
a las que no osaba tocar,
ay, cuánta desazón,
ante una puerta abierta…
Vivía
como en un retrato de juventud:
vestida de baile
adornada de rosas,
fina, dulce y sonriente,
pero inmóvil
en el umbral iluminado
de esa fiesta
donde el miedo
la dejó para siempre detenida.

de Alaíde Foppa,
en https://periodicodepoesia.unam.mx/texto/la-desvanecida-imagen/ (20/12/20).

miércoles, 17 de marzo de 2021

Ella y su cuerpo

 Ella y su cuerpo

Rara vez le pareció
que le quedara bien
su cuerpo.
De niña,
era un cuerpo tan breve
que la obligaba
a mirar siempre desde abajo,
a esperar que sus padres
la tomaran en brazos
para verles
el rostro de cerca,
para tocarles los cabellos,
a esperar el abrazo
de su madre
para recostarse
en su pecho suave.
Ella, desde su estatura,
sólo podía abrazarle
las rodillas duras.

Luego,
fue un cuerpo inquieto,
a menudo doliente,
castigado
por persistentes fiebres,
un cuerpecillo insignificante
del que surgía un rostro pálido.
Y cuando un día
pareció vestirse de fiesta
de la adolescencia
ella creyó que se lo reprochaban.
Apenas asomaba la alegría
en el ritmo ligero de su paso
en el sonido claro de su voz,
en el brillo de sus ojos,
oscuros peligros acechaban
ese florecer extraño.
¿Tenía derecho a vestirse de fiesta
en un mundo enlutado?
¿Podía llevar su pie danzante
por un camino de espinas?
Quizás
su mismo cuerpo
era un vestido ajeno.
Por eso tuvo extrañas aventuras
el joven cuerpo lastimado:
iba al abrazo
como a un naufragio
y volvía como un sobreviviente
milagrosamente salvado.
En la fuga
se encontraban de nuevo
ella y su cuerpo
sin saber de qué huían.

No sabía entonces
que era
una tierna parte de sí misma,
tierra pródiga
donde su vida florecía;
y qué tan dulce
como el viento de primavera
era su aliento misterioso
tan ricas como las ramas
del árbol verdecido,
sus manos,
y más luminosos
que los astros del firmamento
sus grandes ojos abiertos.

de Alaíde Foppa,
en https://periodicodepoesia.unam.mx/texto/la-desvanecida-imagen/ (20/12/20).

lunes, 8 de marzo de 2021

Ella se siente

Ella se siente

Ella se siente a veces
como cosa olvidada
en el rincón oscuro de la casa,
como fruto devorado adentro
por pájaros rapaces,
como sombra sin rostro y sin peso.
Su presencia es apenas
vibración leve
en el aire inmóvil.
Siente que la traspasan las miradas
y que se vuelve niebla
entre los torpes brazos
que intentan circundarla.
Quisiera ser siquiera
una naranja jugosa
en la mano de un niño
-no corteza vacía-
una imagen que brilla en el espejo
-no sombra que se esfuma-
una voz clara
-no pesado silencio-
alguna vez escuchada.

de Alaíde Foppa,
en Para conjurar el sueño - Poetas guatemaltecas del siglo XX (A. Acevedo / A. Toledo), abrapalabra, 1998.

sábado, 27 de febrero de 2021

Ella y el tiempo

Ella y el tiempo

Medido
en el ritmo presuroso o calmo
de su suspiro,
en el fluir de su sangre perenne,
en su parpadear silencioso,
en el orden de su sueño,
en su desvelo,
en su larga espera,
en sus vagos recuerdos,
el tiempo
invisible río,
la arrastra sin defensa
a un mar desconocido.

Para verse un instante
en el claro lago de la felicidad,
quiso detener su curso,
mas la corriente se llevaba
la desvanecida imagen.
Y no hay para ella
un agua quieta
donde hallar de nuevo
el candor de su rostro infantil,
el esplendor de su mirada joven,
reflejados un día
en espejos empañados.
Turbia corriente,
el tiempo
lo confundió todo.

¿Quién dijo
que es breve la vida?
Si nunca acaba,
si cada hora
es apenas una lenta gota,
y es tan largo el día
que hasta le cabe la muerte.
¿Quién dijo que es larga la vida?
Si es tan breve,
tan estrecha,
tan incompleta y fugitiva,
que no le cabe casi nada
de todo lo esperado.

Era tan extraño su tiempo,
que ella vivía sin presente,
adormilada
en confusas memorias,
o perdida
en vagos ensueños,
en hábiles y acariciantes fantasías
en las que no creía.
Sólo sobre su piel pasaba
ese presente vacío.
Como un animalito paciente,
se anidaba
cerca de sus ojos,
en la comisura
levemente amarga
de sus labios,
consumiéndola
sin que se diera cuenta.

Pero alguna vez
se vistió de esperanza
el tiempo.
Levantada entonces
sobre su incierto presente,
ella vivió en la aurora
por un momento.

de Alaíde Foppa,
en https://periodicodepoesia.unam.mx/texto/la-desvanecida-imagen/ (20/12/20).

lunes, 22 de febrero de 2021

El sexo

El sexo

Oculta rosa palpitante
en el oscuro surco,
pozo de estremecida alegría
que incendia en un instante
el turbio curso de mi vida,
secreto siempre inviolado,
fecunda herida.

de Alaíde Foppa,
en Para conjurar el sueño - Poetas guatemaltecas del siglo XX (A. Acevedo / A. Toledo), abrapalabra, 1998.

domingo, 8 de marzo de 2020

…Un ser que aún no acaba de ser...

…Un ser que aún no acaba de ser
No la remota rosa angelical
Que los poetas cantaron
No la maldita bruja
Que los inquisidores quemaron
No la temida y deseada prostituta
No la madre bendita
No la marchita y burlada solterona
No la obligada a ser bella
No la obligada a ser mala
No la que vive porque la dejan vivir
No la que debe siempre
Decir que sí
Un ser que trata de saber quién es
Y que empieza a existir.

de Alaíde Foppa,
en La poesía como herramienta, Edición del Foro "La poesía como herramienta", 2018.