Las palabras necesitan de un contexto histórico, político, social, cultural, económico y biográfico para significar. Exhorto a lxs lectorxs/militantes a realizar un viaje de conocimiento acerca de lugares, tiempos y autorxs para enriquecer la experiencia literaria que propongo en este espacio. Gracias.
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martes, 23 de noviembre de 2021

¡AÑOS DE LOS CASTIGOS!

¡AÑOS DE LOS CASTIGOS!

¡AÑOS de los castigos!
¡Años de las prisiones!
¡Años que se comieron las arañas!
No tuve paz,
ni donde reclinar la cabeza.
Los trenes me llevaban,
entraban a las tumbas,
cruzaban los infiernos,
más mi corazón salía
de los hornos tiritando.

¡Años de los perseguidos!
¡Años de los flagelados!
¡Años como ratas echadas a morir!
Como piedra atravesé la vida,
las miserias, las prisiones,
anduve por los pueblos,
llegué a la comarca
donde el pan sólo se viste de fantasma.

Desde casas vacías,
desde catres solteros,
desde trajes gastados y pálidos deudores,
desde domingos sin nadie con quien pasear,
vengo diciendo que los hombres sufren,
las aguas sufren, las camas sufren.

A verme vienen quejándose las tardes,
las piedras quieren que cuente las pisadas,
el túnel tiene hinchado su único ojo,
toca el gallo su corneta lastimera.
¡Oscura es la vida,
la tierra sólo sirve para enterrarnos!

de Manuel Scorza,
en Las imprecaciones, Imprenta Juan Pablos, 1955.
Digitalizado por ínFimo.

domingo, 7 de noviembre de 2021

SOY EL DESTERRADO

SOY EL DESTERRADO

AMÉRICA,
a mí también debes oírme.
Yo soy el estudiante
que tiene un solo traje y muchas penas.
Yo soy el desterrado
que no encuentra la puerta en las pensiones.
Te digo que en las calles
y en las azoteas y en las cocinas,
y al fin de cada día y en mi pecho,
algo está muriendo.

Escúchame:
Yo soy el desterrado,
yo vagué por las calles
hasta que los perros
lamieron mi amor desesperados,
¡Acuérdate de mí!
Hay días que no tengo ganas
de ponerme los ojos,
días en que hasta los pájaros
se pudren a la mitad del vuelo.

¡Amor, amor,
tú no has dormido
en cuartos inmundos;
tú no sabes lo que es vivir
con una mujer que zurce su ropa llorando!
Ay, durante siglos los poetas callaron
y en el silencio sólo se escuchaba
un susurro de abejas que sonaba,
hasta que ya no pudimos más,
y el dolor empezó a mancharlo todo:
la mañana,
el amor,
el papel donde cantábamos.
Un día el dolor
empezó a gotear desde abajo,
daban los muros gritos desgarradores,
una mano amarguísima volcó mi pecho.
Ahora vengo a ti gimiendo,
aquí está mi voz encarcelada,
aquí estoy yo, debajo de esta frente, derrumbado.

de Manuel Scorza,
en Las imprecaciones, Imprenta Juan Pablos, 1955.
Digitalizado por ínFimo.

jueves, 16 de septiembre de 2021

EPÍSTOLA A LOS POETAS QUE VENDRÁN

EPÍSTOLA A LOS POETAS
QUE VENDRÁN

TAL vez mañana los poetas pregunten
por qué no celebramos la gracia de las muchachas;
tal vez mañana los poetas pregunten
por qué nuestros poemas
eran largas avenidas
por donde venía la ardiente cólera.

Yo respondo:
por todas partes oíamos el llanto,
por todas partes nos sitiaba un muro de olas negras.
¿Iba a ser la Poesía
una solitaria columna de rocío?
Tenía que ser un relámpago perpetuo.

Mientras alguien padezca,
la rosa no podrá ser bella;
mientras alguien mire al pan con envidia,
el trigo no podrá dormir;
mientras llueva sobre el pecho de los mendigos,
mi corazón no sonreirá.

Matad la tristeza, poetas.
Matemos a la tristeza con un palo.
No digáis el romance de los lirios.
Hay cosas más altas
que llorar amores perdidos:
el rumor de un pueblo que despierta
¡es más bello que el rocío!
El metal resplandeciente de su cólera
¡es más bello que la espuma!
Un Hombre Libre
¡es más puro que el diamante!

El poeta libertará al fuego
de su cárcel de ceniza.
El poeta encenderá la hoguera
donde se queme este mundo sombrío.

de Manuel Scorza,
en Las imprecaciones, Imprenta Juan Pablos, 1955.
Digitalizado por ínFimo.

jueves, 15 de julio de 2021

América, no puedo escribir tu nombre sin morirme...

 América, no puedo escribir tu nombre sin morirme...

América,
no puedo escribir tu nombre sin morirme.
Aunque aprendí de niño,
no me salen derechos los renglones;
a cada sílaba tropiezo con cadáveres,
detrás de cada letra encuentro un hombre ardiendo,
y no puedo ni cerrar la a
porque alguien grita como si se quedara dentro.

Vengo del Odio,
vengo del salto mortal de los balazos;
está mi corazón sudando pumas:
sólo oigo el zumbido de la pena.

Yo atravesé negras gargantas,
crucé calles de pobreza,
América, te conozco,
yo mismo tendí la cama
donde expiró mi vida vacía.

Yo tenía dieciocho años
yo vivía
en un pueblo pequeño,
oyendo el diálogo de musgo de las tardes,
pero pasó mi patria cojeando,
los ahogados empezaron a pedir más agua,
salían de mi boca escarabajos.
Sordo, oscuro, batracio, desterrado,
¡era yo quien humeaba en las cocinas!

¡Amargas tierras,
patrias de ceniza,
no me entra el corazón en traje de paloma!
¡Cuando veo la cara de este pueblo
hasta la vida me queda grande!

¡Pobre América!
En vano los poetas
deshojan ruiseñores.
No verán tu rostro mientras no se atrevan
a llamarte por tu nombre, ¡América mendiga,
América de los encarcelados,
América de los perseguidos,
América de los parientes pobres!
¡Nadie te verá si no deshacen
este nudo que tengo en la garganta!

de Manuel Scorza,
en Entre los Poetas Míos... - Colección Antológica de Poesía Social Vol.37, Biblioteca Virtual Omegalfa, 2013.

miércoles, 7 de julio de 2021

Alta eres, América

 Alta eres, América

Alta eres, América,
pero qué triste.
Yo estuve en las praderas,
viví con desdichados,
dormí entre huracanes,
sudé bajo la nieve.
¡En tu árbol
sólo he visto madurar gemidos!

Alta eres, América,
pero qué amarga,
qué noche,
qué sangre para nosotros.
Hay en mi corazón muchas lluvias,
muchas nieblas, mucha pena.
La pura verdad, en estas tierras
golpean a los hombres hasta sacarles chispas,
y uno, a veces,
con sólo mirar envenena el agua.

Alta, tierna, bella eres,
mas yo te digo:
¡no pueden ser bellos los ríos
si la vida es un río que no pasa!
¡Jamás serán tiernas las tardes,
mientras el hombre tenga que enterrar su sombra
para que no huya agarrándose la cabeza!

Entonces
¿de dónde trajeron
los poetas la guitarra que tocaban?
Te conozco:
dormí bajo la luna sangrienta,
despintaron mis ojos las lluvias;
el cruel atardecer
me dio su enredadera de pájaros violentos;
en salvajes llanuras
destejí implacables tinieblas,
en las casas entré y en las vidas,
pero jamás miré sonrisas habitadas.

¡Ay, tu corazón al fondo de la noche!
Ya fui lo que seré y todo ha sido sangre.
Ya se quemó el pez en las sartenes.
Ya caímos en la trampa.
Por favor, ¡abran las ventanas!
Aquí el pájaro no es pájaro
sino pena con plumas.

de Manuel Scorza,
en Entre los Poetas Míos... - Colección Antológica de Poesía Social Vol.37, Biblioteca Virtual Omegalfa, 2013.

lunes, 19 de diciembre de 2016

Cantar de Túpac Amaru (fragmentos)

Cantar de Túpac Amaru
(Fragmentos)

¡Hombres del Perú, hombres perseguidos como piojos, hombres pisoteados,
hombres tallados a sablazos, hombres que tienen una sola camisa!
¡Escuchad el cantar de la Guerra de los Pobres, oíd el cantar de Túpac
Amaru!
(…)
Y los Pobres se sublevaron. (…)
Arreando los gordos rebaños de las ofensas,
pastoreando las enormes manadas de los dolores,
-mucho tardaron en vadear el Urubambavino
la gente de Acos.

Tomasa Tito Condemayta los mandaba.

La gente de Taraco vino luego.
Eran tan pobres que no tenían ni sombra.
(…)
Un año duró la pelea.
Un año de mil meses combatieron.

Cien mil sacaron la lengua.
Cien mil se balancearon de las vigas.
Honor al valiente y al cobarde (…)
Igual pesaron en los platillos de la muerte.
No tenían lanzas, ni espadas ni estandartes.
Todos los reyes,
todos los Papas,
todos los Grandes,
avanzaron contra ellos.
No temblaron.
(…)
Fueron derrotados, no vencidos.
Ni con espada, ni con cadena, obtiene el hombre victoria.
Sobre las ruinas siempre avanza el alba con banderas.

de Manuel Scorza,
en Poesía social y revolucionaria del siglo XX (selección de Jorge Brega), Editorial Agora, 2012.