52 almas...
A R.J.
Nada espero
Del que me apunta
Con su calculadora.
Nada espero
Del que manipula
Mi televisor.
Pero cuando el que hiere
Es un traidor;
Cuando la daga
No penetra desde el exterior,
Sino que sale del propio riñón;
Cuando los sueños se vuelven pesadillas;
Cuando nadamos a río abierto
Y se aleja más la orilla;
Cuando el viento que todo empuja
Se hace brisa
Y el asesino marcha
Entre tus filas...
Siento náuseas
Y mi ira pierde toda razón.
La justicia
No alcanza…
52 almas…
Sea el Pueblo
Tu jurado,
Tu verdugo,
Y tu sepulturero.
Por mí,
Te irías directo
Al infierno.
A todos los infiernos.
Uno por cada vida menos.
Por Félix Sánchez Durán.