Las palabras necesitan de un contexto histórico, político, social, cultural, económico y biográfico para significar. Exhorto a lxs lectorxs/militantes a realizar un viaje de conocimiento acerca de lugares, tiempos y autorxs para enriquecer la experiencia literaria que propongo en este espacio. Gracias.
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domingo, 30 de octubre de 2022

TERCER MUNDO

TERCER MUNDO

Déjame que regrese, talismán
borroso de mi vida. Déjame dedicarme
al espionaje de tus ojos,
a las guerras navales de tus ojos,
al juego de ruleta de tus ojos,
al viaje sedentario de tus ojos.

Y mientras yo regreso y me consagro
a patrullar tus ojos,
que tu mirada escape de mi hostil vigilancia,
que se vaya muy lejos, fugitiva,
a ver los mundos de tercera clase.

Las plagas de miseria incuban larvas.
Surca el hambre y se encalla en viejos puertos
abandonados en la arena
y en los peligros de la jungla.
No hay bastantes sepulcros, nichos, fosas comunes,
extensión suficiente,
para enterrar la caza abundante de niños
de una sola jornada. Los asedian nocturnos,
durmiendo entre cartones por las calles.
Al parecer deslucen el comercio.

Que luego tu mirada con tus ojos
regresen para ver el mundo de los míos,
el mundo que se oculta detrás de mi retina.
Bésame si descubres lo que has visto.

1991. África, Asia, Sudamérica y cuarto mundo del primero.

de Isabel Pérez Montalbán,
en Una mano tomó la otra - Poemas para construir sueños (selección de Pedro Hilario Silva y otros), Comunidad de Madrid, 2004.

martes, 25 de enero de 2022

Los genes australes

Los genes australes

I
Se nace con un ácido interior,
un ADN carcelario,
una larva o factor determinante
de colores y razas:
rubio o castaño el pelo,
roja o azul la sangre,
la piel casi mestiza, verde el iris,
marron glacé la vida,
gris acero la vida,
blanco roto la vida.
Lo innato es eso. El color y el pan,
la dirección, la brújula.
Lo natal son los túneles,
fuego y luz ulterior.
La oscuridad sucesiva. Lo negro.
Corre en las venas un paisaje.
El norte. El sur vital y geográfico
del mundo y sus monedas.

II
Yo tuve un gen de cal y siesta,
un patio con helechos,
un barrio en las afueras, dos familias,
un testamento de guerra civil.
Porque se heredan la sangre y los muertos,
se hereda lo amarillo.
Mi paisaje primero es un eclipse.
Córdoba como un puzzle,
la tumba de su río bajo el Puente Romano
–el peligro del puente–,
las calles sin horizonte de Córdoba
–la adolescencia mala sin plano ni horizonte–,
siempre el agua estancada de los árabes,
siempre el miedo al calor en las noches de agosto.
Y siempre la distancia y el exilio.

III
Navegar no es sinónimo de hundirse,
pero a veces los barcos se sumergen.
Me hice a la mar. Málaga es sólo mar,
un mar de azul profundo,
una marina en óleo sobre lienzo,
la costa de un turismo pobre
que llega al rompeolas de una ciudad fenicia.
Después, los territorios extranjeros.
Recuerdo el metro musical
de aquel Madrid en hora punta,
Lisboa ardiendo cuesta arriba,
los portugueses negros hablando con su acento
expulsado de la colonia.
Barcelona parece un Miró en blanco y negro.
Y Galicia es un barco en la tormenta,
bruma verde en la ría,
el catecismo de la lluvia,
el agua religiosa, el opio líquido
confundiéndose con el llanto.
Todo se ha perdido en el tiempo
como lágrimas en la lluvia,
y no vale ni dura más
que la vida de un replicante.

IV
Si me muevo, y vaya donde vaya,
siempre me bajo un poco más al sur,
me salgo de los límites correctos.
Porque tengo la brújula anímica
dañada de fiebre meridional.
Y la dirección rota y los genes australes.
Tengo africana
la rosa de los vientos.
Me tira el ser humano,
me quema el sur proletario y silvestre,
el grito de los desaparecidos,
la mano esclava de un niño explotado,
los ojos siervos de algún inocente,
la piel negra del Harlem
y la escoba del apartheid.
Me tiro y me sumerjo
en el sur rojo y amniótico de la sangre,
en los temblores de las fallas sísmicas,
en la pulposa humedad caribeña
y en la fábrica asiática de todo a cien.

V
El sur también existe, que dice Benedetti.
No sé si existo, pero si existo soy el sur.
Pienso, luego sur.
Estoy al sur de todo,
a la izquierda del norte judicial y becario,
de la caridad solidaria,
de la nieve que viaja en limusina,
del imperio nipón-germánico,
a la izquierda del verde cantábrico y bursátil.
Y sin botines.
No es verdad que están llenos los hoteles.
Al auténtico sur no llega nadie
ni se viene de vacaciones.
El sur no se visita.
El sur se lleva dentro como un órgano
y no tiene fronteras ni aeropuertos,
pues se expande como un big bang
y es un incendio inextinguible.

VI
Toda revolución pasa en el sur,
aunque tome un palacio de invierno en pleno octubre.
Todas las bombas caen en el sur,
aunque exploten en Serbia.
Porque el sur no es un punto cardinal,
sino un planeta viejo, quemado por el sol.
Y están en él los insurrectos todos,
con su astillero regulado y su aceite de oliva
de un grado de acidez –cada día más caro–,
cada niño con su patera,
con su coche italiano cada adulto,
y cada amor con su mentira
de perfume francés.

VII
El sureño es un hombre que por ejemplo va
al Banco Santander Central Hispano,
y cambia su salario anual, su ahorro,
y se da cuenta de que mil sudores
son tres euros y un dólar
con siete céntimos de yen.
Un hombre antártico no hace un crucero
por los fiordos noruegos porque
se le congela el sistema arterial.

VIII
El Inserso programa viajes y balnearios,
baños para la artrosis,
playas para la edad del pensionista,
mapas y rutas al centro-derecha
y tarjetas doradas con bastante descuento.
Porque la arruga es bella en fin de siglo.
Pero los pasajeros del Inserso no llegan
a fin de mes con la receta.
Sus hijos los asilan
por turnos en sus casas adosadas,
y los emplean de niñeros.
Una cierta economía doméstica,
un sistema de XXV años de paz.

IX
Es agrio el sur. Y tiene sabores a salitre
y a fresas inmaduras, pero es mío.
Indigna consultar los mapas
y hallarse siempre abajo.
Desconcierta nacer,
ir dejando los días al torrente imprevisto,
acostumbrarse al caos.
Y es que nunca se sabe.
Hay quien sale de un vientre
y acaba en una mina antipersonal.

De Isabel Pérez Montalbán,
en Entre los Poetas Míos... - Colección Antológica de Poesía Social Vol.15, Biblioteca Virtual Omegalfa, 2013.

domingo, 16 de enero de 2022

Izquierda / Derecha

Izquierda / Derecha

Compañera, hora en llamas:

A la derecha de Dios, las mujeres
con bella manicura, los banqueros
jugando al golf con palos enemigos.
A la izquierda, los niños, las termitas,
el oro falso, la vida en cupones
de riqueza aplazada. Nunca es tarde.
No hay más que fe en el centro.
El centro es Dios cansado y aburrido
de esconderse y estar siempre tan solo.
Dicen que ya no existe la hojarasca
cubriendo los caminos de otro mundo.
Pero la gente espera y compra suerte,
hora en el veneno de las horas.
Y mientras, el infierno sigue abajo,
la derecha construye un cementerio,
y la izquierda, un eclipse de emergencia.
Qué frágil y pequeño el pesebre del hombre.

De Isabel Pérez Montalbán,
en Entre los Poetas Míos... - Colección Antológica de Poesía Social Vol.15, Biblioteca Virtual Omegalfa, 2013.

domingo, 3 de enero de 2021

Depuración

Depuración

Compañera, si te dicen que caí:*

Entre fieras dormía.
Muy cerca de la playa se extendía una selva,
un arsenal de verde húmedo.
Escuchaba los pasos de los monos
que me espiaban callados, acechando a su presa.
Pero yo, con su piel y sus huesos,
reconstruía algunos puentes rotos
sobre la bilis del pantano.
Violenta es la amargura que va pudriendo el agua.

El pasado noctámbulo
me retaba a combates pactados de antemano.
No imaginas el miedo a las espadas
que los rehenes locos de la tarde
portaban en las balsas y canoas
–no góndolas ni yates ni cruceros, amor–
para batirse en duelo con los náufragos,
supervivientes como yo
del hundimiento de aquel Titanic.

Cuando llegue a tu lado, sálvame de la noche,
no me dejes mirar los barcos.

Sálvame tú, que ya no soy valiente.

Alemania nazi y Siberia, años 40.

De Isabel Pérez Montalbán,
en Entre los Poetas Míos... - Colección Antológica de Poesía Social Vol.15, Biblioteca Virtual Omegalfa, 2013.
⃰ Juan Marsé. Si te dicen que caí.

sábado, 21 de noviembre de 2020

Golpe de estado

Golpe de estado

Compañera, otro golpe de falsa democracia:

Porque ya no soy joven y está lejos la gloria,
un desorden de arrugas se perfila,
se adivina un abismo.
Todo cuanto busqué yace arrasado
al pie de la tormenta.

La esclavitud se juega en los casinos.
En los jardines mandan los piratas,
no permiten el tránsito de un credo.
Profetas y vigías agonizan
bajo la luz violeta de los faros.
Parecen lázaros en la espesura.

Mírame claudicar en la marea
de ambulancias y vida sin vivir.
Sólo persigo el centro del exilio:
tu mano, un remolino de sirenas.
Quizá el naufragio, sí, sólo el naufragio.

21 de noviembre de 1975.
España está de cava y luto. Franco ha muerto.

De Isabel Pérez Montalbán,
en Entre los Poetas Míos... - Colección Antológica de Poesía Social Vol.15, Biblioteca Virtual Omegalfa, 2013.

domingo, 6 de septiembre de 2020

Censura

Censura

Compañera, mis tijeras no cortan:

Tu piel es mi destino.
No dejaré que bajes escaleras
y atisbes el dominio de las simas.
En sótanos se ocultan las guadañas
de quienes firman las penas de muerte.
Que nadie te adoctrine en los colores
ni el teléfono suene a medianoche.
Los enemigos crecen en lo oscuro.

Recorreré los cuartos de tu olvido,
los calendarios y sus fieros límites
con la libre conciencia del deseo.
Seré un escalofrío si presientes

detrás el sobresalto de una sombra.

Comienza abril de 1992.
La censura nunca ha terminado.

De Isabel Pérez Montalbán,
en Entre los Poetas Míos... - Colección Antológica de Poesía Social Vol.15, Biblioteca Virtual Omegalfa, 2013.

martes, 18 de septiembre de 2018

Siberia propia

Siberia propia
(Extractos)

PORQUE YO venía del orgullo y prejuicio, de los amores
difíciles,
Lolita violada por la garra y el anzuelo en los ojos de perro
azul,
y por eso devenía juntacadáveres, conductora funeraria,
extrañamente viva aunque muerta en resaca:
mujer en guerra al borde de la náusea, desahuciada sin
remedio,
primero niña de provincias viviendo en un Chagall,
luego chica de seda artificial y gata callejera sobre tacones.
Dime si esto es un hombre, una mujer o un espectro
errabundo.
Pero no, sólo ganado o quimera era entonces.
Porque crecí entre los cachorros municipales
listos para el sacrificio, en marcha hacia el matadero;
hijos de la ira que se acurrucan en las jaulas
donde no siempre oyes ladrar los perros, el miedo te
ensordece
y la edad de la inocencia escribe su particular libro de la
selva.
Porque mis orígenes se encallan en el grito silencioso:
semilla para un cuerpo de mordedura blanca,
embrión que germina en el frío primero y por mayo nace,
en los sesenta ve la luz y retrocede del susto,
no asoma la flor primaveral sino la raíz alambre de espino.
Raíz salvaje que brota en los trenes rigurosamente vigilados
para después transitar con pasaporte falso en los vagones
de los humillados y ofendidos, de los inocentes en el
extranjero,
todos extraños en un tren peregrinando juntos,
atravesando la nubosidad variable que amenaza temor y
lluvia.

AHORA es cuando levanto la niebla en esta crónica del alba,
ahora antes que anochezca y te quedes dormido
sin dormirte del todo (no olvides las minúsculas).
Ahora en víspera de ejecución te escribo yo, poquita cosa,
pues la voz a ti debida se reclina en obediencia,
azul mío purísimo alquimista y libro de los conjuros.
Imagina mi juventud diezmada por la educación
sentimental,
mi juventud campana de cristal herido, mis deberes
especiales
limpiando las oficinas en el ministerio del miedo,
mi cuerpo para algunas bestias como última tentación de
Cristo.
Deshilacha la odisea de esparto donde me oscurecía
post merídiem como una Penélope con la costura terminada.
Cierra el telón de la violenta y divina comedia que se
estrena
una y otra vez en los teatros del vivir, en el arte de morir,
con las herramientas neolíticas y el oficio de vivir.
Imagíname en el vértigo sagrado de la ciudad y los perros
con sus despachos de hombres aunque perros,
con sus crímenes, su árbol de la ciencia, su mal metafísico
y su falso tratado de urbanismo aunque alimañas,
con su gran dinero papel mojado en billetes
y sus tres monedas tan falsas como acariciantes
aunque príncipes de Maquiavelo, aunque herederos de
Stalin.

SI AL ATARDECER llegara un mensajero, el olvidado más triste,
en su carroza de plomo candente con mi final de partida,
sabrás de golpe que toda la miel se ha terminado.
Si alguien vuela a deshoras sobre el nido del cuco
o si escucharas el canto del cisne a quemarropa,
entenderás esta salvaje oscuridad de noche dálmata.
Supongo que correrás a mi estancia saqueada entonces,
esa morgue escarchada de mi doble vida y mi letargo
múltiple,
y te recibirán la serpiente emplumada y la cama deshecha.
El corazón te dirá vuelva usted mañana y mañana
te sonreirá con su disculpa, te ofrecerá un billete de vuelta,
así que cada hora violeta regresarás con el salvoconducto
que te devuelva el pan conyugal o algún sucedáneo sin
levadura.
Como si fuera una palabra el amor, repetirás la palabra.
Como un dios que tiene sed, beberás de la lluvia amarilla.
Como los cipreses no creen en Dios, talarás el desierto y
después.
Como el padrino mafioso, te harás verdugo de ti mismo.
Como Ítaca no existe o todo lo contrario, te quedarás
muy quieto, lo mismo que tiembla una fiera mutilada.
Pobre amado mío, igual que guantes grises
calentarás tus sienes en las sábanas solas.

de Isabel Pérez Montalbán,
en Once poetas críticos en la poesía española reciente (Enrique Falcón, coord.), Baile del sol, 2007.

sábado, 18 de agosto de 2018

Tercera enseñanza

Tercera enseñanza

Materias que no enseñan en la escuela:
Tener mucha paciencia. Cuidar la duna móvil
y el barro ajardinado de los días.
Beber el llanto seco. Comer óxido y pan.
Conducirse en los tanques del domingo violento.
Desvestirse con prisa. Cerrar con fuerza el grifo
caliente del deseo. Contener toda náusea.
Leer a los suicidas, a los supervivientes
boreales del gulag, del holocausto.
Mirar lo que soñé en la distancia:
una casa en la playa hoy en ruinas,
guarida de las ratas y los yonkis.
No confundir molinos con gigantes.
Familia significa las voces de un pastor
que agrupa a su rebaño. Y también
perderse en lo nocturno por el monte,
pasar miedo, soltarse de la cuerda
colgada a un precipicio de abandono.

De memoria aprenderse y después olvidarse.

de Isabel Pérez Montalbán,
en Once poetas críticos en la poesía española reciente (Enrique Falcón, coord.), Baile del sol, 2007.

miércoles, 18 de julio de 2018

Documentos TV. Bangkok

Documentos TV. Bangkok

No se despierta nadie en medio de la noche
aterrado por cosas de cerca y a lo lejos;
asuntos del insomnio que sabe y que no sabe
porque sobre ellos ha volcado toneladas de sueño.
Y sin embargo pasan las cosas mientras duerme.

En los días lectivos y en las fiestas
se enumeran los modos, se vocean
los colores primarios de la técnica mixta
que ofertan en racimo proxenetas sensibles:
travestidos y jóvenes de múltiples tarifas;
prostitutas novicias, antes niñas de aldea,
con sus vulvas anémicas y dulces,
con el pecho liviano sin vaivén,
con sus vaginas féretro futuro
y etiqueta de inmunodeficientes.
En los días lectivos, en las aulas nocturnas
de la impaciencia y un poco de daño
se suceden los crímenes, es verdad.

Y nadie se despierta hemorrágico,
asmático de llanto, desbocado de llanto,
desangrado de lágrimas y orines,
descompuesto en bacterias, defecándose,
cableado de picanas, vomitando la cena.
Es así. Nadie. Nunca. Investiguen el cuarto:
la colectiva sábana amanece muy limpia.

de Isabel Pérez Montalbán,
en Once poetas críticos en la poesía española reciente (Enrique Falcón, coord.), Baile del sol, 2007.

lunes, 18 de junio de 2018

Campo de concentración

Campo de concentración

Compañera, destinataria del fósforo:
Dónde se halla la edad, la resinas de amor
derramándose como tintas de ámbar
en el recordatorio de tu piel.
Dónde está aquel presidio, dónde
la suave permanencia de tu abrazo.

Pero yo estuve en otras cárceles,
viajé en un tren sediento hasta la entrada.
Me concedieron una estrella
de raza o de política
y la llevé sobre un gris uniforme.
Desde entonces mi pelo siempre tiene
un olor insepulto a crematorio.

de Isabel Pérez Montalbán,
en Once poetas críticos en la poesía española reciente (Enrique Falcón, coord.), Baile del sol, 2007.

viernes, 18 de mayo de 2018

Patria

Patria

Los trabajadores no tienen patria.
Mal se les puede quitar lo que no tienen.
C. Marx y F. Engels:
Manifiesto comunista

Compañera, centro de gravedad:
Porque no existe más patria que tu imagen animada,
imperturbable a la nieve, a las campanas doblando.
Mi patria es una cochera donde amontono tu cuerpo
y los lobos carroñeros de un pasado cazador,
la ciencia dentro de ti, el suavísimo plumaje
con que cubres tu epidermis, lo inmaterial, los objetos,
un llanto helado de tumbas, tú y yo juntos, y las cosas
necesarias de un hogar sin santos ni funerales.
Ni un país ni una nación ni el Universo en vorágine,
nada me ha pertenecido, nada fieramente mío,
de ningún dios ni de nadie. Todos rivales en celo,
todos timando a los otros, hambrientos depredadores
en la estepa bancaria y la bolsa de Wall Street.
Pero si alguien busca el fuego. Pero si alguien grita patria,
me indica siempre la ruta correcta, las cerraduras,
la diana del corazón, el núcleo celular
donde duermes y comienzas.

de Isabel Pérez Montalbán,
en Once poetas críticos en la poesía española reciente (Enrique Falcón, coord.), Baile del sol, 2007.

miércoles, 18 de abril de 2018

Jesu's blood never failed me yet

Jesu's blood never failed me yet

Hasta la más callada declaración de amor
es como la resurrección a un tiempo de todas las tumbas.
Vladimír Holan: Dolor

Amor, no me preguntes, no me dejes hablarte de la sangre
de entonces.
Conduce mi trineo por las tundras del cuerpo, de la noche
mordida.
Acierta a despoblarme de espectros las arterias, de niñez con
escombros
en los brazos, los senos, cuando nadie me dio la manzana
madura:
tentación del pecado. Pero, incluso sin culpa, dioses
enfurecidos
enviaban a mi casa las plagas más temibles, al patio de
mi casa
inmersa en la locura: albergue de postguerra, cementerio
de estrellas.

Todo el suelo del patio sembrado de jazmines y azahares
marchitos.
Aristas de la tarde a punto de fundirse en el cieno nocturno.
Los átomos rasgados del oxígeno puro de ese utópico monte
alpino de la caja: lápices de colores con la punta
quebrada,
como un triste presagio, como afilada estaca que hiere el
pecho núbil
del mártir o el hereje, como racimos de ojos con cristales
de escarcha
o polvo de pimienta. Padre, no tengas miedo, no llores
mientras ceno.
Madrugadas con sangre cubriendo las paredes. Y el
uniforme sucio,
sangriento: no parece rotulador ni tinta, porque no es
tinta roja,
no es la sangre de Cristo, no es mi sangre tampoco:
solamente la limpio
para que no te asuste, para que no la vean los niños de la
calle
que pasan con plumieres. Pero yo tengo fiebre y no voy a
la escuela.
Mira, mientras la enferma esté en el sanatorio, vamos a vivir
solos,
a fundar la galaxia de la paz resurrecta. Cuéntame lo del
Ebro,
las batallas más duras. Yo te leo el periódico y mi libro
de ciencias.
Qué importan las panteras, si ahora estamos juntos. En
España no hay pobres,
me ha dicho la maestra, pero África es más grande, ¿lo
ves en este mapa?
Tus ojos ya no están nevados, ya no queda más sangre por
los muebles.
Casi se me olvidaba decirte que esta noche pasarán por la
tele
una hermosa película, con Elizabeth Taylor –me parece–
y Paul Newman,
tiene un título raro: algo así como gata sobre el techo de
zinc.
Dicen que no es de miedo y además puedo verla porque ya
soy mayor.

de Isabel Pérez Montalbán,
en Once poetas críticos en la poesía española reciente (Enrique Falcón, coord.), Baile del sol, 2007.

miércoles, 14 de febrero de 2018

Viviendas Fundación Beneficio-Social

Viviendas Fundación Beneficio-Social
(Sector Sur, Córdoba, 1961-1965)
Arquitecto: Rafael de la Hoz

Teníamos un tiesto con claveles,
las coplas dedicadas por la radio
y un corazón de periferia
con vistas a la diáspora y al tizne.

Yo contaba dos años, tan blanca la memoria
que no recuerdo nada, pero he visto mi barrio
en una exposición de arquitectura
que muestra las vanguardias y el enjambre moderno.

La vivienda social era una huida
de los asentamientos marginales.
Así, pensando en los más pobres
y en nuestra natural inclinación
al revoltijo y a la bronca,
nos construyó el franquismo un polígono
de casas protegidas, de refugios al margen,
como nidos aislados de hipoteca.

En medio de un solar sin jardineras,
ni césped verde inglés ni toboganes,
se edificó una urdimbre de bloques tan idénticos,
con sus cubiertas de teja a dos aguas,
como idénticas jaulas de tristeza
para pájaros torpes o vidas que no logran
alzarse, y a ras de asfalto se mueven
con sus muros de carga paralelos.

Viviendas solidarias, dijeron los ministros.
No dijeron más dignas que nosotros,
criaturas sin modales ni costumbre,
casi bestias del campo a la intemperie.
Porque un techo no basta. Porque no hay dignidad
ni en la pobreza ni en el hambre.

Teníamos un cielo lapislázuli,
igual que en las películas.
Y un corazón a dos aguas de cauce turbulento,
y un corazón a dos lavas de volcán siciliano,
y un corazón a dos sangres fluyendo por los días.
Teníamos un arte de realismo puro:
fachadas de ladrillo visto,
polvaredas del natural,
secuencias al estilo de Vittorio de Sica.
Y un corazón al revés, a dos aguas.
Pero con una sola muerte.

de Isabel Pérez Montalbán,
en Once poetas críticos en la poesía española reciente (Enrique Falcón, coord.), Baile del sol, 2007.

martes, 22 de marzo de 2016

Ideología

Ideología

Compañera, corazón de subsidio:

A través de tus ojos, la calma transparente.
Porque yo te amo más
que a los desfiles de navíos
por el mar de los huesos.
Más con mis herramientas de mentir.
Y no es suficiente el calor,
las penetraciones,
el terrorismo y los asedios.
No, nunca nada bastará.
Ni mi arrepentimiento ni mi vuelta.
Porque la orfandad me ha perdido
por los caminos, pieza a pieza,
y lejos de ti sólo se aprende la nevada
y el uso del revólver.


Invierno de 1985. El cadáver de Mikel Zabalza, miembro de ETA, aparece en el río Bidasoa. El informe oficial dice que se ahogó «accidentalmente», intentando huir. Las estacio-nes se repiten idénticas.

de Isabel Pérez Montalbán,
en Entre los Poetas Míos... - Colección Antológica de Poesía Social Vol.15, Biblioteca Virtual Omegalfa, 2013.

lunes, 14 de marzo de 2016

Utopía

Utopía

Compañera, mancha de moras,... anagrama de sangre:

En las noches de la isla
quise redes maternas, una caja de música
y cartas perfumadas con remite.
Soñaba el desafío de unos senos
donde enterrar en el coma profundo
mis disfraces de tránsfuga.

Pero ayer no se extingue así de fácil.
Vivir es el tatuaje de un pasado
y sus siniestros trucos.
Me acosaba en lo oscuro la extrañeza.
Qué puede hacer un hombre medio vivo
medio muerto, ya simple vegetal,
sin letra impresa en qué reconocerse.

Pero tú no te mueras.
Nunca más el cansancio ha de vencerme
sobre la orografía de tu cuerpo.

El 11 de marzo de 1985 Gorbachov es elegido secretario
general del PCUS. El día 11 de abril muere Enver Hoxha.
Comienza la primavera. Las estaciones se repiten idénticas.

de Isabel Pérez Montalbán,
en Entre los Poetas Míos... - Colección Antológica de Poesía Social Vol.15, Biblioteca Virtual Omegalfa, 2013.

domingo, 6 de marzo de 2016

La herencia

La herencia

El frío inconsolable de los pobres.
No basta la abundancia para arropar el frío
que se hereda en los genes y nace del escombro.
No hay leña que derrita tanta nieve embrionaria.
Se encienden chimeneas. Con la lana se teje un sol,
un armario de soles, un paño de artificio.
Se adquieren edredones como un nido de pájaros.
Y el frío, por debajo, permanece.
De la médula vuelve la trastienda del hielo
a cubrirme los ojos como sangre reseca.

Ya todo es negritud, glaciar y sangre.
Por mis venas se espesa la eutanasia de un río,
el brutal abandono de la mano paterna,
los hermanos perdidos en la prisa de un puente.
La enfermedad congénita me vigila larvada,
se burla de mi huida cuando cambio de nombre
y usurpo los derechos de otra vida.
Ya todo es cicatriz, hospital y alacranes.

Se conquistan los barrios, la blancura
de las liendres y el suero. Se aprende la costumbre.
Se accede a la oficina, al ropaje, a la fiebre,
al calor esponjoso de los cuerpos.
Y el frío, sin embargo, permanece.

de Isabel Pérez Montalbán,
en Entre los Poetas Míos... - Colección Antológica de Poesía Social Vol.15, Biblioteca Virtual Omegalfa, 2013.

lunes, 18 de enero de 2016

Burocracia

Burocracia

Compañera, mi dosis anfetamínica:

La doctrina, el trabajo sórdido, más inútil,
por el pueblo explotado, para el pueblo ya libre.

Tú no sabes el daño que origina la luz
cenital del neón, las quemaduras
que causa en la mirada y en la piel
de quien trabaja inmerso en la parálisis,
de quien aguarda atención en las colas.
Apenas serpentea la gente con su turno.
Si conquistan un paso al frente, sueñan
que pronto llegarán a ventanilla.
Tienen aspecto de convalecientes
olvidados sin lástima en un gran almacén
de chatarra y papeles con sellos oficiales.

Mientras todos acuden a la cafetería,
en el lavabo llora un funcionario.

14 de diciembre de 1988.
Huelga general contra el Gobierno
de Felipe González.

De Isabel Pérez Montalbán,
en Entre los Poetas Míos... - Colección Antológica de Poesía Social Vol.15, Biblioteca Virtual Omegalfa, 2013.

sábado, 16 de enero de 2016

De reyes y plebeyos

De reyes y plebeyos

Gente guapa tal vez; desde luego muy alta
o altiva de estatura escandinava,
así la monarquía por la tele.
Sonriente desde el trono y los diamantes,
exhibe guardarropa de adán seda
delante de los nadie, el populacho
venido a clase media: pueblo sin alpargata
que se toma las cañas por su barrio;
piso modesto de hipoteca altísima,
gresite mate que se sueña mármol
o interiorismo chic de un arte povera.

A veces gente guapa como encaje
de chantilly o merengue que va orlando
y tapando el remache de la vida hemofílica,
la ventana rasgada de ir muriéndose a veces
igual que humanos bichos sin pamela,
armados en la paz de carruajes y guerras,
aplastados por tanques de libertad y cripta,
muriéndose al relente como cualquier mendigo,
como colilla o cáscara, como botella o lata,
flecha de sol festivo, crucifijo de altar
y lentejuela suelta de un vestido de boda.

De Isabel Pérez Montalbán,
en Entre los Poetas Míos... - Colección Antológica de Poesía Social Vol.15, Biblioteca Virtual Omegalfa, 2013.

martes, 12 de enero de 2016

Alienación

Alienación

Compañera, la esclavitud:

Sobre mi piel, un manuscrito.
Los escribanos tatuaban su historia
de moribundos y gregarios.
La tinta turbulenta igual que los litigios
iba caligrafiando los recuerdos
como un puñado de mentira y brasas.
Aquí, una casa que no habité nunca.
Allí, el perfil salvador de una madre.
En la espalda, costumbres de extranjero.
Hasta que ya no atendí por mi nombre.

Tus manos ciegas, cuando toquen
mi cuerpo en el reposo,
leerán mi relieve en braille:
un idioma que a ellas se abandona.

Marzo de 1992.
En la antigua Yugoslavia se independiza Bosnia
Herzegovina. Poco después comienza la guerra.

De Isabel Pérez Montalbán,
en Entre los Poetas Míos... - Colección Antológica de Poesía Social Vol.15, Biblioteca Virtual Omegalfa, 2013.

martes, 5 de enero de 2016

Clases sociales

Clases sociales

Los pobres son príncipes que tienen que reconquistar su reino.
Agustín Díaz-Yanes.Nadie hablará de nosotras cuando hayamos muerto.

Con seis años, mi padre trabajaba
de primavera a primavera.
De sol a sol cuidaba de animales.
El capataz lo ataba de una cuerda
para que no se perdiera en las zanjas,
en las ramas de olivo, en los arroyos,
en la escarcha invernal de los barrancos.
Ya cuando oscurecía, sin esfuerzo,
tiraba de él, lo regresaba níveo,
amoratado, con temblores
y ampollas en las manos,
y alguna enredadera de abandono
en las paredes quebradizas
de sus pulmones rosas
y su pequeño corazón.

En sus últimos años volvía a ser un niño:
se acordaba del frío proletario,
porque era ya substancia de sus huesos,
del aroma de salvia, del primer cine mudo
y del pan con aceite que le daban al ángelus,
en la hora de las falsas proteínas.

Pero su señorito, que era bueno,
con sus botas de piel y sus guantes de lluvia,
una vez lo llevó, en coche de caballos,
al médico. Le falla la memoria
del viaje: lo sacaron del cortijo sin pulso,
tenía más de cuarenta de fiebre
y había estado a punto de morirse,
con seis años, mi padre, de aquella pulmonía.
Con seis años, mi padre.

Mayo de 1997, mes y año de su muerte. Nadie estudiará esta fecha.

De Isabel Pérez Montalbán,
en Cartas de amor de un comunista, Editorial Germania, 1999.