Las palabras necesitan de un contexto histórico, político, social, cultural, económico y biográfico para significar. Exhorto a lxs lectorxs/militantes a realizar un viaje de conocimiento acerca de lugares, tiempos y autorxs para enriquecer la experiencia literaria que propongo en este espacio. Gracias.
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domingo, 2 de enero de 2022

TUS PATRIAS ENTONCES LA DESGRACIA

TUS PATRIAS ENTONCES LA DESGRACIA

Perú, Uruguay y las patrias del
amor mío y desaparecido

Entonces se vio el Pacífico abrirse mientras los Andes
giraban alzándose entre esos muros de agua y eran
como galpones llenos de cruces sus montañas    allí
donde los países yacen y sus pedazos se amontonan en
el medio del paso del mar    encostrados    subiendo

Entonces    poco a poco    como montañas yermas
que hablaran    se escuchó el canto de amor
desaparecido de los países

Unos encima de otros    amontonados    cuando
los Andes giraron cruzándose con las playas y
fueron ellos los encostrados muros del mar

Donde los cielos humanos se rompen tocándose
las desgarradas carnes    todavía temblorosos
gritando que hasta los mismos gritos ruegan y es
de cemento el cielo sudamericano

Cuando el abismo del océano mostró la vertical de los
Andes cruzada con la horizontal de las playas y la
cruz del amor muerto iluminó nuestras caras muertas
en el abismo de las aguas    El amor muerto iluminó el
fondo de las rajadas aguas y eran de costra y sangre
nuestros restos mirando las patrias de estas desgracias

de Raúl Zurita,
en Los países muertos, Ediciones Tácitas, 2006.

sábado, 18 de diciembre de 2021

Y ERA EL MEDIO DEL PASO DEL MAR

Y ERA EL MEDIO DEL PASO DEL MAR

Nací bajo Pinochet, viví bajo Pinochet,
morí bajo Pinochet. Pero te quería yo
tanto que hasta no me parecía tan malo

-En el medio del paso del
mar: población Lincoyán
509/ difuntos

Día y noche la paso sin dormir para mí
de la pena que tengo no hay dormir
para mí. Si la noche se hace día para mí

-En el medio del paso de
mar: población Cajón
del Maipo/ difuntos

¿Me comiste? ¿Por qué tenías hambre,
paisano, me comiste? ¿No lloraste? ¿Por
qué estabas muerto, paisano, no lloraste?

-En el medio del paso del
mar: población Villa
Concón/ difuntos

de Raúl Zurita,
en Los países muertos, Ediciones Tácitas, 2006.

martes, 10 de septiembre de 2019

El descenso

El descenso (fragmento)

Están la cordillera de Los Andes y el Pacífico
abrazados debajo de la piedras. Las margaritas
crecen en la primavera. Tal vez la primavera
crezca. Tal vez las montañas y el océano
abrazados se levanten desde debajo de las piedras
y sean las margaritas de la nueva primavera.
Bruno, Susana, tal vez sus cuerpos se levanten
desde debajo de la piedras. En una tierra enemiga
es cosa común que las margaritas sostengan la
nieve que quedó de los caídos cuerpos en la
primavera.

De Raúl Zurita
en INRI, Visor Libros, 2004.

El INRI de los paisajes

Epílogo

Cientos de cuerpos fueron arrojados sobre las
montañas, lagos y mar de Chile. Un sueño quizás
soñó que habían unas flores, que habían unas
rompientes, un océano subiéndolos salvos desde
sus tumbas en los paisajes. No.
Están muertos. Fueron ya dichas las inexistentes
flores. Fue ya dicha la inexistente mañana.

De Raúl Zurita,
en INRI, Visor Libros, 2004.

miércoles, 11 de septiembre de 2013

Bruno se dobla, cae

Bruno se dobla, cae (fragmento)

Al frente las montañas emergen como una gasa de
tul curvándose contra las sombras. La nieve de la
cordillera fosforece levemente, como una gasa que
flota. Arriba las infinitas estrellas y el cielo negro.
Las palabras son leves, las estrellas son leves.

Escuché un campo interminable de margaritas
blancas. Se doblan por el viento. Oigo el gemido
de los delgados tallos al doblarse. El sonido es
chirriante, agudo. Cuando el viento cesa vuelve el
silencio.

Bruno, Sólo es una línea blanca que cae y se
levanta. Arriba de la línea todo es negro y abajo
también. Antes está la playa, lo sé, después el mar
hasta el horizonte y luego el cielo. La noche es
una caja cerrada negra, abajo la línea de la
rompiente suena y es blanca.

Bruno era mi amigo.

Las ciudades pequeñas son blancas en la noche.
Adelante está el mar, de él sólo se distingue la
línea blanca de la espuma de la rompiente. El
mar, la noche cerrada.

Escucho al conejo encandilado frente a los focos.
Arriba, la gasa de la nieve de las montañas parece
un tul que le fuera a caer cubriéndole la pequeña
mancha de sangre que ha emergido de su pelaje
pardo. Los focos iluminan otros blancos, otros
pequeños pelajes con sangre.

Una pequeña mota roja de sangre cubierta con la
gasa de la nieve de todas las montañas.

Susana es pequeña.

La tierra que cubre a Bruno es negra. La cara
de Bruno es blanca. Pero no sé si es tierra y
no sé si es agua negra o es el aire negro. La
cara de Susana también es blanca bajo el aire
o el agua o la tierra negra.

Escucho el sonido de las margaritas al
doblarse. Susana es una amiga bajo el campo
negro de margaritas blancas.

De Raúl Zurita
en INRI, Visor Libros, 2004.

El mar

El mar (fragmento II)

Escucha el INRI de los cielos ardiendo. Océanos y
mares de Chile escuchan el INRI de los cielos
ardiendo.

Sorprendentes carnadas rosa sangre llovieron desde
extrañas nubes sobre el mar, sorprendentes mares
color de incienso suben ahora cantando con la
carnada de los peces en el cielo.

Escucha el cántico de los peces ascendiendo al
cielo. Arde, el océano santo de Chile arde. Llamas
como el incienso tiñen de rosa y sangre las
quemadas praderas del Pacífico.

Mares

Fueron arrojados. Como prendidos de extrañas
semillas, campos arados cubren el mar.

De Raúl Zurita
en INRI, Visor Libros, 2004.

domingo, 1 de septiembre de 2013

El mar

El mar (fragmento)

Sorprendentes carnadas llueven del cielo.
Sorprendentes carnadas sobre el mar. Abajo el
océano, arriba las inusitadas nubes de un día
claro. Sorprendentes carnadas llueven sobre el
mar. Hubo un amor que llueve, hubo un día
claro que llueve ahora sobre el mar.

Son sombras, carnadas para peces. Llueve un día
claro, un amor que no alcanzó a decirse. El amor,
ah sí el amor, llueven desde el cielo asombrosas
carnadas sobre la sombra de los peces en el mar.

Caen días claros. Extrañas carnadas pegadas de días
claros, de amores que no alcanzaron a decirles.

El mar, se dice del mar. Se dice de carnadas que
llueven y de días claros pegados a ellas, se dice de
amores inconclusos, de días claros e inconclusos
que llueven para los peces en el mar.

Se oyen días enteros hundiéndose, se oyen
extrañas mañanas soleadas, amores inconclusos,
despedidas truncas que se hunden en el mar. Se
oyen sorprendentes carnadas que llueven pegadas
de días de sol, de amores truncos, de despedidas
que ya no. Se dice de carnadas que llueven para
los peces en el mar.

El mar azul y brillante. Se oyen cardúmenes de
peces devorando carnadas pegadas de palabras que
no, de noticias y días que no, de amores que ya no.

Se dice de cardúmenes de peces que saltan, de
torbellinos de peces que saltan.

Se oye el cielo. Se dice que llueven asombrosas
carnadas adheridas de pedazos de cielo sobre el mar.

De Raúl Zurita
en INRI, Visor Libros, 2004.