Las palabras necesitan de un contexto histórico, político, social, cultural, económico y biográfico para significar. Exhorto a lxs lectorxs/militantes a realizar un viaje de conocimiento acerca de lugares, tiempos y autorxs para enriquecer la experiencia literaria que propongo en este espacio. Gracias.
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jueves, 22 de junio de 2023

arenga

arenga

La guerra es dolorosa, absurda, necesaria.
Sin ella
no se puede vencer,
ni cambiar cada mes
el abrigo de piel de la moqueta,
ni comprar un cartón de tabaco escocés
una copa de llantasparabólicas
o un condón de ternura ultrasensible
para hacer el amor y no la guerra.

de Fernando Beltrán.
en El gallo de Bagdad, Ediciones Endymión, 1991.

viernes, 26 de mayo de 2023

¡dios!

¡dios!

No nos gusta matar.
Somos
por fortuna creyentes,
por fortuna ricos
de corazón, por fortuna dueños
de artefactos que matan por fortuna
solamente al pobre
hombre que cruce infortunado
un lugar estratégico.

de Fernando Beltrán,
en El gallo de Bagdad, Endymion, 1991.

miércoles, 29 de junio de 2022

Ha adelantado su horario...

Ha adelantado su horario
y ruge ya en las fachadas
el neón de esta jungla.
Son las seis de una tarde
oscura como boca de hombre
masticando el pan
sin miga de estar solo,
ni siquiera las barras me seducen,
los peatones a miles y sin rostro
ahorcados en bufandas
y en pasos que son ruedas
a la velocidad del miedo
y citas que no existen,
sólo saben que corren hacia fauces
abiertas de los metros, los portales,
los taxis o las puertas movedizas
del autobús que traga
estos cuerpos de arena y sus relojes,
las muñecas miradas cada rato,
la nana de reproches que se entona
mientras se cierran los puños
para llegar a tiempo a ese sitio
donde sólo
les espera su espera, corren
como el agua y los papeles
hacia la alcantarilla,
colillas con carmín y billetes
tirados sin saber si es capicúa
la hora por venir, son y van a ser
las siete menos todos
los braseros del mundo,
las siete menos cuarto
de estar en que habitarse
y brazos como almohadas
donde apoyar la vista, corren
asustados por algo que no entienden
y está escrito en el mismo
idioma de sus días,
una ciudad que a veces
se vuelve contra todos los que cobran
su subsidio de sombras
sin darle más a cambio
que este salir huyendo, corren
se precipitan
sin pensarlo dos veces ni apuntar
un segundo la mina
de su lápiz de labios
a quien pueda esconder en los bolsillos
las letras que faltaban
para llenar el puzzle, huyen
no saben que los ojos
son el rimel del tiempo que transcurre
desde hace tanto tedio
que el calendario no acierta
a recordar qué fecha, corren
como alma que lleva el diario
hacia un infierno de prisas
y destinos que son apenas unos metros
cuadrados de estar solos
entre cuatro paredes, corren
huyendo de la herida que hace pensar,
la máscara que cambia
y que ahora se oculta
en los cuchillos del frío
que suben de Princesa
afilando los grises
pantalones que avanzan
y cortan con sus pasos
de esta tarde de invierno
en la Gran Vía.

de Fernando Beltrán,
en Una mano tomó la otra - Poemas para construir sueños (selección de Pedro Hilario Silva y otros), Comunidad de Madrid, 2004.

viernes, 9 de agosto de 2019

Premio Nóbel

Premio Nóbel

En un bar de Madrid
la prostituta polaca
se dispone a enseñarnos el lugar
donde nació Szymborska.

Abre el cajón que está bajo la barra,
desdobla poco a poco un mapa,
lo extiende ante nosotros
con memoria infinita
y señala de pronto un punto negro
que nos hace temblar.

Suspira luego muy hondo
desde el filo
de sus uñas metálicas

y comienza a doblarlo nuevamente
sin conseguirlo nunca.

Se le ha caído un río
sobre la falda,
se le alza en los pliegues de la blusa
la montaña del hambre,
y le cruza
de ciudad a ciudad, de pecho a espalda,
la oscura carretera de una noche
que no viene en los mapas.

Dice después que somos los primeros
en hablarle ese día de algo amable

y nos quedamos mudos
y extraviados
sin saber qué decir mientras doblamos
poco a poco el deseo
que nos llevó hasta ella
y regresamos luego al frío de la calle
con nuestro amor de siempre,

el cuerpo de la nada
donde los poetas emergen
desvalidos e inmensos como bloques
de viviendas pobres

cada vez que alguien nombra el
esqueleto de su ropa tendida.

Esta barriada al sur
que no es hermosa,
pero es quizá el lugar donde esta noche
también nació Szymborska,

donde anónima y muda la poesía
que no viene en los libros 
aparece de pronto tras la barra
de una historia cualquiera,
en cualquier parte.

De Fernando Beltrán,
en Una mano tomó la otra - Poemas para construir sueños (selección de Pedro Hilario Silva y otros), Comunidad de Madrid, 2004.