Las palabras necesitan de un contexto histórico, político, social, cultural, económico y biográfico para significar. Exhorto a lxs lectorxs/militantes a realizar un viaje de conocimiento acerca de lugares, tiempos y autorxs para enriquecer la experiencia literaria que propongo en este espacio. Gracias.
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martes, 20 de febrero de 2024

El cautivo de Til-Til (canción)

El cautivo de Til-Til

Por unas pupilas claras
Que entre muchos sables
Viera relucir
Y esa risa que escondía
No sé qué secretos
Y si era para mí
Cuando altivo se marchó
Entre sables de alguacil
Me nublo un presentimiento
Al verlo partir

Dicen que es Manuel su nombre
Y que se lo llevan
Camino a Til-Til
Que el gobernador no quiere
Ver por la cañada
Su porte gentil
Dicen que en la guerra fue
El mejor y en la ciudad
Deslumbraba como el rayo
De la libertad

Solo sé que ausente está
Que lo llevan maniatado
Que amarrado a la montura
Se lo llevan lejos de la capital
Sólo sé que el viento va
Jugueteando en sus cabellos
Y que el sol brilla en sus ojos
Cuando le conducen
Camino a Til-Til

Dicen que era como el rayo
Cuando galopaba
Sobre su corcel
Y que al paso del jinete
Todos le decían
Por nombre Manuel

Yo no sé si volveré
A verle libre y gentil
Sólo sé que sonreía
Camino a Til-Til

Dicen que es Manuel su nombre
Y que se lo llevan
Camino a Til-Til
Que el gobernador no quiere
Ver por la cañada
Su porte gentil
Dicen que en la guerra fue
El mejor y en la ciudad
Deslumbraba como el rayo
De la libertad

de Patricio Manns,
en Antología del Canto Nuevo Vol.1,  Alerce, 2012.
(Versionada e interpretada por Aquelarre)

jueves, 23 de noviembre de 2023

Cinco siglos igual

Cinco siglos igual (canción)

Soledad sobre ruinas
Sangre en el trigo
Rojo y amarillo
Manantial del veneno
Escudo heridas
Cinco siglos igual

Libertad sin galope
Banderas rotas
Soberbia y mentiras
Medallas de oro y plata
Contra esperanza
Cinco siglos igual

En esta parte de la tierra la historia se cayó
Como se caen las piedras
Aun las que tocan el cielo
O están cerca del sol
O están cerca del sol

Desamor desencuentro
Perdón y olvido
Cuerpo con mineral
Pueblos trabajadores
Infancias pobres
Cinco siglos igual

Lealtad sobre tumbas
Piedra sagrada
Dios no alcanzó a llorar
Sueño largo del mal
Hijos de nadie, cinco siglos igual

Muerte contra la vida
Gloria de un pueblo desaparecido
Es comienzo, es final
Leyenda perdida
Cinco siglos igual

En esta parte de la tierra
La historia se cayó
Como se caen las piedras
Aun las que tocan el cielo
O están cerca del sol
O están cerca del sol

Es tinieblas con flores
Revoluciones
Y aunque muchos no están
Nunca nadie pensó besarte los pies
Cinco siglos igual

de León Gieco,
en Mensajes del alma, EMI, 1992.

martes, 21 de noviembre de 2023

Canción para mi América

Canción para mi América (canción)

Dale tu mano al indio
Dale que te hará bien
Y encontrarás el camino
Como ayer yo lo encontré

Dale tu mano al indio
Dale que te hará bien
Te mojará el sudor santo
De la lucha y el deber

La piel del indio te enseñará
Toda la senda que habrás de andar
Manos de cobre te mostrarán
Toda la sangre que has de dejar

Dale tu mano al indio
Dale que te hará bien
Y encontrarás el camino
Como ayer yo lo encontré

Es el tiempo del cobre
Mestizo grito y fusil
Si no se abren las puertas
El pueblo las ha de abrir

América está esperando
Y el siglo se vuelve azul
Pampas, ríos y montañas
Liberan su propia luz

La copla no tiene dueño
Patrones no más mandar
La guitarra americana
Peleando aprendió a cantar

Dale tu mano al indio
Dale que te hará bien

de Daniel Viglietti,
en Yo no canto por cantar (Mercedes Sosa), Philips Records, 1966.

lunes, 13 de noviembre de 2023

Al centro de la injusticia

Al centro de la injusticia (canción)

Chile limita al norte con el Perú
Y con el Cabo de Hornos limita al sur
Se levanta en el oriente la cordillera
Y en el oeste luce La Costanera, La Costanera

Al medio están los valles con sus verdores
Donde se multiplican los pobladores
Cada familia tiene muchos chiquillos
Con su miseria viven en conventillos, en conventillos

Claro que algunos viven acomodados
Pero eso con la sangre del degollado
Delante del escudo más arrogante
La agricultura tiene su interrogante, su interrogante

La papa nos la venden naciones varias
Cuando del sur de Chile es originaria
Delante del emblema de tres colores
La minería tiene muchos bemoles, muchos bemoles

El minero produce buenos dineros
Pero para el bolsillo del extranjero
Exuberante industria donde laboran
Por unos cuantos reales muchas señoras, muchas señoras

Y así tienen que hacerlo porque al marido
La paga no le alcanza pal' mes corrido
Pa' no sentir la aguja de este dolor
En la noche estrellada dejo mi voz, dejo mi voz

Linda se ve la patria señor turista
Pero no le han mostrado las callampitas
Mientras gastan millones en un momento
De hambre se muere gente que es un portento, que es un portento

Mucho dinero en parques municipales
Y la miseria es grande en los hospitales
Al medio de Alameda de las Delicias
Chile limita al centro de la injusticia, de la injusticia

de Isabel Parra,
en Isabel Parra Vol.1, Blue Pie Records, 1968.

domingo, 29 de octubre de 2023

JOAQUIN ARTOLA

JOAQUIN ARTOLA

Yo ya trabajé una vez en esta hacienda, patrón,
-cuando la guerra—dice el campisto--.
Yo era muchacho, y me acuerdo que una mañana
todavía bien temprano y con el llano todo nublado
salí a recoger la yeguada para tusarla,
y ya venía con las yeguas cuando oigo unos tiros
y las yeguas que oyen los tiros y se asustan
y yo las chuceo para que no se me vuelvan
y las bestias se me corren y yo voy detrás dellas,
y eran los yanquis, que cuando oyeron la yeguada
huyeron por el llano creyendo que eran refuerzos
y yo a caballo detrás de las yeguas y los yanquis
y los voy chuzando a los yanquis y gritando:
¡Ansina que aquí soy yo, Joaquín Artola!
Y detrás de mí los otros los van macheteando
o lazándolos con soga y guindándolos de los palos
y un Andrés Castro mató a uno con una piedra.
Los demás se corrieron por el llano de Ostocal.
Hoy vuelvo aquí, ya viejo, a pedir trabajo, patrón,
pero no es la primera vez que yo estoy en “San Jacinto”.

de Ernesto Cardenal,
en https://www.airesdelibertad.com/t38198p30-poesia-social-iv-en-la-primera-pagina-de-poesia-social-i-hay-un-indice-de-autores (2/10/23).

viernes, 27 de octubre de 2023

Á Roosevelt.

Á Roosevelt.

Es con voz de la Biblia ó verso de Walt Witman
Que habría que llegar hasta ti, ¡cazador!
Primitivo y moderno, sencillo y complicado
Con un algo de Wáshington y mucho de Nemrod.
Eres los Estados Unidos,
Eres el futuro invasor
De la América ingenua que tiene sangre indígena
Que aun reza á Jesucristo y aun habla en español.

Eres soberbio y fuerte ejemplar de tu raza;
Eres culto, eres hábil; te opones á Tolstoy.
Y domando caballos ó asesinando tigres,
Eres un Alejandro Nabucodonosor.
(Eres un profesor de Energía
Como dicen los locos de hoy.)

Crees que la vida es incendio,
Que el progreso es erupción
Que en donde pones la bala
El porvenir pones.
                                No.
Los Estados Unidos son potentes y grandes.
Cuando ellos se estremecen hay un hondo temblor
Que pasa por las vértebras enormes de los Andes.
Si clamáis se oye como el rugir de un león.
Ya Hugo á Grant lo dijo: Las estrellas son vuestras.
(Apenas brilla alzándose el argentino sol
Y la estrella chilena se levanta...) Sois ricos
Juntáis al culto de Hércules el culto de Mamnon;
Y alumbrando el camino de la fácil conquista
La Libertad levanta su antorcha en Nueva York.

Mas la América nuestra que tenia poetas
Desde los viejos tiempos de Netzhualcoyolt,
Que ha guardado las huellas de los pies del gran Baco
Que el alfabeto pánico en un tiempo aprendió;
Que consultó los astros, que conoció la atlántida
Cuyo nombre nos llega resonando en Platón
Que desde los remotos momentos de su vida
Vive de luz, de fuego, de perfume y de amor,
La América del grande Moctezuma, del Inca,
La América fragante de Cristóbal Colón,
La América católica, la América española,
La América en que dijo el noble Guatemoc:
« Yo no estoy en un lecho de rosas »; esa América
Que tiembla de huracanes y que vive de amor;
Hombres de ojos sajones y alma bárbara, vive
Y sueña. Y ama, y vibra; y es la hija del Sol.
Tened cuidado. ¡Vive la América española!
Hay mil cachorros sueltos del león español.
Se necesitaría, Roosevelt, ser Dios mismo.
El Riflero terrible y el fuerte Cazador,
Para poder tenernos en vuestras férreas garras.

Y, pues contáis con todo, falta una cosa : ¡Dios!

de Rubén Darío,
en La joven literatura hispanoamericana, Librería Armand Colin, 1906.

miércoles, 18 de octubre de 2023

La Gleba

La Gleba

Mirad, ¡esa es la cumbre!, dijo el Sabio.
Es preciso llegar hasta esa cumbre...
Yo lo he visto y lo sé. Calló su labio,
Y avanzó la resuelta muchedumbre.

¡Deteneos aquí! rugió el tirano:
Á nadie, más que á mí, deis obediencia...
Lo he resuelto y lo impongo. Alzó la mano,
Y la turba abjuró de su conciencia...

¡Venid hermanos! dijo un sacerdote:
Adorad estas santas maravillas...
Dios lo manda. Alzó en alto un monigote
Y el rebaño se puso de rodillas...

Y aquel hato de imbéciles seguía
Á la primera voz, al primer mito,
Á la más leve admonición. Un día
Se detuvo de pronto. Estalló un grito

De un hombre de la turba: ¡de su entraña...!
Y habló un jirón de voluntad inopia.
¡Parecía aquel hombre una montaña
Con corazón y con conciencia propia!

« Basta de sumisión: no haya más leyes
« Que las que dicta la conciencia humana.
« Apartad á los ritos y á los reyes:
« Sea vuestra voluntad la soberana... »
.........................................................
Fué el despertar. Cesaron los gemidos
Que eran consuelo del montón. Entonces
Repercutió, como canción de heridos,
La vibración salvaje de los bronces...

Y la gleba rugió. Con la siniestra
Indignación, quemando sus mejillas.
Alzó la frente y levantó su diestra,...
¡Y comenzó el labor de las cuchillas!

de Felipe Torcuato Black,
en La joven literatura hispanoamericana, Librería Armand Colin, 1906.

lunes, 16 de octubre de 2023

JOSE DOLORES ESTRADA ...(a todos los exiliados nicaragüenses)

 JOSE DOLORES ESTRADA
………….(a todos los exiliados nicaragüenses)

Peleó contra el gobierno español en las calles de Xalteva
en la fracasada rebelión de Abril de 1812.
Pero no fue suya la gloria. El era un muchacho entonces,
y los cabecillas fueron otros.
Después derrotó a los yankis en la hacienda San Jacinto.
El era el general entonces. Pero no fue sólo suya la gloria.
Los soldados y los campistos también pelearon.
Ya viejo, en el exilio, por oponerse a la reelección
del Presidente (su amigo íntimo)
escribe a sus amigos desde Costa Rica:

«Yo estoy aquí haciendo un limpiecito
para ber si puedo sembrar unas matas de tabaco. »

Y esa fue su gloria mayor:
porque fue su batalla más dura, y en la que él peleó solo,
sin general, ni soldados, ni trompetas, ni victoria.

de Ernesto Cardenal,
en https://www.airesdelibertad.com/t38198p30-poesia-social-iv-en-la-primera-pagina-de-poesia-social-i-hay-un-indice-de-autores (2/10/23).

martes, 3 de octubre de 2023

No me hablen de nada...

No me hablen de nada.
Esta noche no estoy para palabras
ni discursos
sobre los acuerdos de paz en ningún lado.
Qué paz acordaron en mi nombre?
Quién les dio permiso para hacerlo?
Ninguno de esta lista interminable
que lIevo entre las manos
dijo
adelante, firmen este convenio.
A mí no me pidieron opinión cuando los grandes
decidieron que una guerra
si se enfriaba
podía jugarse mejor en patio ajeno.
Soltaron su veneno,
se sentaron a contar ganancias
y a competir por escupir la Luna.

Mientras tanto
aquí, como si nada, se acumularon muertos
y desaparecidos
y exiliados y odios.
Cuarenta años duró el juego.
A mí no me fue mal, aún estoy viva.
Pero esta lista, esta lista que me hace lIorar cuando la leo
es la factura final de aquel convenio.
No me vengan con sellos a estampar un cancelado.
Aquí no se cancelan los afectos
ni los lIantos, ni la sangre derramada
ni la memoria de los muertos.

de Ana María Rodas,
en Para conjurar el sueño - Poetas guatemaltecas del siglo XX (A. Acevedo / A. Toledo), abrapalabra, 1998.

miércoles, 27 de septiembre de 2023

Romance de Juan Carlos Vallejo

 Romance de Juan Carlos Vallejo

A Zulema Silva, su madre

¡Mirad a mi hijo,
miradle a la cara,
la flor de mi vida,
la luz de mi casa!
¡Mirad a mi hijo,
se mató en la fábrica!
Juan Carlos Vallejo,
así se llamaba,
sólo veinte años,
¡miradle a la cara!,
veinte amaneceres
y ya con mortaja.
Era otro emigrante
de los que aquí andan,
otro ecuatoriano
venido con ganas
de abrirse a la vida
con fe y esperanza.
¡Ay, hijo querido,
mi hijo del alma,
aunque sin papeles,
qué bien trabajabas!
¡Mi hijo querido,
tan frío en la fábrica!
Y aquellos patronos
de negras entrañas,
aquellos malditos
sin ley ni palabra,
que todo temían
(¡miradle a la cara!)
salvo la mentira
y la canallada,
salvo la justicia
divina y humana,
aquellos malditos,
no respetan nada.
Tan pronto mi hijo
cayó y se mataba,
¡ay, Virgen María,
las carnes me sangran!,
el mono le quitan
y le desnudaban,
ladrón le decían
(¡miradle a la cara!),
ladrón le decían
y él se desangraba.
¡Ay, hijo querido,
mi hijo del alma,
nadie te defiende,
cuando te difaman!
Y a aquellos malditos,
de tan negra entraña,
la gente de orden
hasta los alaba
y como a unos santos
les pone peana.
Vergüenza no tienen
ni tienen agallas.
Esta muerte negra,
¡ay, hijo de mi alma!,
te alcanzó en La Rioja,
sea vil su fama,
en Baños del Tobías,
arda entre las llamas,
pues su gente dice
que allí no hay morralla.

Este romance tiene su origen en el suceso
ocurrido en el año 2003 en el pueblo riojano
de Baños de Río Tobías, en donde el
trabajador ecuatoriano Juan Carlos Vallejo
perdió la vida en un “accidente” laboral.
Cuando un hijo del dueño del almacén donde
trabajaba descubrió el cadáver del joven, le
despojó de su ropa de trabajo y dijo luego a
la policía que seguramente se trataría de un
ladrón que había ido a robar. Condenados
posteriormente los dueños del almacén,
autoridades locales y regionales pedían el
indulto para el empresario. Zulema, la madre
de la víctima, recorrió Madrid recogiendo
firmas para exigir que se hiciera justicia.

de Conrado Santamaría Bastida,
en Cancionero de escombros con hoguera, Biblioteca Omegalfa, S/F.

lunes, 11 de septiembre de 2023

LEYENDO EL POEMA DE PETER WEISS SOBRE EL GOLPE DE ESTADO EN CHILE Y LA MUERTE DE PABLO NERUDA

LEYENDO EL POEMA DE PETER WEISS
SOBRE EL GOLPE DE ESTADO EN CHILE
Y LA MUERTE DE PABLO NERUDA

Como niños que en voz alta hablan a solas de noche
para convencerse de que en realidad no están solos,
y encienden una luz porque no hay nadie en la casa,
nos decimos: el fascismo
va a acabar pronto. El imperialismo
es pasajero

de Jorge Riechmann,
en Once poetas críticos en la poesía española reciente (Enrique Falcón, coord.), Baile del sol, 2007.

martes, 22 de agosto de 2023

Los argonautas

Los argonautas

1

Que el río ya no trae agua,
que no hay nada que beber.

¿Qué vamos a hacer?

En el río sólo hay piedras
y arenas muertas de sed.

¿Qué vamos a hacer?

En las campos gruesas grietas,
donde nada va a crecer.

¿Qué vamos a hacer?

Por el cielo nubes muertas,
que nunca van a llover.

¿Qué vamos a hacer?

Que el río ya no trae agua,
que no hay nada que comer.

¿Qué vamos a hacer?

2

Si estoy muerto,
si la vida aquí me estorba,
¿qué me importa los vientos cuánto soplan?

Sea el puerto
al que llegue el mismo infierno.

Si estoy muerto,
si la vida aquí me mata,
¿qué me importa las olas cuánto batan?

Sea el puerto
al que llegue el mismo infierno.

3

¡Ay, golondrina viajera,
llévame tras la frontera!

Allí, la esperanza crece
como el trigo en primavera;
aquí, la mies languidece
y crece sólo la espera.

Allí, la ilusión se mece
a la brisa más ligera;
aquí, la luz se oscurece,
tras la valla prisionera.

¡Ay, golondrina viajera,
llévame tras la frontera!

4

No dejéis que se parta,
mi dulce amigo,
a riberas extrañas,
quede conmigo.

No dejéis que se zarpe,
mi enamorado,
a los extraños mares,
quede a mi lado.

No dejéis que se vaya,
mi amante mío,
sola queda la casa,
con sombra y frío.

5

Olitas del mar
con mi suspirar.

Partióse mi amigo
allende del mar
sin quilla ni vela,
si va a naufragar.

Olitas del mar
con mi suspirar.

6

¡Hermanos,
cien escaleras hagamos
para la valla asaltar!

Cualquier rama,
cualquier palo,
cualquier cuerda,
cualquier trapo
servirá.

Altas, bajas,
rectas, curvas,
escaleras
con locura
de soñar.

Cien escalas
contra el hambre,
contra el vicio
de la sangre,
tan voraz.

Cien peldaños
contra el miedo
de la lucha
por un cielo
de verdad.

Cien aludes,
cien volcanes,
cien torrentes
que proclamen
para siempre
la igualdad.

¡Hermanos,
hagamos cien escaleras
para la valla asaltar!

7

Duérmete, mi niño,
orillas del mar,
que amanecerás.

Tu niño ya duerme,
mi pobre viejilla,
al sol de poniente.

El viento acaricia
su oscura figura
tendida en la orilla.

Las olas arrullan
su sueño desnudo
con nanas de espuma.

Orillas del mar,
que amanecerás.

8

Cien veces me repatriaran,
os lo puedo hasta jurar,
otras tantas lo intentara
para bien o para mal.

Barça o barsaj.

Éramos diez compañeros,
cada uno de un lugar,
a cinco nos detuvieron,
a cinco los tragó el mar.

Barça o barsaj.

Luego seis meses vacíos
confinado en un solar
tras un alambre de espino,
gusano en un gusanar.

Barça o barsaj.

De vuelta me llevan ahora
lo mismo que a un criminal,
con un chándal y una bolsa,
el pan se ha quedado allá.

Barça o barsaj.

Y cuando llegue a mi pueblo,
otra vez a mendigar
y conseguir el dinero
para volverme a embarcar.

Barça o barsaj.

9

¡Yo no sé qué es lo que tienen
los ojos de esas morenas!
¡Ay, morena!, si tú quieres,
de entre las rejas te saco
y te arreglo los papeles.

¡Ay, morena!, soy muy hombre,
si me dices qué te duele
cuelgo por ti el uniforme.

¡Yo no sé qué es lo que tienen
los ojos de esas morenas!

10

Salí de mi tierra
para huir del frío.
Dejé a mi mujer
y dejé a mis hijos.

Los días trabajo,
las noches suspiro.
No tengo una manta
que me tape el frío.

11

La vida no la vivía
enterrado allá en mi pueblo
sin trabajo y sin comida,
tal como viven los muertos.

La vida no la vivía
y ahora vivo como un perro.

La vida no la vivía,
esperando en aquel puerto
con hambre, palos y tiña
tal como viven los perros.

La vida no la vivía
y ahora la vivo muerto.

La vida no la vivía
hacinado entre los cuerpos
sin vida de la almadía,
tal como viven los muertos.

La vida no la vivía
y ahora vivo como un perro.

Y ahora me roban la vida,
echándome el amo un hueso
tras la jornada del día,
tal como viven los perros.

La vida no la vivía
y ahora la vivo muerto.

de Conrado Santamaría Bastida,
en Cancionero de escombros con hoguera, Biblioteca Omegalfa, S/F.

domingo, 20 de agosto de 2023

Balada de Karim, un niño más de Palestina.

 Balada de Karim,
un niño más de Palestina.

Karim era un niño más de Palestina
creciendo con el miedo como rutina
provocado por la barbarie de Israel.

Pero Karim crecía feliz y sano
buscándole a la vida el lado humano
ante un panorama mísero y cruel.

Karim tenía nueve años, sólo nueve
cuando desde el cielo en vez de nieve
cayeron los misiles de Sión.

Impactaron cerca, Karim salvó la vida,
pero a su madre la dio por perdida,
quedó sepultada en la habitación.

Su hermana pequeña también yacía
y a Karim se le marchitó la alegría,
el odio y la rabia todo lo pudieron.

Las justificadas ganas de venganza,
el vivir bajo la única esperanza
de hacer daño a quienes le hirieron.

Sin entender el absurdo de la guerra
de quienes les arrebataban la tierra
y lo sembraban todo, todo de muerte.

Karim empezó a tener las cosas claras,
leyendo textos de Marx y de Guevara
dejó de ser un niño y se hizo fuerte.

Con quince años Karim de sobra sabía
que tenía que canalizar la rebeldía
y estaba listo para a su pueblo servir.

Que antes que una vida de rodillas
era más digno enrolarse en la guerrilla
sin más meta que vencer o que morir.

Empezó a colaborar con la Resistencia,
quería combatir, pero tuvo paciencia,
aún era joven para el fusil empuñar,

tenía que crecer en cuerpo y en ideas
para estar preparado para la pelea
en las milicias del Frente Popular.

Así Karim siguió con su formación
en tareas de propaganda y agitación
creció como persona y como militante.

Con dieciocho Karim ardía de ganas
de vengar a su madre y a su hermana,
de llevarse a muchos por delante.

Entonces llegó su fecha más ansiada
el día de pasarse a la lucha armada
de combatir al huracán como huracán.

De empuñar en sus manos el fusil,
de la guerra contra el enemigo hostil,
de la conquista por la tierra y el pan.

Destacaba en su tesón de guerrillero,
en cada batalla era el más fiero,
pues prefería morir a echarse atrás.

A sabiendas, Karim, de que algún día
la muerte a su puerta llamaría,
él no pensó en retroceder jamás.

A Karim le sobraban los motivos
para preparar artefactos explosivos
y atacar a los verdaderos terroristas.

Culminó varias exitosas misiones,
participó en numerosas acciones,
hizo sangrar mucho a los sionistas.

El enemigo le temía, iba a por él,
era objetivo prioritario para Israel
y no iban a escatimar en darle caza.

Aquel niño palestino llamado Karim
presentía así que se acercaba su fin,
orgulloso de ser una amenaza.

Se hizo pronto la noche de aquel día
y mientras Karim sin miedo dormía
cayeron del cielo los misiles de Sión.

Con una puntería basta y certera
redujeron a escombros su madriguera
y Karim nunca más se despertó.

Había muerto y a la vez vencido,
pues nunca lo vieron sometido,
y Karim sabía de su enorme victoria.

Morir por el pueblo es vivir eternamente,
Karim no murió y como combatiente
alcanzó los paraísos de la gloria.

de Aitor Cuervo Taboada,
en Bombas, poemas y otras necesidades, Aitor Cuervo Taboada, 2013.

miércoles, 14 de junio de 2023

Si me ofreces tu libertad...

Si me ofreces tu libertad
te daré mi estrecho.
Si me ofreces tus sirenas
te sacaré de tus profundidades.
Si me ofreces tus olas
Te brindaré mi tierra.

de Abderrahman El Fathi,
en África en versos mojados, Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes/Enrique Lomas López Ed., 2011.

domingo, 4 de junio de 2023

Canción de corro del niño palestino

Canción de corro del niño palestino

Quiero, madre, quiero,
nunca me das nada,
quiero, quiero, quiero,
quiero una granada.

Las piedras,
mi madre,
las piedras
no sirven,
las piedras
no valen,
las piedras,
mi madre,
no matan
soldados
ni paran
los tanques.

Las piedras,
mi madre,
son sólo miseria,
son muerte,
son cárcel,
las piedras,
mi madre,
tortura,
son sangre.

Las piedras,
mi madre,
no matan
soldados
ni paran
los tanques.

Quiero, madre, quiero,
nunca me das nada,
quiero, quiero, quiero,
quiero una granada,
que abrase los tanques
que todo lo abrasan.

de Conrado Santamaría Bastida,
en Cancionero de escombros con hoguera, Biblioteca Omegalfa, S/F.

viernes, 26 de mayo de 2023

¡dios!

¡dios!

No nos gusta matar.
Somos
por fortuna creyentes,
por fortuna ricos
de corazón, por fortuna dueños
de artefactos que matan por fortuna
solamente al pobre
hombre que cruce infortunado
un lugar estratégico.

de Fernando Beltrán,
en El gallo de Bagdad, Endymion, 1991.

jueves, 25 de mayo de 2023

UNA NOCHE EN EL CEMENTERIO VIEJO - POEMA Á MAYO (fragmento)

UNA NOCHE EN EL CEMENTERIO VIEJO

POEMA Á MAYO (fragmento)

Hundió el sol su corona en occidente,
Y en carro de zafir, la blanca luna
Del mísero aliviaba la fortuna,
Vertiendo olvido en su afligida mente.

De Mayo era una noche: esplendorosa
La vio en su patria el pobre desterrado,
Mas hoy errante, en penas abismado,
La mira triste, lóbrega, enojosa.

Y la bella ciudad, nítido espejo
Era de luz y de gracioso encanto,
Pero á él los ojos embargaba el llanto.
Junto á la cruz del cementerio viejo.

Cuando la angustia le carcome el pecho.
Sin que temor ó religión le asombre,
Siempre á las tumbas se encamina el hombre.
Cual si allí se ocultase el que lo ha hecho.

Apoyóse á una piedra el desterrado,
Y clavando la vista en aquel suelo,
Sintió en sus venas circular consuelo,
Y de espíritu heroico arrebatado:

Sepulcros—exclamó—vuestro hondo seno
De la raza es mansión que supo en Mayo
De los tiranos afrontar el rayo
Con faz altiva y corazón sereno.

En este campo con furor lidiando,
Más de un héroe rindió su noble vida,
Y del déspota aquí cayó abatida
Bandera odiosa de poder nefando.

¡Más de un héroe murió, desconocido!...
Alma formada para excelsa gloria,
Para asombrar al mundo con su historia
Que hoy es polvo del viento combatido:

Bajó con ellos al sepulcro frío
La dulce unión, la plácida esperanza,
Y en la tierra quedó cruda venganza,
La rabia de Caín al pecho mío.

¡Porqué más antes yo no fui nacido!
Y ¡oh mi madre! tu parto bendijera:
Yo en ese Mayo del honor viviera.
Héroe tal vez como ellos habría sido.

No mezclaré mi voz á los conciertos
Que de Mayo saludan el gran día.
Y siguiendo á mí otra melancolía
Lección de gloria pediré á estos muertos.

O sea que la voz del que gemía
Con poder en las tumbas resonara,
O que el triste en su mente se forjara
De otra voz la ardorosa fantasía;

La luna entre celages se ostentaba,
Y turbando la noche silenciosa
De guerreros caterva estrepitosa,
En el aire fantástica giraba.

Y bélica sonando una armonía
De trompetas clarines y tambores.
De la lid se escuchaban los clamores,
Y el canto de batalla que decía:

Suena el clarín, de América campeones;
La que es colonia quiere ser nación;
Relinchan de la guerra los bridones;
¡Gloria al azul y blanco pabellón!

Entre Europa y América lindero
De mar profundo puso el Hacedor,
Salvolo el genio de la España fiero,
Y la cruz en los Andes enclavó.

Y bajo el soplo de ambición cruenta
Cayó el imperio idólatra del sol.
Sobre él cristiana una nación se ostenta:
Ya terminó de España la misión.

Suena el clarín, de América campeones,
El campo labra nuestro corvo arado,
Vencido el toro á nuestra fuerza es buey,
Y el inglés en batallas avesado
Sus armas ha rendido á nuestros pies.
Doctores, vates, proceres tenemos.
Las de la ciencia, del Estado honor,
Ciudades, puertos, minas poseemos,
Y un varonil y altivo corazón.

Suena el clarín, de América campeones,

Un pueblo somos de otro pueblo esclavo,
Entre los ciervos abatida grey,
¡Tal afrenta borremos! el que es bravo,
No consiente en su casa extraño rey.
Bellas, como los ángeles del cielo.
De nuestra patria las mujeres son,
Pero al mirar á un español, al suelo
Bajan los ojos con servil temor.

Suena el clarín, de América campeones,

Grandes, obispos, jueces, generales,
A nuestras playas nos arroja el mar.
Nobles son y señores principales;
Nosotros, un rebaño que les dan.
¡Indio! ¿porqué derramas triste lloro?:
Me envían al horrendo socavon
A do murió mi padre, á sacar oro,
Oro que á España llevará el galeón.

Suena el clarín, de América campeones,

Sangrienta ha sido por demás la historia
Del indio, presa del hispano audaz;
Olvidemos tan hórrida memoria,
Que á nuestros padres Dios ha de juzgar.
De verdugos y víctimas nacidos,
De la paloma y gavilán voraz,
¿Porqué encerramos en obscuros nidos
Si á los vientos podemos desafiar?

Suena el clarín, de América campeones,

Mísero negro, al África robado,
Encara firme el matador fusil;
De tu esposa en el vientre condenado
Estaba tu hijo á servidumbre vil.
Doble falange de tus amos viene.
Hiérela asado, venga tu baldón;
Sobre su esclavo un déspota no tiene
Sino de orgullo y crimen la ilusión.

Suena el clarín, de América campeones,

Vuestros harapos, gauchos del Oriente,
Trocareis por la gala carmesí.
Recamada de plata reluciente
Que ostentan esos sátrapas allí.
¡Sus! á la carga, con la lanza fija;
Nada detenga el rápido corcel.
Entre el montón nuestro rencor elija
La sangre odiosa que ella ha de verter.

Suena el clarín, de América campeones,

Esa servil mesnada que se avanza,
A vuestro intento apoda de traición;
Mostrad que quien combate lanza á lanza
Es un leal adversario, no un traidor.
¡No os apiadéis! que caigan esos cuellos
Bajo del sable, al filo del puñal:
Ved que cuelgan en trenzas sus cabellos,
Son asideros que la muerte os da.

Suena el clarín, de América campeones,

Cadalzo en esos muros, ominoso.
Para el vencido preparado está,
Y laurel al que en ellos animoso
Logre el patrio estandarte tremolar.
¡Ea! á la carga; rotas sus legiones
De la llanura en la tremenda lid,
En salva estrepitosa esos cañones
De anuncio á nuestra gloria han de servir.

Suena el clarín, de América campeones,

Y después, de esta guerra, vencedores,
Alzaremos el templo de igualdad:
Habrá pueblo, no plebe, ni señores,
Y ara el trono será de libertad,
Y tú, ¡oh mi patria entre los pueblos bella!
De dicha y virtud serás mansión,
Cual del opaco cielo nueva estrella
De misterioso y plácido esplendor.

de José Rivera Indarte,
en Antología de poetas argentinos - Tomo IV - El clamor de los bardos, Martín Biedma e Hijo Editores, 1910.

miércoles, 26 de abril de 2023

Llegó volando (canción)

Llegó volando

Llegó volando el cuervo sobre mi suelo
Para sembrar las ruinas y el desconsuelo
Durante largos siglos los yanaconas
Le entregaron las llaves de la corona

Durante largos siglos fue ensangrentando
El suelo de los pueblos que iba violando
Perforando las tierras de la labranza
Para escarbar el oro de la templanza

Se limpió las dos manos con mi bandera
Y no faltó en mi patria quien aplaudiera
Porque hay desventurados que por migajas
Besan la bota sucia que los ultraja

Hay algunos que se hinchan con gran esmero
Sirviendo la codicia del extranjero
Y otros que se solazan por mil dinares
Entregando su pueblo a los militares

Un paredón exijo con cal y canto
Para que el pueblo juzgue de tanto en tanto
Mientras llega la aurora tarde o temprano
Justiciando el dolor indioamericano

Llegó otra vez volando el cuervo insaciable
Trayéndonos su sombra interminable
Pero no está lejano el día clemente
En que nos levantemos contra los sables
Para anunciar la aurora del continente

de Patricio Manns,
en Con la razón y la fuerza, Movie Play, 1982.

sábado, 1 de abril de 2023

PLAYA GIRÓN

PLAYA GIRÓN

Con mis manos inútiles
que no saben hacer otra cosa que escribir,
quisiera recoger vuestras cabezas,
hermanos míos, compatriotas,
las cabezas de los que murieron viendo un sol diferente,
las cabezas voladas y deshechas por los obuses,
por el pecho que se llevó la metralla
y dejó las entrañas al aire
-porque allí había un corazón violento-,
por la carne hecha trizas y las balas
y los pañuelos ensangrentados,
nadie sabe qué pena siento por mi impotencia
y cuánto con esta pobre voz quisiera
crearles otra vida distinta y perenne.

Yo que tengo este triste oficio
que espera que los otros vivan por él,
por su sangre.

En mis versos estaría vuestra sangre
y la necesidad de la muerte justa,
Ahora no tengo miedo a las palabras:
justicia, libertad, pan.

de Antón Arrufat,
en Antología de jóvenes y viejos, Bayo Libros, 1964.