Las palabras necesitan de un contexto histórico, político, social, cultural, económico y biográfico para significar. Exhorto a lxs lectorxs/militantes a realizar un viaje de conocimiento acerca de lugares, tiempos y autorxs para enriquecer la experiencia literaria que propongo en este espacio. Gracias.
Mostrando las entradas con la etiqueta Colonialismo/Neocolonialismo. Mostrar todas las entradas
Mostrando las entradas con la etiqueta Colonialismo/Neocolonialismo. Mostrar todas las entradas

lunes, 17 de febrero de 2025

le había enseñado...

le había enseñado
el ritual del té
al estilo inglés
su difunta madre
de escaso linaje
y pronta fortuna
y cuando ya de grande
se le antojaba el té
abría el reloj de pie
y ponía las agujas
dando las diecisiete
aunque fueran las tres

Por Félix Sánchez Durán.

martes, 21 de enero de 2025

he visto al buitre salir volando...

he visto
al buitre salir volando
cuando aparece
y al león, esconderse
cuando su sombra
dibuja el piso
y donde hace nido
árbol sin hojas queda
y ningún animal se acerca
ni le cruza la mirada
y ni siquiera en manada
los lobos se aproximan
es que saben que lastima
como nadie es capaz
es la paloma de la paz
la criatura más temida

Por Félix Sánchez Durán.

miércoles, 15 de enero de 2025

...a la población de Gaza

a la población de Gaza

llaman a las piedras
como quien llama a un perro
y las piedras van
acuden al llamado

acarician las piedras
como se acaricia a un gato
y las piedras ronronean
y duermen sobre el amo

le susurran a las piedras
como se cuenta un secreto
y sonríen las piedras
y prometen no contarlo

liberan las piedras al aire
como quien arroja un canario
y les piden que vuelen
y suelten su hermoso canto

tienen nombres las piedras
como las calles o los barrios
nombres familiares pronunciados
con nostalgia y con quebranto

y lanzan las piedras al aire
y como fieles piedras vuelan
cantan libremente y vuelven
a las manos que han amado

Por Félix Sánchez Durán.

viernes, 6 de diciembre de 2024

Sobre haber sido traída de África a Estados Unidos

Sobre haber sido traída de África a Estados Unidos

Fue la misericordia  la que me trajo desde mi tierra pagana,
enseñando a mi ignorante alma a entender
que hay un Dios, que hay un Salvador también:
Ya que no he buscado ni sabía de la redención.
Algunos ven a nuestra oscura raza con ojo desdeñoso,
"Su color es un hito diabólico."
Recordad, cristianos, negros, tanto como Caín,
Podrán ser refinados, y unirse al angélico tren

de Phillis Wheatley,
en https://www.heroinas.net/2020/01/phillis-wheatley-primera-poeta-negra.html (4/8/24).

sábado, 2 de noviembre de 2024

Los que se fueron...

Escribiré para vengar mi raza.
ANNIE ERNAUX

I

Los que se fueron dejaron las voces de sus animales
como carpas y jaulas abandonadas
por un circo llamado olvidar:

Me llama
        la morrocoya con ruedas que salta entre el
                                                           hacinamiento;
         el perro que sufrió por la cinta de un casete de
                                      horror atorada en sus intestinos.

Me llama
       otro perro, lleva su lomo sangrante
       por la marca de hierro de las águilas crueles;
       el burro, al que los invasores dieron a tragar una bomba
(aclaro, invasores y águilas crueles son sinónimos en estos
                                                                           poemas;
y digo águila, porque no puedo decir ese nombre;
y escribo poemas, porque es la única forma de maldecir al
                                                             águila a la cara;
y escribo poemas, porque es la única forma de comprobar
                                                                     que tengo
alas de pájaro
y no una escopeta).

 

Me llama
        el pato, lazarillo de los muertos;
        el chivo dado en sacrificio,
        para no entregar a la esposa.

Me llama
        el pájaro de la resistencia;
        y la lechuza, reveladora de traidores y malas horas.

Me piden retornar al territorio
—afuera no hay comunidad—.
Debo terminar el volcán que inicié
con niños fantasmas, en mitad de la calle;
en su cráter caerán todas las injusticias y opresiones
hasta que reviente la rabia,
y con cenizas escribiré poemas
que venguen mi raza,
         mi género
         y mi clase.

II

En el fondo del espejo se ve el callejón de una casa,
dos niñas juegan a cubrirse con sábanas, tablas y ramas.

Las niñas crecieron rápido
y su padre metió a treinta morrocoyas, en su lugar,
excepto a una que nació sin las dos patas traseras,
amarró con alambre una tabla en la coraza
y le acomodó dos llantas de un carro de juguete.

Las más sanas cavaron y construyeron un túnel,
hasta inundar mi supuesta habitación propia;
el agua fangosa traspasó el espejo.

Las morrocoyas no son rápidas, aunque tengan llantas;
cuando son deformes no tienen barriga de tierra
ni espalda de cielo;
no llegan a tiempo para prevenir la filtración, la huida,
la injusticia…
                     como yo, que corro, camino,
salto y me enredo una cuerda en las patas,
y me ato al pecho una tabla, en las noches

III

¿Cristo sana morrocoyas
y las ama a todas por igual?

Ni la carne de Cristo
ni la de las morrocoyas deberían ser consumidas,
ambos sacrificios son inútiles;
papá no las crió para inmolarlas.

A todas nos costó asumir que el hogar de la ciudad
no era el del pueblo.
Nunca volví a jugar en un callejón.

El callejón de la casa se achicó tanto
que solo sirvió para desfiladero
de agua fangosa.

En ningún lugar del mundo volví a tener casa;
es mentira,
no se carga como caparazón.

de Luisa Villa,
en https://www.laraizinvertida.com/detalle-3108-luisa-villa-premio-internacional-de-poesia-gabriel-celaya-?fbclid=IwZXh0bgNhZW0CMTEAAR1j2upm8KKVK0jHfT63-z6ja7DzOrVrDvk5y_ubks7xEhRF75oB2CCD_AQ_aem_0kcJzPZZRcOJv1QFkGsFpg (21/7/24).

domingo, 13 de octubre de 2024

HIJAS DE LAS PERRAS NEGRAS

HIJAS DE LAS PERRAS NEGRAS

A Edwidge Danticat

Celianne parió a una niña
y la nombró con el nombre escrito en el cuchillo.

Swiss no llora,

bajo la brea que remienda el barco,

algo, alguien retiene sus gritos.

La madre se aferra hasta hundir sus uñas
en la espaldita renegrida.

Cientos de niñas violadas tiran a sus hijos al río.

Escucho en la tele: Bella dentadura de los héroes vestidos de verde

llegan a domar a los nadies.


En el trueque de espejos se fragmentan rostros nativos.

(Las invasiones a los cuerpos son públicas,

pero permanecen

ocultas).

Cuatro niños salieron de la selva,

sobrevivieron durante cuarenta días y cuarenta noches
                               -cuatro es el orden salvaje-.


¿La selva es mejor que el mar?,

¿mejor?,

la selva tiene su caudaloso río
de muerte.

Emigrantes caminan por el lodo,
la mitad muere

mientras sacuden en vano su reseca vara de la fe:

agua amarga no se endulza,

agua no emana del cactus,

agua no abre paso a los hijos de los guerreros

de Túpac Amaru

ni a los de Benkos Biohó.

La arpía sobrevuela el sueño vencido de la flecha.

Hombres insolados esperan, frente a Celianne,

como parteras que quieren matar.

La tierra prometida está maldita,

no Swiss, no las niñas, no los emigrantes…

Por la promesa, miles de Sísifos atraviesan mares y ríos

metiendo la gran piedra en sus bolsillos.

Todos suman el peso de una pluma, pesan

el peso de la muerte.

Cualquiera es el próximo
héroe caído,          mártir mojado,     hueso roto
o Lázaro hediondo, para inspirar terror al que huye.

Escucho a Celianne saltar

tras la carnada trifásica
de ombligo, placenta, hija.

Escucho a las placentas:

A ti llamamos las desterradas hijas de Eva y Agwé;

Agwé, a ti suspiramos gimiendo y llorando
en este valle de lágrimas.

A las perras negras y los perros negros nos ha tocado hundir
siempre algo: casas, dioses, lenguas...

En la orilla, de donde salimos, gallos cantan
al amo,
obligados a negar a sus ancestros,
vender a los suyos por maíz de plástico

para sobrevivir

y caminar tranquilos con sus nombres «limpios»,

sin que los llamen

brujos,          guerrilleros,         rebeldes...

Yo pensaba que escribir era sacarse agujas

del pecho.
                 Escucho a las agujas:
Poesía es madre que pare a mar abierto,

nos tira y se lanza tras nosotros.


Me oigo:

La magia blanca que me dieron en la escuela de monjas,
                                  como cucharada de veneno,
no me salvaría si decidiera tirarme;

porque no quebró los dedos de quienes firmaron

la entrada al territorio

a los hombres que pusieron botas
en los pies de los cadáveres de nuestros jóvenes;

porque no quebró los dedos de quienes firmaron
la emergencia migratoria

y alejaron los buques de socorro del Mediterráneo.


Las perras negras, sus hijos y sus hijas se hunden
con la historia en su boca.


Escucho al Mediterráneo:

La poesía buscará entre los ahogados, y como otra perra
lamerá sus huesos

para heredar la memoria y justificar la existencia.

de Luisa Villa,
en https://www.laraizinvertida.com/detalle-3108-luisa-villa-premio-internacional-de-poesia-gabriel-celaya-?fbclid=IwZXh0bgNhZW0CMTEAAR1j2upm8KKVK0jHfT63-z6ja7DzOrVrDvk5y_ubks7xEhRF75oB2CCD_AQ_aem_0kcJzPZZRcOJv1QFkGsFpg (21/7/24).

sábado, 12 de octubre de 2024

sábado, 7 de septiembre de 2024

Fusil contra fusil (canción)

Fusil contra fusil

El silencio de monte va
Preparando su adiós
La palabra que se dirá
In memoriam será, la explosión

Se perdió el hombre de este siglo allí
Su nombre y su apellido son
¡Fusil contra fusil!

Se quebró la cáscara del viento al sur
Y sobre la primera cruz
Despierta la verdad

Todo el mundo tercero va
A enterrar su dolor
Con granizo de plomo harán
Su agujero de honor, su canción

Dejarán el cuerpo de la vida allí
Su nombre y su apellido son
¡Fusil contra fusil!

Cantarán su luto de hombre y animal
Y en vez de lágrimas echar
Con plomo llorarán

Alzarán al hombre
De la tumba al sol
Y en nombre se repartirán
¡Fusil contra fusil!
¡Fusil contra fusil!
¡Fusil contra fusil!

de Silvio Rodríguez,
en Antología, Vinyl, 1978.

domingo, 1 de septiembre de 2024

Palabras para El Hadi

Palabras para El Hadi

Es quince de septiembre
y seguimos muriendo.

Quiero decir

(tal vez
alguien atiende mis palabras)

que nos siguen matando.
Ya treinta y cuatro hemos caído
en este duro año del noventa
y siete,

fructuoso
                                            campo de batalla,

según los últimos ajustes
que nos han asestado en el libre
mercado del trabajo.

Hemos sido hechos trizas
por reglas que suponen
ganancia para quien nos ejecuta,

más muertes para nuestra
memoria desangrada.

                                            Treinta

y cuatro obreros hemos
muerto a la fuerza aquí en Madrid.

Cuando con nuestras manos
edificábamos viviendas
que no
iban a ser para nosotros.

El Hadi
El Háder

se llamaba este cuerpo
que aquí enterramos.

Había conseguido abandonar
el hambre de Marruecos
sin perecer en esa empresa.

Murió de golpe.

                                                Contra el sueño.

Su cabeza vencida
                                                entre las piernas.

Me parece que nunca
llegó a sospechar quiénes
habrían de matarlo.

No sé de sus latidos
sino un recuerdo que me invento
para que no se nos olvide.

Acaso
alguien lo llora desde alguna
habitación sin esperanza.

De Salustiano Martín González,
en Pasa la voz, hermano, Bartleby Editores, 2000.

sábado, 8 de junio de 2024

El derecho de vivir en paz (canción)

El derecho de vivir en paz

El derecho de vivir
Poeta Ho Chi Minh
Que golpea de Vietnam
A toda la humanidad
Ningún cañón borrará
El surco de tu arrozal
El derecho de vivir en paz

Indochina es el lugar
Más allá del ancho mar
Donde revientan la flor
Con genocidio y napalm
La luna es una explosión
Que funde todo el clamor
El derecho de vivir en paz

Indochina es el lugar
Más allá del ancho mar
Donde revientan la flor
Con genocidio y napalm
La luna es una explosión
Que funde todo el clamor
El derecho de vivir en paz

Tío Ho, nuestra canción
Es fuego de puro amor
Es palomo palomar
Olivo del olivar
Es el canto universal
Cadena que hará triunfar
El derecho de vivir en paz

Es el canto universal
Cadena que hará triunfar
El derecho de vivir en paz
El derecho de vivir en paz

de Víctor Jara,
en El derecho de vivir en paz, DICAP, 1971.

martes, 20 de febrero de 2024

El cautivo de Til-Til (canción)

El cautivo de Til-Til

Por unas pupilas claras
Que entre muchos sables
Viera relucir
Y esa risa que escondía
No sé qué secretos
Y si era para mí
Cuando altivo se marchó
Entre sables de alguacil
Me nublo un presentimiento
Al verlo partir

Dicen que es Manuel su nombre
Y que se lo llevan
Camino a Til-Til
Que el gobernador no quiere
Ver por la cañada
Su porte gentil
Dicen que en la guerra fue
El mejor y en la ciudad
Deslumbraba como el rayo
De la libertad

Solo sé que ausente está
Que lo llevan maniatado
Que amarrado a la montura
Se lo llevan lejos de la capital
Sólo sé que el viento va
Jugueteando en sus cabellos
Y que el sol brilla en sus ojos
Cuando le conducen
Camino a Til-Til

Dicen que era como el rayo
Cuando galopaba
Sobre su corcel
Y que al paso del jinete
Todos le decían
Por nombre Manuel

Yo no sé si volveré
A verle libre y gentil
Sólo sé que sonreía
Camino a Til-Til

Dicen que es Manuel su nombre
Y que se lo llevan
Camino a Til-Til
Que el gobernador no quiere
Ver por la cañada
Su porte gentil
Dicen que en la guerra fue
El mejor y en la ciudad
Deslumbraba como el rayo
De la libertad

de Patricio Manns,
en Antología del Canto Nuevo Vol.1,  Alerce, 2012.
(Versionada e interpretada por Aquelarre)

jueves, 23 de noviembre de 2023

Cinco siglos igual

Cinco siglos igual (canción)

Soledad sobre ruinas
Sangre en el trigo
Rojo y amarillo
Manantial del veneno
Escudo heridas
Cinco siglos igual

Libertad sin galope
Banderas rotas
Soberbia y mentiras
Medallas de oro y plata
Contra esperanza
Cinco siglos igual

En esta parte de la tierra la historia se cayó
Como se caen las piedras
Aun las que tocan el cielo
O están cerca del sol
O están cerca del sol

Desamor desencuentro
Perdón y olvido
Cuerpo con mineral
Pueblos trabajadores
Infancias pobres
Cinco siglos igual

Lealtad sobre tumbas
Piedra sagrada
Dios no alcanzó a llorar
Sueño largo del mal
Hijos de nadie, cinco siglos igual

Muerte contra la vida
Gloria de un pueblo desaparecido
Es comienzo, es final
Leyenda perdida
Cinco siglos igual

En esta parte de la tierra
La historia se cayó
Como se caen las piedras
Aun las que tocan el cielo
O están cerca del sol
O están cerca del sol

Es tinieblas con flores
Revoluciones
Y aunque muchos no están
Nunca nadie pensó besarte los pies
Cinco siglos igual

de León Gieco,
en Mensajes del alma, EMI, 1992.

martes, 21 de noviembre de 2023

Canción para mi América

Canción para mi América (canción)

Dale tu mano al indio
Dale que te hará bien
Y encontrarás el camino
Como ayer yo lo encontré

Dale tu mano al indio
Dale que te hará bien
Te mojará el sudor santo
De la lucha y el deber

La piel del indio te enseñará
Toda la senda que habrás de andar
Manos de cobre te mostrarán
Toda la sangre que has de dejar

Dale tu mano al indio
Dale que te hará bien
Y encontrarás el camino
Como ayer yo lo encontré

Es el tiempo del cobre
Mestizo grito y fusil
Si no se abren las puertas
El pueblo las ha de abrir

América está esperando
Y el siglo se vuelve azul
Pampas, ríos y montañas
Liberan su propia luz

La copla no tiene dueño
Patrones no más mandar
La guitarra americana
Peleando aprendió a cantar

Dale tu mano al indio
Dale que te hará bien

de Daniel Viglietti,
en Yo no canto por cantar (Mercedes Sosa), Philips Records, 1966.

lunes, 13 de noviembre de 2023

Al centro de la injusticia

Al centro de la injusticia (canción)

Chile limita al norte con el Perú
Y con el Cabo de Hornos limita al sur
Se levanta en el oriente la cordillera
Y en el oeste luce La Costanera, La Costanera

Al medio están los valles con sus verdores
Donde se multiplican los pobladores
Cada familia tiene muchos chiquillos
Con su miseria viven en conventillos, en conventillos

Claro que algunos viven acomodados
Pero eso con la sangre del degollado
Delante del escudo más arrogante
La agricultura tiene su interrogante, su interrogante

La papa nos la venden naciones varias
Cuando del sur de Chile es originaria
Delante del emblema de tres colores
La minería tiene muchos bemoles, muchos bemoles

El minero produce buenos dineros
Pero para el bolsillo del extranjero
Exuberante industria donde laboran
Por unos cuantos reales muchas señoras, muchas señoras

Y así tienen que hacerlo porque al marido
La paga no le alcanza pal' mes corrido
Pa' no sentir la aguja de este dolor
En la noche estrellada dejo mi voz, dejo mi voz

Linda se ve la patria señor turista
Pero no le han mostrado las callampitas
Mientras gastan millones en un momento
De hambre se muere gente que es un portento, que es un portento

Mucho dinero en parques municipales
Y la miseria es grande en los hospitales
Al medio de Alameda de las Delicias
Chile limita al centro de la injusticia, de la injusticia

de Isabel Parra,
en Isabel Parra Vol.1, Blue Pie Records, 1968.

domingo, 29 de octubre de 2023

JOAQUIN ARTOLA

JOAQUIN ARTOLA

Yo ya trabajé una vez en esta hacienda, patrón,
-cuando la guerra—dice el campisto--.
Yo era muchacho, y me acuerdo que una mañana
todavía bien temprano y con el llano todo nublado
salí a recoger la yeguada para tusarla,
y ya venía con las yeguas cuando oigo unos tiros
y las yeguas que oyen los tiros y se asustan
y yo las chuceo para que no se me vuelvan
y las bestias se me corren y yo voy detrás dellas,
y eran los yanquis, que cuando oyeron la yeguada
huyeron por el llano creyendo que eran refuerzos
y yo a caballo detrás de las yeguas y los yanquis
y los voy chuzando a los yanquis y gritando:
¡Ansina que aquí soy yo, Joaquín Artola!
Y detrás de mí los otros los van macheteando
o lazándolos con soga y guindándolos de los palos
y un Andrés Castro mató a uno con una piedra.
Los demás se corrieron por el llano de Ostocal.
Hoy vuelvo aquí, ya viejo, a pedir trabajo, patrón,
pero no es la primera vez que yo estoy en “San Jacinto”.

de Ernesto Cardenal,
en https://www.airesdelibertad.com/t38198p30-poesia-social-iv-en-la-primera-pagina-de-poesia-social-i-hay-un-indice-de-autores (2/10/23).

viernes, 27 de octubre de 2023

Á Roosevelt.

Á Roosevelt.

Es con voz de la Biblia ó verso de Walt Witman
Que habría que llegar hasta ti, ¡cazador!
Primitivo y moderno, sencillo y complicado
Con un algo de Wáshington y mucho de Nemrod.
Eres los Estados Unidos,
Eres el futuro invasor
De la América ingenua que tiene sangre indígena
Que aun reza á Jesucristo y aun habla en español.

Eres soberbio y fuerte ejemplar de tu raza;
Eres culto, eres hábil; te opones á Tolstoy.
Y domando caballos ó asesinando tigres,
Eres un Alejandro Nabucodonosor.
(Eres un profesor de Energía
Como dicen los locos de hoy.)

Crees que la vida es incendio,
Que el progreso es erupción
Que en donde pones la bala
El porvenir pones.
                                No.
Los Estados Unidos son potentes y grandes.
Cuando ellos se estremecen hay un hondo temblor
Que pasa por las vértebras enormes de los Andes.
Si clamáis se oye como el rugir de un león.
Ya Hugo á Grant lo dijo: Las estrellas son vuestras.
(Apenas brilla alzándose el argentino sol
Y la estrella chilena se levanta...) Sois ricos
Juntáis al culto de Hércules el culto de Mamnon;
Y alumbrando el camino de la fácil conquista
La Libertad levanta su antorcha en Nueva York.

Mas la América nuestra que tenia poetas
Desde los viejos tiempos de Netzhualcoyolt,
Que ha guardado las huellas de los pies del gran Baco
Que el alfabeto pánico en un tiempo aprendió;
Que consultó los astros, que conoció la atlántida
Cuyo nombre nos llega resonando en Platón
Que desde los remotos momentos de su vida
Vive de luz, de fuego, de perfume y de amor,
La América del grande Moctezuma, del Inca,
La América fragante de Cristóbal Colón,
La América católica, la América española,
La América en que dijo el noble Guatemoc:
« Yo no estoy en un lecho de rosas »; esa América
Que tiembla de huracanes y que vive de amor;
Hombres de ojos sajones y alma bárbara, vive
Y sueña. Y ama, y vibra; y es la hija del Sol.
Tened cuidado. ¡Vive la América española!
Hay mil cachorros sueltos del león español.
Se necesitaría, Roosevelt, ser Dios mismo.
El Riflero terrible y el fuerte Cazador,
Para poder tenernos en vuestras férreas garras.

Y, pues contáis con todo, falta una cosa : ¡Dios!

de Rubén Darío,
en La joven literatura hispanoamericana, Librería Armand Colin, 1906.

miércoles, 18 de octubre de 2023

La Gleba

La Gleba

Mirad, ¡esa es la cumbre!, dijo el Sabio.
Es preciso llegar hasta esa cumbre...
Yo lo he visto y lo sé. Calló su labio,
Y avanzó la resuelta muchedumbre.

¡Deteneos aquí! rugió el tirano:
Á nadie, más que á mí, deis obediencia...
Lo he resuelto y lo impongo. Alzó la mano,
Y la turba abjuró de su conciencia...

¡Venid hermanos! dijo un sacerdote:
Adorad estas santas maravillas...
Dios lo manda. Alzó en alto un monigote
Y el rebaño se puso de rodillas...

Y aquel hato de imbéciles seguía
Á la primera voz, al primer mito,
Á la más leve admonición. Un día
Se detuvo de pronto. Estalló un grito

De un hombre de la turba: ¡de su entraña...!
Y habló un jirón de voluntad inopia.
¡Parecía aquel hombre una montaña
Con corazón y con conciencia propia!

« Basta de sumisión: no haya más leyes
« Que las que dicta la conciencia humana.
« Apartad á los ritos y á los reyes:
« Sea vuestra voluntad la soberana... »
.........................................................
Fué el despertar. Cesaron los gemidos
Que eran consuelo del montón. Entonces
Repercutió, como canción de heridos,
La vibración salvaje de los bronces...

Y la gleba rugió. Con la siniestra
Indignación, quemando sus mejillas.
Alzó la frente y levantó su diestra,...
¡Y comenzó el labor de las cuchillas!

de Felipe Torcuato Black,
en La joven literatura hispanoamericana, Librería Armand Colin, 1906.

lunes, 16 de octubre de 2023

JOSE DOLORES ESTRADA ...(a todos los exiliados nicaragüenses)

 JOSE DOLORES ESTRADA
………….(a todos los exiliados nicaragüenses)

Peleó contra el gobierno español en las calles de Xalteva
en la fracasada rebelión de Abril de 1812.
Pero no fue suya la gloria. El era un muchacho entonces,
y los cabecillas fueron otros.
Después derrotó a los yankis en la hacienda San Jacinto.
El era el general entonces. Pero no fue sólo suya la gloria.
Los soldados y los campistos también pelearon.
Ya viejo, en el exilio, por oponerse a la reelección
del Presidente (su amigo íntimo)
escribe a sus amigos desde Costa Rica:

«Yo estoy aquí haciendo un limpiecito
para ber si puedo sembrar unas matas de tabaco. »

Y esa fue su gloria mayor:
porque fue su batalla más dura, y en la que él peleó solo,
sin general, ni soldados, ni trompetas, ni victoria.

de Ernesto Cardenal,
en https://www.airesdelibertad.com/t38198p30-poesia-social-iv-en-la-primera-pagina-de-poesia-social-i-hay-un-indice-de-autores (2/10/23).

martes, 3 de octubre de 2023

No me hablen de nada...

No me hablen de nada.
Esta noche no estoy para palabras
ni discursos
sobre los acuerdos de paz en ningún lado.
Qué paz acordaron en mi nombre?
Quién les dio permiso para hacerlo?
Ninguno de esta lista interminable
que lIevo entre las manos
dijo
adelante, firmen este convenio.
A mí no me pidieron opinión cuando los grandes
decidieron que una guerra
si se enfriaba
podía jugarse mejor en patio ajeno.
Soltaron su veneno,
se sentaron a contar ganancias
y a competir por escupir la Luna.

Mientras tanto
aquí, como si nada, se acumularon muertos
y desaparecidos
y exiliados y odios.
Cuarenta años duró el juego.
A mí no me fue mal, aún estoy viva.
Pero esta lista, esta lista que me hace lIorar cuando la leo
es la factura final de aquel convenio.
No me vengan con sellos a estampar un cancelado.
Aquí no se cancelan los afectos
ni los lIantos, ni la sangre derramada
ni la memoria de los muertos.

de Ana María Rodas,
en Para conjurar el sueño - Poetas guatemaltecas del siglo XX (A. Acevedo / A. Toledo), abrapalabra, 1998.