Las palabras necesitan de un contexto histórico, político, social, cultural, económico y biográfico para significar. Exhorto a lxs lectorxs/militantes a realizar un viaje de conocimiento acerca de lugares, tiempos y autorxs para enriquecer la experiencia literaria que propongo en este espacio. Gracias.

lunes, 30 de abril de 2018

Y si lo real fueran los movimientos de masas

Y si lo real fueran los movimientos de masas

en automóvil
reguladas por agentes de tráfico.
¿Dónde entonces la lucha de clases?

Y si sufro por los demás.
¿Con qué derecho lo hago y cómo se lo digo?

Y si en vez de luchar
nos duchamos.
¿Para cuándo un roto y un descosido?

Y si el profesional de la política
se mea en la cara de la audiencia.
¿Para cuándo la cistitis del pueblo?

Y en los malos tiempos.
¿Cómo distinguir el sol, la rosa, la gaviota,
la multinacional y el banco
que se esconden detrás de cada cosa?

Y si levantar la cabeza
sigue siendo políticamente incorrecto.
¿Levantar el puño?

Y si al poner el telediario
sólo me sale una banda tocando
A las barricadas.
¿Llamar rápidamente al 091?

Y si vamos de derrota en derrota
hasta la debacle total.
¿Renunciar a la piedra que llevo en la mano?

Y si los mejores han muerto
y los buenos envejecido.
¿Apuntarme al INSERSO antes de tiempo?

Y si después de todo esto,
aun los movimientos de masas
en automóvil.
¿Abandonar la poesía
como vehículo?

Ya veis,
tengo todas las preguntas.

La cuestión es saber cómo andas tú sin ellas.

de Antonio Orihuela,
en Once poetas críticos en la poesía española reciente (Enrique Falcón, coord.), Baile del sol, 2007.

viernes, 27 de abril de 2018

Agrio está el mundo

Agrio está el mundo

Agrio está el mundo,
inmaduro
detenido;
sus bosques
florecen puntas de acero;
suben las viejas tumbas
a las superficies;
el agua de los mares
acuna
casas de espanto.

Agrio está el sol
sobre el mundo;
ahogado en los vahos
de sus pantanos;
inmaduro,
detenido.

Agria está la luna
sobre el mundo;
verde,
desteñida;
caza fantasmas
con sus patines
húmedos.

Agrio está el viento
sobre el mundo;
alza nubes de insectos muertos,
se ata, roto,
a las torres;
se anuda crespones
de llanto;
pesa sobre los techos.

Agrio está el hombre
sobre el mundo,
balanceándose
sobre sus piernas:

A sus espaldas,
todo,
desierto de piedras;
a su frente,
todo,
desierto de soles,
ciego…

de Alfonsina Storni,
en Entre el largo desierto y la mar, Fondo Editorial Casa de las Américas, 1999.

miércoles, 25 de abril de 2018

Casi nunca lo ves (canción)

Casi nunca lo ves

No hay lugar que no busques
ser la estrella principal
Hollywood queda sólo en L.A.
perdiste la humildad
para ser especial

Y entre la gente
sonriendo vas
cuánta anestesia 
que te mandás
quedaste en cuatro 
a la idiotez
garganta profunda
Cuando la excusa es sólo glamour
vas olvidando este lado al sur
abrí los ojos de una vez
no estamos a oscuras

Todo llega 
y así estás
mendigando por ahí
nada entendés
siempre estás en otra
qué te puedo decir
podés ya no existir

Y la ignorancia 
es tu perro fiel
cada minuto que te perdés
es un ladrillo en la pared
dejándote solo
Cuando la excusa es sólo glamour
vas olvidando este lado al sur
abrí los ojos de una vez
no estamos a oscuras

Nada entendés
siempre estás en otra
qué te puedo decir
podés ya no existir

Y entre la gente
sonriendo vas
cuánta anestesia 
que te mandás
quedaste en cuatro
a la idiotez
garganta profunda
Cuando la excusa es sólo glamour
vas olvidando este lado al sur
abrí los ojos de una vez
no estamos a oscuras

Casi nunca lo ves
casi nunca lo ves
casi nunca lo ves...
Nunca...
Casi nunca lo ves...
casi nunca lo ves...
Nunca...
nunca...
nunca...

por Diego Blanco (Los Pericos),
en Desde cero, Mercury Records, 2002. 

martes, 24 de abril de 2018

Momento

Momento

Una ciudad hecha de huesos grises
se abandona a mis pies.

Como tajos negros,
las calles,
separan el osario, lo cuadriculan,
lo ordenan, lo levantan.

En la ciudad, erizada de dos millones de hombres,
no tengo un ser amado…

El cielo, más gris aún
que la ciudad,
desciende sobre mí,
se apodera de mi vida,
traba mis arterias,
apaga mi voz…

Como un torbellino,
no obstante,
al que no puedo sustraerme,
el mundo gira alrededor
de un punto muerto:
mi corazón.

de Alfonsina Storni,
en Entre el largo desierto y la mar, Fondo Editorial Casa de las Américas, 1999.

sábado, 21 de abril de 2018

Estampas de la guerra social I

Estampas de la guerra social I

(una vez entregada al extranjero la orden de expulsión
a efectos administrativos ésta se considera realizada
haya abandonado el país, efectivamente, o no)

Estos negros que me tropiezo camino del trabajo
no están son sombras huidas mandadas mudar
no existen       alguna vez sí es cierto que estuvieron
pero les expulsamos          tenemos los papeles
simplemente no son        y no hay porqué pagar
a quien no es         quien no es no come ni siente
el padecer de los días pasando iguales todos

Es nada y la nada es gratis           mano de obra perfecta

de Daniel Bellón,
en Once poetas críticos en la poesía española reciente (Enrique Falcón, coord.), Baile del sol, 2007.

miércoles, 18 de abril de 2018

Jesu's blood never failed me yet

Jesu's blood never failed me yet

Hasta la más callada declaración de amor
es como la resurrección a un tiempo de todas las tumbas.
Vladimír Holan: Dolor

Amor, no me preguntes, no me dejes hablarte de la sangre
de entonces.
Conduce mi trineo por las tundras del cuerpo, de la noche
mordida.
Acierta a despoblarme de espectros las arterias, de niñez con
escombros
en los brazos, los senos, cuando nadie me dio la manzana
madura:
tentación del pecado. Pero, incluso sin culpa, dioses
enfurecidos
enviaban a mi casa las plagas más temibles, al patio de
mi casa
inmersa en la locura: albergue de postguerra, cementerio
de estrellas.

Todo el suelo del patio sembrado de jazmines y azahares
marchitos.
Aristas de la tarde a punto de fundirse en el cieno nocturno.
Los átomos rasgados del oxígeno puro de ese utópico monte
alpino de la caja: lápices de colores con la punta
quebrada,
como un triste presagio, como afilada estaca que hiere el
pecho núbil
del mártir o el hereje, como racimos de ojos con cristales
de escarcha
o polvo de pimienta. Padre, no tengas miedo, no llores
mientras ceno.
Madrugadas con sangre cubriendo las paredes. Y el
uniforme sucio,
sangriento: no parece rotulador ni tinta, porque no es
tinta roja,
no es la sangre de Cristo, no es mi sangre tampoco:
solamente la limpio
para que no te asuste, para que no la vean los niños de la
calle
que pasan con plumieres. Pero yo tengo fiebre y no voy a
la escuela.
Mira, mientras la enferma esté en el sanatorio, vamos a vivir
solos,
a fundar la galaxia de la paz resurrecta. Cuéntame lo del
Ebro,
las batallas más duras. Yo te leo el periódico y mi libro
de ciencias.
Qué importan las panteras, si ahora estamos juntos. En
España no hay pobres,
me ha dicho la maestra, pero África es más grande, ¿lo
ves en este mapa?
Tus ojos ya no están nevados, ya no queda más sangre por
los muebles.
Casi se me olvidaba decirte que esta noche pasarán por la
tele
una hermosa película, con Elizabeth Taylor –me parece–
y Paul Newman,
tiene un título raro: algo así como gata sobre el techo de
zinc.
Dicen que no es de miedo y además puedo verla porque ya
soy mayor.

de Isabel Pérez Montalbán,
en Once poetas críticos en la poesía española reciente (Enrique Falcón, coord.), Baile del sol, 2007.

domingo, 15 de abril de 2018

Proclama

Proclama

Siempre habrá pobres.
Mientras haya ricos, millonarios,
Arrendatarios, usureros,
Rentistas, prestamistas, financistas,
Dos colas en los bancos,
Habrá pobres.

Nos engañan.

No debe medirse la pobreza
A partir de un salario mínimo
Sino a partir de la desigualdad
Entre los que más tienen
Y los que menos,
Entre los que acaparan
Las riquezas
Y los que acaparan
El sufrimiento
Y el esfuerzo.

Nos engañan,
Nos están mintiendo.

Por Félix Sánchez Durán.

jueves, 12 de abril de 2018

Las manos

Las manos

Las manos,
me decían mis padres
antes de sentarme
a la mesa a comer,
lávate bien
las manos.

No alcanzaban
a comprender
que los niños
las tenemos siempre
limpias.

de David González,
en Once poetas críticos en la poesía española reciente (Enrique Falcón, coord.), Baile del sol, 2007.

lunes, 9 de abril de 2018

Al final de la comida

Al final de la comida

le he enseñado a mi madre
el libro de poemas
que acaban de publicarme.

La artritis de sus manos
apenas le deja mantenerlo abierto
y sus escasos años de escuela
recorren las palabras
como un niño que gatea
hasta hacer incomprensibles mis versos.

Loca de contenta,
orgullosa de su hijo,
le lee un poema a mi padre
que la mira desde el sofá.

Cuando termina,
levanta la cabeza
y ve a mi padre dormido.

Lo despierta
y vuelve a comenzar
hasta tres veces
la lectura...

Yo no digo palabras,
pienso en los amos de la fuerza de los humildes,
en el tiempo delicioso que les robaron,
en la lengua que apenas les dejaron para comer
y reproducirse,

en los profesionales del estilo,
en los críticos de las letras,
y en lo lejos que estará siempre
el pueblo sencillo y trabajador
de eso que llaman literatura.

de Antonio Orihuela,
en Once poetas críticos en la poesía española reciente (Enrique Falcón, coord.), Baile del sol, 2007.

sábado, 7 de abril de 2018

Quid pro quo

Quid pro quo

Siempre tuvo
La filosofía
De vida
De socorrer
A los más indefensos,
A los más débiles.

Murió un día
En que ayudó
A una hiena
Frente a un león,
Exitosamente.

Por Félix Sánchez Durán.

miércoles, 4 de abril de 2018

Frase

Frase

Fuera de ley, mi corazón
A saltos va en su desazón.
Ya muerde acá, sucumbe allí,
Cazando allá, cazando aquí.

Donde lo intente yo dejar
Mi corazón no se ha de estar.

Donde lo deba yo poner
Mi corazón no ha de querer.

Cuando le diga yo que sí,
Dirá que no, contrario a mí.

Bravo león, mi corazón
Tiene apetitos, no razón.

de Alfonsina Storni,
en Entre el largo desierto y la mar, Fondo Editorial Casa de las Américas, 1999.

domingo, 1 de abril de 2018

Los dos Cristos

Los dos Cristos

Algunos veneran
al Cristo
que ha muerto
dejando una proclama;
al Cristo ensangrentado,
perseguido y revoltoso;
al Cristo de los pobres,
hambrientos y azotados;
al que desafió
lo establecido;
al Cristo rebelde.

Otros,
al Cristo
que se entregó
pacíficamente
a su muerte,
manso.

Si por cosas distintas
lo admiran,
alguno debería
dejar de llamarse
cristiano.

Por Félix Sánchez Durán.