Las palabras necesitan de un contexto histórico, político, social, cultural, económico y biográfico para significar. Exhorto a lxs lectorxs/militantes a realizar un viaje de conocimiento acerca de lugares, tiempos y autorxs para enriquecer la experiencia literaria que propongo en este espacio. Gracias.
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viernes, 18 de agosto de 2023

Despatriada

Despatriada

No tengo dónde vivir.
Escogí las palabras.
Allá quedan mis libros
Mi casa. El jardín, sus colibríes
Las palmeras enormes
Las apodadas Bismarck
Por su aspecto imponente.
No tengo dónde vivir.
Escogí las palabras.
Hablar por los que callan
Entender esas rabias
Que no tienen remedio.
Se cerraron las puertas
Dejé los muebles blancos
La terraza donde bailan volcanes a lo lejos
El lago con su piel fosforescente
La noche afuera y sus colorines trastocados
Me fui con las palabras bajo el brazo
Ellas son mi delito, mi pecado
Ni Dios me haría tragármelas de nuevo.
Allí quedan mis perros Macondo y Caramelo
Sus perfiles tan dulces
Su amor desde las patas hasta el pelo.
Mi cama con el mosquitero
Ese lugar donde cerrar los ojos
E imaginar que el mundo cambia
Y obedece mis deseos.
No fue así. No fue así.
Mi futuro en la boca es lo que quiero
Decir, decir el corazón, vomitar el asco y la ranura.
Queda mi ropa yerta en el ropero
Mis zapatos mis paisajes del día y de la noche
El sofá donde escribo
Las ventanas.
Me fui con mis palabras a la calle
Las abrazo, las escojo
Soy libre
Aunque no tenga nada.

Octubre, 2021

de Gioconda Belli,
en https://www.caratula.net/poema-despatriada// (27/6/23) // Poema: Despatriada, Carátula.

miércoles, 25 de noviembre de 2020

Consejos para la mujer fuerte

Consejos para la mujer fuerte

Si eres una mujer fuerte
protégete de las alimañas que querrán
almorzar tu corazón.
Ellas usan todos los disfraces de los carnavales de la tierra:
se visten como culpas, como oportunidades, como precios que hay que pagar.
Te hurgan el alma; meten el barreno de sus miradas o sus llantos
hasta lo más profundo del magma de tu esencia
no para alumbrarse con tu fuego
sino para apagar la pasión
la erudición de tus fantasías.

Si eres una mujer fuerte
tienes que saber que el aire que te nutre
acarrea también parásitos, moscardones,
menudos insectos que buscarán alojarse en tu sangre
y nutrirse de cuanto es sólido y grande en ti.
No pierdas la compasión, pero témele a cuanto conduzca
a negarte la palabra, a esconder quién eres,
lo que te obligue a ablandarte
y te prometa un reino terrestre a cambio
de la sonrisa complaciente.

Si eres una mujer fuerte
prepárate para la batalla:
aprende a estar sola
a dormir en la más absoluta oscuridad sin miedo
a que nadie te tire sogas cuando ruja la tormenta
a nadar contra corriente.
Entrénate en los oficios de la reflexión y el intelecto
Lee, hazte el amor a ti misma, construye tu castillo
rodéalo de fosos profundos
pero hazle anchas puertas y ventanas.
Es menester que cultives enormes amistades
que quienes te rodean y quieran sepan lo que eres
que te hagas un círculo de hogueras y enciendas en el centro de tu habitación
una estufa siempre ardiente donde se mantenga el hervor de tus sueños.

Si eres una mujer fuerte
protégete con palabras y árboles
e invoca la memoria de mujeres antiguas.
Haz de saber que eres un campo magnético
hacia el que viajarán aullando los clavos herrumbrados
y el óxido mortal de todos los naufragios.
Ampara, pero ampárate primero
Guarda las distancias
Constrúyete. Cuídate
Atesora tu poder
Defiéndelo
Hazlo por ti

Te lo pido en nombre de todas nosotras.

de Gioconda Belli,
en ...Y la culpa no era mía - Antología de Poesía Feminista, Biblioteca Omegalfa, 2020.

miércoles, 28 de agosto de 2019

Ternura de los pueblos

Ternura de los pueblos

Yo te decía que la solidaridad
es la ternura de los pueblos.
Te lo decía después del triunfo,
después que pasamos los tiempos duros de
batallas
y llantos;
ahora mientras recuerdo cosas que pasaron allá
afuera,
cuando todo era soñar y soñar, despiertos y
dormidos,
sin cansarnos nunca de ponerle argamasa al sueño
hasta que dejó de serlo, hasta que vimos las
banderas rojinegras
—de verdad— ondeando sobre las casas, las
casitas, las chozas,
los árboles del camino y pensamos en todo lo que
nos tocó vivir
y era como un gran rompecabezas de rabias y
fuego
y sangre y esperanza…

de Gioconda Belli,
en Escándalo de Miel, Seix Barral, 2011.

domingo, 20 de marzo de 2016

Al Comandante Marcos (Eduardo Contreras Escobar)

Al Comandante Marcos
(Eduardo Contreras Escobar)

El ruido de la metralla nos dejó con la puerta en
las narices.
La puerta de tu vida cerrada de repente
en la madera que te duerme y acurruca en el
vientre de la tierra.

No puedo creer tu muerte,
tan sin despedida,
—sólo ese lejano presentimiento de aquella noche,
¿te acordás?—
en que lloré rabiosamente viéndote dormido,
sabiéndote pájaro migratorio
en rápida fuga de la vida.

Después,
cuando partiste,
cuando agarraste el peligro por las crines
y te sabía rodeado de furiosos perros,
empecé a creer que eras indestructible.
¿Cómo poder creer en el final de tus manos,
de tus ojos, de tu palabra?
¿Cómo creer en tu final cuando vos eras todo
principio;
la chispa, el primer disparo, la orden de fuego,
los planes, la calma?

Pero allí estaba la noticia en el periódico
Y tu foto mirándome sin verme
y esa definitiva sensación de tu ausencia
corriéndome por dentro sin consuelo,
dejando muy atrás la frontera de las lágrimas,
echándose en mis venas,
reventando contra todas mis esquinas.

Va pasando el tiempo
y va siendo más grande el hueco de tu nombre,
los minutos cargados de tu piel,
del canto rítmico de tu corazón,
de todo lo que ahora nada en mi cerebro
y te lleva y te trae como el flujo y reflujo
de una marea de sangre,
donde veo rojo de dolor y de rabia
y escribo sin poder escribir este llanto infinito,
redondo y circular como tu símbolo,
donde no puedo vislumbrar tu final
y siento solamente con la fuerza del abrazo,
de la lluvia,
de los caballos en fuga,
tu principio.

de Gioconda Belli,
en Escándalo de Miel, Seix Barral, 2011.

jueves, 10 de marzo de 2016

Contra toda esperanza

Contra toda esperanza

En estos días
en que el mundo temiendo la entropía
se dobla sobre sí mismo,
es cada vez más ardua la tarea
de pregonar anuncios optimistas.

No hay evidencias que soporten
la esperanza de vientos
enrumbándonos hacia ignotos continentes plenos
de verdor
o de palabras que acierten y nos expliquen los
mutuos agravios.
Al contrario: el tiempo acumula pruebas contra las
posibilidades del equilibrio.

Hay cientos de seres pereciendo
mientras otros asisten impávidos a sus agonías
—espectadores en mullidas butacas
pulsando botones—
Una sociedad de voyeurs
bendice su abundancia.

de Gioconda Belli,
en Escándalo de Miel, Seix Barral, 2011.

martes, 1 de marzo de 2016

Ché

Ché

¿Si el poeta eres tú,
qué puedo yo decirte comandante?

¿Qué puedo yo decirte, comandante?,
todavía guarda mi memoria
tus fotos en Bohemia "Edición del Triunfo".
Tu cara hermosa y risueña.
Qué hermoso sos, comandante,
un hombre con cara de futuro,
un hombre grande, lleno de alegría y victoria.

¿Qué puedo yo decirte, comandante,
si vos sos el poeta de la flor y el mate
del tiempo detenido en una ráfaga de metralla
que canta?

de Gioconda Belli,
en Entre los Poetas Míos... - Colección Antológica de Poesía Social Vol.55, Biblioteca Virtual Omegalfa, 2013.

viernes, 26 de febrero de 2016

No me arrepiento de nada

No me arrepiento de nada

Desde la mujer que soy,
a veces me da por contemplar
aquellas que pude haber sido;
las mujeres primorosas,
hacendosas, buenas esposas,
dechado de virtudes,
que deseara mi madre.
No sé por qué
la vida entera he pasado
rebelándome contra ellas.
Odio sus amenazas en mi cuerpo.
La culpa que sus vidas impecables,
por extraño maleficio,
me inspiran.
Reniego de sus buenos oficios;
de los llantos a escondidas del esposo,
del pudor de su desnudez
bajo la planchada y almidonada ropa interior.
Estas mujeres, sin embargo,
me miran desde el interior de los espejos,
levantan su dedo acusador
y, a veces, cedo a sus miradas de reproche
y quiero ganarme la aceptación universal,
ser la «niña buena», la «mujer decente»
la Gioconda irreprochable.
Sacarme diez en conducta
con el partido, el estado, las amistades,
mi familia, mis hijos y todos los demás seres
que abundantes pueblan este mundo nuestro.
En esta contradicción inevitable
entre lo que debió haber sido y lo que es,
he librado numerosas batallas mortales,
batallas a mordiscos de ellas contra mí
-ellas habitando en mí queriendo ser yo misma-
transgrediendo maternos mandamientos,
desgarro adolorida y a trompicones
a las mujeres internas
que, desde la infancia, me retuercen los ojos
porque no quepo en el molde perfecto de sus sueños,
porque me atrevo a ser esta loca, falible, tierna y vulnerable,
que se enamora como alma en pena
de causas justas, hombres hermosos,
y palabras juguetonas.
Porque, de adulta, me atreví a vivir la niñez vedada,
e hice el amor sobre escritorios
-en horas de oficina-
rompí lazos inviolables
y me atreví a gozar
el cuerpo sano y sinuoso
con que los genes de todos mis ancestros
me dotaron.
No culpo a nadie. Más bien les agradezco los dones.
No me arrepiento de nada, como dijo la Edith Piaf.
Pero en los pozos oscuros en que me hundo,
cuando, en las mañanas, no más abrir los ojos,
siento las lágrimas pujando;
veo a esas otras mujeres esperando en el vestíbulo,
blandiendo condenas contra mi felicidad.
Impertérritas niñas buenas me circundan
y danzan sus canciones infantiles contra mí
contra esta mujer
hecha y derecha,
plena.
Esta mujer de pechos en pecho
y caderas anchas
que, por mi madre y contra ella,
me gusta ser.

de Gioconda Belli,
en Escándalo de Miel, Seix Barral, 2011.

miércoles, 24 de febrero de 2016

Huelga

Huelga

Quiero una huelga donde vayamos todos.
Una huelga de brazos, de piernas, de cabellos,
una huelga naciendo en cada cuerpo.

Quiero una huelga
de obreros de palomas
de choferes de flores
de técnicos de niños
de médicos de mujeres.

Quiero una huelga grande,
que hasta el amor alcance.
Una huelga donde todo se detenga,
el reloj las fábricas
el plantel los colegios
el bus los hospitales
la carretera los puertos.

Una huelga de ojos, de manos y de besos.
Una huelga donde respirar no sea permitido,
una huelga donde nazca el silencio
para oír los pasos del tirano que se marcha.

México 1976

de Gioconda Belli,
en Escándalo de Miel, Seix Barral, 2011.

jueves, 11 de febrero de 2016

Los portadores de sueños

Los portadores de sueños

En todas las profecías
está escrita la destrucción del mundo.
Todas las profecías cuentan
que el hombre creará su propia destrucción.
Pero los siglos y la vida
que siempre se renueva
engendraron también una generación
de amadores y soñadores,
hombres y mujeres que no soñaron
con la destrucción del mundo,
sino con la construcción del mundo
de las mariposas y los ruiseñores.
Desde pequeños venían marcados por el amor.
Detrás de su apariencia cotidiana
Guardaban la ternura y el sol de medianoche.
Las madres los encontraban llorando por un pájaro muerto
y más tarde también los encontraron a muchos muertos
como pájaros.

Estos seres cohabitaron con mujeres traslúcidas
y las dejaron preñadas de miel y de hijos verdecidos
por un invierno de caricias.
Así fue como proliferaron en el mundo los portadores de
sueños,
atacados ferozmente por los portadores de profecías
habladoras
de catástrofes.
los llamaron ilusos, románticos, pensadores de utopías
dijeron que sus palabras eran viejas
y, en efecto, lo eran porque la memoria del paraíso
es antigua como el corazón del hombre.
Los acumuladores de riquezas les temían
lanzaban sus ejércitos contra ellos,
pero los portadores de sueños todas las noches hacían el
amor
y seguía brotando su semilla del vientre de ellas
que no sólo portaban sueños sino que los multiplicaban
y los hacían correr y hablar.

De esta forma el mundo engendró de nuevo su vida
como también había engendrado
a los que inventaron la manera de apagar el sol.
Los portadores de sueños sobrevivieron a los climas gélidos
pero en los climas cálidos casi parecían brotar por
generación espontánea.
Quizá las palmeras, los cielos azules, las lluvias torrenciales
Tuvieron algo que ver con esto,
La verdad es que como laboriosas hormiguitas
estos especímenes no dejaban de soñar y de construir hermosos
mundos,
mundos de hermanos, de hombres y mujeres que se llamaban
compañeros,
que se enseñaban unos a otros a leer, se consolaban en las
muertes,
se curaban y cuidaban entre ellos, se querían, se ayudaban
en el arte de querer y en la defensa de la felicidad.
Eran felices en su mundo de azúcar y de viento
de todas partes venían a impregnarse de su aliento de sus
claras miradas
hacia todas partes salían los que habían conocido portando
sueños
soñando con profecías nuevas que hablaban de tiempos de
mariposas y ruiseñores
y de que el mundo no tendría que terminar en la hecatombe.
Por el contrario, los científicos diseñarían puentes, jardines,
juguetes sorprendentes
para hacer más gozosa la felicidad del hombre.
Son peligrosos - imprimían las grandes rotativas
Son peligrosos - decían los presidentes en sus discursos
Son peligrosos - murmuraban los artífices de la guerra.
Hay que destruirlos - imprimían las grandes rotativas
Hay que destruirlos - decían los presidentes en sus discursos
Hay que destruirlos - murmuraban los artífices de la guerra.

Los portadores de sueños conocían su poder por eso no se
extrañaban
también sabían que la vida los había engendrado
para protegerse de la muerte que anuncian las profecías
y por eso defendían su vida aun con la muerte.
Por eso cultivaban jardines de sueños
y los exportaban con grandes lazos de colores.
Los profetas de la oscuridad se pasaban noches y días enteros
vigilando los pasajes y los caminos
buscando estos peligrosos cargamentos
que nunca lograban atrapar
porque el que no tiene ojos para soñar
no ve los sueños ni de día, ni de noche.

Y en el mundo se ha desatado un gran tráfico de sueños
que no pueden detener los traficantes de la muerte;
por doquier hay paquetes con grandes lazos
que sólo esta nueva raza de hombres puede ver
la semilla de estos sueños no se puede detectar
porque va envuelta en rojos corazones
en amplios vestidos de maternidad
donde piesecitos soñadores alborotan los vientres
que los albergan.
Dicen que la tierra después de parirlos
desencadenó un cielo de arcoiris
y sopló de fecundidad las raíces de los árboles.
Nosotros sólo sabemos que los hemos visto
sabemos que la vida los engendró
para protegerse de la muerte que anuncian las profecías.

De Gioconda Belli,
en Escándalo de Miel, Seix Barral, 2011.

miércoles, 10 de febrero de 2016

Insomnio con palabras

Insomnio con palabras

De noche las palabras transcurren de puntillas
discretas andan entre los objetos
temerosas del ruido se descalzan
Sobre mis hombros insomnes aletean
el poema me saca de la cama
Tanto silencio rodea mis dos manos
estas que forman signos señales de humo lazos
para llegar a otros y atravesar misteriosas distancias
Quiero decir que vivo quiero decir que quiero
que sufro que me río
que soy un amasijo de mujer al filo de la noche y el desvelo
Mujer de pájaros de estaciones de blanco y negro
Poeta mujer ávida de palabras
en un país con un idioma extraño.

Noviembre, 1990.

De Gioconda Belli,
en El ojo de la mujer, Visor Libros, 1991.