Las palabras necesitan de un contexto histórico, político, social, cultural, económico y biográfico para significar. Exhorto a lxs lectorxs/militantes a realizar un viaje de conocimiento acerca de lugares, tiempos y autorxs para enriquecer la experiencia literaria que propongo en este espacio. Gracias.
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domingo, 7 de mayo de 2017

Siempre, tu palabra sencilla...

Siempre, tu palabra sencilla,
tu pregunta justa,
tu preocupación profunda.

Siempre tu palabra llega,
en la multitud de mis silencios,
para despertarme,
y en la confusión del bullicio,
para clarificarme el rumbo.

Siempre, tu palabra, allí 
francotirador perfecto,
cazador de debilidades,
juez de mi vida,
asesino de mi ego.

Siempre tu palabra cerca
para que el silencio diga
te quiero mi amor.

De Joaquín Enrique Areta (desaparecido a los 23 años en La Plata, el 29 de junio de 1978),
en Siempre tu palabra cerca, Secretaría de Comunicación Pública, 2011.

jueves, 6 de abril de 2017

Nadie lo oyó...

Nadie lo oyó,
pero todos sintieron
un rayo a sus espaladas.
Nadie lo supo,
pero todos sufrieron
la puñalada mortal.
Nadie lo vio,
pero todos quisieron
poner su pecho adelante.
Nadie, nadie
lo oyó, ni lo supo, ni lo vio,
pero la Villa entera lloró
sin saber lo que pasaba.
En una estación lejana,
nadie más que con sus brazos,
contra fusiles y tropas,
murió combatiendo Guille.

Qué inmensa tu figura, flaco,
cuánta proyección en tus brazos,
cuánto horizonte en tus ojos,
cuántos corazones en tu grito.
Cuánto nos dejaste, hermano Guille.
Cultivado entre los Guilles
entre latas y carritos,
en la miseria helada,
en el lado marginado,
creció tu llamado ardiente,
fue tu padre la calle,
la madre sin escuela,
el casamiento
que consumió tu vida.

Tu fuerza venía de todos,
retumbaba en tus latidos,
el dolor de su cielo sin techo
acunaban tus brazos,
la llama de su esperanza. 
El Carlos Gardel te espera,
como siempre triunfante,
te esperan sus casas sombrías,
la soledad de ese universo,
que nadie escucha,
esperan ellos tu voz,
como cuando te la dieron,
esperan ellos el grito,
que los despertó tantas veces,
esperan, ellos, esperan,
que tus cenizas renazcan.


De Joaquín Enrique Areta (desaparecido a los 23 años en La Plata, el 29 de junio de 1978),
en Siempre tu palabra cerca, Secretaría de Comunicación Pública, 2011.

viernes, 24 de marzo de 2017

Reloj que marca las horas...

Reloj que marca las horas,
apura tu marcha ahora,
dame sueños, dame ganas,
dame vida, dame manos.
Siempre te negás a todo,
cuando te apuro te quedás,
cuando te aquieto te escapás.
Por qué carajo te negás,
a ser hijo de los hombres,
por qué tus tiranas agujas
siempre van a contramano.
En el fondo de tu alma,
hay una oscura frustración,
puedes matar a los hombres,
pero no vivir sin ellos.
Frío cálculo sos, fría materia,
que mata y muere mil veces;
pero impotente de vida,
sólo puedes molestar, reloj.

De Joaquín Enrique Areta (desaparecido a los 23 años en La Plata, el 29 de junio de 1978),
en Siempre tu palabra cerca, Secretaría de Comunicación Pública, 2011.

Lentamente la libreta...

Lentamente la libreta
se fue llenando de poemas,
fue llenando la soledad
del poeta improvisado.

Compañero de las noches solas,
receptáculo de buenas intenciones,
vehículo donde se fundieron
la necesidad de ser
y la debilidad de no tener.

Así es como se enciende, así es,
en el desgarro de los dolores,
en el frío de una madrugada,
en la llamarada de la justicia,
en la diáfana sensación de felicidad,
en el vuelo alegre.

Nadie escribió poemas de la nada,
si su palabra era sincera.

Sólo los falsos escriben,
cuando su corazón no late.

De Joaquín Enrique Areta (desaparecido a los 23 años en La Plata, el 29 de junio de 1978),
en Siempre tu palabra cerca, Secretaría de Comunicación Pública, 2011.

Mírame, aquí estoy...

Mírame, aquí estoy,
el viento, el mar, el fuego,
el amor, la lealtad, la traición,
marcaron mis entrañas.

Mírame, aquí estoy,
queriendo dejar huellas plantales en la historia.

Mírame aquí estoy.
Buscando el cielo
desde la noche oscura.

De Joaquín Enrique Areta (desaparecido a los 23 años en La Plata, el 29 de junio de 1978),
en Siempre tu palabra cerca, Secretaría de Comunicación Pública, 2011.

lunes, 14 de abril de 2014

Quisiera que me recuerden

Quisiera que me recuerden

Quisiera que me recuerden sin llorar 
ni lamentarme. 
Quisiera que me recuerden 
por haber hecho caminos, 
por haber marcado un rumbo, 
porque emocioné su alma 
porque se sintieron queridos, protegidos 
y ayudados. 
Porque interpreté sus ansias, 
porque canalicé su amor. 
Quisiera que me recuerden 
junto a la risa de los felices, 
la seguridad de los justos, 
el sufrimiento de los humildes. 
Quisiera que me recuerden con piedad por mis errores, 
con comprensión por mis debilidades, 
con cariño por mis virtudes. 
Si no es así, prefiero el olvido, 
que será el más duro castigo 
por no cumplir mi deber de hombre.

de Joaquín Enrique Areta (desaparecido a los 23 años en La Plata, el 29 de junio de 1978),
en Palabra Viva: Textos de Escritoras y Escritores Desaparecidos y Víctimas Del Terrorismo de Estado. Argentina 1974/1983, SAE, 2007.