Las palabras necesitan de un contexto histórico, político, social, cultural, económico y biográfico para significar. Exhorto a lxs lectorxs/militantes a realizar un viaje de conocimiento acerca de lugares, tiempos y autorxs para enriquecer la experiencia literaria que propongo en este espacio. Gracias.

martes, 31 de agosto de 2021

Proverbios y cantares - II

Proverbios y cantares - II

¿Para qué llamar caminos
a los surcos del azar?...
Todo el que camina anda,
como Jesús, sobre el mar.

de Antonio Machado,
en Proverbios y cantares, Biblioteca Virtual Universal / Editorial del cardo, 2010.

lunes, 30 de agosto de 2021

SUEÑO QUE SOY LA MUERTE DE ORFEO

SUEÑO QUE SOY LA MUERTE DE ORFEO

Estoy caminando aprisa por las estriaciones de luz
y oscuridad tiradas bajo una arcada.
Soy una mujer en la plenitud de la vida con ciertos
poderes,
y esos poderes severamente limitados
por autoridades cuyas caras raramente veo.
Soy una mujer en la plenitud de la vida
manejando a su poeta muerto en un negro
Rolls-Royce
a través de un paisaje de crepúsculos y abrojos.
Una mujer con cierta misión
que obedecida al pie de la letra
la dejará intacta.
Una mujer con nervios de pantera
una mujer de contactos entre Hell's-Angels
una mujer sintiendo la abundancia de sus poderes
en el momento preciso en que no debe usarlos
una mujer juramentada con la lucidez
que ve a través de fuegos humeantes
y de mutilaciones criminales de estas subterráneas
calles
a su poeta muerto aprendiendo a caminar
hacia atrás contra el viento
al otro lado del espejo

de Adrienne Rich,
en Siete poetas norteamericanas contemporáneas (Beth Miller), UNAM, 2008.
Selección, notas y traducciones de Beth Miller. 

domingo, 29 de agosto de 2021

Aztecal VIII

Aztecal VIII

En este poema de muertos
se te murió tu padre,
se murieron tu abuelo y tu siembra
y se acabó la tarde en una mirada.

En este poema de muertos
se murió el amor de tus antiguos,
se murieron tus pájaros
y se calló la estrella de tu frente
como un puñado de rosas enfermas.

En este poema de muertos
se te murió la vida,
y por segunda vez se te murió la patria
cuando tú te quedaste mirando
como un arco iris sin color.
En este poema de muertos
se te partió la sangre en dos ríos azules,
y un esqueleto de sombras
en tus ojos de nieve
busca a pesar de todo, la libertad de tu pueblo.

de Francisco Azuela,
en La palabra ardiente, Centro Cultural Internacional El Cóndor de los Andes - Águila Azteca, A.C., 2002.

sábado, 28 de agosto de 2021

La canción extraña

La canción extraña

Mi canción es extraña, lo comprendo...
y comprendo que suene en tus oídos
así mal porque es lúgubre. Yo canto
una canción extraña, la del siglo!
Una mala canción que me enseñaron
las miserables hembras del prostíbulo
y los callados hombres de la cárcel
y las criaturitas del asilo....
Huérfanos, prostitutas y ladrones,
sobra del arrabal, carne del vicio,
para quienes el Código fué recto
y no tuvo atenuantes el castigo.
¡Oh, mi mala canción!.........
— «Yo soy la hembra,
máquina de placer, á precio fijo,
que nací para el beso del borracho
y para el puntapié del libertino.
Mis padres eran buenos, eran pobres—
eran pobres y buenos... ¿quién ha visto
que sólo con amores y pobrezas
se alcen hogares y se eduquen hijos?....
Una noche muy clara... ¡la recuerdo
porque en aquella noche tuve frío!
regresaba al hogar, á mi agujero
siempre hediondo y sin luz del conventillo,
cuando en medio del pecho, fríamente
se me clavó un puñal... ¡ya no era mío!
Arrumbados los viejos cachivaches,
allí estaba la cómoda de pino,
allí estaba el retrato del abuelo,
allí mi traje azul de los domingos...
¡y mis dos pobres viejos, que lloraban
en un rincón del cuarto del vecino!
Entonces me acordé de que era joven...
y con mi juventud he conseguido
lo que no conseguí con el trabajo
¡pagar los alquileres!...»
Te lo digo:
mi canción porque es lúgubre es extraña...
es la mala canción de los que un día
se vieron sin hogar, en la cloaca
y robaron...
— «Yo soy un delincuente.
Rudo de complexión, bueno de alma,
trabajé muchos años en la estiva
como un asno de arriero con la carga.
Cuando, desde la boca del navio,
iba con los tirantes á la espalda
atravesando el murallón, crujía,
en su extremecimiento la planchada.
Y todo ¿para qué?... para que un día
faltase en el hogar luz á mi lámpara,
un mal brevaje á mi mujer enferma
y á mis dos pequeñuelos una lápida!
Robé y estoy aquí... Seguramente
que la 1etra del Código es muy santa,
pero no la han escrito los hambrientos...»

He ahí la canción que me enseñaron
esos del lupanar y el calabozo,
las hembras locas y los hombres malos.
Es extraña ¿verdad? pues, más son ellos:
hay de mirar sombrío; rostros largos
como una hoja de puñal. Blasfeman...
Hay otros amarillos, encorvados,
que tosen largamente, y en la cara
tienen como una mueca que hace daño...
Hay enseguida los deformes: unos
perdieron la nariz, otros el labio,
otros hasta la voz...
— ¿En qué evangelio
se santifica la injusticia? ¿Acaso
premia dios á los tristes y á los buenos,
como á los mercaderes, con el látigo?
¿Qué sociedad civilizada es esta
que dispone el banquete en el palacio,
y manda invitación para el banquete
con los mismos hambrientos, á los hartos?
¡Oh, mi mala canción!...

de Federico Gutiérrez,
en Entre el pueblo, Ideas y Figuras - Revista Semanal de Crítica y Arte, año II, número 45, marzo de 1911.
(Nota del editor del blog: la ortografía es original)

viernes, 27 de agosto de 2021

Playa Girón

Playa Girón

Nosotros los sobrevivientes
¿a quiénes debemos la sobrevida?
ROBERTO FERNÁNDEZ RETAMAR
Estos murieron para que nosotros vivamos
-¡para que yo viva!-.
RANDALL JARRELL

Muerte,
no te conozco.
Aún no hay viscera mía
que hayas tocado en lo más leve.

En Playa Girón,
donde murieron mis hermanos,
para mí no hubo
un sitio.

Metida entre los árboles,
embozada en planicies o en aguas,
viste cómo caían
esperanzados, a lo lejos.

Salgo, busco,
te sigo y el fogonazo
resuena siempre en otra carne.
¿Cuándo seré el que caces,
el ya deshecho,
simple testigo que se calla?

Muerte,
no te conozco,
y más allá del mar hablan de ti,
quieren cubrir mi patria
con tu nombre.

de Heberto Padilla,
en La rosa blindada, año I, n°1, 1964.
http://americalee.cedinci.org/wp-content/uploads/2020/06/la-rosa-blindada_n1.pdf (25/7/21).

jueves, 26 de agosto de 2021

FATALIDAD

FATALIDAD

¡Calles arboladas, me ponéis romántica 
y me hacéis soñar 
con una casita blanca a vuestra vera 
y un buen compañero y una vida en paz! 

En las claras noches de Verano, sillas 
a la puerta y charlas con la vecindad, 
o debajo un árbol, sola, saboreando 
un libro de versos bueno como el pan. 

Pasarán los días de la Primavera, 
me dará el Otoño su serenidad 
y un día el arrullo de una voz muy blanda 
que diga: “mamá”. 

Y estará de fiesta la casita aquella, 
la calle arbolada de fiesta estará, 
vibrará en mi boca la canción más tierna 
y batirá palmas la felicidad. 

Sueños, sueños, sueños, que se lleva el viento 
implacable y frío de la realidad; 
— ¿tendré hogar, cariño, sosiego algún día? 
y una voz recóndita responde: “jamás”. 

de César Tiempo,
en Clara Beter - Versos de una..., Editorial Rescate, 1977.

miércoles, 25 de agosto de 2021

Hoy un juramento

Hoy un juramento

Cuando esta casa,
en la que vivo hace años,
tenga
una salida, yo cerraré
la puerta para guardar su calor;
yo la abriré
para que los vientos vengan
a lavarle la cara;

a remontarla,
de esa manera con que vuelan
las intenciones,
los aparecidos, los recuerdos por venir
y lo que a uno lo asusta
aunque todavía no haya ocurrido.

de Francisco (Paco) Urondo,
en Entre los Poetas Míos... - Colección Antológica de Poesía Social Vol.78, Biblioteca Virtual Omegalfa, 2014.

martes, 24 de agosto de 2021

La mano sucia

La mano sucia

Mi mano está sucia.
Tengo que cortarla.
No sirve lavarla.
Podrida está el agua.
Ni enjabonarse.
El jabón es ruin.
La mano está sucia,
sucia hace mucho.

Oculta al principio
dentro del bolsillo
¿quién iba a saberlo?
La gente llamaba
apuntando un gesto.
Yo seguía, duro.
La mano escondida
esparcía en el cuerpo
su oscuro rastro.
Y vi que era igual
usarla o guardarla.
El asco era el mismo.

Ay, por cuántas noches
al fondo de casa
lavé esa mano,
pulí y cepillé.
Cristal o diamante,
por mayor contraste,
quisiera volverla,
o si no, por fin,
simple mano blanca,
mano limpia de hombre,
que puede tocarse,
llevarse a la boca
o unir con la nuestra
en esos momentos
que dos se confiesan
sin decir palabra...
La mano incurable
abre dedos sucios.

Y era un sucio vil,
no sucio de tierra,
sucio de carbón,
costra de herida,
sudor en camisa
de quien trabajó.
Era un triste sucio
hecho de dolencia
y mortal disgusto
en la piel hastiada.
No era sucio negro
—lo negro tan puro
sobre cosa blanca.
Era sucio pardo,
pardo, tardo, cardo.

Retener no sirve
a esa mano innoble
posada en la mesa.
¡Córtenla, de prisa,
háganla pedazos
y arrójenla al mar!

Con tiempo, esperanza
y sus maquinismos,
vendrá otra mano
pura —transparente—
a unirse a mi brazo.

de Carlos Drummond de Andrade,
en 50 poemas escogidos, Fundación editorial el perro y la rana, 2008.

lunes, 23 de agosto de 2021

Patria del rubio metal...

  Patria del rubio metal,
del oro diablo amarillo,
país del yunque y del martillo
y patria del mineral,
Norteamérica es genial
en el arte de la guerra,
es marca en candente yerra,
que ha de surgir y arrastrar
como flagelo del mar,
como azote de la tierra.

Por sobre sus fundiciones
el organismo mecánico,
sobre el armazón titánico
de remaches y bulones,
se alzan como dos tendones
dos banderas de ideal,
dos gestos de alta moral
con un amor espartaco,
dos nombres, Vanzetti y Sacco,
que irán al sillón fatal.

de Julián Martín Castro,
en https://campodemaniobras.blogspot.com/search/label/Poes%C3%ADa%20anarquista (6/12/20).

domingo, 22 de agosto de 2021

NUBE CON PANTALONES

NUBE CON PANTALONES





























de Vladimir Mayakovski,
en Poemas (1912-1920), Editorial Laia, 1984.

sábado, 21 de agosto de 2021

Proverbios y cantares - XII

Proverbios y cantares - XII

¡Ojos que a la luz se abrieron
un día para, después,
ciegos tornar a la tierra,
hartos de mirar sin ver!

de Antonio Machado,
en Proverbios y cantares, Biblioteca Virtual Universal / Editorial del cardo, 2010.

viernes, 20 de agosto de 2021

Algún día...

Algún día...

Cantemos á la vida porque es buena:
tiene el grano de oro de la espiga,
el tronco, que es el mástil y la viga
y la sabrosa miel de la colmena.

Ardua pero segura, tu faena
propicie el sol y el agua la bendiga,
y también el esfuerzo de la hormiga,
que quien dice trabajo dice pena.

Algún día, después de esta jornada
de reivindicación, quieta la azada,
hemos de contemplar ¡Oh, sembradores!

Que nos dieron, merced á nuestras manos,
el árbol techo, las espigas granos
y la soñada libertad, amores!

de Federico Gutiérrez,
en Entre el pueblo, Ideas y Figuras - Revista Semanal de Crítica y Arte, año II, número 45, marzo de 1911.
(Nota del editor del blog: la ortografía es original)

jueves, 19 de agosto de 2021

Mayar XXV

Mayar XXV

Así estaremos ciertos
como la golondrina
que ha perdido su nido
y busca el hueco de una mano
para beber el mundo;

así sentiremos la vida
y recibiremos un soplo nuevo
de aire puro
que nacerá con esas alas.

de Francisco Azuela,
en La palabra ardiente, Centro Cultural Internacional El Cóndor de los Andes - Águila Azteca, A.C., 2002.

miércoles, 18 de agosto de 2021

TRADUCCIONES

TRADUCCIONES

De una mujer
de mi edad o quizá más joven
me muestras poemas
traducidos de tu lengua

Hay ciertas palabras: enemiga, horno, dolor
suficientes para convencerme
que es una mujer de mi tiempo

Obsesionada

por el Amor, nuestro tema:
lo hemos tejido como yedra a nuestros muros
cocido en el horno como pan
cargado como plomo en los tobillos
visto con binoculares
como si fuera helicóptero
trayendo alimento a nuestra hambre
o el satélite
de un poder hostil

Comienzo a ver a esa mujer
haciendo cosas: cocinando el arroz
planchando la falda
pasando a máquina un manuscrito hasta el alba

intentando llamar
desde una cabina

En el cuarto de un hombre
el teléfono suena sin respuesta
y le oye decir
“No te preocupes”, “Se cansará”.
Le oye contar su historia a su hermana
que se vuelve enemiga
y que en su propio tiempo velará
su propio camino hacia el dolor
ignorante que ese camino atroz
es compartido, innecesario
y político.

de Adrienne Rich,
en Siete poetas norteamericanas contemporáneas (Beth Miller), UNAM, 2008.
Selección, notas y traducciones de Beth Miller. 

martes, 17 de agosto de 2021

QUIENES SON LOS MUERTOS

QUIENES SON LOS MUERTOS

No son los muertos los que en dulce calma
la paz disfrutan de la tumba fría;
muertos son los que tienen muerta el alma
y viven todavía.

No son los muertos, no, los que reciben
rayos de luz en sus despojos yertos;
los que mueren con honra son los vivos,
los que viven sin honra son los muertos.

La vida no es la vida que vivimos,
la vida es el honor, es el recuerdo,
por eso hay muertos que en el mundo viven
y hombres que viven en el mundo muertos.

de Ricardo Palma,
en Versos para niños, Editorial Claridad, 1936 (?).

Ciclos de la vida

Ciclos de la vida

A la memoria del Gral. José de San Martín
y demás heroínas y héroes
de la Patria

Nacen
Crecen
Se forman
Luchan
Se reproducen
Realizan hazañas
Sufren difamación
Sufren persecución
Exilio
Penurias
Mueren

Por Félix Sánchez Durán.

lunes, 16 de agosto de 2021

El canto del rencor

El canto del rencor


de Alberto Ghiraldo,
en Ideas y Figuras (Buenos Aires), Año I, n°1, 1909.
http://americalee.cedinci.org/wp-content/uploads/2016/06/iyf_n1_13_mayo_1909.pdf (25/7/21).

domingo, 15 de agosto de 2021

A GUATEMALA

A GUATEMALA

Guatemala
hoy
te
canto.
Sin razón,
sin objeto,
esta mañana
amaneció
tu nombre
a mi boca,
verde, rocío,
frescura matutina,
recordé
las lianas
que atan
con su cordel silvestre
el tesoro sagrado
de tu selva.

Recordé en las alturas
los cauces invisibles
de tus aguas,
sonora
turbulencia secreta,
corolas amarradas
al follaje,
un ave
como súbito zafiro,
el cielo desbordado,
lleno como una copa
de paz y transparencia.

Arriba
un lago
con un nombre de piedra.
Amatitlán se llama.
Aguas, aguas del cielo
lo llenaron,
aguas, aguas de estrellas
se juntaron
en la profundidad aterradora
de su esmeralda oscura.
En sus márgenes
las tribus
del Mayab
sobreviven.

Tiernos, tiernos
idólatras
de la miel, secretarios
de los astros,
vencidos
vencedores
del más antiguo enigma.

Hermoso es ver
el vestido esplendor
de sus aldeas,
ellos
se atrevieron
a continuar llevando
resplandecientes túnicas,
bordados amarillos,
calzones escarlatas,
colores
de la aurora.

Antaño
los soldados
de Castilla enlutada
sepultaron América,
y el hombre
americano
hasta ahora
se pone la levita
del notario extremeño,
la sotana
de Loyola.

España
inquisitiva,
purgatoria
enfundó los sonidos
y colores,
las estirpes de América,
el polen, la alegría,
y nos dejó su traje
de salmantino luto,
su armadura
de trapo inexorable.

El color sumergido
sólo en ti sobrevive,
sóbreviven, radiosos,
los plumajes,
sobrevive
tu frescura de cántaro,
profunda Guatemala,
no te enterró la ola
sucesiva
de la muerte,
las invasoras alas
extranjeras,
los paños funerarios
no lograron
ahogar tú corola
de flor resplandeciente.

Yo vi en Quetzaltenango
la muchedumbre
fértil
del mercado,
los cestos
con el amor trenzados,
con antiguos
dolores,
las telas
de color turbulento,
raza roja,
cabezas de vasija,
perfiles
de metálica azucena,
graves miradas, blancas
sonrisas como vuelos
de garzas en el rio,
pies de color de cobre,
gentes
de la tierra,
indios
dignos como
monarcas de baraja.

Tanto
humo cayó
sobre tus rostros, tanto
silencio
que no hablaron
sino con el maíz, con el tabaco,
con el agua,
estuvieron
amenazados por la tiranía
hasta en sus erizados territorios,
o en la costa
por invasores norteamericanos
que arrasaron la tierra,
llevándose los frutos.

Y ahora
Arévalo elevaba
un puñado de tierra
para ellos,
sólo un puñado
de polvo germinal, y es eso
sólo eso Guatemala,
un minúsculo
y fragante
fragmento de la tierra,
unas cuantas semillas
para sus pobres gentes,
un arado
para los campesinos.

Y por eso
cuando Arbenz
decidió la justicia,
y con la tierra repartió fusiles,
cuando los
cafeteros
feudales
y los aventureros de Chicago
encontraron
en la casa de gobierno
no un títere despótico,
sino un hombre,
entonces
fue la furia,
se llenaron
los periódicos
de comunicados:
ardía Guatemala.
Guatemala no ardía.
Arriba el lago
Amatitlán quieto como mirada
de los siglos,
hacia el sol y la luna relucía,
el río Dulce
acarreaba
sus aguas primordiales,
sus peces y sus pájaros,
su selva,
su latido
desde el aroma original de América,
los pinos en la altura
murmuraban,
y el pueblo simple
como arena o harina
pudo, por vez primera,
cara a cara
conocer la esperanza.

Guatemala,
hoy te canto,
hoy a las desventuras del pasado
y a tu esperanza canto.
A tu belleza canto.

Pero quiero
que mi amor te defienda.
Yo conozco
a los que te preparan una tumba
como la que cavaron a Sandino.
Los conozco. No esperes
piedad de los verdugos.
Hoy se preparan
matando pescadores,
asesinando peces de las islas.

Son implacables. Pero
tú, Guatemala, eres
un puño y un puñado
de polvo americano con semillas,
un pequeño puñado
de esperanza.
Defiéndelo, defiéndenos,
nosotros
hoy sólo con mi canto,
mañana con mi pueblo y con mi canto
acudiremos
a decirte “aquí estamos”,
pequeña hermana,
corazón caluroso,
aquí estamos dispuestos
a desangrarnos para
defenderte,
porque en la hora oscura
tú fuiste
el honor, el orgullo,
la dignidad de América.

de Pablo Neruda,
en Capricornio, Año II, n°6, 1954.

sábado, 14 de agosto de 2021

La era del corregidor (canción)

La era del corregidor

Ayer me robé un diskette
del ordenador central
uno que hablaba de mí
y cómo yo me porto mal
pero tan hábil no fui
porque me atraparon igual
varios hombres de negro
vinieron por mí, e hicieron
la persecución final.

En estos tiempos
luego del gran esplendor
todo es oscuro
hasta taparon el sol
debo huir
escapar a su control
ésta es la era
la era del corregidor.

Programado estoy
calibrado para sumisión
te implantan en el cráneo
un marcapasos a presión
del modelo represivo XHRSZ 1 M 2.

Al terapeuta anarquista
ahora debo ir
a que extirpe el mal
que pusieron en mí
fueron muchos
los golpes de represión
en esta era:
 la era del corregidor.

Llego la nueva era
ésta es la nueva era:
LA ERA DEL CORREGIDOR

de Stuka, Pil Trafa y Michel Peyronel (Los Violadores),
en Fuera de Sektor, Umbral, 1986.

Fin y principios

Fin y principios

Estoy en los ruidos de la tristeza,
en las tablas de la perdición,
en el aire de este tiempo maldito, infortunado;
llovizna criminal y sucia.

En aventuras, en la queja
del muerto y el terror de los vivos y el soplo
de los convalecientes.

Estoy en el clamor encontrado, fuera
de la felicidad y el fascismo y el olvido sin escuchar
la clausura y la ausencia,
sin tolerar la conmiseración, o desconocer
la alegría o la bondad o el dolor del caído.

Sin sentir resignaciones, sufriendo con rabia
la esperanza, viviendo a mi manera.

de Francisco (Paco) Urondo,
en Entre los Poetas Míos... - Colección Antológica de Poesía Social Vol.78, Biblioteca Virtual Omegalfa, 2014.

viernes, 13 de agosto de 2021

Proverbios y cantares - VII

Proverbios y cantares - VII

Yo he visto garras fieras en las pulidas manos;
conozco grajos mélicos y líricos marranos...
El más truhán se lleva la mano al corazón,
y el bruto más espeso se carga de razón.

de Antonio Machado,
en Proverbios y cantares, Biblioteca Virtual Universal / Editorial del cardo, 2010.

jueves, 12 de agosto de 2021

EL DOLOR DEL MATRIMONIO

EL DOLOR DEL MATRIMONIO

El dolor del matrimonio:

muslo y lengua, querido
pesan con él,
rebota en los dientes

Buscamos comunión, querido,
y somos rechazados
ambos

Es leviatán y nosotros
encerrados en su barriga
buscando alegría, alguna alegría
no conocible fuera,
dos a dos en el arca de
su dolor.

de Denise Levertov,
en Siete poetas norteamericanas contemporáneas (Beth Miller), UNAM, 2008.
Selección, notas y traducciones de Beth Miller. 

miércoles, 11 de agosto de 2021

Y si mancomunados los esfuerzos...

Y si mancomunados los esfuerzos...

Y si mancomunados los esfuerzos
ya que es uno el dolor .... ¡Oh, la quimera!
Quien divide los hombres de los hombres
no divide las hienas de las hienas.....

¡El egoísmo, siempre el egoísmo!
penetrad al taller: un solo yunque
hace sudar á tres trabajadores.....
¡y ni siquiera la amistad los une!

Viven aglomerados; la misma hambre
roe como una fiera sus entrañas,
y á pesar del dolor, que es uno mismo
¡ni siquiera los une la desgracia!

Sin vallas el torrente, se desploma
hasta inundar el antro de la mina
¡y los que van unidos á la muerte
no saben ir unidos á la vida!

Hablo de todos esos que trabajan........
¡la gota de sudor de un carpintero
es la de un albañil; brota en la frente
y también se recoge con los dedos!

Bajo la luz del sol, en el andamio
¿cual es el extranjero? ¿quien rotula
el hambre de las pampas argentinas
y el sinsabor de las estepas rusas?....

Ni conmiseración para los niños
ni conmiseración para los viejos;
Dios en la inmensidad, como una esfinge....
¡Y sobre todo escarnio su silencio!

Hablo de tí, de aquel, de los cansados,
de los incalculables.........Yo no lucho
si nó por vindicar á la ralea
con la emancipación, que es el Futuro!

Ah, si mancomunados los derechos
desde que es una la verdad......... ¿No sabes
que únicamente por cruzar los brazos
te llevan los esbirros á la cárcel?

Es que tú, productor y pordiosero
eres la vida de la vida; eres
mucho más poderoso que la fuerza,
ya que la fuerza sola no se mueve.

¿Debo creer que en el banquete humano
tú no tengas cubierto, porque estorbas,
cuando sin tu concurso no hay banquete?....
¿ó es que te satisfaces con las sobras?

El pueblo es como el mar: fuerza y rugido..
¿y grande como el mar no te levantas
siniestramente en cordilleras rojas,
lo mismo que él en cordilleras blancas?

Número sin valor, mandan los menos....
¡y fuera suficiente una sonrisa,
mancomunados todos los deberes,
para poder dignificar la vida!

de Federico Gutiérrez,
en Entre el pueblo, Ideas y Figuras - Revista Semanal de Crítica y Arte, año II, número 45, marzo de 1911.
(Nota del editor del blog: la ortografía es original)

martes, 10 de agosto de 2021

Tristeza en el cielo

Tristeza en el cielo

En el cielo también hay una hora melancólica.
Hora difícil, en que la duda también penetra las almas.
¿Por qué hice el mundo? Dios se pregunta
y se responde: No sé.

Los ángeles lo miran con reprobación,
y caen plumas.

Todas las hipótesis: la gracia, la eternidad, el amor
caen, son plumas.

Otra pluma, el cielo se deshace.
Tan manso, ningún fragor denuncia
el momento entre todo y nada,
o sea, la tristeza de Dios.

de Carlos Drummond de Andrade,
en 50 poemas escogidos, Fundación editorial el perro y la rana, 2008.

lunes, 9 de agosto de 2021

ENVIDIA DEL PENE

ENVIDIA DEL PENE

Envidio a los hombres que pueden anhelar
con infinita vaciedad
el cuerpo de una mujer,
que esperan que su anhelo
haga un niño,
que su oquedad misma
fertilice lo oscuro.

Las mujeres no se hacen ilusiones sobre esto,
ya que son a la vez
casas y túneles,
copas y las que escancian el vino,
ya que conocen el vacío como estado temporal
entre dos plenitudes,
y no ven en ello ningún romance.

Si yo fuera hombre,
condenado a esa infinita vaciedad,
y no teniendo alternativa,
encontraría, como los otros, sin duda,
una mujer
para bautizarla Vientre de Luna,
Madona, Diosa del Cabello de Oro
y hacerla tienda de mi deseo,
paracaídas de seda de mi lujuria,
icono ojiazul de mi sagrada comezón sexual,
madre de mi hambre.

Pero ya que soy mujer,
debo no sólo inspirar el poema
sino también escribirlo a máquina,
no sólo concebir al niño
sino también darlo a luz,
no sólo dar a luz al niño
sino también bañarlo,
no sólo bañar al niño
sino también alimentarlo,
no sólo alimentar al niño
sino también llevarlo
a todas partes, a todas partes...

mientras que los hombres escriben poemas
sobre los misterios de la maternidad.

Envidio a los hombres que pueden anhelar
con infinita vaciedad.

de Erica Jong,
en Siete poetas norteamericanas contemporáneas (Beth Miller), UNAM, 2008.
Selección, notas y traducciones de Beth Miller. 

domingo, 8 de agosto de 2021

Sigo protegiendo la tierra que fue negada...

Sigo protegiendo la tierra que fue negada...


de Javier Flores Letelier,
en El frío de la fe, Editorial Groenlandia, 2013.

sábado, 7 de agosto de 2021

Proverbios y cantares - VI

Proverbios y cantares - VI

De lo que llaman los hombres
virtud, justicia y bondad,
una mitad es envidia,
y la otra no es caridad.

de Antonio Machado,
en Proverbios y cantares, Biblioteca Virtual Universal / Editorial del cardo, 2010.

viernes, 6 de agosto de 2021

Yo te odio...

Yo te odio. Dicen que odiar es feo.
No me importa lo que dicen, te odio.
Pero porque amo demasiado otras cosas.
Quién es tu dueño? - El hombre del botón.
Quién es el dueño del hombre del botón?
El hombre del escritorio subalterno de
otro hombre subalterno de otro hombre
subalterno de...
así, hasta llegar a un gran Anormal.
El dedo y el botón. El botón y el dedo.
Al final de los mandatos: un Gran Inmundo.
(o Grandes Inmundos?)
Te odio. Quiero cortarte el dedo.

de Kenji Matsumoto (alumno de la Escuela N9 de la ciudad de HIROSHIMA),
en Eco Contemporáneo, n°1, 1961.
http://americalee.cedinci.org/wp-content/uploads/2021/04/EcoContemporaneo_n1.pdf (25/7/21).

jueves, 5 de agosto de 2021

miércoles, 4 de agosto de 2021

Del otro lado

Del otro lado

Cuando estuvimos desesperados, alguien
contó la historia.

No se la puede escuchar serenamente, tiemblan
las manos, el corazón se encoge de dolor;
da un poco de miedo mirar a la gente, detenerse.

Ocurre lo de siempre.

Estábamos perdidos y la historia era confusa. Nada
tenía que ver con la certeza, ni
con el muslo de la bataclana. No
intervinieron traiciones; no es
una vulgar historia de fervores o de mantenidas.

Tu mano es necesaria para sobrellevarla. También
aquella vez (siempre aquella vez) apagaron
las luces y fue necesaria la presencia de tu mano.

Nos apretamos las manos en la sala impenetrable, temblamos
ante la cólera que aún no se había manifestado, que nunca
llegaría a marcarnos como sospechábamos, sino
de otra manera. Nuestras manos
procuraban ordenar el temblor, dominar el doloroso pánico;
y todo porque Humphrey Bogart había resucitado.

Estábamos perdidos en aquel
cine y él no era como el redentor; su cruz
no era un mandato, era
la inteligencia del hombre, era la resurrección
de la ciencia y de nuestros queridos finados.

Hace mucho que nos pasó esto; la mano
fría del cadáver impenitente
rozaba los sueños,
acariciaba nuestros tiernos rostros despavoridos.

Desde aquella vez no sabemos qué hacer con las historias,
con los muertos que no aceptan su desdichada condición, no sabemos qué hacer con el miedo; no sabemos
encontrar nuestras manos, nuestra
tristeza. El mundo inconsistente.

Hubo muchas anécdotas como ésta. ¿Quién
no tiene cosas horribles que contar? ¿Quién no tiene
su historia? Pero nadie supo qué decir, nadie supo
qué hacer, cuando alguien contó la historia.

Seguramente al escucharla buscarás una mano; será
como antes, pero enseguida
intentará olvidar que estuvimos tristes o asustados.

Tampoco sabrás qué decir cuando se haga tarde; lo de siempre: tendrás ganas de llorar, y nada más.

Nadie esperaba una historia como ésta, tan lamentable ¿Por qué
no llorar entonces? ¿Por qué no perderse en la
espesura de la sala?

Se derramará sobre tu memoria
como el alcohol que se vuelca entre los nervios y la madrugada;
la historia sobrevolará tu linda cabecita,
será un cuervo que sacudirá tus entrañas corrompidas,
que despeinará cariñosamente tu pelo.

de Francisco (Paco) Urondo,
en Entre los Poetas Míos... - Colección Antológica de Poesía Social Vol.78, Biblioteca Virtual Omegalfa, 2014.

martes, 3 de agosto de 2021

Delincuentes

Delincuentes

Puede justificarse la ignominia.
Hay siempre, en lo recóndito del alma
una pasión que impulsa al delincuente:
tal vez la sed de amor, la sed de agua,
la sed de libertad. Cuando en la noche,
firme el puñal enmohecido, rasga
el corazón que le llenó de cieno
así como se llena una cloaca
¡el juez castiga pero el hombre absuelve!...

Puede justificarse hasta la infamia.
Hay siempre un pensamiento que vigila
la soledad del hombre. Carne humana,
el espasmo no sabe de virtudes.........
Cuando en la noche silenciosa y clara
el cuerpo vibra y se extremece, todo
convida á delinquir. La mano palpa
sedosamente el pecho de la hembra,
que si resiste morirá.........

No basta
ser juez para ser justo. ¿Quién ha visto
una llave ganzúa en la casaca
de un marqués? .... ¿En qué triste calabozo
está el capitalista que robara
una bolsa de coles?......... La justicia
no es esa letra de la ley, creada
por unos hombres hartos y felices
para unos hombres infelices, para
unos hombres hambrientos.........

En el lodo,
allí del malecón junto á las aguas,
hay muchas criaturas que no comen....
pero Dios no las ve, Dios no las ama
¡Dios no les da polichinelas!..... Viven
entre degenerados y canallas,
que también fueron niños como ellos...
Tienen guedejas de color de ámbar
y tienen corazón......... Yo los he visto
cerca del caballete, con dos alas,
sirviendo de modelos al artista
que decoró el altar de tus plegarias,
en ese templo en que se piden cobres
con bandejas de plata!

La ley no los corrige, los encierra
como si fueran delincuentes!.... ¡Nada
sinó la eterna sombra y el cerrojo
para el mejoramiento de las razas!
En el nombre de Dios van al Asilo,
luego al cuartel en nombre de la patria
y por último, en nombre de las leyes
¡á la penitenciaría! .........

de Federico Gutiérrez,
en Entre el pueblo, Ideas y Figuras - Revista Semanal de Crítica y Arte, año II, número 45, marzo de 1911.

lunes, 2 de agosto de 2021

Mundo grande

Mundo grande

No, mi corazón no es mayor que el mundo.
Es mucho menor.
En él no caben ni mis dolores.
Por eso me gusta contarme.
Por eso me desnudo,
por eso me grito,
por eso frecuento los periódicos, me expongo
[crudamente en las librerías:
necesito de todos.

Sí, mi corazón es muy pequeño.
Sólo ahora veo que en él no caben los hombres.
Los hombres están aquí afuera, están en la calle.
La calle es enorme. Mayor, mucho mayor
[de lo que esperaba.
Pero tampoco en la calle caben todos los hombres.
La calle es menor que el mundo.
El mundo es grande.

Tú sabes qué grande es el mundo.
Conoces los navíos que llevan petróleo y libros,
[carne y algodón.
Viste los diferentes colores de los hombres,
los diferentes dolores de los hombres,
sabes qué difícil es sufrir todo eso, amontonar todo eso
en un solo pecho de hombre... sin que estalle.

Cierra los ojos y olvida.
Escucha el agua en los vidrios,
tan calma. No anuncia nada.
Mientras se escurre en las manos,
¡tan calma!, lo va inundando todo...
¿Renacerán las ciudades sumergidas?
Los hombres sumergidos —¿volverán?

Mi corazón no sabe.
Estúpido, ridículo y frágil es mi corazón.
Sólo ahora descubro
qué triste es ignorar ciertas cosas.
(En la soledad del individuo
olvidé el lenguaje
con que los hombres se comunican.)

Antaño escuché a los ángeles,
las sonatas, los poemas, las confesiones patéticas.
Nunca escuché voces de gente.
En verdad soy muy pobre.

Antaño viajé
por países imaginarios, fáciles de habitar,
islas sin problemas, no obstante agotadoras
[y convocando al suicidio.
Mis amigos partieron a las islas.
Las islas pierden al hombre.
Entretanto algunos se salvaron y
trajeron la noticia
de que el mundo, el mundo grande está creciendo
[todos los días,
entre el fuego y el amor.

Entonces, mi corazón también puede crecer.
Entre el amor y el fuego,
entre la vida y el fuego,
mi corazón crece diez metros y estalla.
—¡Oh vida futura!, nosotros te crearemos.

de Carlos Drummond de Andrade,
en 50 poemas escogidos, Fundación editorial el perro y la rana, 2008.

domingo, 1 de agosto de 2021

Proverbios y cantares - V

Proverbios y cantares - V

Ni vale nada el fruto
cogido sin sazón...
Ni aunque te elogie un bruto
ha de tener razón.

de Antonio Machado,
en Proverbios y cantares, Biblioteca Virtual Universal / Editorial del cardo, 2010.