DOS
Jamás el hombre está tranquilo.
Sin cesar prueba destinos muy distintos;
bajo el agua, tras de peces carnívoros,
bajo la tierra, recorriendo laberintos.
La espesura de la taiga atraviesa,
vive meses en témpanos lejanos
o se traslada sobre una balsa
bajo las velas a través del océano.
Mientras otro, frente al televisor sentado,
toma su té con galletitas
y casi en desafío mira
este tipo de aventuras;
cuando el espectador vecino
detiene la respiración ante el espanto,
él grita: “¡Niñerías!”
despectivo.
Siempre tuvo miedo a la palabra
“valentía”.
de Oleg Dmítriev,
en Antología de la Poesía Soviética (Alexander Nakarov), Biblioteca Jucar, 1974.
Traducción: Elva Macías y Eraclio Zepeda.