Las palabras necesitan de un contexto histórico, político, social, cultural, económico y biográfico para significar. Exhorto a lxs lectorxs/militantes a realizar un viaje de conocimiento acerca de lugares, tiempos y autorxs para enriquecer la experiencia literaria que propongo en este espacio. Gracias.
Mostrando las entradas con la etiqueta Manuel Orestes Nieto. Mostrar todas las entradas
Mostrando las entradas con la etiqueta Manuel Orestes Nieto. Mostrar todas las entradas

lunes, 18 de noviembre de 2019

Tanques en el puente

Tanques en el puente

Un día cualquiera
esta ciudad te ahoga
y sales a las playas
y sabes que tu país es también puro mar.

Un día cualquiera
ya de tarde
regresas a la ciudad

pero entrar a ella supone atravesar
las millas canaleras
desde el pueblo de Arraijón hasta el viejo Chorrillo

un día regresas a las playas

y la boca de tu ciudad es un puente
que intenta cerrar una herida demasiado grande

Un día regresas
y debajo del puente está tu país dividido
y sobre él cinco tanques imperiales
desfilan en fila india

Cinco tanques zonians camino de sus fuertes
cinco tanques del imperio en la América Latina
cinco tanques todos verdes con sus estrellas blancas
cinco tanques USA

Un día regresas a la ciudad
invadido de nostalgia
y te la encuentras invadida en sus puertas:

los tanques 44,45,46,47,48
a plena tarde
a cinco minutos de tu casa
a cinco minutos de tu pueblo
a cinco minutos de todas las esquinas
donde cayeron nuestros muertos.

de Manuel Orestes Prieto* (Nieto),
en Poesía armada, Agermanament, 1976.
*En el original citado figura el apellido así escrito.

viernes, 31 de mayo de 2019

Enemigo común

Enemigo común

Para Carlos Rivas
y su manía de masticar el mundo

Una noche olvidas toda la poesía
o al menos quieres olvidarla

abandonas a Paz en el suelo
porque sabes que hay que abandonarlo
cuando el poema
no es capaz de sellarte tus oquedades

y también olvidas lo que será mañana
o cualquier otro día
o lo que no estuvo sucediendo ayer
y te dispones
casi como quien dispara a sangre fría
a bajar
a darte una vuelta en vacío por las calles

y sucede que bajas a la ciudad
y entras en uno de los bares limítrofes a solas
a bañarte de neón y de rameras
poco recuerdas que eres de los que escribe poemas
de los privilegiados
y distinguidos
un escogido a toda prueba
capaz de precisar el concepto divino de san Anselmo
y sus pruebas improbables

decides acercarte al tragamonedas
todavía a solas
a jugar el juego de que no te choquen los carritos
en la pista

pero te chocan
y la máquina patea tu error
y miras a ambos lados
y descubres que estás rodeado de gringos por todas partes
y te dices algo así como


“Estos gringos no hacen más que cruzar la acera
la cerca límite
a tomarse nuestras mujeres”

y te parece del todo bien el insulto boca adentro.

Echas otra moneda hasta el estómago mismo de la máquina
y recién presientes
que Rosaura te observa
pegada al bar
junto a un pálido ciudadano
de los Estados Unidos de América

ah la hermosamente caliente y enfermiza de Rosaura
antioqueña pura
de dos hijos tejanos
y mil y una noches de desamor

y de pronto te viene otra frase:


“Estos gringos cuando cruzan
ya no a nuestras mujeres se llevan
porque aquí o son colombianas o nicas
o ticas o salvadoreñas
o vienen importadas de otros mundos
al concreto y capital asunto de noche
y dólares”.

Es triste
pero aquí también hay algo de mi país

“a cuatro cuadras del Canal Zone y de la muerte”

esto es aquello de Panamá crosroads of de world
y tú sigues en tu máquina de carreras
dándote vueltas izquierdas
a la manivela
y al poema que sabes que no escribirás
hasta el Año Nuevo
cuando los bazares judíos de la Avenida Central
se pueblen de postalitas
santocloses
trenes
y vuelva a hablarse en un descompuesto inglés
de yes sir
do yo like it?
thanks
i’m glad to buy it

pero hay noches en que bajas olvidando la poesía
a tu país
y no hay un país ni una ciudad ni un bar
ni una mujer
ni un territorio
porque aquí se volvió todo tráfico hasta los sueños

y luego vuelves adolorido
regresas a leer a Paz ya sin Paz

y piensas seriamente:

cómo sería el cielo
y sus ministros y sus ángeles y sus arcángeles
y my God en persona
discutiendo sobre un Canal dominado por Satanás.

de Manuel Orestes Nieto,
en Poesía armada, Agermanament, 1976.