Las palabras necesitan de un contexto histórico, político, social, cultural, económico y biográfico para significar. Exhorto a lxs lectorxs/militantes a realizar un viaje de conocimiento acerca de lugares, tiempos y autorxs para enriquecer la experiencia literaria que propongo en este espacio. Gracias.

jueves, 31 de marzo de 2022

DENOMINACIÓN DE ORIGEN

DENOMINACIÓN DE ORIGEN

La misma palabra lo dice: cárcel.
Diminutivo de cárcel: reformatorio.
Sinónimos de cárcel: penal,
presidio, correccional, penitenciaría
(los dos últimos incluyen matiz de regeneración).
Prisión es palabra escogida o forense.
Se la conoce también por otros nombres:
talego (el más extendido),
maco, trullo, trena (germanismo).
Los gitanos la llaman estaribel,
o                       estar,
que viene a ser lo mismo pero abreviando.
Sin embargo,
cuando estás dentro de una,
cuando te encuentras allí metido,
el nombre es lo de menos,
no tiene mayor importancia,
lo único que cuenta es que siempre, en todo momento,
es
una cárcel.

de David González,
en El demonio te coma las orejas, Biblioteca Omegalfa, 2020.

miércoles, 30 de marzo de 2022

Con dignidad

Con dignidad

Con dignidad. Lo principal es recibir
con dignidad los tiempos que sean,
cuando la época se estanque
o se enturbie hasta el fondo.

Con dignidad, lo principal, con dignidad
para que los distribuidores de dádivas
no te conduzcan hasta el establo
y no te atasquen con heno la boca.

El miedo de los tiempos es la caída.
No malgastes tu alma en cobardía,
sino prepárate para la pérdida
de todo lo que te espanta perder.

Si ya todo está hecho trizas
hasta un extremo imposible de prever
recuérdate a ti mismo esta pequeñez:
“También esto hay que sufrir”.

de Yevgueni Yevtushenko,
en Entre los Poetas Míos... - Colección Antológica de Poesía Social Vol.56, Biblioteca Virtual Omegalfa, 2013.

martes, 29 de marzo de 2022

Madrugada

Madrugada

Jugos del cielo mojan la madrugada de la ciudad violenta.
Ella respira por nosotros.

Somos los que encendimos el amor para que dure,
para que sobreviva a toda soledad.

Hemos quemado el miedo, hemos mirado frente a frente al dolor
antes de merecer esta esperanza.

Hemos abierto las ventanas para darle mil rostros.

de Juan Gelman,
en Debí decir te amo, Planeta, 1997.

lunes, 28 de marzo de 2022

Nuestro tiempo - VIII

 Nuestro tiempo

VIII

El poeta
declina toda responsabilidad
en la marcha del mundo capitalista
y con sus palabras, intuiciones, símbolos y otras armas
promete ayudar
a destruirlo
como a una cantera, una selva,
un gusano.

de Carlos Drummond de Andrade,
en 50 poemas escogidos, Fundación editorial el perro y la rana, 2008.

domingo, 27 de marzo de 2022

A mis hijos

A mis hijos

No dudo que les hubiera gustado tener
una linda mamá de anuncio comercial:
con marido adorable y niños felices.
Siempre aparece risueña --y si algún día llora--
lo hace una vez apagados reflectores y cámaras
y con el rostro limpio de maquillaje.

Pero ya que nacieron de mí, debo decirles:
Desde que era pequeña como ustedes
ansiaba ser yo misma --y para una mujer eso es difícil--
(Hasta mi Ángel Guardián renunció a cuidarme
cuando lo supo).

No puedo asegurarles que conozco bien el rumbo.
Muchas veces me equivoco,
y mi vida más bien ha sido como una dolorosa travesía
vadeando escollos, sorteando tempestades,
desoyendo fantasmales sirenas que me invitan al pasado,
sin brújula ni bitácora adecuadas
que me indiquen la ruta.

Pero yo avanzo, avanzo aferrada a la esperanza
de algún puerto lejano
al que ustedes, hijos míos --estoy segura--
arribarán una mañana
--después de consumado
mi naufragio--.

de Daisy Zamora,
en Entre los Poetas Míos... - Colección Antológica de Poesía Social Vol.90, Biblioteca Virtual Omegalfa, 2014.

sábado, 26 de marzo de 2022

América

América

Eres una gran hoguera
Tu crisol
De indios, negros, mestizos
Torturados
Ya no moldea más esclavos
Los estandartes se alzan
Pesados pero seguros
Aunque por ahora
Vayan
En los hombros de los muertos.

de Hugo Leyton,
en Escritos de la cárcel (la expresión poética de los presos políticos), Centro Integración Cultural, Vol.1, 1986.

viernes, 25 de marzo de 2022

ROMERO SÓLO...

ROMERO SÓLO...


de León Felipe,
en Antología Poética, Difusión Cultural. Universidad Nacional Autónoma de México, 1994 / Cuadernos de CAUM, 2018.

jueves, 24 de marzo de 2022

la palabra encerrada...

la palabra
encerrada en la jaula
no canta

Por Félix Sánchez Durán.

DESAPARECIDOS

DESAPARECIDOS

Ese hombre esa mujer no tienen rostro
No tienen nombre (no son más que la cresta
de una mar de ventura y nueva
que penetra en la frontera de piedra
apenas espuma
que con los vientos regios
siempre vuelve)
Un grito se alza en la noche brilla
en la espesura del silencio decae
fugaz
Después la sorpresa que abate la resistencia
sin milagro el tamaño
de la herida
por el suelo ropas / fotos / libros rotos
una cartera vacía
El coche avanza por la calle impune
nadie lo detiene
todos saben
Ese hombre esa mujer atados transpiran mucho
respiran mal
la pesadumbre el miedo
se ahogan
tiemblan
En ese mismo momento sucede
en el mundo la belleza
encuentros fortuitos / deseados / los instantes
perpetuos de la vida
Una niña en la puerta de su casa dice adiós
la gota de lluvia choca contra sus labios
hay un estallido de luciérnagas salvajes
hay un desierto de esmeraldas fundidas
Y de pronto la gran estrella polar la cruz del sur
al oeste la vía láctea
toneladas de arena incandescente
el pequeño universo que un rayo de luz
recorre en 300.000 años
Todo el cielo es una sinfonía de promesas
Pero ese hombre esa mujer no tienen rostro
ni ojos ni oídos para las glorias
Se abre una puerta
A sus espaldas queda la ciudad del corazón dormido
Una ciudad vencida
Los secretos del crimen del
horror se repiten en voz muy baja
Pero ellos
ese hombre esa mujer ya desnudos
los escuchan
vienen del techo del piso de las
paredes
están a su lado
crecen como flores negras malditas
como hongos pestilentes crecen
Los escuchan ¿son humanos?
¿Son humanos esos juramentos fieles de más dolor y
esas risas que les responden? (¿qué perversa alegría
qué perturbada detención de la historia
ocurre tras esas risas?)
Y ahora el frío y ahora la ebriedad
de una mala sentencia cumplida lentamente
día a día
sobre sus carnes abiertas (¡Y qué del alma! ¡Qué
de esa inocencia primera que fue quebrada!)
Ese hombre esa mujer sin fuerzas sin aliento casi
la venda que los cubre el piso que los recoge
su orín su fecalidad la oscuridad tremenda
ellos sueñan
Ese hombre esa mujer cualquiera de nosotros
ni vivos ni muertos
ni cielo ni tierra
ni siquiera oasis
apenas la precariedad del recuerdo
Una gaviota levanta vuelo en alba brumosa
El aire se agita pero vuelve a ser eterno

Ese hombre esa mujer esperan.

de Vicente Zito Lema,
en Poemas - Memoria en palabras, Ministerio de Educación, 2012.

miércoles, 23 de marzo de 2022

Tu hombre se despide, amor mío

Tu hombre se despide, amor mío

Me voy

pero no te preocupes
si antes del otoño
no he vuelto todavía.

Es lejos mi país
y sufre tanto,
que uno es incapaz
de ser feliz,
lejos de sus torres.

Aquí lo tengo todo.
Nada me falta,
ni siquiera mi soledad.
De todos los guatemaltecos
pobres, yo soy quizá
una excepción ahora.
Y como mi vida entera
luché contra toda excepción,
porque quiero siempre
que la misma sea la regla,
tengo que irme, así de común,
barato de egoísmos.

Me voy,
pero no te preocupes
si tardo un poco en el regreso.
Un día en otoño me verás llegar.
De lejos, con polvo aún en los cabellos.
Y muchos golpes recibidos, mucha hambre.
Por ese simple día, amor mío,
habré luchado muchos años.

Por ese simple día, amor mío,
habré esperado muchos días.
En lo alto de mis ojos
verás que aún persigo
una estrella lejana
y que no he podido volver
sobre mis pasos,
porque la luz del alba
me sigue seduciendo.
Amor mío,
tu hombre se va de nuevo
a los combates por la dicha.

de Otto René Castillo,
en Vámonos Patria a caminar, yo te acompaño, Biblioteca Virtual Omegalfa, 2019.

martes, 22 de marzo de 2022

VOY SOÑANDO...

VOY SOÑANDO...

Soñar, siempre soñar,
con banderas y besos;
la libertad y el aire
soplando en mi cabello.

Campo y aire sin fin
-oh, luz-, sin otro cerco
que el amor de unos brazos
enlazando mi cuello.

Soñar, siempre soñar,
con los ojos sin sueño,
que soy un hombre vivo...
siendo tan sólo un preso.

Hay árboles y un río
fijos en mi recuerdo;
una infancia salvaje,
un dulce amor ingenuo,
y dos nombres grabados
en el chopo más viejo.

(El cielo aquella tarde
era como un espejo.
El choperal tendía,
para el amor, senderos.
Todo era luz. La gloria
de mayo iba en mi pecho.

... ... ... ... ... ... ... ... ...

Un vilano de plata
se enredó en sus cabellos;
acudí tembloroso
y con mis dedos trémulos...

Sus ojos me invadieron
de aroma y sol.
El viento,
inmóvil, nos miraba:
fué aquel mi primer beso).

Soñar; siempre soñar
que vuelvo a todo aquello,
lo que dejé y ya nunca
encontraré al regreso.

de Marcos Ana,
en Las soledades del muro, Akal Editor, 1977.
Edición digital: Titivillus. Proyecto Scriptorium Ex-Libris. Epublibre.  

lunes, 21 de marzo de 2022

OTOÑO

 OTOÑO

Con los primeros fríos del otoño sereno
al salir a la calle busco al sol generoso,
en tanto que los hombres me buscan cual si fuera
yo el sol que ha de brindarles calor para su otoño.

de César Tiempo,
en Clara Beter - Versos de una..., Editorial Rescate, 1977.

domingo, 20 de marzo de 2022

SABIDURÍA

SABIDURÍA

MI padre fue pastor allá, en la sierra,
cuando tenía siete u ocho años.
No fue a la escuela nunca
y escribe a duras penas su nombre cuando firma
–eso sí, con el garbo
y la elegancia propia del que, a su modo, sabe
que la caligrafía y la sintaxis
nunca fueron espejos que muestran las virtudes.
No hizo falta que nadie lo instruyera
para llegar a ser un hombre justo
y parecerse a un sabio
de esos que, en Oriente, albergan en su calma
la erudición moral que los distingue.
Si lo pensamos, hay
una sabiduría natural –ajena a toda lógica–
que niega la enseñanza:
la que se adquiere a solas
tratando con la vida y con el mundo.
No hay diploma ni título
que acredite la honra y la decencia.

Si a los ojos lo miro,
puedo leer en ellos
lo que escribir no sabe su mano temblorosa.

de Ginés Aniorte,
en Contra - Poesía ante la represión, Coordinadora Anti-represión Región de Murcia, 2016.

sábado, 19 de marzo de 2022

Caminando sobre el tejado

Caminando sobre el tejado

¿Cómo pude sobrevivir durante el tiempo de Stalin?
Es que una vez muy contento salí disparado
de una ventana del noveno piso
donde con mucho orgullo caminé sobre el tejado
guiado por no sé quién
y llevando en mi mano un vaso de vodka.

Caminaba sobre el techo sonriendo,
me miraban desde abajo asustadas mujeres viejas,
alguna gente rara y gatos envidiosos.
Yo era absolutamente desconocido
y afortunadamente todavía no era un icono.

Dos camaradas borrachos,
manteniéndose sobrios, celosos,
miraban desde la ventana
cómo yo -sorpresivamente- podía
caminar contra todas las reglas
aunque ignorándolas todas
no
pudiera
caerme.

En aquel 1950, bajo el oscuro bigote de Stalin,
nosotros, una generación a la que le lavaron el cerebro
desde el kindergarten,
teníamos la obsesión de subirnos a los tejados,
la obsesión de escalar cualquier cosa que fuera elevada,
pero nunca la obsesión de escalar las alturas del poder.

Jugábamos a hacer el amor en los áticos
aprendimos a besar por un rublo
admirábamos en la Plaza Roja
las alegres muchedumbres con flores y carteles
mirándolas desde nuestros tejados;
mi tejado era mucho más alto que aquel majestuoso mausoleo
donde Stalin, sin ser visto en ese momento
protegido por los grandes hombros de su guardia personal,
meaba en un balde de lata
(todo eso era perfectamente visible desde nuestro tejado).
¡Qué perspectiva! ¡Qué afortunados!

Aquel tejado estaba muy cerca
de los tejados de Roma y de París
y después de algunos años irrumpimos por La Cortina de Hierro.
Nosotros, los hijos de los Tejados de Metal.

En ese extraño comunismo
de vida militarmente organizada
caminábamos sonriendo sin miedo.
¿Pero qué pasa si hoy día, vendiendo conciencias
por una vida mucho más confortable,
caemos en un capitalismo militar?
¿Qué pasa si quedamos atascados en una sórdida farsa?
Quebraré mi ventana -y aún a través de los barrotes-
saltaré fuera de mi propio retrato
¡rompiendo en pedazos el marco y el vidrio!
Ni siquiera en la muerte confiaré en ningún "ismo",
yo, otra vez joven y siempre libre,
arriesgando la vida, sonriente y fuerte,
volveré a caminar por el tejado,
o de lo contrario, no soy un poeta.

de Yevgueni Yevtushenko,
en Entre los Poetas Míos... - Colección Antológica de Poesía Social Vol.56, Biblioteca Virtual Omegalfa, 2013.
Traducción de Javier Campos.

viernes, 18 de marzo de 2022

BALADA DE LA CHICA OKUPA

BALADA DE LA CHICA OKUPA

He visto tu mirada de insurrecta en la Vía Layetana,
luchando con rabia por la noble causa de la libertad,
la libertad de escoger y vivir a tu manera
contra el Estado y el Capital.
He visto como brillaban tus ojos con amor solidario
por los compañeros y por las compañeras. Joven e informal,
pantalones tejanos agujerados, camiseta con la imagen
mítica de Che Guevara, bandera negra,
pañuelo rojo para taparte la cara
y el aire lleno de humo clara consecuencia
de la dura batalla en la Vía Layetana.
He visto tu mirada de insurrecta en la Vía Layetana,
y no sabía tu nombre, pero tú estabas en la calle, pura rebelión,
codo a codo con compañeros y compañeras que luchaban...,
y no he podido hacer nada más, tan solo secarme
la lágrima, sentimiento puro, por tu insurrección,
y he vuelto a sentir una bella emoción dentro de mi corazón
[rebelde
por tu juventud que lucha, desesperadamente,
por la causa solidaria de la libertad.

de Ferran Aisa-Pàmpols,
en Contra - Poesía ante la represión, Coordinadora Anti-represión Región de Murcia, 2016.
(Barcelona, octubre de 1996. Escrito tras el desalojo del Cine
Princesa y posterior represión policial contra la
manifestación de soporte en la Vía Layetana).

jueves, 17 de marzo de 2022

Patria

Patria

No te puedo nombrar
He quedado desgarrado
Y aún
No te puedo nombrar
No mía
Y aún
Para todos.

de Hugo Leyton,
en Escritos de la cárcel (la expresión poética de los presos políticos), Centro Integración Cultural, Vol.1, 1986.

miércoles, 16 de marzo de 2022

Nuestro tiempo - VI

Nuestro tiempo

A Oswaldo Alves

VI

En los sótanos de la familia,
orquídeas y opciones
de compra y desquite.
La gravidez eléctrica
ya no trae languideces.
Criaturas alérgicas
se cambian; se reforman.
Hay una implacable
guerra a las cucarachas.
Se cuentan historias
por correspondencia.

La mesa reúne
una copa, un cuchillo,
y la cama devora
tu soledad.
Se salva la honra
y la herencia del ganado.

de Carlos Drummond de Andrade,
en 50 poemas escogidos, Fundación editorial el perro y la rana, 2008.

martes, 15 de marzo de 2022

lunes, 14 de marzo de 2022

EL JUICIO FINAL

EL JUICIO FINAL
(una broma)

¡Ah!, que vida la de todos estos muertos.
Aleluyas que oigo,
hacen erizar el pelo de mi cabeza
y mi alma está enferma de miedo.

Cuando todo es rígido
en el juego de fuerzas opuestas,
cuando nuestros sufrimientos decaen por siempre
y la meta final se ha ganado.

Al Dios eterno debemos orar,
interminables aleluyas clamar,
interminables himnos de gloria elevar
y no saber de más gozo o dolor.

Me regocijo en la escalera
que me guía a la meta de la perfección,
y me regocijo cuando escucho,
urgiéndome, ese llamado al lecho de la muerte.

Allá... puede haber sólo un cielo
que completamente uno ha ocupado,
y que debemos compartir con viejas mujeres
a las cuales los colmillos del tiempo han mordisqueado.

Mientras su carne reposa bajo tierra
en pudrición con huesos desarticulados,
brillantes coloridas sus almas vagan en torno
en una arácnida danza enmarañadas.

Todo tan famélico, todo tan austero,
tan etéreo, tan casto,
jamás fueron sus formas tan puras,
incluso cuando más unidas caminaron.

Pero, arruino los procedimientos,
como mis himnos de oración, transformo.
Y aún así el señor oye mis gritos
y se enfurece con todo su enojo.

Llama al más elevado Arcángel
Gabriel, el alto y flaco,
quien expulsa al patán escandaloso
sin preámbulo de ceremonia.

Lo soñé todo, tú lo observas,
y pensé que desafié a la corte suprema.
Amigo,
no hubo nunca pecado que soñar.

de Karl Marx,
en Cantos para Jenny y otros poemas, El Viejo Topo, 2000.

domingo, 13 de marzo de 2022

VENCIDOS...

VENCIDOS...


de León Felipe,
en Antología Poética, Difusión Cultural. Universidad Nacional Autónoma de México, 1994 / Cuadernos de CAUM, 2018.

sábado, 12 de marzo de 2022

PARA LAS LLAVES AÚN FALTA

PARA LAS LLAVES AÚN FALTA

Primero fueron de sueño,
después de viento, las llaves,
ahora de patria y de pueblo.

Pero los muros son altos
y los ventanales ciegos.
Las cerraduras hostiles
conchas cerradas de hierro.

Hace falta un gran martillo.
Un yunque. Manos de fuego.
Que España entera, en la fragua
de su corazón deshecho,
forje con su voz maciza
las llaves del prisionero.

Porque los muros son altos.
Y los ventanales ciegos.
Las cerraduras hostiles
conchas cerradas de hierro.
Y hay odios viejos que oxidan
los cerrojos contra el pecho.
Y hay venganzas que aún rezuman
por su corazón veneno.

Pero más amor y estrellas
brillan en el firmamento.
Más corazones relumbran
como fruta de un huerto,
cargada de sol y aroma
la paz de su pensamiento.

Estas puertas aún resisten
voces aisladas, lamentos....
Pero sus goznes rechinan,
sus cerrojos están secos,
se partirán como cañas
bajo el viento, cuando el viento
lleve en sus silbos las llaves
unidas de todo un pueblo.

de Marcos Ana,
en Las soledades del muro, Akal Editor, 1977.
Edición digital: Titivillus. Proyecto Scriptorium Ex-Libris. Epublibre.  

viernes, 11 de marzo de 2022

Hacia el sur

Hacia el sur

te amo señora/como el sur/
una mañana sube de tus pechos/
toco tus pechos y toco una mañana del sur/
una mañana como dos fragancias

de la fragancia de una nace la otra/
o sea tus pechos como dos alegrías/
de una alegría vuelven los compañeros muertos
en el sur
establecen su dura claridad/

de la otra vuelven al sur/vivos por/
la alegría que sube de vos/
la mañana que das como almitas volando/
almando el aire con vos/

te amo porque sos mi casa y los compañeros
pueden venir/
sostienen el cielo del sur/
abren los brazos para soltar el sur/
de un lado les caen furias/del otro/

trepan sus niños/abren la ventana/
para que entren los caballos del mundo/
el caballo encendido de sur/
el caballo del deleite de vos/

la tibieza de vos/mujer que existís/
para que exista el amor en algún lado/
los compañeros brillan en las ventanas del sur/
sur que brilla como tu corazón/

gira como astros/como compañeros/
no hacés más que subir/
cuando alzás las manos al cielo/
le das salud o luz como tu vientre/

tu vientre escribe cartas al sol/
en las paredes de la sombra escribe/
escribe para un hombre que se arranca los
huesos/
escribe la palabra libertad/

de Juan Gelman,
en Debí decir te amo, Planeta, 1997.

jueves, 10 de marzo de 2022

Silencio

Silencio

Hora de apagar la luz
De hacer el balance cotidiano
Y por sobre todas las cosas
Con saldo
A favor.

de Hugo Leyton,
en Escritos de la cárcel (la expresión poética de los presos políticos), Centro Integración Cultural, Vol.1, 1986.

miércoles, 9 de marzo de 2022

LA SOMBRA DE LA ILUSIÓN

LA SOMBRA DE LA ILUSIÓN

—Detente; imbécil; ¿no ves
que te arrojas a la muerte?...
Baja los ojos y advierte
el antro que hay a tus pies.

—¡Santo cielo, qué profundo!
Negras sus bóvedas son...
—¡Ah! parece el corazón
de los que habitan el mundo!

Y en tu insensata caída
¿de qué azote vas huyendo?
—Iba corriendo, corriendo
tras de una ilusión perdida.

Desde aquel monte creí
ver su forma placentera
en el humo de la hoguera
que tú has encendido aquí.

—¡Ay! no cupo en tu contento
que en la tierra iguales son
el humo de la ilusión
y el humo que lleva el viento.

—Ya la fatiga quebranta
mi cuerpo desfalleciente,
traigo abrasada la frente
y hecha pedazos la planta.

¡No importa! yo seguiré
hasta otro mundo tras ella,
por una escondida huella
que ha de alumbrarme la fe.

Allí donde el corazón
no encuentra causa de llanto,
allí donde el desencanto
no es sombra de la ilusión.

—Sigue entonces, peregrino,
llevando mi adiós postrero,
¡ah! porque ningún viajero
se vuelve de ese camino.

—¡Por piedad! ¡Dime cuál es!
—Le estás pisando tú mismo...
—¡Cielos! ¡el inmenso abismo
que abre la tierra a mis pies!

—Tan sólo allí el corazón
no encuentra causa de llanto;
tan sólo allí el desencanto
no es sombra de la ilusión.

de Ricardo Gutiérrez,
en Poesías líricas, La cultura argentina, 1916.

martes, 8 de marzo de 2022

ATAVISMO

ATAVISMO   

Yo debo dar las gracias a mi raza judía 
que me ha hecho ahorrativa, 
mostrándome lejanos horizontes 
y adunando la prosa a la poesía. 

— El presente es la prosa 
y el sueño del mañana, poesía —. 

Hoy debemos sufrir — para nosotras 
esa es la ley suprema de la vida — 
pero el futuro puede ser en nuestras 
manos, dócil arcilla. 

Modelemos entonces las estatuas 
de nuestro porvenir, hermanas mías. 

de César Tiempo,
en Clara Beter - Versos de una..., Editorial Rescate, 1977.

lunes, 7 de marzo de 2022

Al pie de la diosa blanca

Al pie de la diosa blanca

Es cierto que te he traicionado.
Por años te pospuse con argumentos vanos.
¡Cómo desatendí tus llamados!
Quise taparme los oídos con la dorada
cera de las abejas, pero
no era de sirenas tu canto.
Hasta en sueños me perseguías
e hiciste yunque de mi pobre cabeza
y yo, necia, me negaba a obedecerte.
Pero prevaleciste, oh Diosa, sobre mí
y sobre la voluntad de quienes quisieron
encadenarme en el antiquísimo rol.
Tampoco puede decirse que fui cobarde
porque de algún modo supe resistir.
Te filtrabas, aliento que hinchó el alma.
He sobrevivido al menos, Diosa, y te hablo,
vencedora: soy tuya para siempre.

de Daisy Zamora,
en Entre los Poetas Míos... - Colección Antológica de Poesía Social Vol.90, Biblioteca Virtual Omegalfa, 2014.

domingo, 6 de marzo de 2022

Consideración del poema

Consideración del poema

No rimaré la palabra sueño
con la inconveniente palabra empeño.
La rimaré con la palabra carne
o con cualquier otra, que todas me convienen.
Las palabras no nacen amarradas,
saltan, se besan, se disuelven,
en el cielo libre apenas un dibujo,
son auténticas, amplias, puras, insuperables.

Una piedra en medio del camino
o apenas una huella, no importa.
Estos poetas son míos. Con todo orgullo,
con toda precisión se incorporaron
a mi fatal lado izquierdo. Robo a Vinicius
su más límpida elegía. Bebo en Murilo.
Que Neruda me dé su corbata
llameante. Me pierdo en Apollinaire. Adiós, Maiakovski.
Todos son mis hermanos, no son periódicos
ni deslizar de lancha entre camelias:
es toda mi vida que aposté.

Estos poemas son míos. Es mi tierra
y es aún más que ella. Es cualquier hombre
al mediodía en cualquier plaza. Es la lámpara
en cualquier pensión, si todavía las hay.
—¿Hay muertos? ¿hay mercados? ¿hay dolencias?
Es todo mío. Ser explosivo, sin fronteras,
¿por qué falsa mezquindad me rasgaría?
Que se depositen los besos en la faz blanca, en las nacientes
[arrugas.
El beso es todavía una señal, aunque perdida,
de la ausencia de comercio,
boyando en tiempos sucios.

Poeta de lo finito y de la materia,
cantor sin piedad, sí, sin frágiles lágrimas,
boca tan seca, pero ardor tan casto.
Dar todo por la presencia de los lejanos,
sentir que hay ecos, pocos, pero cristal,
no roca apenas, peces circulando
bajo el navío que lleva este mensaje,
y aves de pico largo confiriendo
su derrota, y dos o tres faroles,
¡últimos! esperanza del mar negro.
Ese viaje es mortal, y comenzarlo.
Saber que hay todo. Y moverse en medio
de millones y millones de formas raras,
secretas, duras. Ése es mi canto.

Es tan bajo que ni siquiera lo escucha
el oído a ras del suelo. Pero es tan alto
que las piedras lo absorben. Está en la mesa
abierta en libros, cartas y remedios.
Se infiltró en la pared. El tranvía, la calle,
el uniforme del colegio se transforman,
son olas de cariño que te envuelven.

¿Cómo huir al mínimo objeto
o recusarse al grande? Los temas pasan,
yo sé que pasarán, mas tú resistes
y creces como fuego, como casa,
como rocío en los dedos,
en la hierba, que reposan.

Ahora ya te sigo a todas partes,
y te deseo y te pierdo, estoy completo,
me destino, me hago tan sublime,
tan natural y lleno de secretos,
tan firme, tan fiel... Como una lámina,
el pueblo, poema mío, te atraviesa.

de Carlos Drummond de Andrade,
en 50 poemas escogidos, Fundación editorial el perro y la rana, 2008.

sábado, 5 de marzo de 2022

Sagrados son los gusanos...

Sagrados son los gusanos
sagradas las bacterias

pues en ellas acaban resumiéndose todas las formas de vida
pues en ellas confluyen siempre las formas de vida más alta.

de Jorge Riechmann,
en El corte bajo la piel, Editorial Bitácora, 1994.

viernes, 4 de marzo de 2022

DEPÓSITO LEGAL

DEPÓSITO LEGAL

Me lo dijo mi madre.
A ella también se lo dijeron:

Escúcheme, señora, yo
lo único que puedo garantizarle
es que su hijo ha entrado
vivo
aquí.
Ahora bien,
lo que ya no sé,
lo que ya no puedo asegurarle
es cómo va a salir.

Se lo dijo
el director de la provincial.
Mientras se lo estaba diciendo,
fuera,
en el patio de la segunda galería,
estaban a punto
de bajarse al Rana.
El Rana, de rodillas,
atragantándose con sus propias lágrimas,
suplicando
por su vida:

¡Por favor, tío!
¡No me mates!
¡Por lo que más quieras!
¡No me mates!
¡Haré todo lo que tú me pidas!
¡De legal, tío! ¡Todo!
¡Te lo juro por mis hijos!
¡Por todos mis muertos!
¡Pero por favor!
¡Por favor te lo pido!
¡No me mates!

La primera mojada,
con un pincho sacado de la pata de una cama,
un conan,
le entró por la boca abierta,
le atravesó la lengua, la garganta
y                     salió por la espalda.
La segunda se la espetaron en la nuca.
Le rompió los dientes
y                     terminó de reventarle
la cabeza.

de David González,
en El demonio te coma las orejas, Biblioteca Omegalfa, 2020.

jueves, 3 de marzo de 2022

COMO TÚ...

COMO TÚ...

Así es mi vida,
piedra,
como tú; como tú,
piedra pequeña;
como tú,
piedra ligera;
como tú,
canto que ruedas
por las calzadas
y por las veredas;
como tú,
guijarro humilde de las carreteras;
como tú,
que en días de tormenta
te hundes
en el cieno de la tierra
y luego centelleas
bajo los cascos
y bajo las ruedas;
como tú, que no has servido
para ser ni piedra
de una Lonja,
ni piedra de una Audiencia,
ni piedra de un Palacio,
ni piedra de una Iglesia;
como tú,
piedra aventurera;
como tú,
que, tal vez, estás hecha
sólo para una honda,
piedra pequeña
y ligera...

de León Felipe,
en Antología Poética, Difusión Cultural. Universidad Nacional Autónoma de México, 1994 / Cuadernos de CAUM, 2018.

miércoles, 2 de marzo de 2022

Balada de las focas

Balada de las focas

Duerme papá foca como un lumpen
y mamá foca adora a su hijito:
como si fuera un caramelo,
lleva en sus dientes un pececito
a su foquita de ojos castaños
a la que llama "Mocosita".

¡Ah, focas semejantes a niños!
Podríais vivir en este mundo tranquilas,
pero en el programa comercial
ya hace mucho que fuisteis incluidas.
Y no saben las mamás focas
que hay cables telegráficos
volando de Moscú a nuestro barco.

Y que, ahora, en un lugar de Boston,
en una gran subasta de pieles,
hay un comerciante radiante
extendiendo cheques cordialmente
y exclamando: "¡Paz y amistad!
¡Paz y russian foca!"

Para que una dama
delgada como un palo
pueda envolver con pieles sus huesos,
alguien de rostro importante
por el morse nos envía
órdenes que se clavan en los sesos.

¡Ah, focas! Os amamos,
pero os golpeamos con porras
porque el país lo exige.
Os pegamos en los ojos con saña
porque sois divisas, oh focas,
y las divisas nos hacen falta.

Lloran y lloran las focas,
a sus hijos protegen bajo la panza,
pero no les podemos tener lástima.
Y otra vez les pegamos con las porras.
Lamiendo nuestras botas,
nos miran suplicantes los ojos de las focas.

Lloran y lloran las focas...
Si hiciéramos el mundo otra vez
(pero es, al parecer, algo imposible),
¡ah, cómo os amaríamos, focas!
No os pegaríamos nunca, focas.
Os invitaríamos a vodka
y jugaríamos al dominó con vosotras.

¡Todo ha ido bien! ¡Doblamos el plan!
Nos felicitarán en nuestro gremio.
¿Por qué estás triste como un arenque?
¡Con dinero no hay nunca tristeza!
Con tu sueldo te podrás comprar
el mejor de los televisores.
¡Que te levante el ánimo el partido
de fútbol que se juega hoy en Madrid!

Pero con pena amarga,
borracho, a tu mujer,
le alzas la mano, amenazándola,
y tus nervios no pueden ya aguantar...
Y tiemblas, porque sus ojos suplicantes
te miran como los ojos de una foca.

de Yevgueni Yevtushenko,
en Entre los Poetas Míos... - Colección Antológica de Poesía Social Vol.56, Biblioteca Virtual Omegalfa, 2013.
Versión de J. López Pacheco sobre traducción directa del ruso de Natalia Ivanova

martes, 1 de marzo de 2022

Opa

Opa

Si hoy te basta
con un BUENDIA
BUENDIA entonces
Compañero.

de Hugo Leyton,
en Escritos de la cárcel (la expresión poética de los presos políticos), Centro Integración Cultural, Vol.1, 1986.