No vivimos por siempre. Hubo un tiempo
cuando osamos creernos inmortales
y a cara o cruz en un arranque súbito
nos jugamos destinos y revanchas.
No éramos dioses pero lo creímos.
Pensamos que al andar se hace camino
cual dijeron Machado y otros tontos.
Y así, transidos pasajeros terrestres,
echamos mano al colt y al explosivo
sangrando en cada desgarrón.Vivimos
un instante tan sólo. Suficiente.
de Hiber Conteris,
en Escritos de la cárcel (la expresión poética de los presos políticos), Centro Integración Cultural, Vol.1, 1986.