Las palabras necesitan de un contexto histórico, político, social, cultural, económico y biográfico para significar. Exhorto a lxs lectorxs/militantes a realizar un viaje de conocimiento acerca de lugares, tiempos y autorxs para enriquecer la experiencia literaria que propongo en este espacio. Gracias.
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martes, 5 de septiembre de 2023

Evangélica XV (fragmentos)

 (fragmentos)

4.

No hay caridad verdadera que no se enferme, o que no se manche.

9.

El dolor no huele a vinagre aromático, ni habla en verso, ni se lamenta gramaticalmente, ni va a cenar a la fonda, como los cómicos, después de llorar.

18.

El corazón del bueno es comparable a las vendas que circundan y protegen a las heridas: a medida que éstas van cicatrizando, aquéllas van arrojándose impregnadas de pus y de sangre.

De Almafuerte
en Almafuerte - Poesías, Losada, 1998.

martes, 22 de junio de 2021

Evangélicas

Evangélicas

15.—Los correctos y los inofensivos, son
los que no quieren poner nada de lo suyo,
ni siquiera un minuto de cavilación, en la
brega humana; los que se ríen por dentro de
lo mismo que aplauden y fingen respetar
ostensiblemente: los que explotan el sudor
de los demás, como los malos clérigos el sacrificio
de Jesús.
16.—Ellos, los correctos y los inofensivos,
son los que viven a la sombra de un orden de
cosas establecido, sin tener siquiera la nobleza
de defenderlo; los que aguardan en silencio
la implantación definitiva de cualquier reforma,
para presentarse después, con el plato
en la mano, a recibir su parte de pitanza;
los que han descubierto que la vida de pasividad
es la más cómoda, aunque se desobedezca
al Nerón más atrabiliario: los canfinfleros
del dolor eterno.

de Almafuerte,
en Nuevas Poesías y Evangélicas, Claudio García Editor, 1918.

miércoles, 16 de junio de 2021

Evangélicas

Evangélicas

No te preocupe la murmuración, nada más
que en la parte de verdad y de razón que ella
tenga.
2.—Refiere todos tus actos al bien ajeno;
pero, muy pocos do ellos al juicio ajeno.
3.—Sé discreto, prudente y conciliador; pero,
no tanto, que reniegues de ti mismo.
4.—El que tiene un concepto humano de
las cosas, no se debe al que dirán, sino a sus
propias ideas.

de Almafuerte,
en Nuevas Poesías y Evangélicas, Claudio García Editor, 1918.

martes, 8 de junio de 2021

Evangélicas

Evangélicas

7.—El que llegó sin haberlo pretendido,
no es el hijo de sus propias obras.
8.—No todos los que se ufanan en las cumbres
subieron a ellas; muchos están allí, como
los yacimientos de ostras en lo más alto de
ciertas montañas, merced a cataclismos sociológicos:
también se puede rozar las nubes
con la frente por elevación inesperada del
suelo que se pisaba.
9.—No creas en la heroicidad de ningún
héroe, si no se despoja de su túnica y te
muestra las cicatrices.

de Almafuerte,
en Nuevas Poesías y Evangélicas, Claudio García Editor, 1918.

viernes, 5 de agosto de 2016

A la Libertad

A la Libertad*

Como del fondo mismo de los cielos
el sol eterno rutilante se alza,
como el seno turgente de una virgen
al fuego de la vida se dilata;
Así radiosa,
y así gallarda,
se levantó del mar donde yacía
la exhuberante tierrra americana.
Como prende su túnica de raso
con su joya mejor, la soberana,
como entre todas las estrellas reina
el lucero magnífico del alba;
Así pulida,
y así gallarda,
sobre todos los pueblos de su estirpe,
resplandor y joyel, ¡surge mi patria!
Como buscan la luz y el aire libre
las macilentas yerbas subterráneas,
como ruedan tenaces y tranquilas
al anchuroso piélago, las aguas;
Así sedienta,
y así pordiada,
la triste humanidad se precipita
al pie de la bandera azul y blanca.
¡Allí van congregándose a la sombra,
para formar después una montaña!
¡Allí van adheriéndose en el tiempo
partícula a partícula las razas.
Allí se funde,
y allí se amasa
el hombre, tal como surgió en la mente
del autor de los orbes y las almas.
Qué así pulida,
y así gallarda,
sobre todos los pueblos de su estirpe,
resplandor y joyel, ¡surgió mi patria!

De Almafuerte,
en Nuevas Poesías y Evangélicas, Claudio García Editor, 1918.
*Transcripción textual.

domingo, 31 de julio de 2016

Milongas clásicas (fragmento)

Milongas clásicas (fragmento)


La verdad es camaleón
De apariencias infinitas:
Ni dos veces la meditas
Con la propia entonación!

de Almafuerte,
en "Milongas Clásicas", Revista Ideas y Figuras, Año 1, número 8, Buenos Aires, 20 de julio de 1909.

martes, 26 de julio de 2016

Milongas clásicas (fragmento)

Milongas clásicas (fragmento)

Son las almas de combate
Manos puercas y callosas:
No las finas y olorosas
Y expresivas del abate!

No las llenas de donaire,
De tez cándida y pulida,
Que no hicieron en la vida
Mas que cruces en el aire;

Sinó aquellas aguerridas,
Dolorosas, maculadas,
Como vendas empapadas
En el pús de las heridas.

de Almafuerte,
en "Milongas Clásicas", Revista Ideas y Figuras, Año 1, número 8, Buenos Aires, 20 de julio de 1909.

domingo, 9 de junio de 2013

Siete sonetos medicinales

I
Avanti!

Si te postran diez veces te levantas 
otras diez, otras cien, otras quinientas:
no han de ser tus caídas tan violentas 
ni tampoco, por ley, han de ser tantas.

Con el hambre genial con que las plantas 
asimilan el humus avarientas, 
deglutiendo el rencor de las afrentas 
se formaron los santos y las santas.

Obcecación asnal, para ser fuerte, 
nada más necesita la criatura, 
y en cualquier infeliz se me figura 
que se mellan los garfios de la suerte...

¡Todos los incurables tienen cura 
cinco minutos antes de la muerte!

II
Più avanti!

No te des por vencido, ni aún vencido, 
no te sientas esclavo, ni aún esclavo; 
trémulo de pavor, piénsate bravo, 
y acomete feroz, ya mal herido.

Ten el tesón del clavo enmohecido, 
que ya viejo y ruin, vuelve a ser clavo; 
no la cobarde estupidez del pavo 
que amaina su plumaje al primer ruido.

Procede como Dios que nunca llora; 
o como Lucifer, que nunca reza; 
o como el robledal, cuya grandeza 
necesita del agua, y no la implora...

¡Que muerda y vocifere vengadora, 
ya rodando en el polvo, tu cabeza!

III 
Molto più avanti!

Los que viertan sus lágrimas amantes 
sobre las penas que no son sus penas; 
los que olvidan el son de sus cadenas, 
para limar las de los otros antes;

los que van por el mundo delirantes 
repartiendo su amor a manos llenas, 
caen, bajo el peso de sus obras buenas 
sucios, enfermos, trágicos, sobrantes.

¡Ah! Nunca quieras remediar entuertos; 
nunca sigas impulsos compasivos; 
ten los garfios del Odio siempre activos 
y los ojos del juez siempre despiertos...

¡y al echarte en la caja de los muertos, 
menosprecia los llantos de los vivos!

IV 
Molto più avanti ancora!

Esta vida mendaz es un estrado 
donde todo es estólido y fingido, 
donde cada anfitrión guarda escondido 
su verdadero ser tras el tocado:

No digas tu verdad ni al más amado, 
no demuestres temor ni al más temido, 
no creas que jamás te hayan querido 
por más besos de amor que te hayan dado.

Mira cómo la nieve se deslíe
sin una queja de su labio yerto, 
cómo ansía las nubes el desierto 
sin que a ninguno su ansiedad confíe:

Maldice de los hombres, pero ríe; 
vive la vida plena, pero muerto.

Moltissimo più avanti ancora!

Si en vez de las estúpidas panteras 
y los férreos, estúpidos leones, 
encerrasen dos flacos mocetones 
en la frágil cárcel de las fieras:

No habrían de yacer noches enteras 
en el blando pajar de sus colchones, 
sin esperanzas ya, sin reacciones, 
lo mismo que dos plácidos horteras;

Cual Napoleones pensativos, graves, 
no como el tigre sanguinario y maula, 
escrutarían palmo a palmo su aula, 
buscando las rendijas, no las llaves...

¡Seas el que tú seas, ya lo sabes: 
a escrutar las rendijas de tu jaula!

VI 
Vera violeta

En pos de su nivel se lanza el río 
por el gran desnivel de los breñales; 
el aire es vendaval, y hay vendavales 
por la ley del no fin, del no vacío;

la más hermosa espiga del estío 
ni sueña con el pan en los trigales; 
el más dulce panal de los panales 
no declaró jamás: yo no soy mío;

y el sol, el padre sol, el raudo foco 
que fomenta la vida en la Natura, 
por fecundar los polos no se apura, 
ni se desvía un ápice tampoco:

Todo lo alcanzarás, solemne loco... 
¡siempre que lo permita tu estatura!

VII
La yapa

Como una sola estrella no es el cielo, 
ni una gota que salta, el océano, 
ni una falange rígida, la mano, 
ni una brizna de paja, el santo suelo: 

tu gimnasia de jaula no es el vuelo, 
el sublime tramonto soberano, 
ni nunca podrá ser anhelo humano 
tu miserable personal anhelo.

¿Qué saben de lo eterno las esferas? 
¿de las borrascas de la mar, las gotas? 
¿de puñetazos, las falanges rotas? 
¿de harina y pan, las pajas de las eras?...

¡Detén tus pasos Lógica, no quieras 
que se hagan pesimistas los idiotas!

De Almafuerte
en Almafuerte - Poesías, Losada, 1998. 

Evangélicas

(fragmento)

5.

Vestir mejores ropas que los demás,
no es tener mejor carnadura que aquellos
que las visten remendadas, como el que sube
a una torre está más alto que los otros; pero,
no es más alto, por eso, que ninguno de los otros:
trata de merecerlo todo, hasta el aire que respiras.


6.

Procura no distinguirte de tus semejantes
nada más que por lo accidental y contingente:
que antes de recibir el aplauso ajeno,
ya te hayas aplaudido tú mismo; y que
al despojarte de tus vestimentas, de tu fortuna,
de tu alto puesto y aun de tu fama, no se
vaya ninguno de tus atributos esenciales dentro de
esas cosas, como se va la piel en un parche
cáustico, o como se queda sin dientes,
al acostarse, aquel que los lleva postizos.

10.

Solamente los muy simples y los muy
pillastres juzgan a las personas según los casos,
o por el peldaño que ellas pisan o por
la situación de espíritu que ellas atraviesan:
nunca seas ni tonto ni pillo, pero
si no has nacido capaz del término medio,
ojalá que prefieras el primer extremo...
¡y seas tonto!

17.

A los hombres se les conoce
por lo que desean, no por lo que les acontece.

20.

Pero es necesario que lo sepas, una
vez por todas y para siempre: por cada nido
de águilas, hallarás en la montaña
mil cuevas de sabandijas; y casi todos
los que lloran merecerían
ser ahogados en su propio llanto.

21.

Sin embargo, y a pesar de estas
amargas filosofías: respeta a cualquier hombre,
sin aguardar a que se lo merezca;
consuela a todos los que gimen,
sin necesidad de que te presenten
la documentación de su honradez; y no
castigues a nadie; porque no es el hombre,
sino la Providencia, quien merece
el apóstrofe, la cárcel y el patíbulo.

De Almafuerte
en Nuevas Poesías y Evangélicas, Claudio García Editor, 1918.

sábado, 8 de junio de 2013

La revolución

La revolución

Cuando de su pulmón el sonoro
resollar del titán que batalla;
cuando rompe los aires cerúleos
a enormes rebatos de viejas campanas;
cuando brilla su faz a las rojas
claridades del alma y las llamas;
cuando va deponiendo cabezas
ya rubias y locas, ya graves y calvas:

habrá siempre malignas y ocultas
filtraciones del hiel en su alma;
habrá siempre dos manos cubiertas
de gruesos diamantes que compren y aplaudan;
habrá siempre chispazos perdidos
que fulminen las trojes humanas;
habrá siempre fanáticos ebrios
que azucen al dogo por pura jactancia...

¡Habrá siempre jamás en tus puertas,
de valioso marfil incrustadas,
tajadura secreta por donde
vislumbre tu siervo verdades amargas! 
¡Habrá siempre detrás de tus tronos
un luzbel que les roa las gradas
y un bufón ofendido mostrando
que son deleznables montones de paja!

De Almafuerte
en Almafuerte - Poesías, Losada, 1998.

Confiteor Deo

(fragmento)

5.

Nadie comprende, ni remotamente,
aquello que no tiene en sus entrañas de algún
modo.

6.

Se ha soñado un otro mundo y una otra
vida, y se les ha poblado de todos los atributos
humanos y de todas las relatividades terrestres...
¡porque nada imagina el hombre que no
sea la reproducción de sí propio!

De Almafuerte
en Almafuerte - Poesías, Losada, 1998.

Mancha de tinta

(fragmento)

15.

Tu fe, tu esperanza y tu caridad
no son nada más que variedades de tu
interés.

De Almafuerte
en Almafuerte - Poesías, Losada, 1998.