LA INQUIETUD
TODO nuestro dolor nace de la inquietud;
Es el mal incurable como es nuestra salud;
Fuente de todo vicio y de toda virtud.
Inquietud, oh, fatal dolor de toda hora
Para el hipersensuado espíritu que implora
La calma azul y rosa de la inefable aurora!
Inquietud, mal constante del último minuto,
Avisor ojo en vela, de donde nace el fruto
Único, y del que surge el ideal impoluto.
Inquietud: de tí viene el deseo que aterra
Las noches, en que braman alma y materia en guerra,
Y se alzan las rosas más rojas de la tierra.
Inquietud, blanco ídolo viviente a nuestra vera
A cuyo influjo ardiente el alma siempre espera
Y eternamente sueña despierta la Quimera.
Fuente de todo vicio y de toda virtud,
Mal incurable, bálsamo de inefable salud,
Eres la flor más pura de nuestra alma, Inquietud.
de Evar Méndez,
en Antología de la Primavera, Ediciones Selectas América, Año II, n°30,1920.