Las palabras necesitan de un contexto histórico, político, social, cultural, económico y biográfico para significar. Exhorto a lxs lectorxs/militantes a realizar un viaje de conocimiento acerca de lugares, tiempos y autorxs para enriquecer la experiencia literaria que propongo en este espacio. Gracias.
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martes, 21 de agosto de 2018

A Chicha Mariani

- A los 94 años murió Chicha Mariani,
fundadora de Abuelas de Plaza de Mayo -

Déjenme un momento
que detenga mis pasos
porque tengo cansados
los ojos, los brazos,
es que son tantas plazas
mi nieto querido,
espejo del alma.
Es solo un respiro
hasta que vuelva la calma
a mis manos que tiemblan
con cada esperanza.
Me siento cansada
pero nunca vencida,
y si hoy tengo ganas
de quedarme dormida
es porque tal vez en un sueño
te regrese a mi vida
y se colme mi pecho
desterrando esa herida.
Cuiden mi pañuelo
testigo de mis días
compañero de luchas
mi antorcha encendida
y recuerden que tan solo
muere aquello que se olvida.
Estoy tan cansada
pero nunca vencida.

de Alejandro Ippolito,
en https://www.facebook.com/alejandro.ippolito.7 (21/8/18).
Poema ya publicado en el blog.

miércoles, 20 de diciembre de 2017

Te miro y...

Estos son los Diputados
TRAIDORES DEL PERONISMO
que se pusieron la camiseta de "Cambiemos"
para ajustar a los Jubilados,
a los combatientes de Malvinas
y a los beneficiarios de la AUH.-

NO NOS OLVIDAREMOS

Pablo Kosiner (Salta), 
Beatriz Ávila (Tucumán), 
Juan José Bahillo (Entre Ríos), 
Juan Brugge (Córdoba), 
Paulo Cassineiro (Córdoba), 
Mayda Cresto (Entre Ríos), 
Verónica Derna (Misiones), 
Daniel Di Stéfano (Misiones), 
Jorge Franco (Misiones), 
Martín Llaryora (Córdoba), 
Gladys Medina (Tucumán), 
Flavia Morales (Misiones), 
Juan Mosqueda (Chaco), 
Alejandra Vigo (Córdoba), 
Ricardo Wellbach (Misiones), 
Pablo Yedlin (Tucumán) 
y Miguel Zottos (Salta).



Te miro y al mismo tiempo
se me pudre la mirada,
traidor a la memoria,
traidor a nuestra tierra,
traidor a la patria.

Te escucho y algo que hierve
se retuerce en las entrañas,
traidor a la vida,
traidor a los sueños,
traidor al mañana.

Tengo ganas de pisarte la sombra
para que no puedas andar
sin arrastrarte,
buitre de los nuestros,
chacal carroñero,
miserable verdugo,
artesano del desastre.

Hacedor de agonías,
pobre entre los pobres
con los bolsillos llenos,
el ácido beso de judas
en la mejilla del pueblo.

Quiero que cada mañana
te quemes en el espejo
y que valga cada lágrima
cuando caiga en tu desierto.

Desgarraste la bandera
feliz entre los cuervos,
no habrá futuro posible
que se trague tu recuerdo.

Porque somos aquellos
que regresarán de la historia
cuando se agoten las horas
frente al portal de los muertos.

Traidor será tu nombre
desde este mismo momento.

de Alejandro Ippolito,
en https://www.facebook.com/alejandro.ippolito.7 (20/12/17).

miércoles, 5 de octubre de 2016

121

121

Regresas hoy a ese vientre primero
acurrucado como un sueño en el regazo,
regresas también a tu nombre y en mil pedazos
se quiebra la sonrisa triunfal del carcelero.
Hoy eres hijo por fin, has retornado,
ya no hay más mentiras frente al brutal espejo
porque no existe otra cosa en tu mirada que el reflejo
de aquellos que fuimos en un rincón de tu pasado.
Respira profundo, ya estás en casa,
hay un nuevo color en el cielo y en el viento
que pinta cada huella que te trajo a este momento,
sos la esperanza feliz de un pueblo que te abraza.

de Alejandro Ippolito,
en https://www.facebook.com/alejandro.ippolito.7?fref=nf (5/10/16).

miércoles, 28 de septiembre de 2016

S/Tít (Cuando el verdugo se sienta en el sillón del juez...)

Cuando el verdugo se sienta en el sillón del juez
el horizonte se yergue vertical
y se inclina a la derecha la balanza,
los demonios se visten como ángeles 
santiguándose libres de todo mal 
y entonces la espera pierde su esperanza.

Cuando el verdugo se sienta en el sillón del juez
la lluvia comienza a caer del suelo
las nubes, simplemente, se arrastran por el mar
y los árboles hunden sus raíces en el cielo.

Cuando el verdugo se sienta en el sillón del juez
cuidando las formas y con gesto amable
afila su cuchilla mientras interroga
al que, de todas formas, señalará culpable.

Cuando el verdugo se sienta en el sillón del juez
los pájaros caminan y vuelan los cerdos
las espinas se clavan en las yemas de las flores
y los únicos locos que existen son los cuerdos.

Cuando el verdugo se sienta 
en el sillón del juez
se asombran los asombros 
y se tiemblan los miedos,
se desempaloman todas las palomas 
y se naufragan de una en una las mañanas,
se retrasan mansamente los atrasos, 
se apresuran las perezas,
se hierven los hielos 
y los engaños se desengañan.

Cuando el verdugo se sienta en el sillón del juez
se nos pone de piedra la piel de tanto rascarnos el asco,
los ojos tratan de no ver, los párpados son ventanas de papel
que se abren y se cierran con el mismo resultado.

Se insultan los amores, se acarician con las garras,
se gritan los silencios y se besan las brasas.

Todo se retuerce, se da vuelta, se arrodilla y se disuelve
cuando el verdugo se sienta en el sillón del juez,
se entregan las banderas, se desguaza el futuro
y en la historia solo existe aquello que no es.

De Alejandro Ippolito,
en https://www.facebook.com/alejandro.ippolito.7?hc_ref=NEWSFEED&fref=nf (20/9/16). 

lunes, 26 de septiembre de 2016

S/Tít (Yo he visto al demonio...)

Yo he visto al demonio
comulgando de rodillas
y al general tibio en su refugio
de borracho,
mientras en otras líneas
sucedía la guerra
y anidaba el horror
en los niños disfrazados de soldados.

He visto caer desde lo alto
los cuerpos de las deudas
sin deudores
y estrellarse contra el suelo
simplemente
para alejar de los bancos
sus temores.

He sentido el ácido sabor de las monedas
recorriendo el paladar de los chacales
en su festín de jauría sin fronteras
tragando sangre para purgar sus males.

Fui testigo de la muerte embanderada
escondida detrás de crucifijos,
escupiendo los doce mandamientos
en su mentira que construye catedrales.

Vi al hombre arrastrándose ante el hombre
suplicándole clemencia al poderoso
y me quemaron los oídos carcajadas
que rompieron uno a uno mis cristales.

La risa demencial de los dioses de barro
afilando sus colmillos
con los huesos de los pueblos,
paseándose entre escombros
y almas en ruinas,
condenadas al infierno bajo el cielo.

Son los mismos que bailan todavía
en medio del dolor y la agonía
los que en sus jornadas,
sin días y sin noches,
celebran su desprecio por la vida.

Pero esos buitres ven que peligra su trabajo
cuando asoma en el umbral un hombre bueno,
una Madre, un obrero, algún cantor
que convierte el terror en melodía.
Es la alquimia, ese fuego redentor
que arde siempre en el altar de la esperanza,
esa brisa que recorre nuestra historia,
es la memoria que nos une y nos abraza.

Yo lo he visto todo
desde el tiempo,
atravieso las luces
y las sombras,
soy la palabra final
soy la conciencia,
el temblor inicial,
mágica esencia,
soy el hombre bueno en el umbral,
la Madre, el obrero y el cantor
soy la llama que no cede ni se apaga,
esa voz de la garganta popular
que multiplica la vida cuando canta.


De Alejandro Ippolito,
en https://www.facebook.com/alejandro.ippolito.7?hc_ref=NEWSFEED&fref=nf (23/9/16).



jueves, 30 de junio de 2016

La mente se pudre...

La mente se pudre...

La mente se pudre.
 La mente es carne 
 y mucho antes que el cuerpo se pudre.
 Si no se mueve, si no se duda, 
 si no se busca en los rincones, se pudre.
 Si no se sospecha de los impostores,
 si no se educa en la discusión
 y los debates,
 si no se aceitan sus pliegues con
 lo mejor de las palabras,
 se pudre.
 Si no se prospera en las razones
 aunque se falle,
 si no se convoca a la memoria
 para que ilumine los abismos insondables,
 se pudre.
 Cuando se toma todo como está,
 cuando escasean las herramientas
 para sopesar posibilidades,
 cuando se nutre de bestialidades,
 de supersticiones, de ciencia falsa,
 cuando colman su espacio
 las engañosas realidades 
 que le imponen las pantallas,
 se pudre.
 Cuando no le importa, 
 cuando no le interesa,
 cuando le da lo mismo, 
 se pudre.
 Cuando aplaude la estupidez y
 se ríe a carcajadas con la burla imbécil
 mientras señala al bufón que la mira
 en el espejo,
 se pudre.
 Mucho antes que nos alcance la muerte,
 apenas nos decidimos a ignorar por cobardía y
 explorar los caminos de una vida vacía,
 desde que nos dejamos ganar las horas 
 por los mercaderes siniestros de la orquestada mentira,
 la mente se entrega a una triste agonía
 y entre aplausos y gritos celebra la nada,
 la superficie plana que le reserva su apatía,
 un destino de borracheras con el alcohol del olvido,
 un licor que anestesia todos los sentidos.
 La mente se pudre,
 si no se la empuja y se le exige a gritos que despierte,
 para que abandone lo absurdo 
 y despegue las rodillas del suelo,
 para que no distraiga sus días masticando anzuelos
 arrojados desde la orilla de los dueños del mundo.
 La mente se pudre si no se piensa,
 si no se filtra, si no se ensayan las propias palabras
 para explicar el universo, si no nos volvemos poetas,
 filósofos, alquimistas del sueño, 
 abogados del diablo y fiscales del pueblo.
 Si no nos damos cuenta que nos están comiendo,
 que nos dan cuerda y nos arrojan al cemento
 para que bailemos al son de una comparsa de silencios,
 la mente se pudre como se nos pudre el tiempo.

de Alejandro Ippolito,
en https://www.facebook.com/alejandro.ippolito.7?fref=nf&pnref=story (28/6/16).

miércoles, 15 de julio de 2015

Mentime que me gusta

Mentime que me gusta

¿Qué harás hoy con la tibia arcilla de la verdad?
¿Utilizarás tu alquimia para transformar el oro en barro
y el agua de las fuentes brotará convertida en tu veneno?
Allí irán a beber felices las sombras de los hombres,
los despojos tristes, los ciegos de ojos bien abiertos.
Esa es tu tarea desde siempre, corromper la realidad
para torcer los días, quebrar las voces que no repiten
tu eco sucio, ignorar lo que se sabe 
para mostrar lo que no existe.

De Alejandro Ippolito,
en La Trinchera Nacional y Popular (Facebook).
https://www.facebook.com/groups/1508465146084650/1599921276939036/?ref=notif&notif_t=group_activity (15/7/2015).

viernes, 3 de julio de 2015

S/Tít (En memoria de los actores desaparecidos y asesinados durante la última dictadura militar)

En memoria de los actores
desaparecidos y asesinados
durante la última
dictadura militar (1976-83). 

Un telón de tiempo se mueve
lentamente ante mi sombra.
Acurrucado sobre el suelo áspero
de mi último escenario,
espero la luz cegadora,
la que me llama a escena,
la que en cada hora
me fulmina el sueño.

Desgarradores gritos
-que por momentos son los míos-
recorren los pasillos del macabro teatro.

Tengo las manos frías,
oscuras, extrañas,
me repito una y mil veces
“es una ficción”
“soy un personaje”
mi carne se tropieza entre las púas
y sin embargo me sostengo, de pie,
frente a la platea desbordante de silencios.

No recuerdo la letra,
ni siquiera mi nombre,
mis dedos no reconocen
la máscara que me araña el rostro.
No hay aplausos en esta última noche,
solo amargas carcajadas en mitad de la tragedia
diálogos absurdos, apuntadores mudos.

Y esa maldita luz que me acribilla la cara.

En mitad de la agonía vuelven a mí los aplausos,
la caricia que se posa sobre el filo de las heridas,
la música del público que grita mi nombre
y lo levanta por sobre todas las cosas.

No puedo dejar de sonreír
mientras las lágrimas bautizan mis labios,
tiendo mis manos para iniciar la reverencia,
dedos ausentes me encuentran y se aferran,
compañeros de escenario que regresan
para la última función.

Me inclino hacia adelante,
las maderas crujen
su melodía cansada
y me dejo caer hacia el cielo
en el momento justo
en que ya no hay nada.

El público murmura
mientras se aleja
y entonces escucho las voces
que rezan en la penumbra
de la sala desierta:
Somos artistas,
testigos de la historia,
guardianes del tiempo,
la vida y la memoria.
Espejos de los otros,
una burla sin miedo,
simples mentiras
jugando un juego,
no somos cenizas,
somos el fuego.

de Alejandro Ippolito,
en La Trinchera Nacional y Popular (Facebook).
https://www.facebook.com/groups/1508465146084650/1595780014019829/?ref=notif&notif_t=group_activity (3/7/15).


jueves, 4 de junio de 2015

Ni una menos

Ni una menos

Ni una gota menos 
en este océano sereno,
para que pueda seguir siendo 
océano y sereno.
Ni una chispa menos 
en este fuego que
danza su tibia felicidad
para que pueda seguir siendo
felicidad que danza.
Ni una lágrima menos
por la emoción que vibra
en el borde de cada maravilla
para que pueda seguir siendo 
emoción y maravilla.
Ni una arruga menos
en el rostro de las madres
que se vuelven abuelas 
por la caricia del tiempo
para que sigan siendo madres
y abuelas 
y caricias del tiempo.
Ni un suspiro menos 
en los laberintos del viento,
ni una hoja menos 
sobre la espalda del otoño,
ni un grano de arena menos
en cada lejano desierto,
ni un solo paso atrás
en la memoria 
de nuestros muertos.
Ni una palabra que hiera
ni una mano que apriete
ni un insulto que sacuda
ni una prisión sin las rejas,
ni una soga
ni un puño
ni un azote
ni una piedra.
Ni una pantalla que denigre
ni una página que duela
ni un lugar en la vidriera
para que se muestre y se venda.
Ni una burla,
ni un desprecio,
ni un dedo que señale,
ni una amarga condena.
Ni una mujer menos
por la furia de las bestias,
ni una mujer menos
por la justicia siniestra,
ni una mujer menos
por la masiva ceguera
que nos apaga los ojos
y nos miente lo que vemos.
Hoy seremos el eco
de las voces que se perdieron:
NI UNA MENOS

De Alejandro Ippolito,
en https://www.facebook.com/groups/1508465146084650/1585330401731457/?ref=notif&notif_t=group_activity // https://www.facebook.com/alejandro.ippolito.7?fref=nf (4/6/2015).

lunes, 11 de mayo de 2015

S/Tít (Padre Mugica)

(Al Padre Mugica*)

Fue apenas un resplandor,
ni siquiera sintió el calor
que quería cocinarle el alma
y él, que era del barro y de la tierra
cayó de rodillas para mirar el cielo.

Las lágrimas cruzaron cicatrices
en los rostros olvidados,
perdidos en el tiempo,
empujados a las sombras
para volver al miedo.

El padre de los pobres,
el padre nuestro,
tendido sobre el mundo
que se volvió un misterio,
un zarpazo frío,
de vinagre y hielo.

Cuantos ángeles pobres
detuvieron su vuelo
cuantos pies descalzos
volvieron al suelo,
al hambre sin nombre,
al detrás, 
al afuera,
al debajo, 
al desierto,
aquel día en que Cristo
desclavó sus manos
para abrazar un muerto.

De Alejandro Ippolito,
en https://www.facebook.com/alejandro.ippolito.7?fref=nf (11/5/15).
* Nota del editor del blog.

viernes, 24 de abril de 2015

S/Tít (Genocidio Armenio)

La esperanza camina sobre el agua.
La muerte también
La muerte y la esperanza se cruzan
en laberintos incontables
iluminando o enterrando bajo sombras
los motores de los hombres.
Bienvenidos los piratas honorables
que llegan por el mar a devorar culturas,
dioses de hojalata 
que bautizaron con su espada
a los infieles.
Malditos los escapados 
del horror y de la guerra,
los que ocultan su miseria tras la máscara 
desesperada de un pobre sueño.
Bienaventurado el imperio omnipresente
con su muestrario de bajezas y maldades,
bienllegados y bienquedados
en tierras saqueadas con buen juicio
y para orgullo de vuestras majestades.
Todavía hay un rincón en este mundo
donde hemos preferido olvidar un pueblo,
para que la tenue memoria de los hombres
los diera por perdidos 
y por bien muertos.
La historia oscura de los tiempos
es el horror atravesando los milenios,
poblando sus páginas con lágrimas 
que no rozan el dolor de los Armenios.
Su ayer se hizo ceniza en el desierto
y un mar de huesos mezclados con las piedras
nos recuerdan que, para algunos, son lo mismo 
los huesos y la piedras.
Todavía nos queda lugar entre los brazos,
recojamos las almas que han caído
y poblemos los rostros de ojos abiertos
para que se haga voz Armenia en la garganta
porque aquello que nombramos 
no se ha muerto.
De Alejandro Ippolito,
en La Trinchera Nacional y Popular (https://www.facebook.com/groups/1508465146084650/?fref=nf), 24/4/15.

jueves, 23 de abril de 2015

S/Tít (Trata de personas/abuso sexual)

No pienses,
todo se detiene,
se ahogan los minutos 
enterrados en las horas 
de los días 
de los meses 
de los años,
se demoran todas las urgencias 
y se quiebran los silencios 
tan solo por nombrarte.
No hay viento entre las hojas de los árboles 
que se hunden en la tierra 
con los pies desnudos para beber la sangre 
del mundo que llueve desde tus ojos 
que se pierden en la más absoluta soledad
¿quién? 
¿por quién preguntas? 
¿donde se fueron todas las cosas 
que abrazabas cuando eras apenas una niña 
que no esperaba la dentellada del mundo?
Se ha caído ya la última sombra, 
ya nadie te sigue, 
nadie espera, 
nadie llama, 
nadie.
El desfile de indolentes miserables 
se sucede una y otra vez sobre tu carne 
que se quema lentamente 
y los elásticos lloran por vos 
chirriando su melodía del asco,
Afuera todo sigue, 
las escaleras 
las luces 
los pasos 
las alcantarillas 
los expedientes 
los odios 
las virtudes,
todo es peor que ayer.
Algunas vidas se pierden 
antes de empezar 
detrás de la carcajada 
bestial de los mercados.
Una cosa más,
sólo una cosa más,
triste cosa,
pobre cosa lastimada,
tan muerta 
que apenas puede respirar.
¿quién? 
¿por quién preguntas? 
¿quien es mamá?

De Alejandro Ippolito,
en https://www.facebook.com/alejandro.ippolito.7?fref=nf (23/4/15)

miércoles, 15 de abril de 2015

Hasta siempre y gracias Josefina de Paludi - 14 de Abril 2015

Hasta siempre y gracias Josefina de Paludi 
- 14 de Abril 2015

Perdónenme la desprolijidad de estas líneas apuradas entre las urgencias del día, entre carpetas y gente que deambula en la jornada, pero no podía irme sin decir nada de esta nueva tristeza de la que me acabo de enterar. Ustedes sabrán comprender, como siempre.

Déjenme un momento
que detenga mis pasos
porque tengo cansados
los ojos,
los brazos,
es que son tantas plazas
mi nieto querido,
mi hijo del alma.
Es solo un respiro
hasta que vuelva la calma
a mis manos que tiemblan 
con cada esperanza.
Me siento cansada
pero nunca vencida,
y si hoy tengo ganas
de quedarme dormida
es porque tal vez, 
en un sueño,
te regrese a mi vida
y se colme mi pecho
desterrando esa herida.
Cuiden mi pañuelo,
testigo de mis días,
compañero de luchas,
mi antorcha encendida
y recuerden que tan solo
muere aquello que se olvida

Estoy tan cansada
pero nunca vencida.

De Alejandro Ippolito,
en La Trinchera Nacional y Popular (https://www.facebook.com/groups/1508465146084650/?hc_location=ufi), 14/4/15.

martes, 14 de abril de 2015

Hay algunas muertes viejas que matan todavía...

Pablo Germán Athanasiu Laschan - Eduardo Galeano / Abril 2015

Hay algunas muertes viejas que matan todavía. 
Guadañas oxidadas que salen de ronda 
tajeando los rincones de la frágil memoria. 
Hay fantasmas sanguinarios 
que se hacen carne por un momento 
en las manos de los renacidos,
los recuperados, los reaparecidos.
Hasta allí no llegan los abrazos 
ni todas las canciones 
ni las lágrimas lloradas 
sobre las sombras de otros días. 
Hay que saber que algo se pierde 
cuando se gana tanto, 
algo nos muerde desde el espanto, 
alguien puede caer desde lo alto 
donde el sol quema más que la furia 
y se traga las alas de un solo bocado. 
En estos días se nos rompe el cielo, 
se retuercen las horas, 
se nos pierde el tiempo, 
se nos ha ido Galeano 
y, de su mano, un Nieto.
tan querido y tan buscado, 
tan quieto. 
Inmóvil frente a la mentira, 
temblando frente a un espejo que nunca fue cierto.
La venas abiertas y el Nunca Más en un rezo, 
como una cuchilla que se esconde en el pecho, 
se han ido despacio Galeano y un Nieto, 
sin permiso de nadie, sin perdones ni peros, 
y sin más equipaje que el que cargan los huesos.

de Alejandro Ippolito,
en La Trinchera Nacional y Popular (https://www.facebook.com/groups/1508465146084650/?hc_location=ufi), 13/4/2015.

jueves, 5 de marzo de 2015

Los imagino...

Los imagino sonrientes frente al espejo,
reforzando el maquillaje,
lustrándose los odios,
ajustándose el nudo de la bronca en la garganta.
Me convidan a marchar
tomando la sudorosa mano de los injustos,
los dedos crispados 
de los que pretenden volver a torturar,
la delicada diestra de la dama que protege a los chacales.
Me convidan a marchar
los fantasmas que quieren regresar desde las sombras,
esos algunos que pretenden ser los todos,
esos mismos que siempre fueron nadie.
Cada uno disfrazando su grito envenenado
en una marcha del silencio y del honor
que no tiene ni honores ni silencio.
Me convidan a marchar 
los que arañan el vientre de la tierra,
los que muerden el cuello de la patria,
los absurdos, los miserables, los malvendidos.
Golpean a mi puerta 
porque no hay respuesta en los cuarteles,
porque la tapa del diario ya no alcanza,
porque a sus tristes marionetas 
se les notan demasiado los piolines.
Me convidan a marchar
los que nos empujaron al borde del abismo
los que quemaron las urnas, los que mataron al indio,
los que vaciaron las arcas, los que arrojaron a las madres al río
aquel día en que el cielo y el infierno fueron lo mismo.
Me convidan a marchar 
los custodios del horror,
los socios de la muerte,
los amigos de los buitres,
los que hundidos en sus nidos de carroña
siempre están esperando que alguien se olvide.
Los que pudren todo lo que tocan,
los que escriben con sangre en el teclado,
los que sonríen cuando se quema la esperanza,
los que hicieron negocios con el espanto.
Golpean a mi puerta
con sus manos mugrientas,
con sus guantes blancos,
y me convidan a marchar
porque no entienden
que hace muchos años que marchamos,
con las madres, con las abuelas, con los que 
desaparecieron, con todos los que ellos sepultaron,
con los que empujaron a los márgenes del tiempo,
con los humildes, los sin nombre, los postergados.
Marchamos por la memoria de los pueblos,
con el nombre limpio de nuestros hermanos,
con los que jamás eligieron el silencio,
con aquellos que no se olvidan del pasado.
No golpeen a mi puerta con mentiras,
nosotros hace años que marchamos.

De Alejandro Ippolito,
en https://www.facebook.com/alejandro.ippolito.7, 17/2/15 (5/3/15).