Las palabras necesitan de un contexto histórico, político, social, cultural, económico y biográfico para significar. Exhorto a lxs lectorxs/militantes a realizar un viaje de conocimiento acerca de lugares, tiempos y autorxs para enriquecer la experiencia literaria que propongo en este espacio. Gracias.

viernes, 24 de junio de 2016

Dioses

Dioses

Los dioses de marfil,
y los dioses de ébano,
y los dioses de diamantes y jade,
posan silenciosamente en las repisas de sus templos
mientras la gente
les teme.
Sin embargo, los dioses de marfil,
y los dioses de ébano,
y los dioses de diamante y jade,
son tan sólo marionetas insignificantes
creadas
por esa propia gente.

de Langston Hughes,
en http://www.poemhunter.com/poem/gods-6/ (8/6/16).
Traducción de Félix Sánchez Durán.

miércoles, 22 de junio de 2016

Autorretrato

Autorretrato 

1
Soy Pinochet, el Funeral Verdugo,
el gran Funeralísimo chileno.
Tengo por alma un batallón de cieno
y por cabeza un general tarugo.

Cuando mato me arrugo y desarrugo
como culebra de mortal veneno;
chupo la sangre y todo lo gangreno
con mis flechas gamadas bajo el yugo.

El más odiado y escupido soy
de la fétida rastra de fecales
ratas que vomitó letrina oscura.
Soy Pinochet, es esto lo que doy:
la libertad para los criminales
y para el pueblo ni la sepultura.


Achtung! De Chile al fin escalé el trono
yo, Pinochet, el funeral comprado
sobre un gran Presidente asesinado,
con cuya viva sangre me corono.

Yo soy el que encarcelo y encañono
a un valeroso pueblo desgarrado.
El mirarlo a mis pies exterminado
es la gloria más alta que ambiciono.

Achtung, achtung! La historia de mañana
ya me nombra en la era hitleriana
vil asteroide y yanki aborrecido,
aunque entre tanto para el mundo entero
soy Pinochet, tapón de estercolero
y el Gran Funeralísimo vendido.

3
Gran Presidente: mírame mordiendo
tu poderosa sangre acribillada.
Soy Pinochet, el de la mano armada,
el asesino de la mano ardiendo.

Heme aquí babeando y escupiendo
sobre tu viva imagen destrozada,
viejo vampiro urgido de la nada
para sorber la luz que ibas abriendo.

Gran Presidente: soy lombriz, gorgojo,
hijo espúreo de escoba y estropajo,
pulga servil pagada por la gente
que aplasta al hombre como aplasta un piojo
el más mínimo y triste renacuajo,
difunto ya a tus pies, Gran Presidente.

de Rafael Alberti,
en Entre los Poetas Míos... - Colección Antológica de Poesía Social Vol.21, Biblioteca Virtual Omegalfa, 2013.

domingo, 19 de junio de 2016

Día del servicio doméstico

Marzo
30

Día del servicio doméstico

Maruja no tenía edad.
De sus años de antes, nada contaba.  De sus años
de después, nada esperaba.
No era linda, ni fea, ni más o menos.
Caminaba arrastrando los pies, empuñando el plumero,
o la escoba, o el cucharón.
Despierta, hundía la cabeza entre los hombros.
Dormida, hundía la cabeza entre las rodillas.
Cuando le hablaban, miraba el suelo,
como quien cuenta hormigas.
Había trabajado en casas ajenas desde que tenía memoria.
Nunca había salido de la ciudad de Lima.
Mucho trajinó, de casa en casa, y en ninguna se hallaba.
Por fin, encontró un lugar donde fue tratada
como si fuera persona.
A los pocos días se fue.
Se estaba encariñando.

De Eduardo Galeano,
en Los hijos de los días, Siglo XXI, 2012.

viernes, 17 de junio de 2016

Democracia

Democracia

La democracia no vendrá
el día de hoy, ni este año,
ni nunca,
a través del compromiso y el miedo.

Tengo tanto derecho
como el resto de ciudadanos
para mantenerme erguido
sobre mis dos pies
y ser propietario de la tierra.

Me canso de escuchar lo que dice la gente:
Deja que las cosas sigan su curso.
Mañana será otro día.
No necesitaré mi libertad cuando esté muerto.
No puedo vivir con el pan de mañana.

Libertad
es una semilla fuerte
plantada
en una gran necesidad.

Yo vivo aquí, también.
Quiero libertad
como usted.

de Langston Hughes,
en Entre los Poetas Míos... - Colección Antológica de Poesía Social Vol.77, Biblioteca Virtual Omegalfa, 2014.

miércoles, 15 de junio de 2016

A las Brigadas Internacionales

A las Brigadas Internacionales

Venís desde muy lejos... Mas esta lejanía
¿qué es para vuestra sangre que canta sin fronteras?
La necesaria muerte os nombra cada día,
no importa en qué ciudades, campos o carreteras.

De este país, del otro, del grande, del pequeño,
del que apenas si al mapa da un color desvaído,
con las mismas raíces que tiene un mismo sueño,
sencillamente anónimos y hablando habéis venido.

No conocéis siquiera ni el color de los muros
que vuestro infranqueable compromiso amuralla.
La tierra que os entierra la defendéis seguros,
a tiros con la muerte vestida de batalla.

Quedad, que así lo quieren los árboles, los llanos,
las mínimas partículas de la luz que reanima
un solo sentimiento que el mar sacude: ¡Hermanos!
Madrid con vuestro nombre se agranda y se ilumina.

Madrid, diciembre de 1936

de Rafael Alberti,
en Entre los Poetas Míos... - Colección Antológica de Poesía Social Vol.21, Biblioteca Virtual Omegalfa, 2013.

miércoles, 8 de junio de 2016

A Ernesto Che Guevara

A Ernesto Che Guevara

Te conocí de niño
allá en el campo aquel de Córdoba argentina,
jugando entre los álamos y los maizales,
las vacas de las viejas quintas, los peones...

No te vi más hasta que supe un día
que eras la luz ensangrentada, el norte,
esa estrella
que hay que mirar a cada instante
para saber en dónde nos hallamos.

de Rafael Alberti,
en Entre los Poetas Míos... - Colección Antológica de Poesía Social Vol.21, Biblioteca Virtual Omegalfa, 2013.

jueves, 26 de mayo de 2016

El niño yuntero

El niño yuntero

Carne de yugo, ha nacido
más humillado que bello,
con el cuello perseguido
por el yugo para el cuello.

Nace, como la herramienta,
a los golpes destinado,
de una tierra descontenta
y un insatisfecho arado.

Entre estiércol puro y vivo
de vacas, trae a la vida
un alma color de olivo
vieja ya y encallecida.

Empieza a vivir, y empieza
a morir de punta a punta
levantando la corteza
de su madre con la yunta.

Empieza a sentir, y siente
la vida como una guerra
y a dar fatigosamente
en los huesos de la tierra.

Contar sus años no sabe,
y ya sabe que el sudor
es una corona grave
de sal para el labrador.

Trabaja, y mientras trabaja
masculinamente serio,
se unge de lluvia y se alhaja
de carne de cementerio.

A fuerza de golpes, fuerte,
y a fuerza de sol, bruñido,
con una ambición de muerte
despedaza un pan reñido.

Cada nuevo día es
más raíz, menos criatura,
que escucha bajo sus pies
la voz de la sepultura.

Y como raíz se hunde
en la tierra lentamente
para que la tierra inunde
de paz y panes su frente.

Me duele este niño hambriento
como una grandiosa espina,
y su vivir ceniciento
revuelve mi alma de encina.

Lo veo arar los rastrojos,
y devorar un mendrugo,
y declarar con los ojos
que por qué es carne de yugo.

Me da su arado en el pecho,
y su vida en la garganta,
y sufro viendo el barbecho
tan grande bajo su planta.

¿Quién salvará a este chiquillo
menor que un grano de avena?
¿De dónde saldrá el martillo
verdugo de esta cadena?

Que salga del corazón
de los hombres jornaleros,
que antes de ser hombres son
y han sido niños yunteros.

de Miguel Hernández,
 en Breve Antología Poética, Instituto de Estudios Giennenses, 2014.

martes, 24 de mayo de 2016

Canción del esposo soldado

Canción del esposo soldado

He poblado tu vientre de amor y sementera,
he prolongado el eco de sangre a que respondo
y espero sobre el surco como el arado espera:
he llegado hasta el fondo.

Morena de altas torres, alta luz y altos ojos,
esposa de mi piel, gran trago de mi vida,
tus pechos locos crecen hacia mí dando saltos
de cierva concebida.

Ya me parece que eres un cristal delicado,
temo que te me rompas al más leve tropiezo,
y a reforzar tus venas con mi piel de soldado
fuera como el cerezo.

Espejo de mi carne, sustento de mis alas,
te doy vida en la muerte que me dan y no tomo.
Mujer, mujer, te quiero cercado por las balas,
ansiado por el plomo.

Sobre los ataúdes feroces en acecho,
sobre los mismos muertos sin remedio y sin fosa
te quiero, y te quisiera besar con todo el pecho
hasta el polvo, esposa.

Cuando junto a los campos de combate te piensa
mi frente que no enfría ni aplaca tu figura,
te acercas hacia mí como una boca inmensa
de hambrienta dentadura.

Escríbeme a la lucha, siénteme en la trinchera
aquí con el fusil tu nombre evoco y fijo,
y defiendo tu vientre de pobre que me espera,
y defiendo tu hijo.

Nacerá nuestro hijo con el puño cerrado,
envuelto en un clamor de victoria y guitarras,
y dejaré a tu puerta mi vida de soldado
sin colmillos ni garras.

Es preciso matar para seguir viviendo.
Un día iré a la sombra de tu pelo lejano.
Y dormiré en la sábana de almidón y de estruendo
cosida por tu mano.

Tus piernas implacables al parto van derechas,
y tu implacable boca de labios indomables,
y ante mi soledad de explosiones y brechas
recorres un camino de besos implacables.

Para el hijo será la paz que estoy forjando.
Y al fin en un océano de irremediables huesos
tu corazón y el mío naufragarán, quedando
una mujer y un hombre gastados por los besos.

de Miguel Hernández,
 en Entre los Poetas Míos... - Colección Antológica de Poesía Social Vol.11, Biblioteca Virtual Omegalfa, 2013.

lunes, 23 de mayo de 2016

De sombras y reflectores... (II)

De sombras y reflectores... (II)

Una luz pequeña
Puede iluminar
El lugar más oscuro,
Eso no lo dudo.
Pero un poco de oscuridad
Puede también opacar
El más glorioso amanecer.

Por Félix Sánchez Durán.

domingo, 22 de mayo de 2016

De sombras y reflectores...

De sombras y reflectores...

Estamos condenados
A los juegos de las sobras
Donde la figura de una paloma
Que otrora significó Paz
Puede ser el efecto
De dos manos
Dispuestas a aplastar.

Por Félix Sánchez Durán.

sábado, 21 de mayo de 2016

De frases hechas...

De frases hechas...

La libertad de uno
Termina
Donde empieza
La libertad del otro…

No, no…

La libertad de uno
Termina
Donde empieza
El derecho del otro...

No, no...

La libertad de uno
Termina
Donde comienza
La igualdad de todos…

Sí…

Así,
Me gusta más;
Me parece
Más justo.

Por Félix Sánchez Durán.

domingo, 15 de mayo de 2016

Buenos días, Revolución

Buenos días, Revolución

Buenos días, Revolución:
Eres la mejor amiga
que tuve jamás.
Vamos a andar muy juntos desde ahora.

Oye, Revolución:
El patrón con quien yo antes trabajaba,
el que me echó a la calle para bajar los costos,
hizo una larga carta a los periódicos
sobre ti: dijo que eras pendenciera,
enemiga extranjera,
dicho de otro modo, hija de puta.
Llamó a la policía
y pidió que buscaran a una tipa
llamada Revolución.

Resulta
que el patrón sabe bien que eres mi amiga.
Nos ve que andamos juntos.
Ve que estamos hambrientos y andrajosos
y no tenemos nada en este mundo—
y que sobre eso vamos a hacer algo.

Por supuesto, el patrón tiene de todo,
Come bien,
tiene un montón de casas,
sale de vacaciones,
rompe huelgas,
maneja la política,
soborna a la policía,
paga a los congresistas
y se anda pavoneando por todas el partes.

Pero yo nunca tuve comida suficiente.
Nunca estuve caliente en el invierno.
No conocí jamás seguridad—
Viví siempre con una mano delante y otra detrás,
Una delante y otra detrás.

Oye, Revolución,
somos socios, ¿comprendes?—
Podemos apoderarnos de todo:
Fábricas, arsenales, casas, barcos,
ferrocarriles, bosques, campos, líneas
de ómnibus, telégrafos, radios
(¡Dios! ¡Que revienten de música los radios!)
Siderúrgicas, minas de carbón,
pozos de petróleo, gasolina,
todos los medios de producción
(¡Gran día que amanece!)
Todo—
y devolverlo a quienes lo trabajan.
Gobernarlo nosotros, los que trabajamos.

¡Hey! Entonces las radios
trasmitirán desde el primer momento hacia la URSS:
Ha surgido otro miembro de la Internacional Soviética.
Saludos a las Repúblicas Socialistas Soviéticas,
Trabajadores que se alzan donde quiera, saludos.
Y firmaremos: Alemania
Firmaremos: China
Firmaremos: África
Firmaremos: Italia
Firmaremos: América
Firmaremos con nuestro solo nombre: Obreros.
Ese día en que nadie estará hambriento, helado ni oprimido
Nunca más en la tierra.
¡Ésa es nuestra tarea!
Hemos desesperado mucho tiempo,
¿Tú no?
¡Vamos, Revolución!

de Langston Hughes,
en Entre los Poetas Míos... - Colección Antológica de Poesía Social Vol.77, Biblioteca Virtual Omegalfa, 2014.

sábado, 14 de mayo de 2016

Al pequeño fuerte de San Lázaro de La Habana, frente al océano

Al pequeño fuerte de San Lázaro de La Habana, frente al océano

Fuiste atalaya vigilante de piratas
que navegaban los mares iluminados por el sol,
piratas bermejos, grandes románticos

Drake
De Plan
El Grillo

Contra gentes como estas
hace muchos años
hiciste un buen servicio
cuando el tiempo y los barcos eran lentos.

Pero ahora,
contra ese pirata llamado
THE NATIONAL CITY BANK
¿qué puedes hacer tú tan solo?
¿No daría lo mismo
que te fueses derrumbando
piedra a piedra?
de Langston Hughes,
en Entre los Poetas Míos... - Colección Antológica de Poesía Social Vol.77, Biblioteca Virtual Omegalfa, 2014.

miércoles, 11 de mayo de 2016

De sudor (o la mentira de la meritocracia)

De sudor (o la mentira de la meritocracia)

El sudor de su frente
Miró al cielo
Y pidió explicaciones:
“¿Por qué no tuve sentencia?
¿Por qué no tuve juicio?
Nadie me ha acusado,
Nadie me ha condenado…”

Y, sin embargo,
Se sentía, en su trabajo,
Confinado.

Por Félix Sánchez Durán.

lunes, 9 de mayo de 2016

Ante todo... (II)

Ante todo... (II)

Nada tan efectivo
como una profunda angustia
para volver
a verse bien.

Por Félix Sánchez Durán.