Las palabras necesitan de un contexto histórico, político, social, cultural, económico y biográfico para significar. Exhorto a lxs lectorxs/militantes a realizar un viaje de conocimiento acerca de lugares, tiempos y autorxs para enriquecer la experiencia literaria que propongo en este espacio. Gracias.

lunes, 15 de junio de 2020

Cuando los muros del sentido común...

Cuando los muros del sentido común
Cárcel inmaculada
Son derribados
Huyen el visionario, el revolucionario
El intelectual, el poeta y el loco
Pero al ver al pueblo atónito
Sin poder escapar
Vuelven todos
Salvo el loco

Por Félix Sánchez Durán.

domingo, 14 de junio de 2020

Abrigo

Abrigo

Aquel tapado de armiño,
esta situación que vivimos, mi amiga,
estos recuerdos que siempre tendremos
y esta vida que juntos vamos haciendo.

Algún día, y digo por decirlo, tendremos
ese tapado de armiño;
será un tiempo más justo, forrado en lamé,
como el tapado del tango. Un tiempo sin olvido.

Ese tapado de lo que fue,
nos hará siempre felices, viejos golpeados;
y tendremos tiempo para el ocio, o para la melancolía
y nunca llegaremos a aburrirnos.

Esta noche espero contento y hacerlo
es como ganar la revolución; estaba escrito
que tu llegada sería como una caricia después de la pelea,
la alfombra de la victoria, el puño que consume la derrota.

Pronto será la hora de las brujas y de los secretos
y después veremos la luz y escucharemos juntos ese disco del tapado;
y comerás con apetito, con juventud y seguramente haremos el amor,
y estarás conmigo y no tendrás miedo a nada.

de Francisco (Paco) Urondo,
en Entre los Poetas Míos... - Colección Antológica de Poesía Social Vol.78, Biblioteca Virtual Omegalfa, 2014.

sábado, 13 de junio de 2020

Llamo a los poetas

Llamo a los poetas

Entre todos vosotros, con Vicente Aleixandre
y con Pablo Neruda tomo silla en la tierra
tal vez porque he sentido su corazón cercano,
cerca de mí, casi rozando el mío.

Con ellos me he sentido más arraigado y hondo.
Y además menos solo. Ya vosotros sabéis
lo solo que yo soy, por qué soy yo tan solo.
Andando voy tan solo yo y mi sombra.

Alberti, Atolaguirre, Cernuda, Prados, Garfias,
Machado, Juan Ramón, León Felipe, Aparicio,
Oliver, Plaja, hablemos de aquello a que aspiramos:
por lo que enloquecemos lentamente.

Hablemos del trabajo, del amor sobre todo,
donde la telaraña y el alacrán no habitan.
Hoy quiero abandonarme tratando con vosotros
de la buena semilla de la tierra.

Dejemos el museo, la biblioteca, el aula
sin emoción, sin tierra, glacial, para otro tiempo.
Ya sé que en esos sitios tiritará mañana
mi corazón helado en varios tomos.

Quitémonos el pavo real y suficiente,
la palabra con toga, la pantera de acechos.
Vamos a hablar del día, de la emoción del día
Abandonemos la solemnidad.

Así, sin esa barba postiza, ni esa cita
que la insolencia pone bajo nuestra nariz,
hablaremos unidos, comprendidos, sentados,
de las cosas del mundo frente al hombre.

Así descenderemos de nuestro pedestal,
de nuestra pobre estatua. Y a cantar entraremos
a una bodega, a un pecho, o al fondo de la tierra,
sin el brillo del lente polvoriento.

Ahí está Federico. Sentémonos al pie
de su herida, debajo del chorro asesinado,
que quiero contener, como si fuera mío
y salta y no se acalla entre las fuentes.

Siempre fuimos nosotros sembradores de sangre.
Por eso nos sentimos semejantes del trigo.
No reposamos nunca. Y eso es lo que hace el sol
y la familia del enamorado.

Siendo de esa familia, somos la sal del aire.
Tan sensibles al clima como la misma sal,
una racha de otoño nos deja moribundos
sobre la huella de los sepultados..

Eso sí: somos algo. Nuestros cinco sentidos
en todo arraigan, piden posesión y locura.
Agredimos al tiempo con la feliz cigarra,
con el terrestre sueño que alentamos.

Hablemos, Federico, Vicente, Pablo, Antonio,
Luís, Juan Ramón, Emilio, Manolo, Rafael,
Arturo, Pedro, Juan, Antonio, León Felipe.
Hablemos sobre el vino y la cosecha.

Si queréis, nadaremos antes en esa alberca,
en ese mar que anhela transparentar los cuerpos.
Veré si hablamos luego con la verdad del agua
que aclara el labio de los que han mentido.

de Miguel Hernández,
 en Entre los Poetas Míos... - Colección Antológica de Poesía Social Vol.11, Biblioteca Virtual Omegalfa, 2013.

viernes, 12 de junio de 2020

Los Hijos de Nadie

Los Hijos de Nadie

El azar es un padre. Vive a modo
de esos pordioseritos, donde quiera:
En el embaldosado de la acera
de cualquier bulevar, codo con codo.

Paliducho y llorón, falto de todo,
di ayer con un recién nacido. Era
engendro de mujer, no ya de fiera
y estaba salpicado por el lodo.

¡Hijos: los de la sombra, los de nadie,
los que se tiran a la cuna, hacéos
como una gran constelación que irradie!

¡No cedáis ni a los gritos ni a los palos,
porque tenéis-ya que nacisteis reos
el supremo derecho de ser malos! 

de Federico Gutiérrez,
en Poesía anarquista en Mendoza para la Revolución Social (1918-1930) (María Cristina Saltari), XIV Jornadas Interescuelas/Departamentos de Historia. Departamento de Historia de la Facultad de Filosofía y Letras. Universidad Nacional de Cuyo, Mendoza, 2013.

jueves, 11 de junio de 2020

La familia argentina (canción)

La familia argentina

Viva la paz de nuestro hogar
Los chicos vienen de estudiar
Y nos sentamos a tomar café, y sonreímos
Mientras papá va a trabajar
Canto y me pongo a rasquetear
Mis lindas manos ya no pueden más, y no hay más crema

Pero igual
Hay algo primordial
Que es defender y amar
Nuestra familia argentina
Preservar la fe y la moral
Rezar y promover
Parejas bien constituidas

Llega papá sin saludar
Hoy me olvidé de cocinar
Por eso no nos vamos a pelear, prendé la tele
Los chicos saben respetar
No tienen vicios ni maldad
Siempre usan walkman, no les puedo hablar
Jamás me escuchan

Pero igual
Hay algo primordial
Que es defender y amar
Nuestra familia argentina
Preservar la fe y la moral
Rezar y promover
Parejas bien constituidas

Todos se fueron a acostar
La tele está por terminar
Ahora hay tiempo para conversar, traeme el diario.

Pero igual
Hay algo primordial
Que es defender y amar
Nuestra familia argentina
Preservar la fe y la moral
Rezar y promover
Parejas bien constituidas

Pero igual
Hay algo primordial
Que es defender y amar
Nuestra familia argentina
Preservar la fe y la moral
Rezar y promover
Parejas bien constituidas

Pero igual
Hay algo primordial
Que es defender y amar
Nuestra familia argentina
Preservar la fe y la moral
Rezar y promover
Parejas bien constituidas

Por Claudia Ruffinatti,
en Vale 4, Interdisc, 1986.

miércoles, 10 de junio de 2020

Dos panaderos

Dos panaderos

Ahí vienen los panaderos
Con engrudo en los calderos
Y tienen que hacer el pan.
Hacen panes con salvado...
No saben a qué sabrán.

de Bertolt Brecht,
en Terror y miseria del Tercer Reich, ESPAEBOOK, 2014.

martes, 9 de junio de 2020

Pájaros

No se trata de pájaros

Tenemos por costumbre
Con nuestro hijo
Alimentar a los pájaros
Con alpiste
Al salir del jardín

Aún no sabe
Que en otras partes del mundo
Los pájaros se alimentan
Con hijos e hijas
Que destroza un misil

Cuando crezca
Tal vez quiera / Ojalá quiera
Dejar de alimentar
A los pájaros

Por Félix Sánchez Durán.

lunes, 8 de junio de 2020

GUERRAS

GUERRAS

A veces me despierto angustiado
con el temor de que el sol no aparezca
y la noche perpetua me devuelva
al origen del universo
cuando según nos han enseñado
no existía el ser humano

solo me consuela pensar
que aún no se habrían inventado
las armas ni las guerras

de Fernando Sabido Sánchez,
en http://www.poesiasolidariadelmundo.com/search/label/Fernando%20Sabido%20S%C3%A1nchez-Espa%C3%B1a (24/2/20).

domingo, 7 de junio de 2020

HERMANOS ANTROPÓFAGOS

HERMANOS ANTROPÓFAGOS

Hermanos antropófagos,
Hombres del siglo XX.
Hombres civilizados, gritad:
¡Viva el Progreso!
Ya no nos devoramos los unos a los otros,
Nada más que los sueños.

de Álvaro Yunque,
en Cobres de 2 centavos, Reja, 1931.
http://www.alvaroyunque.com.ar/poesia/libros/alvaro-yunque-dos-centavos.html (7/5/20).

sábado, 6 de junio de 2020

CARTA MATERIALISTA A MI MADRE

CARTA MATERIALISTA A MI MADRE

1
Cuando salí de ti, madre, vi una luz de diamante,
vi manos rojas que me salvaban de la nada.
Oí mi propio aullido
de pequeño lobo,
desde entonces nocturno y solitario.
Sólo, entre manos que me trajeron a la vida,
solo, como aún estoy, entre brazos vivientes.
Esta es mi cruel contradicción:
los amores horizontales me dejan solo
y el amor vertical me hace yo mismo.
En asuntos de carne y huesos, amor mío,
la soledad existe. La de uno contra otro:
carne contra huesos, huesos contra carne.
Pero cuando de tu soberbio vientre
haces saltar a un monstruo
o a un poeta por décret des puissances divines
tu vientre se revuelve como pradera en terremoto.
tu soledad se vuelve tempestades,
sube el azufre a tus ojos
y se oyen las tinieblas.

2
Madre, yo no sé como escribirte
puesto que me escribiste tú a mí mismo.
Se te abrieron las caderas
y las piernas se te ampliaron como catedrales;
me pariste, según dices, a las cinco de la mañana,
la hora del alba y las resurrecciones.
Tú no querías que yo existiese,
ya éramos demasiados,
pero, a pesar tuyo, existí. Y soy el mejor y el peor.
Cuando nací, mamá, cinco soldados
me esperaban para apresarme.
El peor de todos: el tetero de ron puro:
el segundo: la soledad de ser el quinto:
el tercero: mi sensibilidad contradictoria:
el cuarto: mi inteligencia cruel y lúcida;
y el quinto: ah! Dans une ténébreuse et profonde uníté!
Mamá, no sé lo que me pasa,
estoy viendo cosas extrañas.
Te veo entre la noche, como si en vez de la vida
fueses la muerte misma, envuelta en sábanas,
o un arcángel salido de mis ojos
o mis ojos salidos de un arcángel.
Sin embargo, eres vida,
y yo pienso, mirándome en tí misma:
cómo se complementa la vida con la muerte!

3
Vida es dolor, mamá, ya tú lo sabes.
Podrá no ser dolor para los dueños del capital;
ésos no sienten, tienen dinero en los nervios,
se comen a sus semejantes con dientes de oro,
buscan siempre el término medio,
son mediocres,
no andan, como tú y yo, por los extremos.
Por los extremos se llega a la sabiduría.
Eso los haría sudar, morirse de miedo,
porque viven muertos de miedo a la vida.
Nosotros, con estremecimientos y desgracias
sabemos que la vida es pólvora
Et inpulverem reverterís
en polvo te convertirás
mas será en polvo enamorado.
Por mi parte, mamá, me haré humo,
volverán mis cenizas con los vientos del Sur
y se dispersarán más allá de la muerte.
Mi desgracia es no poder mentir.
De otro modo, sabiendo engañarme sutilmente
podría hablarte sólo de amor.

4
Esos envenenados sacerdotes
que me educaron con buen sueldo (para ellos)
son los culpables de mi culpa.

Con sus hábitos negros, con su aura negra,
sus pasos muertos, su olor de mezquindad.
su certeza de todo, su dogma entre las cejas,
su soledad envenenada de masturbadores,
su deseo de que el mundo
no sea este sino otro,
su cruz, de la que no son dignos
(pues Cristo la llevó, y ellos la venden
como los mercaderes del templo),
con todo ello, mamá, me construyeron.
Pero antes que ellos, tú me construíste
con una mezcla de sangre y pólvora,
y gracias a ella
no les doy paz a mis verdugos.
Ellos hablaban de Cristo todo el día,
pero si Cristo los viese
les daría látigo, les diría:
"Ay de mi Iglesia,
llena está toda de mercenarios!"
Y el pobre Pablo, con su cruz al revés
debió aprender que aun en la cruz
hay que mirar hacia la tierra.
Mirémosla nosotros, madre;
sólo desde la tierra se puede ver el cielo.

5
Mientras te escribo, mamá, oigo sonatas
escritas por un hombre
que no podía oírse a sí mismo.
Ludwig, o Ludovico, andaba con su muerte a cuesta
y no podía oírla.
¿Iré a ser yo tan desgraciado que no pueda
leer lo que mis manos de ti escriben?
Estoy ciego. No puedo ver la superficie
de las cosas. Sólo veo sus entrañas.
Adivino la esencia de los objetos,
la veo con mis dedos.
Es preciso, mamá, desordenar los sentidos,
realizar un inmenso y razonado
déreglement de tous les sens;
que el tacto oiga, que el olfato vea,
que el oído murmure, que el gusto se disguste
y que la vista toque con dedos cristalinos.
Sólo de la revolución de nuestros cuerpos
podrá surgir la de nuestros hermanos.
Yo no he ido a la guerrilla, mamá, pero algún día
puede ser que me vaya;
no soy fusil, pero sí sé matar
y también sé lo que es morir. He estado muerto.
He nacido otra vez, siempre de tu vientre,
siempre de ti, siempre de ti.
Recuerda que los vivos no viven de los muertos,
pero los muertos viven de los vivos.

6
Te acompaño, mamá, en todo tu amor.
Acompáñame tú en mi odio.
Detesto las sotanas, detesto los banqueros y las botas,
detesto el capital y sus encantadoras esterlinas,
odio la soledad de los borrachos
incluyendo la mía, por supuesto;
odio a los poetas
que, bien acompañados, cantan su soledad;
odio el dinero, y el dinero me odia,
no miro a los fascistas que me rodean,
aunque sí los huelo a distancia;
todos apestan a dinero y se asemejan
a curas asesinos.
¿Es un crimen matar a la muerte?
Según el Evangelio, hay que aguantar la bofetada
en una mejilla. Pero el Evangelio
no dice lo que pensará la otra mejilla.
La otra mejilla es el látigo del templo,
el odio a la mercadería,
el desprecio a los cortos de espíritu.
Pero la primera mejilla es también desprecio
pues nada hay más despreciable
que golpear a un encadenado.
Son tantas las cadenas, mamá!
Hay tantos cristos, tantos y tan pocos!
En esta igualación universal
que es el dinero
ya no hay quien sepa odiar
con verdadero amor.
Ya no hay quien dirija su corazón
hacia los otros;
tan sólo hay ojos para los objetos.

Tú me diste unos ojos, y así veo.
¿Acaso sabes lo que veo?
En vez de ojos me diste diamantes
que transforman todo cuanto miran.
Veo océanos angustiados,
ciudades y praderas inundadas,
veo muertos flotando en las alturas,
veo una horrible explosión
que acabará con todo, menos con mis palabras;
veo un piano que cae de los cielos,
arpas que vuelan, violas que descienden,
y aquella mandolina de mi padre.
La mandolina, ¿la recuerdas?
Sonaba como ángeles
y llenó mi niñez de fantasía.
La misma de hoy. Algo cansado y denso de recuerdos
poseo, sin embargo, fantasía.
Tengo el poder de transformar las cosas,
puedo hacer de un cuchillo una mirada,
puedo, solo, amarrarme a una silla y gritar,
tengo buena suerte y mala pata,
tengo manos que escriben tu milagro,
tengo tu soledad, tu amor, tu vida.
No descanses, mamá, sé siempre mía,
te necesito hasta la muerte.

1973

de Ludovico Silva,
en In Vino Veritas, Biblioteca Virtual Omegalfa, S/F.

viernes, 5 de junio de 2020

VERSOS A TATIANA PAVLOVA

VERSOS A TATIANA PAVLOVA

¿Te acordarás de Katiuchka, tu amiga de la infancia,
esa rubia pecosa, nieta del molinero,
la del número 8 de Poltávaia Úlitcha
con quien ibas al Dniéper a correr sobre el hielo?

¿Te acordarás de aquellas temerarias huidas
para oír la charanga de la Plaza Voiena;
de los kopeks gastados en la Dom Bogdanovsky
en verano en sorbetes y en invierno en almendras?

¿Te acordarás de Pétinka, tu novio del Gimnasio,
de quien yo te traía las cartas y los versos;
de las fiestas aquellas cuando vino el Zarevitch
y sus fieros cosacos a visitar el pueblo?

¡Oh, los días felices de la infancia lejana
en el rincón humilde de la Ukrania natal:
la vida era un alegre sonajero de plata
y toda nuestra ciencia: cantar, reír y amar!

Mas, pasaron los años y nos llevó la vida
por distintos senderos: tú eres grande ¿y feliz?
y yo... Tatiana, buena Tatiana, si te digo
que soy una cualquiera, ¿no te reirás de mí?

¿Comprenderás el torpe fracaso de mis sueños,
verás el patio oscuro donde mi juventud
busca en vano la estrella que solícita enjugue
mi angustia con su claro pañuelito de luz?

Mas, no quiero amargarte con mi vaso de acíbar,
tú también tus dolores y tus penas tendrás;
cerremos un instante los ojos y evoquemos
los días venturosos de la aldea natal!

de César Tiempo,
en Clara Beter - Versos de una..., Editorial Rescate, 1977.

jueves, 4 de junio de 2020

De Tingchou a Changshá

De Tingchou a Changshá

En junio(1) nuestras tropas celestes castigan la corrupción y el mal,
con su larga cuerda sujetarán al monstruo marino y al pájaro fabuloso(2).
Al otro lado del río Gankiang toda una región se vuelve roja:
confiamos en Juang Kung-lué(3) para cubrir ese flanco.

Un millón de obreros y campesinos atacan y barren Chiangsí,
y se lanzan decididos sobre Junán y Jupei.
Entre los graves acordes de La Internacional
estalla en nuestro honor la tempestad del cielo.

(1) Junio de 1930: el Ejército Rojo ataca Chiangsí.
(2) Seres mitológicos que simbolizan a las tropas enemigas del Kuomintang.
(3) Juang Kung-lué (1898-1931), comandante del III Cuerpo del Ejército Rojo.

De Mao Tse-tung,
en Poesía social y revolucionaria del siglo XX (selección de Jorge Brega), Editorial Agora, 2012.

miércoles, 3 de junio de 2020

Refugiados

Refugiados

Refugiados al otro lado de las fronteras,
refugiados dentro de las fronteras,
refugiados en el medio del mar,
refugiados “Welcome” a la segunda parte de la pesadilla
en carpas a -20º bajo cero.

Refugiados que buscan en los contenedores,
que duermen en los cajeros,
refugiados desahuciados de sus casas.

Refugiados en los comedores sociales,
en la cola del paro,
refugiados que estudian en barracones,
refugiados que viven a oscuras y con frío.

Refugiadas mujeres maltratadas,
mujeres asesinadas,
mujeres que cobran menos,
mujeres en general.

Refugiados por la indiferencia,
por la justicia vengadora,
por la uniformidad moral,
por el discurso del miedo.
Refugiados con formación
con contratos temporales,
refugiados eternos becarios.

Refugiados por la satisfacción inmediata,
por las “zonas de cobertura”,
por el bombardeo publicitario,
por el ruido visual.

Refugiados por el rechazo al otro, al diferente,
refugiados por la comodidad ideológica
en nuestra zona de confort,
en nuestras pantallas.

Refugiados por asesores y consejeros,
por el lenguaje financiero,
por la industria de la felicidad,
por la soberbia de los ignorantes y de los inteligentes.

Refugiados por los que hablan desde la verdad,
por los que gritan sin escuchar,
por los que miran para otro lado.

Refugiados sin refugio

de Andrés Belalba,
en Instinto Social - Revista de Pensamiento y Análisis Crítico, N°4 - A medio camino del Comunismo Libertario, mayo, 2017.

martes, 2 de junio de 2020

El padre suizo

El padre suizo

(LITTLE ROCK, ARKANSAS, 1 DE SEPTIEMBRE)
"El miércoles por la noche, cerca de París, condado
de Logan, un suizo, llamado Edward Schwerzmann,
llevó a sus tres hijos, de dieciocho meses el uno, y cuatro
y cinco años los otros, al borde de un pozo, y los echó en
el pozo, y él se echó tras ellos. Dicen que Schwerzmann
obró en un momento de locura."

Telegrama publicado en Nueva York.

Dicen que un suizo, de cabello rubio
Y ojos secos y cóncavos, mirando
Con desolado amor a sus tres hijos,
Besó sus pies, sus manos, sus delgadas,
Secas, enfermas, amarillas manos;
Y súbito, tremendo, cual airado
Tigre que al cazador sus hijos roba,
Dio con los tres, y con sí mismo luego,
En hondo pozo - ¡y los robó a la vida!
Dicen que el bosque iluminó radiante
Una rojiza luz, y que a la boca
Del pozo oscuro - sueltos los cabellos,
Cual corona de llamas que al monarca
Doloroso, al humano, sólo al borde
Del antro funeral la sien desciñe,-
La mano ruda a un tronco seco asida,
Contra el pecho huesoso, que sus uñas
Mismas sajaron, los hijuelos mudos
Por su brazo sujetos, como en noche
De tempestad las aves en su nido,
El alma a Dios, los ojos a la selva,
Retaba el suizo al cielo, y en su torno
Pareció que la tierra iluminaba
Luz de héroe, ¡y que el reino de la sombra
La muerte de un gigante estremecía!

¡Padre sublime, espíritu supremo
Que por salvar los delicados hombros
De sus hijuelos, de la carga dura
De la vida sin fe, sin patria, torva
Vida sin fin seguro y cauce abierto,
Sobre sus hombros colosales puso
De su crimen feroz la carga horrenda!
¡Los árboles temblaban, y en su pecho
Huesoso, los seis ojos espantados
De los pálidos niños, seis estrellas
Para guiar al padre iluminadas,
Por el reino del crimen, parecían!
¡Ve, bravo! ¡Ve, gigante! ¡Ve, amoroso
Loco! ¡y las venenosas zarzas pisa
Que roen como tósigos las plantas
Del criminal, en el dominio lóbrego
Donde andan sin cesar los asesinos!
¡Ve! - ¡que las seis estrellas luminosas
Te seguirán, y te guiarán, y ayuda
A tus hombros darán cuantos hubieren
Bebido el vino amargo de la vida!

de José Martí,
en Versos libres, 1913.

lunes, 1 de junio de 2020

Lejos del día...

Lejos del día
La noche nos parece menos noche
Lejos del día
La noche parece alumbrar
Lejos del día
Comenzamos a llamar día
A la mismísima noche
Y luz
A la mismísima oscuridad

Por Félix Sánchez Durán.