Las palabras necesitan de un contexto histórico, político, social, cultural, económico y biográfico para significar. Exhorto a lxs lectorxs/militantes a realizar un viaje de conocimiento acerca de lugares, tiempos y autorxs para enriquecer la experiencia literaria que propongo en este espacio. Gracias.

lunes, 14 de septiembre de 2020

Al soldado

Al soldado

Tú soldado de la patria; tú soldado penitente,
Tú, que luces humillante y vil divisa militar,
Tú que sirves de instrumento, cual un mísero sirviente,
Al capricho del tirano que te quiere idiotizar;
Tú que sufres como un Cristo, la burlona frase hiriente
De los cabos y sargentos que preténdete humillar,
Tú que sueñas ser un hombre todo libre e inteligente,
Ser buen padre y buen esposo, y muy libre en el pensar;
Tú que dejas de ser hombre cuando vistes uniforme,
Tú que sirves de verdugo, impasible al mismo ruego
Si te mandan contra el pueblo para ser su criminal:
No consientas tanta infamia¡ No consientas tan enorme,
Tan indigno asesinato¡…Cuando mandan que hagas fuego:
Vuelve el arma contra el pecho de tu cínico oficial.

de Fernando Gualtieri,
en Poesía anarquista en Mendoza para la Revolución Social (1918-1930) (María Cristina Saltari), XIV Jornadas Interescuelas/Departamentos de Historia. Departamento de Historia de la Facultad de Filosofía y Letras. Universidad Nacional de Cuyo, Mendoza, 2013.

domingo, 13 de septiembre de 2020

Cada día que pasa

Cada día que pasa

Sin excepción, casi por naturaleza o desatino,
todos los días, a la mañana, temprano,
ando por este camino. Llego tarde al trabajo y con
alegría, cuando
es necesario llegar más temprano
y con indignación o repugnancia o sed
de venganza o rabia. Todo esto
no me martiriza ni me apena, aunque parezca
lo contrario y tenga olor a traición; sé muy bien,
con toda impaciencia, que el ocio
llegará algún día con la revolución. Y que ni una cosa
ni la otra vienen de la tristeza o de la impotencia.

Voy cansado, es cierto, harto como todo el mundo que se precie,
o con desaliento; pero nunca falta
alguna cosa, un olor,
una risa que me devuelva,
para valer la pena; recién entonces empiezo a convencerme;
calles sucias y bocinas y el tráfico
alucinado y dormido todavía; viejos conocidos,
como el destino
o la bruma de la ciudad. Y
el mal semblante; la desconfianza
en los ojos, en los grandes ojos de la gente
hechos para volar. Manos enrarecidas
que rodean
la calle sitiando su respiración. Dominados
del mundo; empleadas
tersas y vulgares bajando
de coches lujosos de los dueños
de otras empleadas, y así sucesivamente.

de Francisco (Paco) Urondo,
en Entre los Poetas Míos... - Colección Antológica de Poesía Social Vol.78, Biblioteca Virtual Omegalfa, 2014.

sábado, 12 de septiembre de 2020

MOTIVOS GALANTES

MOTIVOS GALANTES

Y RESPONDIÓ LA LUNA

El jardín exquisito y pagano,
cobijó tu graciosa silueta;
el ocaso, doliente y lejano,
te enmarcaba en su cromo violeta.

El otoño amarillo, tu hermano,
te rezaba una loa secreta…
Te acogiste, temblando, a mi mano,
y a la luna mirabas, inquieta.

‐¿Si la luna estará enamorada?
La pregunta me fue susurrada
por tus labios ardientes y rojos.

‐¡Si la luna estará enamorada!
Y la luna en respuesta callada
largamente besaba tus ojos…

de Lucía Sánchez Saornil,
en Poemas, Starm1919/elsetaproducciones, S/F.

viernes, 11 de septiembre de 2020

Así te enterraron

Así te enterraron

Desde el palacio envuelto en llamas
te sacan, Salvador, te sacan los bomberos.
Vas cubierto por un saco de arpillera.
Vas como enfermo en una triste ambulancia.
Vas escoltado por soldados sin rostro.
Ahora vuelas en un avión de carga.
Ahora te transportan en una angarilla.
Te conducen desde el fondo inmenso de tu honor
a un hoyo pequeño, hecho así de prisa,
como hacen los perros para esconder un hueso.
Ahora estás al borde, Salvador,
de tu carne natural, no de tu frente luminosa,
y te dejan caer hondo, muy hondamente en ti mismo.
A nadie se le dejó ver tu rostro ni tu cuerpo.
Pero tu sombra ardía y hablaban tus huesos,
y conversaban duramente tu sangre con tu polvo.
Una mujer puso, en esa gran hondura tuya,
unas flores de una tumba ajena.
Así te enterraron, Salvador,
como los héroes anónimos del pueblo
que al morir
desaparecen íntegros en el pecho de todos.

de Efraín Barquero,
en Poesía armada, Agermanament, 1976.

La explosión

La explosión

Es un muchacho
tiene quince
dieciocho
o veinte años.
Tiene los muslos firmes
frescos los dientes
y abiertos mano y beso.
Salió un día
cualquiera
a las seis de la mañana.
Salió a luchar
y ahora es una piedra.
Son dos piedras.
Son cuatro millones y medio de piedras
que lo aplastan
lo deshacen.

de Jorge Arbeleche,
en Poesía armada, Agermanament, 1976.

jueves, 10 de septiembre de 2020

Jamás podrán cortarles las alas

Jamás podrán cortarles las alas

A los poetas represaliados, a mis hermanos

Franco murió, pero no la dictadura,
no se puede alzar la voz ni hacer ruido,
al fascismo no le interesa la cultura
y cada poco un poeta es detenido.

Sí que hay libertad de expresión,
pero la tiene la derecha en exclusiva,
para la izquierda la Santa Inquisición
reprime a quien ataca a los de arriba.

Quieren controlar hasta lo emocional,
poseernos hasta cotas inabarcables,
hasta te llevan a la Audiencia Nacional
si te alegras por la muerte de culpables.

Y esto es España, donde los artistas,
los poetas y músicos revolucionarios
son tratados como si fueran terroristas
por el simple hecho de ser solidarios.

Pero lejos de callarlos les dan voz
y estos usan las palabras como balas,
que impactan contra este sistema atroz
que jamás podrá cortarles las alas.

de Aitor Cuervo Taboada,
en Bombas, poemas y otras necesidades, Aitor Cuervo Taboada, 2013.

miércoles, 9 de septiembre de 2020

Sorpresa

Sorpresa
Soleá de Cádiz

Muerto se quedó en la calle
con un puñal en el pecho.
No lo conocía nadie.

¡Cómo temblaba el farol!
Madre.
¡Cómo temblaba el farolito
de la calle!

Era madrugada. Nadie
pudo asomarse a sus ojos
abiertos al duro aire.

Que muerto se quedó en la calle
que con un puñal en el pecho
y que no lo conocía nadie.

de Federico García Lorca,
en Poesía social y revolucionaria del siglo XX (selección de Jorge Brega), Editorial Agora, 2012.

martes, 8 de septiembre de 2020

Tu madrugada, Patria

Tu madrugada, Patria

Así concibo yo a mi patria,
que otros la conciban como quieran.

Anduve viajando
muchos años
por el mundo,
con el lucero
de tu nombre
en los ojos.

Y no hubo
una sola mañana,
que se fuera
sin algo de lo tuyo.
Cuando el alba
llegaba, ya estabas
repartiendo tus gestos,
extraños y lejanos,
desde la oscura colina
de mi rostro.

"¿Por qué la quieres
tanto, me decían,
si es amarga y cruel
como el alma de un basta?

¿Por qué, si es tan chiquita
y tan hambrienta, que en ella
a uno sólo le queda por delante
la ardua tarea de morirse?"

Pero yo siempre respondía,
que te quiero tanto,
porque aún sumido en la tiniebla
oyendo el largo llanto
de tus hijos,
no puedo ignorar
que detrás de mí
comienza en verdad,
tu madrugada.

Luego te alegrabas
en el fondo de mis ojos,
y volvías tu rostro
con ternura,
tal vez en busca ya
de los hijos
que están todavía
por venir.

de Otto René Castillo,
en Vámonos Patria a caminar, yo te acompaño, Biblioteca Virtual Omegalfa, 2019.

lunes, 7 de septiembre de 2020

ESCRITO EN UN LIBRO ABANDONADO EN EL VIAJE

ESCRITO EN UN LIBRO ABANDONADO EN EL VIAJE

Vengo de la parte de Beja.
Voy para el centro de Lisboa.
No traigo nada y no encontraré nada.
Tengo el cansancio anticipado de lo que no hallaré,
y la nostalgia que siento no es del pasado ni del futuro.

Dejo escrita en este libro la imagen de mi designio muerto:
Fui como las yerbas y no me arrancaron.

de Fernando Pessoa,
en Una mano tomó la otra - Poemas para construir sueños (selección de Pedro Hilario Silva y otros), Comunidad de Madrid, 2004.

domingo, 6 de septiembre de 2020

Censura

Censura

Compañera, mis tijeras no cortan:

Tu piel es mi destino.
No dejaré que bajes escaleras
y atisbes el dominio de las simas.
En sótanos se ocultan las guadañas
de quienes firman las penas de muerte.
Que nadie te adoctrine en los colores
ni el teléfono suene a medianoche.
Los enemigos crecen en lo oscuro.

Recorreré los cuartos de tu olvido,
los calendarios y sus fieros límites
con la libre conciencia del deseo.
Seré un escalofrío si presientes

detrás el sobresalto de una sombra.

Comienza abril de 1992.
La censura nunca ha terminado.

De Isabel Pérez Montalbán,
en Entre los Poetas Míos... - Colección Antológica de Poesía Social Vol.15, Biblioteca Virtual Omegalfa, 2013.

sábado, 5 de septiembre de 2020

Para Nicanor Parra

Para Nicanor Parra

En su vida practicó la “antipoesía”.
Se enfrentó a los poemas que tenía que enfrentarse.
Enemigo de su irrelevancia frente a la realidad.
Contra ellos, por estar siendo drenados de sangre,
Contra ellos, meras palabras sin rostro,
Distanciados, poniéndose por encima de las cosas,
Presumiendo que ocupan las alturas del espíritu,
Líricos vuelos huecos y artificiales. Por supuesto…
Se enfrentó a los manifiestos que ellos creían.
A menudo paseaba por las playas de Chile;
Sus pies dejaron signos interrogantes en la arena;
Sobresalía una interrogante lengua sobre el cielo
Para que él pudiera contarnos acerca del sabor oxidado de la lluvia
Siempre fue la “antipoesía”, porque
Gran parte de la poesía se ha alejado del alma,
Lejos del dolor de los hombres con diferentes colores de piel.
Esta partida comenzó hace mucho tiempo.
Él es la “antipoesía”, porque el cerebro de la poesía
Ha estado persistiendo al borde de la muerte;
Los senos de las palabras no tiene leche fragante,
Su vientre marchito no puede recibir semillas de la vida.
Su existencia fue una réplica de todas las insensateces,
Incluso lanzó burlas a la oscuridad de la muerte,
Y siempre respondía a la vida con una broma,
Incluso burlándose mientras su ataúd era llevado
cosido como un parche de una camisa nueva.
Ahora veo noticias de su funeral en los periódicos:
Su ataúd estaba en vuelto de un manto alegremente estampado
Cosido por su madre en su infancia.
No todos pueden entender
Cuál podría ser el mensaje detrás de todo esto.
En la cara, nos estaba diciendo:
“Este momento marca un gran comienzo”
De otro juego: la “antimuerte”.

de Jidi Majia,
en https://buenosairespoetry.com/2020/03/21/juan-gelman-jidi-majia-%e5%bc%a0%e5%bf%97%e5%88%9a/ (17/4/20).

viernes, 4 de septiembre de 2020

dudas y distancias

dudas y distancias
(asamblea de palabras)

si no pueden entrar en mi tierra
¿por qué yo puedo ir donde quiera?
¿quién les ha puesto leyes en las alas?
¿quién les impide que sus vientres
fecunden nuestra alma viajera?
venid ángeles sin tierra
aquí tenemos la dicha a manos llenas

de Francisco Cenamor,
en Asamblea de palabras, Ediciones Vitruvio, 2007.

jueves, 3 de septiembre de 2020

La rebelión del agua

La rebelión del agua

Labrada por los hondos rencores de los siglos
que siempre mantuvieron su independencia esclava,
una noche sintieron subir bajo la luna,
los hombres, aterrados, la rebelión del agua.
Primero fué* un bramido de trompas discordantes,
un clamor indecible de muchedumbres ávidas;
después, fué un cataclismo de cíclopes borrachos
que sobre los abismos volcaban las montañas,
Izadas por los vientos en brazos vengadores,
las olas escalaron las cúspides más altas
y todo lo que vive sobre el planeta, tuvo
bajo una mano horrenda, doblada la garganta,
Los pájaros marinos, cegados por la espuma,
rodaron en la tromba sin ensayar las alas;
deshechas y vencidas cayeron en tumulto
las nieves seculares de ignotos Himalayas,
y bajo el cielo absorto, de cuyo azul doliente
pendían las estrellas cual luminosas lágrimas,
la cólera salvaje de todos los océanos
barrió sobre la tierra la sombra de las razas...

de Manuel Ugarte,
en Poesías Completas, Casa Editorial Maucci, 1921.
*Del original.

miércoles, 2 de septiembre de 2020

¿Será el día de la victoria también mi día?

¿Será el día de la victoria también mi día?

Ahí
La Segunda Guerra Mundial

Queridos compatriotas americanos,
os escribo esta carta
esperando que los tiempos sean mejores
cuando esta guerra
haya terminado.
Soy un yanqui de piel oscura
que conduce un tanque.
Os pregunto: ¿SERÁ EL DÍA DE LA VICTORIA
TAMBIÉN MI DÍA?

Llevo un uniforme de los EE.UU.
He infligido mucho daño al enemigo,
he hecho retroceder
a los alemanes y a los japoneses,
desde Birmania hasta el Rin.
En cada línea de batalla,
he arrojado derrota
sobre el regazo del fascista.

Soy un negro americano
entregado a defender mi tierra
Ejército, Armada, Fuerzas Aéreas-
ahí estoy.
Transporto municiones,
lucho -o hago de estibador, también.
Me enfrento a la muerte como vosotros
en cualquier sitio.

He visto yacer a mi compañero
en el lugar donde cayó.
Lo he visto morir.
Le prometí que intentaría
hacer de nuestra tierra una tierra
donde su hijo pudiera ser un hombre-
donde no hubiera más pájaros Jim Crow
en el cielo.

Así que esto es lo que quiero saber:
Cuando veamos el resplandor de la Victoria,
¿dejaréis todavía que Jim Crow
me retenga?
Cuando toda esa gente extranjera que ha esperado
-italianos, chinos, daneses- ser liberada,
¿seguiré yo siendo un desdichado
porque soy negro?

Aquí en mi tierra natal, mi propia tierra,
¿seguirán vigentes las leyes de Jim Crow?
¿Seguirá Dixie linchándome cuando regrese?
¿O vosotros, compañeros de armas
de las fábricas y las granjas,
os daréis cuenta que esta guerra
fue una lucha para que aprendiéramos?

Cuando me quite el uniforme,
¿estaré a salvo de peligro
o me haréis a mí lo mismo
que hicieron los alemanes a los judíos?
Después de ayudar a salvar este mundo,
¿seguiré todavía esclavizado al color?
¿O cambiará la Victoria
vuestras ideas anticuadas?

No podéis decir que no luché
para aplastar el poder de los fascistas.
No podéis decir que no estuve con vosotros
en cada batalla.
Como soldado y como amigo.

Cuando esta guerra llegue a su fin,
¿me meteréis en un coche de Jim Crow
como si fuera ganado?

¿U os pondréis de pie como hombres
en su hogar y tomaréis partido
por la Democracia?
Es todo lo que os pido.
Cuando dejemos a un lado las pistolas
para celebrar
nuestro Día de la Victoria
¿SERÁ EL DÍA DE LA VICTORIA TAMBIÉN MI DÍA?
Es todo lo que quiero saber.

Atentamente,


Gi Joe

de Langston Hughes,
en Entre los Poetas Míos... - Colección Antológica de Poesía Social Vol.77, Biblioteca Virtual Omegalfa, 2014.

martes, 1 de septiembre de 2020

Recuerdo del mundo antiguo

Recuerdo del mundo antiguo

Clara paseaba en el jardín con las criaturas.
El cielo era verde sobre el pasto,
el agua era dorada bajo los puentes,
otros elementos eran azules, rosas, anaranjados,
el guardia civil sonreía, pasaban bicicletas,
la niña pisó el césped para atrapar un pájaro,
el mundo entero, Alemania, China, todo era tranquilo
[alrededor de Clara.
Las criaturas miraban al cielo: no estaba prohibido.
La boca, la nariz, los ojos estaban abiertos. No había peligro.
Los peligros que Clara temía eran la gripe, el calor, los insectos.
Clara tenía miedo de perder el tranvía de las 11,
esperaba cartas que tardaban en llegar,
no siempre podía usar vestidos nuevos.
¡¡¡Pero paseaba en el jardín, por la mañana!!!
¡¡¡Había jardines, había mañanas en aquel tiempo!!!

de Carlos Drummond de Andrade,
en 50 poemas escogidos, Fundación editorial el perro y la rana, 2008.