Las palabras necesitan de un contexto histórico, político, social, cultural, económico y biográfico para significar. Exhorto a lxs lectorxs/militantes a realizar un viaje de conocimiento acerca de lugares, tiempos y autorxs para enriquecer la experiencia literaria que propongo en este espacio. Gracias.

jueves, 31 de marzo de 2022

DENOMINACIÓN DE ORIGEN

DENOMINACIÓN DE ORIGEN

La misma palabra lo dice: cárcel.
Diminutivo de cárcel: reformatorio.
Sinónimos de cárcel: penal,
presidio, correccional, penitenciaría
(los dos últimos incluyen matiz de regeneración).
Prisión es palabra escogida o forense.
Se la conoce también por otros nombres:
talego (el más extendido),
maco, trullo, trena (germanismo).
Los gitanos la llaman estaribel,
o                       estar,
que viene a ser lo mismo pero abreviando.
Sin embargo,
cuando estás dentro de una,
cuando te encuentras allí metido,
el nombre es lo de menos,
no tiene mayor importancia,
lo único que cuenta es que siempre, en todo momento,
es
una cárcel.

de David González,
en El demonio te coma las orejas, Biblioteca Omegalfa, 2020.

miércoles, 30 de marzo de 2022

Con dignidad

Con dignidad

Con dignidad. Lo principal es recibir
con dignidad los tiempos que sean,
cuando la época se estanque
o se enturbie hasta el fondo.

Con dignidad, lo principal, con dignidad
para que los distribuidores de dádivas
no te conduzcan hasta el establo
y no te atasquen con heno la boca.

El miedo de los tiempos es la caída.
No malgastes tu alma en cobardía,
sino prepárate para la pérdida
de todo lo que te espanta perder.

Si ya todo está hecho trizas
hasta un extremo imposible de prever
recuérdate a ti mismo esta pequeñez:
“También esto hay que sufrir”.

de Yevgueni Yevtushenko,
en Entre los Poetas Míos... - Colección Antológica de Poesía Social Vol.56, Biblioteca Virtual Omegalfa, 2013.

martes, 29 de marzo de 2022

Madrugada

Madrugada

Jugos del cielo mojan la madrugada de la ciudad violenta.
Ella respira por nosotros.

Somos los que encendimos el amor para que dure,
para que sobreviva a toda soledad.

Hemos quemado el miedo, hemos mirado frente a frente al dolor
antes de merecer esta esperanza.

Hemos abierto las ventanas para darle mil rostros.

de Juan Gelman,
en Debí decir te amo, Planeta, 1997.

lunes, 28 de marzo de 2022

Nuestro tiempo - VIII

 Nuestro tiempo

VIII

El poeta
declina toda responsabilidad
en la marcha del mundo capitalista
y con sus palabras, intuiciones, símbolos y otras armas
promete ayudar
a destruirlo
como a una cantera, una selva,
un gusano.

de Carlos Drummond de Andrade,
en 50 poemas escogidos, Fundación editorial el perro y la rana, 2008.

domingo, 27 de marzo de 2022

A mis hijos

A mis hijos

No dudo que les hubiera gustado tener
una linda mamá de anuncio comercial:
con marido adorable y niños felices.
Siempre aparece risueña --y si algún día llora--
lo hace una vez apagados reflectores y cámaras
y con el rostro limpio de maquillaje.

Pero ya que nacieron de mí, debo decirles:
Desde que era pequeña como ustedes
ansiaba ser yo misma --y para una mujer eso es difícil--
(Hasta mi Ángel Guardián renunció a cuidarme
cuando lo supo).

No puedo asegurarles que conozco bien el rumbo.
Muchas veces me equivoco,
y mi vida más bien ha sido como una dolorosa travesía
vadeando escollos, sorteando tempestades,
desoyendo fantasmales sirenas que me invitan al pasado,
sin brújula ni bitácora adecuadas
que me indiquen la ruta.

Pero yo avanzo, avanzo aferrada a la esperanza
de algún puerto lejano
al que ustedes, hijos míos --estoy segura--
arribarán una mañana
--después de consumado
mi naufragio--.

de Daisy Zamora,
en Entre los Poetas Míos... - Colección Antológica de Poesía Social Vol.90, Biblioteca Virtual Omegalfa, 2014.

sábado, 26 de marzo de 2022

América

América

Eres una gran hoguera
Tu crisol
De indios, negros, mestizos
Torturados
Ya no moldea más esclavos
Los estandartes se alzan
Pesados pero seguros
Aunque por ahora
Vayan
En los hombros de los muertos.

de Hugo Leyton,
en Escritos de la cárcel (la expresión poética de los presos políticos), Centro Integración Cultural, Vol.1, 1986.

viernes, 25 de marzo de 2022

ROMERO SÓLO...

ROMERO SÓLO...


de León Felipe,
en Antología Poética, Difusión Cultural. Universidad Nacional Autónoma de México, 1994 / Cuadernos de CAUM, 2018.

jueves, 24 de marzo de 2022

la palabra encerrada...

la palabra
encerrada en la jaula
no canta

Por Félix Sánchez Durán.

DESAPARECIDOS

DESAPARECIDOS

Ese hombre esa mujer no tienen rostro
No tienen nombre (no son más que la cresta
de una mar de ventura y nueva
que penetra en la frontera de piedra
apenas espuma
que con los vientos regios
siempre vuelve)
Un grito se alza en la noche brilla
en la espesura del silencio decae
fugaz
Después la sorpresa que abate la resistencia
sin milagro el tamaño
de la herida
por el suelo ropas / fotos / libros rotos
una cartera vacía
El coche avanza por la calle impune
nadie lo detiene
todos saben
Ese hombre esa mujer atados transpiran mucho
respiran mal
la pesadumbre el miedo
se ahogan
tiemblan
En ese mismo momento sucede
en el mundo la belleza
encuentros fortuitos / deseados / los instantes
perpetuos de la vida
Una niña en la puerta de su casa dice adiós
la gota de lluvia choca contra sus labios
hay un estallido de luciérnagas salvajes
hay un desierto de esmeraldas fundidas
Y de pronto la gran estrella polar la cruz del sur
al oeste la vía láctea
toneladas de arena incandescente
el pequeño universo que un rayo de luz
recorre en 300.000 años
Todo el cielo es una sinfonía de promesas
Pero ese hombre esa mujer no tienen rostro
ni ojos ni oídos para las glorias
Se abre una puerta
A sus espaldas queda la ciudad del corazón dormido
Una ciudad vencida
Los secretos del crimen del
horror se repiten en voz muy baja
Pero ellos
ese hombre esa mujer ya desnudos
los escuchan
vienen del techo del piso de las
paredes
están a su lado
crecen como flores negras malditas
como hongos pestilentes crecen
Los escuchan ¿son humanos?
¿Son humanos esos juramentos fieles de más dolor y
esas risas que les responden? (¿qué perversa alegría
qué perturbada detención de la historia
ocurre tras esas risas?)
Y ahora el frío y ahora la ebriedad
de una mala sentencia cumplida lentamente
día a día
sobre sus carnes abiertas (¡Y qué del alma! ¡Qué
de esa inocencia primera que fue quebrada!)
Ese hombre esa mujer sin fuerzas sin aliento casi
la venda que los cubre el piso que los recoge
su orín su fecalidad la oscuridad tremenda
ellos sueñan
Ese hombre esa mujer cualquiera de nosotros
ni vivos ni muertos
ni cielo ni tierra
ni siquiera oasis
apenas la precariedad del recuerdo
Una gaviota levanta vuelo en alba brumosa
El aire se agita pero vuelve a ser eterno

Ese hombre esa mujer esperan.

de Vicente Zito Lema,
en Poemas - Memoria en palabras, Ministerio de Educación, 2012.

miércoles, 23 de marzo de 2022

Tu hombre se despide, amor mío

Tu hombre se despide, amor mío

Me voy

pero no te preocupes
si antes del otoño
no he vuelto todavía.

Es lejos mi país
y sufre tanto,
que uno es incapaz
de ser feliz,
lejos de sus torres.

Aquí lo tengo todo.
Nada me falta,
ni siquiera mi soledad.
De todos los guatemaltecos
pobres, yo soy quizá
una excepción ahora.
Y como mi vida entera
luché contra toda excepción,
porque quiero siempre
que la misma sea la regla,
tengo que irme, así de común,
barato de egoísmos.

Me voy,
pero no te preocupes
si tardo un poco en el regreso.
Un día en otoño me verás llegar.
De lejos, con polvo aún en los cabellos.
Y muchos golpes recibidos, mucha hambre.
Por ese simple día, amor mío,
habré luchado muchos años.

Por ese simple día, amor mío,
habré esperado muchos días.
En lo alto de mis ojos
verás que aún persigo
una estrella lejana
y que no he podido volver
sobre mis pasos,
porque la luz del alba
me sigue seduciendo.
Amor mío,
tu hombre se va de nuevo
a los combates por la dicha.

de Otto René Castillo,
en Vámonos Patria a caminar, yo te acompaño, Biblioteca Virtual Omegalfa, 2019.

martes, 22 de marzo de 2022

VOY SOÑANDO...

VOY SOÑANDO...

Soñar, siempre soñar,
con banderas y besos;
la libertad y el aire
soplando en mi cabello.

Campo y aire sin fin
-oh, luz-, sin otro cerco
que el amor de unos brazos
enlazando mi cuello.

Soñar, siempre soñar,
con los ojos sin sueño,
que soy un hombre vivo...
siendo tan sólo un preso.

Hay árboles y un río
fijos en mi recuerdo;
una infancia salvaje,
un dulce amor ingenuo,
y dos nombres grabados
en el chopo más viejo.

(El cielo aquella tarde
era como un espejo.
El choperal tendía,
para el amor, senderos.
Todo era luz. La gloria
de mayo iba en mi pecho.

... ... ... ... ... ... ... ... ...

Un vilano de plata
se enredó en sus cabellos;
acudí tembloroso
y con mis dedos trémulos...

Sus ojos me invadieron
de aroma y sol.
El viento,
inmóvil, nos miraba:
fué aquel mi primer beso).

Soñar; siempre soñar
que vuelvo a todo aquello,
lo que dejé y ya nunca
encontraré al regreso.

de Marcos Ana,
en Las soledades del muro, Akal Editor, 1977.
Edición digital: Titivillus. Proyecto Scriptorium Ex-Libris. Epublibre.  

lunes, 21 de marzo de 2022

OTOÑO

 OTOÑO

Con los primeros fríos del otoño sereno
al salir a la calle busco al sol generoso,
en tanto que los hombres me buscan cual si fuera
yo el sol que ha de brindarles calor para su otoño.

de César Tiempo,
en Clara Beter - Versos de una..., Editorial Rescate, 1977.

domingo, 20 de marzo de 2022

SABIDURÍA

SABIDURÍA

MI padre fue pastor allá, en la sierra,
cuando tenía siete u ocho años.
No fue a la escuela nunca
y escribe a duras penas su nombre cuando firma
–eso sí, con el garbo
y la elegancia propia del que, a su modo, sabe
que la caligrafía y la sintaxis
nunca fueron espejos que muestran las virtudes.
No hizo falta que nadie lo instruyera
para llegar a ser un hombre justo
y parecerse a un sabio
de esos que, en Oriente, albergan en su calma
la erudición moral que los distingue.
Si lo pensamos, hay
una sabiduría natural –ajena a toda lógica–
que niega la enseñanza:
la que se adquiere a solas
tratando con la vida y con el mundo.
No hay diploma ni título
que acredite la honra y la decencia.

Si a los ojos lo miro,
puedo leer en ellos
lo que escribir no sabe su mano temblorosa.

de Ginés Aniorte,
en Contra - Poesía ante la represión, Coordinadora Anti-represión Región de Murcia, 2016.

sábado, 19 de marzo de 2022

Caminando sobre el tejado

Caminando sobre el tejado

¿Cómo pude sobrevivir durante el tiempo de Stalin?
Es que una vez muy contento salí disparado
de una ventana del noveno piso
donde con mucho orgullo caminé sobre el tejado
guiado por no sé quién
y llevando en mi mano un vaso de vodka.

Caminaba sobre el techo sonriendo,
me miraban desde abajo asustadas mujeres viejas,
alguna gente rara y gatos envidiosos.
Yo era absolutamente desconocido
y afortunadamente todavía no era un icono.

Dos camaradas borrachos,
manteniéndose sobrios, celosos,
miraban desde la ventana
cómo yo -sorpresivamente- podía
caminar contra todas las reglas
aunque ignorándolas todas
no
pudiera
caerme.

En aquel 1950, bajo el oscuro bigote de Stalin,
nosotros, una generación a la que le lavaron el cerebro
desde el kindergarten,
teníamos la obsesión de subirnos a los tejados,
la obsesión de escalar cualquier cosa que fuera elevada,
pero nunca la obsesión de escalar las alturas del poder.

Jugábamos a hacer el amor en los áticos
aprendimos a besar por un rublo
admirábamos en la Plaza Roja
las alegres muchedumbres con flores y carteles
mirándolas desde nuestros tejados;
mi tejado era mucho más alto que aquel majestuoso mausoleo
donde Stalin, sin ser visto en ese momento
protegido por los grandes hombros de su guardia personal,
meaba en un balde de lata
(todo eso era perfectamente visible desde nuestro tejado).
¡Qué perspectiva! ¡Qué afortunados!

Aquel tejado estaba muy cerca
de los tejados de Roma y de París
y después de algunos años irrumpimos por La Cortina de Hierro.
Nosotros, los hijos de los Tejados de Metal.

En ese extraño comunismo
de vida militarmente organizada
caminábamos sonriendo sin miedo.
¿Pero qué pasa si hoy día, vendiendo conciencias
por una vida mucho más confortable,
caemos en un capitalismo militar?
¿Qué pasa si quedamos atascados en una sórdida farsa?
Quebraré mi ventana -y aún a través de los barrotes-
saltaré fuera de mi propio retrato
¡rompiendo en pedazos el marco y el vidrio!
Ni siquiera en la muerte confiaré en ningún "ismo",
yo, otra vez joven y siempre libre,
arriesgando la vida, sonriente y fuerte,
volveré a caminar por el tejado,
o de lo contrario, no soy un poeta.

de Yevgueni Yevtushenko,
en Entre los Poetas Míos... - Colección Antológica de Poesía Social Vol.56, Biblioteca Virtual Omegalfa, 2013.
Traducción de Javier Campos.

viernes, 18 de marzo de 2022

BALADA DE LA CHICA OKUPA

BALADA DE LA CHICA OKUPA

He visto tu mirada de insurrecta en la Vía Layetana,
luchando con rabia por la noble causa de la libertad,
la libertad de escoger y vivir a tu manera
contra el Estado y el Capital.
He visto como brillaban tus ojos con amor solidario
por los compañeros y por las compañeras. Joven e informal,
pantalones tejanos agujerados, camiseta con la imagen
mítica de Che Guevara, bandera negra,
pañuelo rojo para taparte la cara
y el aire lleno de humo clara consecuencia
de la dura batalla en la Vía Layetana.
He visto tu mirada de insurrecta en la Vía Layetana,
y no sabía tu nombre, pero tú estabas en la calle, pura rebelión,
codo a codo con compañeros y compañeras que luchaban...,
y no he podido hacer nada más, tan solo secarme
la lágrima, sentimiento puro, por tu insurrección,
y he vuelto a sentir una bella emoción dentro de mi corazón
[rebelde
por tu juventud que lucha, desesperadamente,
por la causa solidaria de la libertad.

de Ferran Aisa-Pàmpols,
en Contra - Poesía ante la represión, Coordinadora Anti-represión Región de Murcia, 2016.
(Barcelona, octubre de 1996. Escrito tras el desalojo del Cine
Princesa y posterior represión policial contra la
manifestación de soporte en la Vía Layetana).