Las palabras necesitan de un contexto histórico, político, social, cultural, económico y biográfico para significar. Exhorto a lxs lectorxs/militantes a realizar un viaje de conocimiento acerca de lugares, tiempos y autorxs para enriquecer la experiencia literaria que propongo en este espacio. Gracias.

sábado, 30 de septiembre de 2023

Deseo rural

Deseo rural

Cuando se va el sol
los hombres se suben a sus camiones.
Al encender la radio escuchan voces de otros mundos
que no son este. Con las pestugas golpean al animal
para que entienda.

Los hombres dijeron: «hasta aquí será el valle».
Y recogieron luego frutos con sus manos duras
y con sus pantalones mojados
de sudor.

El niño que siente deseo hacia esas formas
es un pequeño animal.
Recibirá el golpe para que lo entienda.

de Pink Chadora,
en https://www.zendalibros.com/5-poemas-de-todo-era-campo-de-pink-chadora/ (28/7/23).

viernes, 29 de septiembre de 2023

Postal teresiana a una amiga sobre las redes sociales

Postal teresiana a una amiga
sobre las redes sociales

Para B.R.M.

Que la avalancha de fotos
de gentes que postean 
sólo bellezas
no te turbe

Que no te espante comparar
tu vida con sus vidas
plenas y exitosas
tu familia con sus familias
de las que tantas maravillas
cuentan

El afán de mostrar al mundo
los triunfos propios y de sus vástagos
es en vano

Que te baste ser vos misma

Quien a sí misma se tiene
nada le falta 

Pues, al final, todo se pasa

Porque la muerte no se muda
y su paciencia
todo lo alcanza

de Daisy Zamora,
en https://www.caratula.net/poemas/ (27/6/23) // Poemas, Carátula.

miércoles, 27 de septiembre de 2023

Romance de Juan Carlos Vallejo

 Romance de Juan Carlos Vallejo

A Zulema Silva, su madre

¡Mirad a mi hijo,
miradle a la cara,
la flor de mi vida,
la luz de mi casa!
¡Mirad a mi hijo,
se mató en la fábrica!
Juan Carlos Vallejo,
así se llamaba,
sólo veinte años,
¡miradle a la cara!,
veinte amaneceres
y ya con mortaja.
Era otro emigrante
de los que aquí andan,
otro ecuatoriano
venido con ganas
de abrirse a la vida
con fe y esperanza.
¡Ay, hijo querido,
mi hijo del alma,
aunque sin papeles,
qué bien trabajabas!
¡Mi hijo querido,
tan frío en la fábrica!
Y aquellos patronos
de negras entrañas,
aquellos malditos
sin ley ni palabra,
que todo temían
(¡miradle a la cara!)
salvo la mentira
y la canallada,
salvo la justicia
divina y humana,
aquellos malditos,
no respetan nada.
Tan pronto mi hijo
cayó y se mataba,
¡ay, Virgen María,
las carnes me sangran!,
el mono le quitan
y le desnudaban,
ladrón le decían
(¡miradle a la cara!),
ladrón le decían
y él se desangraba.
¡Ay, hijo querido,
mi hijo del alma,
nadie te defiende,
cuando te difaman!
Y a aquellos malditos,
de tan negra entraña,
la gente de orden
hasta los alaba
y como a unos santos
les pone peana.
Vergüenza no tienen
ni tienen agallas.
Esta muerte negra,
¡ay, hijo de mi alma!,
te alcanzó en La Rioja,
sea vil su fama,
en Baños del Tobías,
arda entre las llamas,
pues su gente dice
que allí no hay morralla.

Este romance tiene su origen en el suceso
ocurrido en el año 2003 en el pueblo riojano
de Baños de Río Tobías, en donde el
trabajador ecuatoriano Juan Carlos Vallejo
perdió la vida en un “accidente” laboral.
Cuando un hijo del dueño del almacén donde
trabajaba descubrió el cadáver del joven, le
despojó de su ropa de trabajo y dijo luego a
la policía que seguramente se trataría de un
ladrón que había ido a robar. Condenados
posteriormente los dueños del almacén,
autoridades locales y regionales pedían el
indulto para el empresario. Zulema, la madre
de la víctima, recorrió Madrid recogiendo
firmas para exigir que se hiciera justicia.

de Conrado Santamaría Bastida,
en Cancionero de escombros con hoguera, Biblioteca Omegalfa, S/F.

lunes, 25 de septiembre de 2023

CRÓNICA DE CHAPI, 1965

CRÓNICA DE CHAPI, 1965

Lengua sin manos: ¿cómo osas hablar?
Mío Cid

Oronqoy. Aquí es dura la tierra. Nada en ella
se mueve, nada cambia, ni el bicho más pequeño.
Por las dudosas huellas del angana
—media jornada sobre una mula vieja—
bien recuerdo
a los 200 muertos estrujados
y sin embargo frescos como un recién nacido.
Oronqoy.
La tierra permanece repetida, blanca y repetida
hasta las últimas montañas.
Detrás de ellas
el aire pesa más que un ahogado.
Y abajo,
entre las ramas barbudas y calientes:
Héctor. Ciro. Daniel, experto en huellas.
Edgardo El Viejo. El Que Dudó 3 Días.
Samuel, llamado El Burro. Y Mariano. Y Ramiro.
El callado Marcial. Todos los duros. Los de la rabia
entera.
(Samuel afloja sus botines.) Fuman, Conversan.
Y abren latas, de atún bajo el chillido
de un pájaro picudo.
“Siempre este bosque
que me recuerda al mar, con sus colinas,
sus inmóviles olas y su luz
diferente a la de todos los soles conocidos.
Aún ignoro
las costumbres del viento y de las aguas.
Es verdad,
ya nada se parece al país que dejamos y sin embargo
es todavía el mismo.”

Cenizas casi verdes,
restos de su fogata ardiendo entre la nuestra:
estuvieron muy cerca los soldados.
Su capitán,
el de la baba inmensa, el de las púas
—casi a tiro de piedra lo recuerdo—
en pocos días ametralló
a los 200 hombres
y eso fue en noviembre
(no indagues, caminante, por las pruebas:
para los siervos muertos no hay túmulo o señal)
y esa noche,
en los campos de Chapi,
hasta que el viento arrastró la Cruz del Sur,
se oyeron los chillidos de las viejas,
ayataki,
el canto de los muertos,
pesado como lluvia
sobre las anchas hojas de los plátanos,
duro como tambores.
Y el halcón de tierras altas
sombra fue sobre sus cuerpos maduros y perfectos.

(En Chapi, distrito de La Mar, donde en setiembre,
don Gonzalo Canillo —quien gustaba
moler a sus peones en un trapiche viejo—
fue juzgado y muerto por los muertos.)

Al principio, sólo una herida en la pierna derecha
después
las moscas verdes invadieron tus miembros.
Y eras duro, todavía.
Pero tus pómulos no resistieron más
—fue la Uta, el hambriento animal de 1000 barrigas—
y tuvimos, amigo, que ofrecerte
como a los bravos marinos que mueren sobre el mar.

Ese jueves, desde el Cerro Morado se acercaban.
Eran más de 40.
El capitán —según pude saber—
sólo temía al tiempo de las lluvias
y a las enfermedades que provocan
las hembras de los indios.
Sus soldados
temían a la muerte.
Sin referirme a Tambo —5000 habitantes y naranjas—
12 pueblos del río hicieron leña tras su filudo andar.

Fueron harto botín hombres y bestias.
Se acercaban
Junto a las barbas de la ortiga gigante
cayeron un teniente y el cabo fusilero.
(El capitán
se había levantado de prisa, bien de mañana
para combatir a los rebeldes.
Y sin saber que había una emboscada,
marchó con la jauría hasta un lugar tenido por
seguro
y discreto.
Y Héctor tendió la mano, y sus hombres se alzaron con presteza.)
Y así,
cuando escaparon, carne enlatada y armas recogimos.
El capitán huía sobre sus propios muertos
abandonados al mordisco de las moscas.
No tuvimos heridos.
Los guerrilleros entierran sus latas de pescado,
recogen su fusil, callan, caminan.
Sin más bienes
que sus huesos y las armas, y a veces la duda como
grieta
en un campo de arcilla. También el miedo.
Y las negras raíces
y las buenas, y los hongos que engordan y aquellos
que dan muerte
ofreciéndose iguales.
Y la yerba y las arenas y el pantano
más altos cada vez en la ruta del Este, y los días
más largos cada vez
(y eso fue poco antes de las lluvias).
Y así lo hicieron 3 noches con sus días.
Y llegados al río
decidieron esperar la mañana antes de atravesarlo.

“Wauqechay, hermanito, wauqechay, es tu cansancio
largo como este día, wauqechay.
Verde arverjita verde,
wauqechay,
descansa en mi cocina,
verde arverjita verde,
wauqechay,
descansa en mi frazada y en mi sombra.

Daniel, Ciro, Mariano, Edgardo El Viejo,
El Que Dudó 3 Días, Samuel llamado El Burro,
Héctor, Marcial, Ramiro,
qué angosto corazón, qué reino habitan.

Y ya; ninguno pregunte sobre el peso y la medida de
los hermanos muertos,
y ya nadie les guarde repugnancia o temor.

de Antonio Cisneros,
en Un pulso que golpea las tinieblas, Partido de la Revolución Democrática (PRD-DF)/Para Leer en Libertad A.C., 2012.

domingo, 24 de septiembre de 2023

La tierra recobrada

La tierra recobrada
 
Esta es la tierra recobrada
donde ahora entonamos nuevos cantos.
Me despierta una lluvia nocturna
que habla de renovaciones,
de la nueva hierba que crece
verde, dándole fondo de esperanza
a cada gota que cae.
 
Esta es la nueva canción
que he querido que entonemos juntos.
 
Raudo es el vuelo, sí,
y enterrar la muerte
ha sido rescatar la vida
darle su nuevo colorido.

de Vidaluz Meneses,
en https://www.revistaagrafos.com/cantos-de-vida (28/7/23).

sábado, 23 de septiembre de 2023

nos podrían dar alas...

nos podrían dar alas
y seguiríamos llenando el cielo de humo
nos podrían dar branquias
y seguiríamos contaminando el agua
nos podrían dar vida eterna
y seguiríamos hipotecando el futuro

Por Félix Sánchez Durán.

viernes, 22 de septiembre de 2023

Mujeres con guitarra

Mujeres con guitarra

Hay muchas mujeres lapidadas a lo largo
de la historia.
Su vida fue de jaurías y de toros rabiosos
de sangre alzada
de mordeduras largas.

Mujeres que le devolvieron al mundo
la embestida,
que se inmolaron o tuvieron que matar
para seguir viviendo,
esas que en la hora más oscura
roturaron el campo con sus uñas
para que vos y yo pasemos.

Hondas mujeres que quizás una lenta madrugada
marcharon al fuego o a la horca
por cosas tales como desordenar
el orden público
por inventar una nueva manera de descifrar
la vida
por tener voz
o por infieles
o ateas.

Ellas ya no están. Sus cabezas reposan
sobre un siglo o dos. Sus ojos
ya no existen.

Pero de ellas perdura una hebra sutil
un hilo ciego que sin saberlo
nos hace crecer y despertarnos en la noche
con unas ganas inmensas de vivir
de derribar todos los muros
de desafiar todas las hogueras
así como de amar y de pulsar todas
toditas las guitarras de la tierra.

de Ana Ilce Gómez,
en https://www.caratula.net/un-poema-de-ana-ilce-gomez/ (28/7/23).

jueves, 21 de septiembre de 2023

PRIMAVERA 1938

PRIMAVERA 1938

1
Hoy domingo de Pascua, temprano
una repentina tormenta de nieve barrió la isla.
Entre los setos verdeantes la nieve había cuajado. Mi joven hijo
me llevó hasta un pequeño albaricoquero apoyado a la pared de la casa
arrancándome de un poema en el que señalaba con el dedo
a los que están preparando una guerra
que puede borrar del mapa el continente, esta isla,
a mi pueblo, mi familia y a mí mismo. Sin decir una palabra
cubrimos con un saco
el árbol arrecido.

2
Sobre el estrecho cuelgan nubes de lluvia, pero el sol
todavía dora el jardín. Los perales
tienen ya hojas verdes, aunque no flor; en cambio los cerezos, que aún
no han echado hojas, lucen floree. Los blancos racimos
parecen brotar directamente de las ramas secas.
Por las aguas rizadas del estrecho
se desliza un barquito con la vela remendada.
Al gorjeo de los estorninos
se mezcla el trueno lejano
de los cañones de las maniobras navales
del Tercer Reich.

3
En estas noches de primavera
se oye a menudo cantar el cárabo
en los sauces que bordean el estrecho.
Los supersticiosos de los campesinos creen que
el cárabo anuncia a los hombres
que no les queda mucho de vida. A mí
que soy consciente de haber dicho la verdad
de los que nos gobiernan, el pájaro fúnebre no necesita
ni siquiera anunciármelo.

de Bertolt Brecht,
en Poemas del lugar y la circunstancia, Pre-textos, 2003.
Editor digital Titivillus (epulibre), 2022.
Traducción de José Muñoz Millanes.

ACERCA DE LA PRIMAVERA

ACERCA DE LA PRIMAVERA

MUCHO antes de que
nos ahogáramos en petróleo, hierro y amoníaco
llegaba cada año el tiempo
del verdecer irresistible y vigoroso de los árboles.
Todos recordamos
el alargarse de los días
el cielo más claro
cómo cambiaba el aire
de la primavera ya cierta.
Aún nos hablan los libros
de esta celebrada estación del año
aunque ya hace mucho que
no se ven en los cielos de nuestras ciudades
las famosas bandadas de pájaros.
La primavera todavía se precipita a sorprender
a gente que viaja en tren.
En las llanuras se deja sentir
igual que antes.
Allá en lo alto, por supuesto,
parecen pasar tormentas:
ya sólo rozan
nuestras antenas.

de Bertolt Brecht,
en Poemas del lugar y la circunstancia, Pre-textos, 2003.
Editor digital Titivillus (epulibre), 2022.
Traducción de José Muñoz Millanes.

miércoles, 20 de septiembre de 2023

Postizo

Postizo

El cuerpo de Pink Chadora cabe en una caja.
La abro y lo compongo despacio, lo deshago.
Luego lo ordeno de otra manera.

Nunca apareces dos veces de la misma forma.
Cuando algo cambia en ti,
a mí también me modifica.
Dejas siempre el suelo sucio,
siempre algo brillante y pequeño por limpiar.
Entregas a mi mano el artificio
de construir un cuerpo distinto cada día
y llamarlo horizonte.

Meter un cuerpo en una caja es algo bello.
¿Cómo me sentiré cuando la caja
sea otra?
Sellar, por ejemplo, el cuerpo de una madre.

Por favor te pido,
no me sueltes de la mano.

de Pink Chadora,
en https://www.zendalibros.com/5-poemas-de-todo-era-campo-de-pink-chadora/ (28/7/23).

martes, 19 de septiembre de 2023

UN GRITO A LA VIDA

UN GRITO A LA VIDA

A la resistencia de mujeres y hombres torturados en prisión.
A los que en esa resistencia perdieron la vida.

Las manos en alto
las piernas abiertas
un cañón que lo apunta
si acaso
se le ocurre parpadear
es «hombre muerto».

Las manos atrás
ahorcadas por brillantes eslabones
los ojos vendados
unas garras
que dirigen su rastro
al rincón que nunca ha de olvidar.

Cuatro murallas
Frías y putrefactas.
Los verdugos
rodean su carne despojada
meditando por dónde
han de arrancarle palabra alguna.

Quizá los brazos atrás
colgados hasta arrancarlos de su esqueleto
pueda ser efectivo…

O sumergir su cabeza
en la profundidad de noctámbulo océano
resulte mejor…

O quizá unos hilos metálicos
enchufados en sangrantes llagas
sean un éxito.

Y pueda ser que
jugar a la «ruleta rusa»
resulte divertido
arrancándole por fin palabra alguna.

Pensándolo mejor…
una vara, un fusil
o un «miembro viril»
forzado brutalmente en sus entrañas
lo lleve al ascenso anhelado.

Él, ella, ellos
agonizantes prisioneros
sudan lágrimas y sangre
siempre…
siempre aferrados a la vida.

de Milagros Chávez,
en Versos Insurgentes - Poesía Guerrillera, 2007.

lunes, 18 de septiembre de 2023

MI SENCILLA CONDICIÓN

MI SENCILLA CONDICIÓN

De amarte tengo convicción
y una sencilla condición:
que tu mente no anide la idea vana
de prescindir de la esperanza,
que no haya instante
en la marcha de tu tiempo
para siquiera cejar en el pensamiento
la idea de atajar la ira
contra la injusticia.

Deja repicar los pálpitos de tu fe
haciendo eco de ensoñaciones de amor
en el manantial vivo de tu rebeldía.

Que no se pose en tu conciencia
la huella de la duda
ni la sórdida voz de la cobardía...,
responde fiel a tus convicciones
con tu reflexión tranquila
y con lo más puro
de tus ansias de paz
y de tus vívidas ilusiones libertarias.

Que no te urja otra gloria
que la de todo el que ame
la sencilla modestia,
la humildad gigante y la alegría...
Abre en tu alma puertas de lealtad
a la firme determinación
de entregarte con emoción
al sueño de la revolución
con sacrificio pleno y valentía...

Entonces yo,
sabiéndote así,
correré a beber de tu sudor de amor
sumergiéndome en la frondosa extensión
de tus íntimos remansos.
Llenaré mis ansias de ti
con tu fascinante fragancia
de embriagada hembra
con pasiones florecidas
desde los cataclismos
de las más ardientes
parcelas sensoriales.

Me despeñaría en el fragor
de tu cuerpo,
sobre tu aliento de rosas...,
y en el telúrico palpitar
de tus texturas pubitales
sobre las que vertería mi siembra,
alucinado, trastornado, electrizado…,
desfallecido
entre tus caricias germinales,
ensoñadoras y celestiales,
en las que moriría
mil veces
derretido entre tu fuego,
y de tu mismo fulgor emergería resucitado...,
revivido con el sabor
de tus mestizas tetas sofocadas...,
y con el manjar de tus muslos firmes
en los que mis besos
se derramarían desbocados,
en estrepitoso cauce,
hasta tu fuente fresca...,
hasta tu profunda fuente
de extasiaciones diluviales.

de Jesús Santrich,
en Versos Insurgentes - Poesía Guerrillera, 2007.

domingo, 17 de septiembre de 2023

Epigrama de un ingenio de la Corte Imperial

Epigrama de un ingenio de la Corte Imperial

La sociedad de consumo
tiene su propia cultura:
producir basura y humo,
o, si no, humo y basura.

De Jesús López Pacheco,
en Entre los poetas míos... - Colección Antológica de Poesía Social Vol.23, Biblioteca Virtual Omegalfa, 2013.

viernes, 15 de septiembre de 2023

Le gusta codearse...

Le gusta codearse
con intelectuales
y una vez juntos
codearse dialécticamente
con los revolucionarios
y el pueblo
¿Pero saldrán a la calle
el día que lluevan balas
de vereda a vereda?

De Alejandro Almeida (detenido-desaparecido el 17 de junio de 1975)
en Alejandro por siempre... amor (Taty Almeida Comp.), BAOBAB, 2016.