Las palabras necesitan de un contexto histórico, político, social, cultural, económico y biográfico para significar. Exhorto a lxs lectorxs/militantes a realizar un viaje de conocimiento acerca de lugares, tiempos y autorxs para enriquecer la experiencia literaria que propongo en este espacio. Gracias.

domingo, 12 de mayo de 2013

Lo que solía creer


Lo que solía creer

Crecí creyendo
Que Perón era un dictador
Y que el Clarín sonaba
Para informar.
Que el dolor se calmaba
Con dolor
Y que esfuerzo
Era sólo sinónimo de trabajar:
Sin dinero no hay sudor.
Que la meta era siempre una
Y que el éxito
Cotizaba en bolsa.
Crecí creyendo que la felicidad no se buscaba,
Que era un atributo secundario del dinero.
Que era mejor tener un buen sustantivo
A conjugar un verbo,
Y que la libertad absoluta del individuo siempre era mejor
Que la igualdad inoportuna de los pueblos.
Crecí creyendo que una buena mujer
Era la que no te desafiaba
Y que la política era cosa
De carroñeros.

Por suerte soy
De una generación
Que naufragó
Y construyó su propia
Barca.

Por Félix Sánchez Durán

La mueca


La mueca

La mentira es la verdad de los desesperanzados,
De aquellos que dejaron morir la utopía,
Transitando la vida como peregrinos a ningún lugar.
Es la cobardía a perder en una lucha ya perdida
Donde lo único que mantiene viva la esperanza
Es la pelea desalmada contra uno mismo y su miedo
A desilusionarse tan seguido que ya nada valga la pena.
Abandonar la lucha es abandonar la vida.
Sólo quien grita de dolor puede cambiar su desdicha.
Quien ya no grita transforma su desdicha en cotidianidad.
No hay que perder nunca la mueca, la última frontera
Que nos separa de la muerte en vida, de la vida mísera.

Por Félix Sánchez Durán

Cobardes (en ocasión de una huelga hace tiempo)


Cobardes
(en ocasión de una huelga hace tiempo)

Así se hace difícil seguir.
Aprendiendo de los compañeros
A estimar más al enemigo.
Su fuerza, su convicción y la garra,
El valor que nunca tuvimos.
Sólo me queda el dulce sabor de la derrota
Porque los cobardes se hunden
Con los valientes heridos.

Por Félix Sánchez Durán