Las palabras necesitan de un contexto histórico, político, social, cultural, económico y biográfico para significar. Exhorto a lxs lectorxs/militantes a realizar un viaje de conocimiento acerca de lugares, tiempos y autorxs para enriquecer la experiencia literaria que propongo en este espacio. Gracias.

sábado, 30 de junio de 2018

La escuela de los tenores

La escuela de los tenores

Coge el trapo, borra la luna,
escribe el sol, la otra moneda
del cielo, pizarra escolar.
Siéntate luego.
Tus notas serán buenas,
pasarás al curso siguiente,
llevarás una gorra nueva y más flamante.
Porque la tiza tiene razón
y la tiene el tenor que la canta.
Deshojará el terciopelo,
ahuyentará la hiedra, medida de la noche,
el musgo, su murmullo,
todos los mirlos.

Al que toca el bajo, emparédalo
en su bóveda.
¿Quién cree aún en barricas
en que el nivel del vino disminuye?
Sea pájaro o metralla
o sólo un zumbido hasta que cruje,
porque el éter está repleto
de fines de semana y veraneos.
Tijeras que, en la sastrería,
gorjean la canción de la primavera y la costura...,
no sigas su ejemplo.

Sacando el pecho, hasta que el viento dé un rodeo.
Una y otra vez trompetas,
cucuruchos de papel llenos de cebollas de plata.
Luego paciencia.
Espera hasta que los ojos de la señora se aparten,
dos criadas descontentas.
Sólo entonces esa nota que las copas temen
y el polvo
que persigue a las molduras hasta que cojean.

Raspas de pescado, ¿quién cantará esos intersticios
al mediodía ensartado en un junco?
¡Qué bien cantaba Else Fenske cuando,
en sus vacaciones de verano,
tropezó a gran altura
cayendo por una silenciosa grieta del glaciar
y dejándonos únicamente su sombrilla
y su do de pecho!

El do de pecho, los muchos afluentes del Mississippi,
su espléndido aliento
que inventó las cúpulas y el aplauso.
Telón, telón, telón.
Deprisa, antes de que el candelabro se niegue a seguir tintineando,
antes de que las galerías se inclinen
y la seda se abarate.
Telón, antes de que entiendas ese aplauso.

de Günter Grass,
en Poemas, Visor, 1994.

miércoles, 27 de junio de 2018

¿Factible?

¿Factible?

Desde que el ratón
ha visto
un gato muerto
en una ratonera
planea la revolución

de Erich Fried,
en Entre los poetas míos... - Colección Antológica de Poesía Social Vol.8, Biblioteca Virtual Omegalfa, 2012.

domingo, 24 de junio de 2018

Romance de la venganza

Romance de la venganza

Cazador alto y tan bello
Como en la tierra no hay dos,
Se fue de caza una tarde
Por los montes del Señor.

Seguro llevaba el paso,
Listo el plomo, el corazón
Repicando, la cabeza
Erguida y dulce la voz.

Bajo el oro de la tarde
Tanto el cazador cazó,
Que finas lágrimas rojas
Se puso a llorar el sol…

Cuando volvía cantando
Suavemente a media voz
Desde un árbol, enroscada,
Una serpiente lo vio.

Iba a vengar a las aves,
Mas, tremendo, el cazador
Con hoja de firme acero
La cabeza le cortó.

Pero aguardándolo estaba
A muy pocos pasos yo…
Lo até con mi cabellera
Y dominé su furor.

Ya maniatado le dije:
—Pájaros matasteis vos,
Y voy a tomar venganza
hora que mío sois…

Mas no lo maté con armas,
usqué una muerte peor:
¡Lo besé tan dulcemente
Que le partí el corazón!

Envío

Cazador: si vas de caza
Por los montes del Señor,
Teme que pájaros venguen
Hondas heridas de amor.

de Alfonsina Storni,
en Entre el largo desierto y la mar, Fondo Editorial Casa de las Américas, 1999.

jueves, 21 de junio de 2018

Generación Spectrum

Generación Spectrum

todo es posible

sobre el teclado negro
los dedos bailan

de Daniel Bellón,
en Once poetas críticos en la poesía española reciente (Enrique Falcón, coord.), Baile del sol, 2007.

lunes, 18 de junio de 2018

Campo de concentración

Campo de concentración

Compañera, destinataria del fósforo:
Dónde se halla la edad, la resinas de amor
derramándose como tintas de ámbar
en el recordatorio de tu piel.
Dónde está aquel presidio, dónde
la suave permanencia de tu abrazo.

Pero yo estuve en otras cárceles,
viajé en un tren sediento hasta la entrada.
Me concedieron una estrella
de raza o de política
y la llevé sobre un gris uniforme.
Desde entonces mi pelo siempre tiene
un olor insepulto a crematorio.

de Isabel Pérez Montalbán,
en Once poetas críticos en la poesía española reciente (Enrique Falcón, coord.), Baile del sol, 2007.

viernes, 15 de junio de 2018

Tentación

Tentación

Afuera llueve; cae pesadamente el agua
Que las gentes esquivan bajo abierto paraguas.
Al verlos enfilados se acaba mi sosiego,
Me pesan las paredes y me seduce el riego
Sobre la espalda libre. Mi antecesor, el hombre
Que habitaba cavernas desprovisto de nombre,
Se ha venido esta noche a tentarme sin duda,
Porque, casta y desnuda,
Me iría por los campos bajo la lluvia fina,
La cabellera alada como una golondrina.

de Alfonsina Storni,
en Entre el largo desierto y la mar, Fondo Editorial Casa de las Américas, 1999.

martes, 12 de junio de 2018

Los hombres del saco

Los hombres del saco

a ciertos niños,
como a nuestras madres rojas,
antes de vendernos,
nos cortan el pelo al rape,
como si tuviéramos liendres.

a ciertos niños,
como a los americanos nativos,
antes de vendernos,
nos cortan el pelo al cero,
como si tuviéramos piojos,
y          se nos prohíbe, además, hablar
en la lengua de nuestros antepasados.

a ciertos niños,
como también a los caballos,
antes de vendernos,
nos miran la dentadura
y          nos cuentan los dientes,

y         muchas mentiras también.

de David González,
en Once poetas críticos en la poesía española reciente (Enrique Falcón, coord.), Baile del sol, 2007.

sábado, 9 de junio de 2018

El fin de la era del sueño

El fin de la era del sueño

—Al comienzo del mundo, los Tapirapes, vivíamos en el
fondo de un lago,
nada exterior llegaba hasta nosotros, excepto los rayos del
sol,
vivíamos felices a salvo de los males del mundo.

Aritana habla en portugués bajo el sol ardiente de la sabana,
junto al río Tuatuari,
de su lengua apenas quedan las palabras muerte, duelo y
tristeza:

—Hace cincuenta años éramos doce,
cuando yo nací había una sola casa Yawalapiti,
dicen que los Maku se han extinguido, los Manitsawa, los
Curimbaira...
río arriba viven doscientos Mamainde.

—Un día los indios salimos por el orificio de la luz
y nos quedamos encajados,
oliendo a muerto, hasta hoy.

LA PRINCIPAL AMENAZA DE LAS COMUNIDADES
INDÍGENAS DEL AMAZONAS ES EL HOMBRE
BLANCO: GARIMPEIROS, MINEROS, MADEREROS,
PETROLEROS... y con ellos
las enfermedades, las drogas, el alcohol, la prostitución.

—En medio del lago primordial hay ahora una gran
serpiente erguida,
dice que sabemos muchas cosas,
que no podemos volver al hogar.

La lengua Trumai se habla en Matto-Grosso por menos de
cien personas.
Los Yamalapiti son hoy 180.

—surgí do ji paraná, paiter
palabras que sólo cuatrocientas personas entienden en el
mundo.

Mura-Piraba, 152 supervivientes, Surni, 400; Paumari, 500;
Parakana, 372;
Bakairi, 500; Wanapa-pivá, 300; Paraintintin, 103;
Purubora, 100; Jarawara, 200; Jaragé, 500; Karipuna,
200; Tapirape, 300; Urupá, 300; Karitiana, 200;
Apiakai, 100 supervivientes...

—wbi-djapá, pidá-djapá, kutía-djapá...
la lengua Katokina, la más frágil,
la hablaban en 1990 diez personas.

Justo antes del fin del mundo,
dos jóvenes treparán por los rayos de luz para pedir ayuda a
los dioses
y volverán del mundo desconocido
armados con todo lo necesario
para volver de nuevo maravilla
la miel, el cielo, los árboles, las flores
y los ríos de agua cristalina.


—Dynzemawa, hedenawa, badukiwa, kurukuru, wayna-
tukano...

de Antonio Orihuela,
en Once poetas críticos en la poesía española reciente (Enrique Falcón, coord.), Baile del sol, 2007.

miércoles, 6 de junio de 2018

Adaptación

Adaptación

Ayer empecé a
aprender a hablar
Hoy estoy aprendiendo a callar
Mañana dejaré
de aprender

de Erich Fried,
en Entre los poetas míos... - Colección Antológica de Poesía Social Vol.8, Biblioteca Virtual Omegalfa, 2012.

domingo, 3 de junio de 2018

Cuentan que antaño

Cuentan que antaño

Cuentan que antaño,-y por si no lo cuentan,
Invéntologo, -un labriego que quería
Mucho a un zorzal, a quien dejaba libre
Surcar el aire y desafiar al viento –
De cierto bravo halcón librarlo quiso
Que en cazar por el ala adestró astuto
Un señorín de aquellas cercanías,-
Y púsole al zorzal el buen labriego
Sobre sus alas, otras dos, de modo
Que el vuelo alegre al ave no impidiesen.
Salió el sol, y el halcón rompiendo nubes,
Tras el zorzal, que a la querencia amable
Del labrador inquieto se venía:
Ya le alcanza: ya le hinca: ya estremece
En la mano del mozo el hilo duro:
Mas ¡guay del señorín! : el halcón sólo
Prendió al zorzal, que diestro se le escurre,
Por las alas postizas del labriego.

¡Así, quien caza por la rima, aprende
Que en sus garras se escapa la poesía!

de José Martí,
en Versos libres, 1913.

miércoles, 30 de mayo de 2018

Odio el mar

Odio el mar

Odio el mar, sólo hermoso cuando gime
Del barco domador bajo la hendente
Quilla, y como fantástico demonio
De un manto negro colosal tapado,
Encórvase a los vientos de la noche
Ante el sublime vencedor que pasa:-
Y a la luz de los astros, encerrada
En globos de cristales, sobre el puente
Vuelve un hombre impasible la hoja a un libro.-

Odio el mar: vasto y llano, igual y frío
No cual la selva hojosa echa sus ramas
Como sus brazos, a apretar al triste
Que herido viene de los hombres duros
Y del bien de la vida desconfía;
No cual honrado luchador, en suelo
Firme y pecho seguro, al hombre aguarda
Sino en traidora arena y movediza,
Cual serpiente letal.- También los mares,
El sol también, también Naturaleza
Para mover el hombre a las virtudes,
Franca ha de ser, y ha de vivir honrada-
Sin palmeras, sin flores, me parece
Siempre una tenebrosa alma desierta.

Que yo voy muerto, es claro: a nadie importa
Y ni siquiera a mí, pero por bella,
Ignea, varia, inmortal, amo la vida.

Lo que me duele no es vivir; me duele
Vivir sin hacer bien. Mis penas amo,
Mis penas, mis escudos de nobleza.
No a la próvida vida haré culpable
De mi propio infortunio, ni el ajeno
Coce envenenaré con mis dolores.
Buena es la tierra, la existencia es santa.
Y en el mismo dolor, razones nuevas
Se hallan para vivir, y goce sumo,
Claro como una aurora y penetrante.

Mueran de un tiempo y de una vez los necios
Que porque el llanto de sus ojos surge
Más grande y más hermoso que los mares.

Odio el mar, muerto enorme, triste muerto
De torpes y glotonas criaturas
Odiosas habitado: se parecen
A los ojos del pez que de harto expira,
Los del gañán de amor que en brazos tiembla
De la horrible mujer libidinosa:-
Vilo, y lo dije: -algunos son cobardes,
Y lo que ven y lo que sienten callan:
Yo no: si hallo un infame al paso mío,
Dígole en lengua clara: ahí va un infame,
Y no, como hace el mar, escondo el pecho.
Ni mi sagrado verso nimio guardo
Para tejer rosarios a las damas
Y máscaras de honor a los ladrones.

Odio el mar, que sin cólera soporta
Sobre su lomo complaciente, el buque
Que entre música y flor trae a un tirano.

de José Martí,
en Versos libres1913.

domingo, 27 de mayo de 2018

Enfermo

Enfermo

Quien nunca ha chocado
contra las leyes de esta sociedad
ni choca ni piensa chocar nunca
ése está enfermo

Y quien quiere seguir sin sentirse nunca enfermo
en este tiempo
que nos toca vivir
ése está enfermo

Quien siente pudor de sus partes pudendas
y no las acaricia y las partes
de otros a quien ama no las acaricia sin vergüenza
ése está enfermo

Quien se deja amendrentar
por quienes lo llaman enfermo
ése está enfermo

Quien quiere ser respetado
por aquellos a quienes desprecia
cuando reúne el valor suficiente para ello
ése está enfermo

Quien no tienen compasión
con aquellos a quienes debe desdeñar
y combatir para permanecer sano
ése está enfermo

Quien utiliza su compasión
para no combatir a los enfermos
que en rededor suyo hacen enfermar a otros
ése sí que tiene que estar enfermo

de Erich Fried,
en Entre los poetas míos... - Colección Antológica de Poesía Social Vol.8, Biblioteca Virtual Omegalfa, 2012.

jueves, 24 de mayo de 2018

Buque-escuela

Buque-escuela

Azul gris,
hería tu mole
el plumón blando
de las aguas.

Pero te acunaban,
ignorantes
de tus nidos
de obuses.

Tornillo sobre tornillo,
plancha sobre plancha,
torre sobre torre,
te lanzaba al aire
en un esfuerzo
de catapulta.

Te odiaba,
desde el muelle,
porque te vestías
de cielo,
y mar calmo;
taimado…

Cuando te hollaron mis pies
una nube de adolescentes
uniformados
irrumpió por tus puentes

Habían vuelto a cargarse
las ramas humanas
secadas a cañonazos.

Había más que antes;
y eran más hermosos
que antes:

Cuellos fornidos
de cuerda
prensada.
Ojos tiernos.
Carne dorada
a espuma y sal.
Dientes agudos,
luminosos.

Grandes bocas
húmedas aún
de besos maternos,
abiertas,
pedigüeñas,
como la de los pichones.

Rodaban como frutas
sobre el acero del buque.

Perfumaban el hierro.
Desteñían la pintura.

Hablaban palabras de hombre,
musicales…

Movían los brazos
en círculos
de estrechamiento.
Uno,
con una pajuela,
le hacía cosquillas
a un gato:
su nariz riente,
tras el ojo de buey,
lanzaba gritos
de pueril alegría.

Lúgubre,
de vez en cuando,
sonaba una campana.

… Máscara de hierro
sobre las caras…
y nacía,
hosca,
la fila
sin albedrío.

de Alfonsina Storni,
en Entre el largo desierto y la mar, Fondo Editorial Casa de las Américas, 1999.

lunes, 21 de mayo de 2018

Estampas de la guerra social III: Lecciones de Economía Política

Estampas de la guerra social III:
Lecciones de Economía Política

Ana Palacio

Las bombas caen suben
las bolsas

El precio del petróleo se decrementa
en función del crecimiento del número
de muertos

La economía global
explicada con dos simples curvas

Una elegante representación gráfica
como sin duda apreciarán

de Daniel Bellón,
en Once poetas críticos en la poesía española reciente (Enrique Falcón, coord.), Baile del sol, 2007.

viernes, 18 de mayo de 2018

Patria

Patria

Los trabajadores no tienen patria.
Mal se les puede quitar lo que no tienen.
C. Marx y F. Engels:
Manifiesto comunista

Compañera, centro de gravedad:
Porque no existe más patria que tu imagen animada,
imperturbable a la nieve, a las campanas doblando.
Mi patria es una cochera donde amontono tu cuerpo
y los lobos carroñeros de un pasado cazador,
la ciencia dentro de ti, el suavísimo plumaje
con que cubres tu epidermis, lo inmaterial, los objetos,
un llanto helado de tumbas, tú y yo juntos, y las cosas
necesarias de un hogar sin santos ni funerales.
Ni un país ni una nación ni el Universo en vorágine,
nada me ha pertenecido, nada fieramente mío,
de ningún dios ni de nadie. Todos rivales en celo,
todos timando a los otros, hambrientos depredadores
en la estepa bancaria y la bolsa de Wall Street.
Pero si alguien busca el fuego. Pero si alguien grita patria,
me indica siempre la ruta correcta, las cerraduras,
la diana del corazón, el núcleo celular
donde duermes y comienzas.

de Isabel Pérez Montalbán,
en Once poetas críticos en la poesía española reciente (Enrique Falcón, coord.), Baile del sol, 2007.