Las palabras necesitan de un contexto histórico, político, social, cultural, económico y biográfico para significar. Exhorto a lxs lectorxs/militantes a realizar un viaje de conocimiento acerca de lugares, tiempos y autorxs para enriquecer la experiencia literaria que propongo en este espacio. Gracias.

martes, 2 de abril de 2019

La certeza

La certeza

Han perfeccionado los medios de destrucción,
la ciencia abstracta casi visiblemente brilla,
tan refinadamente pulida. Armas inmateriales
que nunca nadie podría tener en las manos
se abren paso por la oscuridad, atraviesan grandes
distancias,
introduciéndose por laberintos hasta llegar
a blancos que son conceptos.

Pero una antigua certeza
se mantiene: la guerra
significa sangre que se derrama de los cuerpos vivos,
significa extremidades cortadas, ceguera, terror,
significa duelo, agonía, huérfanos, hambruna,
prolongada desdicha, permanente resentimiento y odio y culpa,
significa todo esto multiplicado, multiplicado,
significa muerte, muerte, muerte y muerte.

De Denise Levertov,
en Entre los Poetas Míos... - Colección Antológica de Poesía Social Vol.25, Biblioteca Virtual Omegalfa, 2013.

lunes, 1 de abril de 2019

Noche fría

Noche fría

Noche helada de otoño, sin manta ni colchón. Curvo la espalda
y las piernas repliego, buscando en vano el sueño.
El reflejo lunar sobre los plátanos, hace sentir más frío.
A través de la reja, en la ventana, veo la Osa Mayor que se desplaza.

de Ho Chi Minh,
en Diario de prisión, Instituto del libro (CUBA), 1970.

domingo, 31 de marzo de 2019

ciudad panóptica

ciudad panóptica

el escenario es un colectivo
el aire que se respira es tristeza
no hay peor cárcel que la mirada del otro.
miran por la ventanilla
y sus miradas se pierden.
desean ser otra cosa
pero les divierte este caos.
llego a mi destino y me bajo.
me espera una reunión de
intelectuales de turno.
sus ideas agarraron un piquete
a mi los piqueteros me dejaron pasar.
antes que ahogarme decido marcharme.
vuelvo al lugar donde mejor me refugio
busco esa cueva donde nadie me encuentre.
ahí, donde puedo ser.
ahí, donde no obedezco.
en la soledad, en el único consuelo.
lo que observo es que hay mucho anhelo
se anhelan caricias, se anhela verdad.
hasta las veredas sufren por
esa multitud que se queja de la lluvia
porque moja su ropa nueva
porque los retrasa en el trabajo..
aunque el mundo es más grande de lo que dicen
percibo que nos achicaron el tiempo…

de César González (Camilo Blajaquis),
en http://latitudeslatinas.com/poemas-de-cesar-gonzalez/ (23/1/2019).

sábado, 30 de marzo de 2019

"Salida"

"Salida"

Vio al león en la jaula
pero ingresó corriendo...
Alguien había puesto
mal el letrero.

Por Félix Sánchez Durán.

viernes, 29 de marzo de 2019

El inocente

El inocente

El gato tiene su deporte
y el ratón sufre
Pero el gato
es inocente
no habiendo imagen de dolor en él
Un ángel danza con su presa

Lo lleva, lo libera, salta otra vez
con gozo sobre su querido juguete

¡Una danza, una plegaria!
Qué cruel es el gato a nuestros ojos culpables

De Denise Levertov,
en Entre los Poetas Míos... - Colección Antológica de Poesía Social Vol.25, Biblioteca Virtual Omegalfa, 2013.

miércoles, 27 de marzo de 2019

Derechos de entrada

Derechos de entrada

Para entrar en prisión, hay que pagar derechos.
Y la tarifa mínima son cincuenta yuanes.
Si no tienes con qué pagar ese tributo,
cada paso que des, será otro paso en falso.

de Ho Chi Minh,
en Diario de prisión, Instituto del libro (CUBA), 1970.

martes, 26 de marzo de 2019

Asaltamos el alba a tiro limpio

Asaltamos el alba a tiro limpio

Ramón Sender

Me trepan los insultos -mareas numerosas-
como trepan los hijos al cariño de un hombre.
Tengo las ansias llenas de ganarme en un grito.
Grito: ¡La vida es nuestra! y abro los horizontes.
Puertas de bronce viejo, de hierro remachado,
caerán cuando se agrupen las voces en un puño.
Hombres desvencijados, de espaldas a la vida:
así dancen las balas no serán de este mundo.
A los calvos de ideas, con sangre de pantano,
a los viejos que ensucian las palabras más altas,
les hago una advertencia: conmigo están los brazos
de aquellos que arrancaron de sus ojos las lágrimas.
La humildad -ese viejo mascarón- no hará suya
nuestra carne que es nudo de un clamor que echa ramas
y en sus climas oscuros, como a un árbol raíces,
nutren de savia pura los cuencos de su entraña.
Y ¡guay! del que esté en contra de nosotros, los pobres,
esos ríos de sangre, silenciosos y lentos,
que bajan hasta el pozo más hondo de la tierra,
que suben hasta el límite más alto de los cielos.
La vida es de nosotros los que hacemos la vida
a gotas de sudor, de ímpetu, de fuerza
y que jamás o nunca tenemos una cama
donde cavar la hondura de un vientre en primavera.
Nos vejan, nos explotan, nos reducen a cero,
si agitamos un grito de protesta nos castran.
Nos orinan la baba de un exiguo salario
y nos cuadran en leyes como a burros de carga.
Y hablan de La Piedad, de La Bondad, del Arte,
sacerdotes, artistas, profesores, poetas,
los que en nombre del pueblo se erigen en vigías,
¡esos hijos de puta con almuerzo y con cena!
Ah señor Jesucristo: no queremos tus frases
-panes sin levadura-, magníficas, humanas,
que no son más que frases pero que nos inhiben
y destapan, astutas, nuestros poros de lágrimas.
No queremos tus frases. Yo que vengo de abajo
y que anduve entre obreros con hambre y manos sucias,
que sé lo que es el mundo, este mundo de mierda,
te lo digo derecho: tus palabras son putas.
Al carajo con todas las parábolas bellas.
Al carajo con todos los escrúpulos sordos.
Presentemos las armas proletarios del mundo
y a tiro limpio, firmes, vaciémosles los ojos.
La vida es de nosotros, los que hacemos la vida
a gotas de sudor, de ímpetu, de fuerza,
y que jamás o nunca tenemos una cama
donde cavar la hondura de un vientre en primavera.

de José Portogalo,
en http://www.elortiba.org/old/portogalo.html (26/2/19).
Tumulto, Editorial Serapis, 2012. 

lunes, 25 de marzo de 2019

Síntesis

Síntesis

Entonces la niña Tranquilina Galeano
Segunda Capitana del Barrio de San José
bailó el pasodoble Imperial
de Ivanovich
mientras se hacía desde todo punto de vista
indispensable
modificar completamente el sistema de canalización de agua
pues con los fuertes embates a que ha estado sometido el acueducto
se han deteriorado sus arcadas

Gracias a una adecuada combinación de mampostería y hierro
se lograría resolver el problema

Entre las presentes tuvimos el gusto de ver a Chepita Castro
flor naciente y purísima del pensil salvadoreño,
que con el perfume que esparce,
modestamente como la violeta,
ha trastornado a más de un Joven y lozano corazón,
lo cual origina que se formen verdaderos focos de infección
mayormente ahora que comienzan a instalarse
los excusados de lavar.

de Roque Dalton,
en A la revolución por la poesía, Ediciones de la Esc. Preparatoria N°8, 1983.

domingo, 24 de marzo de 2019

Desapariciones (canción)

Desapariciones (canción)

Que alguien me diga si ha visto a mi esposo - preguntaba la doña-
se llama Ernesto X. Tiene 40 años.
Trabaja de celador en un negocio de carros.
Llevaba camisa oscura y pantalón claro.
Salió anteanoche y no ha regresado
y no se ya que pensar, 
pues esto antes no me había pasado.

Llevo tres días buscando a mi hermana.
Se llama Altagracia igual que la abuela.
Salió del trabajo pa' la escuela.
Tenía puesto unos jeans y una camisa blanca.
No ha sido el novio. El tipo está en su casa.
No saben de ella en la PSN, ni en el hospital.

Que alguien me diga si ha visto a mi hijo.
Es estudiante de pre-medicina. 
Se llama Agustín y es un buen muchacho.
A veces es terco cuando opina. Lo han detenido.
No sé qué fuerza. Pantalón blanco,
camisa a rayas. Pasó anteayer.

Clara, Clara, Clara, 
Clara Quiñones se llama mi madre. 
Ella es... ella es un alma de Dios,
no se mete con nadie 
y se la han llevado de testigo
por un asunto que es nada más conmigo 
y fui a entregarme hoy por la tarde 
y ahora di' que no saben 
quién se la llevó del cuartel.

Anoche escuché varias explosiones.
Kutún patán kutún peté.
Tiros de escopeta y de revólver.
Carros acelerados, frenos, gritos.
Ecos de botas en la calle.
Toques de puertas, quejas por dioses, 
platos rotos. Estaban dando la telenovela,
por eso nadie miró pa' fuera.


¿A dónde van los desaparecidos?
Busca en el agua y en los matorrales.

¿Y por qué es que se desaparecen?
Porque no todos somos iguales.

¿Y cuándo vuelve el desaparecido?
Cada vez que los trae el pensamiento.

¿Cómo se le habla al desaparecido?
Con la emoción apretando por dentro.

de Rubén Blades,
en Buscando América, Elektra, 1984.

Oda a la mordaza

Oda a la mordaza

No creo en vos
mordaza
pero voy a decirte
por qué no creo
ya ves
ahora no digo
ni hoy
ni ay

y sin embargo
igual destapo el verbo
respiro el grito
y armo la blasfemia
pienso
luego insisto

hago inventario
de tu alegre pálpito de la miseria
de tu crueldad sin muchas ilusiones
de tu ira lustrada
de tu miedo
porque mordaza
vos
sos muchísimo más que un trapo sucio
sos la mano tembleque que te ayuda
sos el dueño flamante de esa mano
y hasta el dueño canalla de tu dueño

porque mordaza
sos muchísimo más que un trapo sucio
con gusto a boca libre y a puteada
sos la ley malviviente del sistema
sos la flor bienmuriente de la infamia
pienso
luego insisto

a tu custodia quedan mis labios apretados
quedan mis incisivos
colmillos
y molares
queda mi lengua
queda mi discurso
pero no queda en cambio mi garganta

en mi garganta empiezo
por lo pronto
a ser libre
a veces trago la saliva amarga
pero no trago mi rencor sagrado

mordaza bárbara
mordaza ingenua
crees que no voy a hablar
pero sí hablo
solamente con ser
y con estar
pienso
luego insisto

qué me importa callar
si hablamos todos
por todas partes las paredes
y por todos los signos
qué me importa callar
si ya sabés
oscura
qué me importa callar
si ya sabés
mordaza
lo que voy a decirte
porquería.

De Mario Benedetti,
en Entre los Poetas Míos... - Colección Antológica de Poesía Social Vol.7, Biblioteca Virtual Omegalfa, 2013.

Desaparecidos

Desaparecidos

Están en algún sitio / concertados
desconcertados / sordos
buscándose / buscándonos
bloqueados por los signos y las dudas
contemplando las verjas de las plazas
los timbres de las puertas / las viejas azoteas
ordenando sus sueños sus olvidos
quizá convalecientes de su muerte privada

nadie les ha explicado con certeza
si ya se fueron o si no
si son pancartas o temblores
sobrevivientes o responsos

ven pasar árboles y pájaros
e ignoran a qué sombra pertenecen

cuando empezaron a desaparecer
hace tres cinco siete ceremonias
a desaparecer como sin sangre
como sin rostro y sin motivo
vieron por la ventana de su ausencia
lo que quedaba atrás / ese andamiaje
de abrazos cielo y humo

cuando empezaron a desaparecer
como el oasis en los espejismos
a desaparecer sin últimas palabras
tenían en sus manos los trocitos
de cosas que querían

están en algún sitio / nube o tumba
están en algún sitio / estoy seguro
allá en el sur del alma
es posible que hayan extraviado la brújula
y hoy vaguen preguntando preguntando
dónde carajo queda el buen amor
porque vienen del odio

de Mario Benedetti,
en Antología poética, Editorial Sudamericana, 2000.

1976

1976

Ese año enterramos las armas
y las municiones:
el viejo revólver de papá,
y las dos escopetas de papá,
y la escopeta rota del abuelo,
y mi rifle de caza,
y las balas de plomo
y los cartuchos.

Todo lo enterramos
prolijamente en un baldío
para que la dictadura de turno
no se sintiera amenazada.

De César Cantoni,
en Entre los Poetas Míos... - Colección Antológica de Poesía Social Vol.112, Biblioteca Virtual Omegalfa, 2018.

sábado, 23 de marzo de 2019

Buenos Aires

Buenos Aires

Buenos Aires es un hombre
Que tiene grandes las piernas,
Grandes los pies y las manos
Y pequeña la cabeza.

(Gigante que está sentado
Con un río a su derecha,
Los pies monstruosos movibles
Y la mirada en pereza).

En sus dos ojos, mosaicos
De colores, se reflejan
Las cúpulas y las luces
De ciudades europeas.

Bajo sus pies, todavía
Están calientes las huellas
De los viejos querandíes
De boleadoras y flechas.

Por eso cuando los nervios
Se le ponen en tormenta
Siente que los muertos indios
Se le suben por las piernas.

Choca este soplo que sube
Por sus pies, desde la tierra,
Con el mosaico europeo
Que en los grandes ojos lleva.

Entonces sus duras manos
Se crispan, vacilan, tiemblan,
¡A igual distancia tendidas
De los pies y la cabeza!

Sorda esta lucha por dentro
Le está restando sus fuerzas,
Por eso sus ojos miran
Todavía con pereza.

Pero tras ellos, velados,
Rasguña la inteligencia
Y ya se le agranda el cráneo
Pujando de adentro afuera.

Como de mujer encinta
No fíes en la indolencia
De este hombre que está sentado
Con el Plata a su derecha

Mira que tiene en la boca
Una sonrisa traviesa,
Y abarca en dos golpes de ojo
Toda la costa de América.

Ponle muy cerca el oído:
Golpeando están sus arterias:
¡Ay, si algún día le crece
Como los pies, la cabeza!

de Alfonsina Storni,
en Entre el largo desierto y la mar, Fondo Editorial Casa de las Américas, 1999.

viernes, 22 de marzo de 2019

Vivir

Vivir

Yo vivo
Tú engordas
El suda

Nosotros envejecemos
Vosotros enriquecéis
Ellos mueren.

de Florindo Pérez,
en Poesía armada, Agermanament, 1976.

jueves, 21 de marzo de 2019

Noche de otoño

Noche de otoño

En la puerta un guardián, el mosquetón al hombro.
Por el cielo las nubes sobre la luna saltan.
Como carros de asalto de la noche, las chinches se despliegan.
Aviones de combate, los mosquitos, en escuadrones vuelan.

Y yo pienso en mi patria, y de mi sueño errante
el hilo en la madeja de la melancolía
hasta ella me conduce. ¡Un año ya encerrado!
¿Cuál ha sido mi crimen? Con lágrimas escribo este poema de celda.

de Ho Chi Minh,
en Diario de prisión, Instituto del libro (CUBA), 1970.