Las palabras necesitan de un contexto histórico, político, social, cultural, económico y biográfico para significar. Exhorto a lxs lectorxs/militantes a realizar un viaje de conocimiento acerca de lugares, tiempos y autorxs para enriquecer la experiencia literaria que propongo en este espacio. Gracias.

viernes, 31 de julio de 2020

Carta a Rodolfo Ortega Peña (Ramiro Ortega, Diario Tiempo Argentino)

Poema que Vicente Zito Lema
dedicó a Rodolfo Ortega Peña*

Se que tus hijos Rodolfo
Y mis hijos y los hijos de cada compañero
Verán hacerse la luz la pesadilla.
Verán hacerse alegría la sangre que dejaste.
La verán crecer y convertirse
En un manzano bello.

de Vicente Zito Lema,
en https://www.tiempoar.com.ar/nota/carta-a-rodolfo-ortega-pena?fbclid=IwAR3Wi8a4ksOF8ZYEBW4nbea2a86ASioXaAUQJpeuQk4Q01wnqM64jpwgL5k (31/7/20).
*Nota del editor del blog.

Una habitación

Una habitación

Nada en ella, excepto
una cama
y un afiche.
Un avión de guerra pasa raudo
Eleva la cama por los aires
y al último libro,
y llora proyectiles
que se incrustan al afiche.

de Saadi Yousef,
en Entre los Poetas Míos... - Colección Antológica de Poesía Social Vol.113, Biblioteca Virtual Omegalfa, 2014.

jueves, 30 de julio de 2020

Ataque por sorpresa

Ataque por sorpresa

La habitación tiembla
con las distantes explosiones
Las cortinas tiemblan.
Luego el corazón
Y tú, ¿dónde estabas en medio de todo este sacudimiento?

de Saadi Yousef,
en Entre los Poetas Míos... - Colección Antológica de Poesía Social Vol.113, Biblioteca Virtual Omegalfa, 2014.

miércoles, 29 de julio de 2020

Juan Gelman

Juan Gelman

En un poema hablaste de mí
Arrojando palabras al fuego
Para que este siga ardiendo
En la casa del lenguaje desnudo.
En cuanto a ti, seguías arrojando tu muerte
En la vida y en el fuego.
Sabías acerca de las causas del mal;
Pero más importante era tu voz
Que sacudía el mundo de la muerte.
Nunca hubieras maldecido la vida misma,
Llevaste la maldad del destino contigo.
El día que partiste, se dice,
En la Ciudad de México, una hoja del cielo
Finalmente cayó sobre tu hombro vacío.

28 de Octubre, 2019

de Jidi Majia,
en https://buenosairespoetry.com/2020/03/21/juan-gelman-jidi-majia-%e5%bc%a0%e5%bf%97%e5%88%9a/ (17/4/20).

martes, 28 de julio de 2020

Inocencia

Inocencia

El padre levantó cariñosamente al hijo
Y le dijo:
"¡Escuchá! Ese es el canto hermoso de los pájaros".
Y entrecerrando sus ojos
Se dirigió danzante a la cocina
Disfrutando del concierto
A degustar su desayuno.

El hijo,
Inocentemente niño,
Se asomó por su ventana
Del tercer piso de la casa
Y contestó
Una pregunta jamás enunciada:
"No son pájaros, papá;
Son obreros gritando
Que les devuelvas sus trabajos".

de Félix Sánchez Durán,
en Somos, Ferrero/Hartmann, 2020.

lunes, 27 de julio de 2020

Al borde

Al borde

Soy alta;
en la guerra
llegué a pesar cuarenta kilos.
He estado al borde de la tuberculosis,
al borde de la cárcel,
al borde de la amistad,
al borde del arte,
al borde del suicidio,
al borde de la misericordia,
al borde de la envidia,
al borde de la fama,
al borde del amor,
al borde de la playa,
y, poco a poco, me fue dando sueño,
y aquí estoy durmiendo al borde,
al borde de despertar.

de Gloria Fuertes,
en Entre los Poetas Míos... - Colección Antológica de Poesía Social Vol.5, Biblioteca Virtual Omegalfa, 2012.

domingo, 26 de julio de 2020

Los obreros

Los obreros

Bajo la aurora roja que clarea,
por el camino blanco de la aldea,
desfilan los obreros en cuadriga...
resignados y mudos, los colosos,
dejan colgar los brazos poderosos
al azar de la marcha y la fatiga...

Tienen perfiles anchos y salientes,
el cabello les cae sobre las frentes,
las espaldas son bloques de cantera,
y cuando están dispersos y distantes
se recortan al sol como gigantes
que marchan al asalto de una hoguera.

Ante ellos, entre tules de neblina,
alzan las chimeneas de la usina
sus dos brazos de sangre coagulada,
y en la amarga tristeza del paisaje
aquella oscura muchedumbre en viaje
parece una gran fuerza maniatada.

Deja tras ella muerto el caserío
donde tiritan de dolor y frío
las mujeres, los niños, los ancianos...
...Al obrero que vuelve la cabeza
se le anegan los ojos de tristeza
y se le crispan sin querer las manos...

Pero por sobre el ala de amargura
que cubre como un techo la llanura,
flota una claridad deslumbradora...
Es la esperada redención que viene:
entre sus manos, como cetro, tiene
las fulgurantes llamas de la aurora.

Y la oscura y doliente caravana
entonando los cantos de mañana
entra en su negra cueva de dolores,
como una tempestad, hecha poeta,
que estallará al final sobre el planeta
en una colosal lluvia de flores.

de Manuel Ugarte,
en Poesías Completas, Casa Editorial Maucci, 1921.

sábado, 25 de julio de 2020

El grito del condenado

El grito del condenado

Intercálase el silencio
con un extraño gemido:
¡El de un condenado a muerte
que alza al cielo su martirio!
A través de las paredes
me parece verlo, lívido,
estremecerse de espanto,
arrodillarse, contrito,
y, transformado en piltrafa,
implorar, ¡perdón!, vencido.

Hay un momento de tregua
o en que su voz es un hilo...
Mas de pronto, huracanado,
va creciendo aquel gemido,
cual si en él se concentrara
todo el dolor del presidio.
El grito del condenado
es el más horrendo grito.
¡El que no lo oyó una vez
no sabe lo que es martirio!

de Alberto Ghiraldo,
en La canción del deportado, Fernando Fé, 1929.

viernes, 24 de julio de 2020

Algunas cosas

Algunas cosas

un viento que se llevó la alegría
y la luna de los dedos
ahora se golpean las cosas con mis ojos
y ventanales de azufre registran la catástrofe

se derrama el misterio como un papel ajado
atropellando nuestro circo de asombro
todo el esperar castillos y brujas para salirnos del cuerpo
como buscando los ángeles
los barriletes huidos
esos interminables bosques de lobos y caperuzas
esas casas de chocolate
de enanos y gigantes
esos silencios de la siesta en que uno cree volver al beso

y cuando echaste no sin esfuerzo los ojos tras la magia
te despiertan
para erigir estatuas que ruedan la mentira
la sinrazón entre bostezos de sangre
el odio pero con nuevas palabras
y todo lo que callo
y todo lo que olvido
y entonces te componen su esfuerzo avinagrado
y creen en los ojos leyendo el abandono
y guardan la estulticia dormida tras la boca
enumerando estrellas
pájaros
canciones

es el momento en que te adentran sus lenguas de huracán
restallando los enigmas que anhelaste
es el momento en que quisieras vestirte de venganza
y hundir sus necios alfabetos
su estar de lacerías
su acopiado cenegal de estiércol
esa ínfima saciedad con el destrozo
el incontrolable idioma con que destierran la vida
robándote el silencio
hiriendo las entrañas de tu sueño
y dejándote como un payaso solo
y entonces te dan ganas de gritar
de no querer el mismo cuerpo
y el escalofrío del insulto se queda como un tonto por los ojos
y se te desgarra adentro como una cosa inquieta
y entonces te dan unas ganas raras de llorar
de caerte muerto
y convertirte en globo
o en lluvia de organitos
qué sé yo

cada día se nos muere un hermano

De Roberto Jorge Santoro,
en Entre los Poetas Míos... - Colección Antológica de Poesía Social Vol.118, Biblioteca Virtual Omegalfa, 2018.

jueves, 23 de julio de 2020

Lobos y ovejas (fragmento)

Lobos y ovejas (fragmento)

Se engaña el pastor
Se engaña el propio lobo
No seré más la oveja en cautiverio
El sol de la llanura
calentó demasiado mi cabeza
Me convertí en la fiera milagrosa
Ya tengo mi lugar entre las fieras
Ampárate pastor, ampárate de mí
Lobo en acecho, ampárame

de Manuel Silva Acevedo,
en Lobos y ovejas, Galería Paulina, 1976.
(Proyecto Scriptorium Ex-Libris, ebray187, 2014)

miércoles, 22 de julio de 2020

El alma buena de Se-Chuan (fragmento)

El alma buena de Se-Chuan (fragmento)

No dañar a ninguno, y tampoco a sí mismo,
Colmar de dicha a todos, y también a sí mismo,
Eso es la bondad.

de Bertolt Brecht,
en Teatro Completo, Ediciones Nueva Visión, 1971.

martes, 21 de julio de 2020

Canción del soldado de su majestad

Canción del soldado de su majestad

No quise estudiar
y me hice soldado
de su majestad.

Soldado de plomo,
entrañas de hierro,
soldada de oro,
mirada de perro.

No quise estudiar.

Acatar consignas
sin reflexionar,
disparar deprisa,
luego preguntar.

Y me hice soldado.

¡Oh, días felices!,
la guerra ha cambiado,
mueren los civiles,
y vive el soldado.
De su majestad.

Bandera sagrada,
honor militar,
tradiciones santas,
patria capital.

Soldado de plomo,
entrañas de hierro,
soldada de oro,
mirada de perro.

de Conrado Santamaría Bastida,
en Cancionero de escombros con hoguera, Biblioteca Omegalfa, S/F.

lunes, 20 de julio de 2020

Nadie al otro lado

Nadie al otro lado

Yo no podría vivir en una sociedad donde todos hicieran,
pensaran y vistieran lo mismo,
pero es en este mundo donde vivo.

Yo no podría vivir en una sociedad
donde todos cantaran las mismas canciones,
canciones que hablan de gente predestinada a ganar o a perder,
pero es en este mundo donde vivo.

Yo no podría vivir en una sociedad
donde no se pudiera ser viejo,
feo, gordo, flaco, bajo, alto o negro,
pero es en este mundo donde vivo.

Yo no podría vivir en una sociedad
dominada por el cálculo material,
donde las cartas estuviesen marcadas
y las reglas del juego prefijadas desde antes de nacer,
pero es en este mundo donde vivo.

Yo no podría vivir en una sociedad donde la política
hubiese quedado exclusivamente en manos de los políticos
y el único principio moral fuera perro come perro,
pero es en este mundo donde vivo.

Yo no podría vivir en una sociedad
hecha de vacío y telerrealidad,
de banners, links, mails, sms, facebook y demás,
pero es en este mundo donde vivo.

Yo no podría vivir en una sociedad donde los amigos fueran
puntos de luz en una pantalla,
cuerpos que no olieran, no tuvieran sabor,
no pudieran abrazarse ni hacerles cosquillas,
pero es en este mundo donde vivo,

en este mundo

donde vivo.

De Antonio Orihuela Uzal,
en Entre los Poetas Míos... - Colección Antológica de Poesía Social Vol.14, Biblioteca Virtual Omegalfa, 2013.

domingo, 19 de julio de 2020

Argentina

Argentina

es este un país en el cual se fornica a toda hora
en la hora de la serenidad y en la del peligro
se fornica con esposas propias y ajenas
con parientes
en grupos de toda edad
hombres entre sí mujeres entre ellas
fornican como pueden en este país
en este país se fornica sin alegría
no se ama como uno quisiera
en este país estamos muy tristes
nos ha ocurrido una desgracia
y ahora no hay sosiego en el corazón desorientado
y se tiene miedo
y todos quisieran abandonarse
y claman por una tregua
y no pueden amar como soñaron
ni reconocer que otros vendrán
sin nuestro señorío sin nuestra incapacidad

de Francisco (Paco) Urondo,
en Entre los Poetas Míos... - Colección Antológica de Poesía Social Vol.78, Biblioteca Virtual Omegalfa, 2014.

sábado, 18 de julio de 2020

No era yo el problema

No era yo el problema

El problema no era el golpe,
ni el insulto,
tampoco el dolor
o la sangre en el piso.

El problema no era la cicatriz en el cuerpo
ni la culpa que sentía,
mucho menos la vergüenza.

El problema no era mi cuerpo
no eran,
ni mis ojos,
ni mi color.

El problema era mi condición
ser mujer, ese era el problema.
No era por como vestía,
Ni por lo que decía.
Era porque así tenía que ser,
porque siempre había sido de esa manera,
porque la abuela le dijo a mi madre que el hombre era Dios
y eso me enseñó ella.

El problema era el mundo,
con sus códigos machistas,
desiguales y violentos,
con sus lenguajes sexistas
y sus morales dobles.

El problema no era mío,
era de todos,
de los que sabían y no hacían nada,
de los que se tapaban lo oídos y desviaban la mirada,
de los que justificaban al hijo,
de los que celebraban la paliza.

El problema no era yo
y tampoco era nuevo,
era falta de memoria,
injusticia,
abandono.

El problema era una historia contada por hombres
y padecida por mujeres;
eran niñas vestidas de rosa para que fueran más puras
y niños pintados de azul para que fueran más rudos,
el problema no era el golpe en la cara,
era el permiso de todos,
el creer que era natural,
el sentir que era bueno,
el tolerar por miedo.

El problema no era el puño
era la herida en el alma
y el silencio.

de Jhoana Patiño,
en ...Y la culpa no era mía - Antología de Poesía Feminista, Biblioteca Omegalfa, 2020.