Las palabras necesitan de un contexto histórico, político, social, cultural, económico y biográfico para significar. Exhorto a lxs lectorxs/militantes a realizar un viaje de conocimiento acerca de lugares, tiempos y autorxs para enriquecer la experiencia literaria que propongo en este espacio. Gracias.

domingo, 20 de septiembre de 2020

PREGUNTAS, PREGUNTAS...

PREGUNTAS, PREGUNTAS...

Pero, ¿qué pasa aquí? ¿qué cambio es éste?
¿Son estos jóvenes elásticos,
de aire vertiginoso y gesto enérgico,
los mismos de hace apenas unas horas,
los de todos los días familiares y fáciles,
los de la dulce novia y el aula bulliciosa,
los de la alegre broma en la cervecería,
los del desvelo entre la parca flor del libro,
los del paso cordial entre los hospitales
los del trato común con Píndaro y Virgilio?
¿Qué hacen con esa sangre en el cabello?
¿Qué hacen con ese grito fieron en la garganta?
¿Qué hacen con esas piedras en las manos crispadas?
¿Qué hacen con ese fuego saliendo de los ojos?
¿Qué hacen, de dónde sacan sus ademanes ásperos,
sus maderos alzados al nivel de la ira?
Mira afuera, en las calles compañero
interroga a la noche de la patria,
¿No ves al Coronel, pulcro y soez, con su ametralladora?
¿No vez al rudo guardia en las esquinas
escupiendo la rabia que le pagan al mes?
¿No ves al policía, que fuera mi hermano campesino,
mi hermano desempleado,
mi roto hermano esclavo como todos,
esgrimir su improperio y su garrote
contra la luz que aún a él lo salvará?
Interroga a la noche de la patria
y te dirá lo amargo de los días que vienen:
en ellos trocaremos el canto por el grito,
la mano inofensiva por el puño violento,
los libros y la pluma por el rudo fusil.
Pero después vendrá la luz que te decía...

de Roque Dalton,
en A la revolución por la poesía, Ediciones de la Esc. Preparatoria N°8, 1983.

sábado, 19 de septiembre de 2020

Y sigo con las mismas metáforas... ¡Mierda!

Y sigo con las mismas metáforas... ¡Mierda!

Cuando no hay lobo
El primer animal de granja
Que aprende a aullar
Es el que manda

Por Félix Sánchez Durán.

viernes, 18 de septiembre de 2020

Mestizaje

Mestizaje

Fue mi padre un hombre blanco
y mi madre una mujer negra.
Si alguna vez maldije a mi padre
cargo las maldiciones a mi espalda.

Si maldije alguna vez a mi anciana madre
y la mandé al infierno,
lamento mis crueles palabras
y le deseo que esté en el cielo.

Mi padre murió en su mansión.
Mi madre murió en una casucha.
Yo me pregunto: ¿dónde moriré
si no soy blanco ni negro?

de Langston Hughes,
en Entre los Poetas Míos... - Colección Antológica de Poesía Social Vol.77, Biblioteca Virtual Omegalfa, 2014.

jueves, 17 de septiembre de 2020

Situaciones peligrosas...

Situaciones peligrosas:                                          

Un lobo que aúlla
Entre ovejas que balan

Una oveja que bala
Entre lobos que aúllan

Pero también:                           

Una vaca que muge
Entre ovejas que balan

Una oveja que aúlla
Entre animales de corral

Por Félix Sánchez Durán.

miércoles, 16 de septiembre de 2020

La salud de los condenados

La salud de los condenados

Si es más ejemplar la cicuta que la hoguera,
atosigar las vísceras que hacer leña del cuerpo,
la muerte de Sócrates que la muerte de Giordano Bruno
(¿dónde encuadrar las desapariciones?),
son los temas menores del patíbulo.
Porque, a la postre, el condenado sobrevive siempre.
Su voz transmigra en las voces del viento,
fluye a través de los cauces subterráneos de la historia,
toma por asalto las villas, los pueblos, las ciudades,
y sin necesidad de lengua que la asista
les habla a los verdugos.

De César Cantoni,
en Entre los Poetas Míos... - Colección Antológica de Poesía Social Vol.112, Biblioteca Virtual Omegalfa, 2018.

martes, 15 de septiembre de 2020

LOS COBARDES

LOS COBARDES

Hombres veo que de hombres
sólo tienen, sólo gastan
el parecer y el cigarro,
el pantalón y la barba.

En el corazón son liebres,
gallinas en las entrañas,
galgos de rápido vientre,
que en épocas de paz ladran
y en épocas de cañones
desaparecen del mapa.

Estos hombres, estas liebres,
comisarios de la alarma,
cuando escuchan a cien leguas
el estruendo de las balas,
con singular heroísmo
a la carrera se lanzan,
se les alborota el ano,
el pelo se les espanta.
Valientemente se esconden,
gallardamente se escapan
del campo de los peligros
estas fugitivas cacas,
que me duelen hace tiempo
en los cojones del alma.

¿Dónde iréis que no vayáis
a la muerte, liebres pálidas,
podencos de poca fe
y de demasiadas patas?
¿No os avergüenza mirar
en tanto lugar de España
a tanta mujer serena
bajo tantas amenazas?
Un tiro por cada diente
vuestra existencia reclama,
cobardes de piel cobarde
y de corazón de caña.

Tembláis como poseídos
de todo un siglo de escarcha
y vais del sol a la sombra
llenos de desconfianza.
Halláis los sótanos poco
defendidos por las casas.
Vuestro miedo exige al mundo
batallones de murallas,
barreras de plomo a orillas
de precipicios y zanjas
para vuestra pobre vida,
mezquina de sangre y ansias.
No os basta estar defendidos
por lluvias de sangre hidalga,
que no cesa de caer,
generosamente cálida,
un día tras otro día
a la gleba castellana.
No sentís el llamamiento
de las vidas derramadas.
Para salvar vuestra piel
las madrigueras no os bastan,
no os bastan los agujeros,
ni los retretes, ni nada.
Huís y huís, dando al pueblo,
mientras bebéis la distancia,
motivos para mataros
por las corridas espaldas.

Solos se quedan los hombres
al calor de las batallas,
y vosotros, lejos de ellas,
queréis ocultar la infamia,
pero el color de cobardes
no se os irá de la cara.

Ocupad los tristes puestos
de la triste telaraña.
Sustituid a la escoba,
y barred con vuestras nalgas
la mierda que vais dejando
donde colocáis la planta.

de Miguel Hernández,
 en Viento del pueblo, Socorro Rojo del P.O.U.M., 1937.

lunes, 14 de septiembre de 2020

Al soldado

Al soldado

Tú soldado de la patria; tú soldado penitente,
Tú, que luces humillante y vil divisa militar,
Tú que sirves de instrumento, cual un mísero sirviente,
Al capricho del tirano que te quiere idiotizar;
Tú que sufres como un Cristo, la burlona frase hiriente
De los cabos y sargentos que preténdete humillar,
Tú que sueñas ser un hombre todo libre e inteligente,
Ser buen padre y buen esposo, y muy libre en el pensar;
Tú que dejas de ser hombre cuando vistes uniforme,
Tú que sirves de verdugo, impasible al mismo ruego
Si te mandan contra el pueblo para ser su criminal:
No consientas tanta infamia¡ No consientas tan enorme,
Tan indigno asesinato¡…Cuando mandan que hagas fuego:
Vuelve el arma contra el pecho de tu cínico oficial.

de Fernando Gualtieri,
en Poesía anarquista en Mendoza para la Revolución Social (1918-1930) (María Cristina Saltari), XIV Jornadas Interescuelas/Departamentos de Historia. Departamento de Historia de la Facultad de Filosofía y Letras. Universidad Nacional de Cuyo, Mendoza, 2013.

domingo, 13 de septiembre de 2020

Cada día que pasa

Cada día que pasa

Sin excepción, casi por naturaleza o desatino,
todos los días, a la mañana, temprano,
ando por este camino. Llego tarde al trabajo y con
alegría, cuando
es necesario llegar más temprano
y con indignación o repugnancia o sed
de venganza o rabia. Todo esto
no me martiriza ni me apena, aunque parezca
lo contrario y tenga olor a traición; sé muy bien,
con toda impaciencia, que el ocio
llegará algún día con la revolución. Y que ni una cosa
ni la otra vienen de la tristeza o de la impotencia.

Voy cansado, es cierto, harto como todo el mundo que se precie,
o con desaliento; pero nunca falta
alguna cosa, un olor,
una risa que me devuelva,
para valer la pena; recién entonces empiezo a convencerme;
calles sucias y bocinas y el tráfico
alucinado y dormido todavía; viejos conocidos,
como el destino
o la bruma de la ciudad. Y
el mal semblante; la desconfianza
en los ojos, en los grandes ojos de la gente
hechos para volar. Manos enrarecidas
que rodean
la calle sitiando su respiración. Dominados
del mundo; empleadas
tersas y vulgares bajando
de coches lujosos de los dueños
de otras empleadas, y así sucesivamente.

de Francisco (Paco) Urondo,
en Entre los Poetas Míos... - Colección Antológica de Poesía Social Vol.78, Biblioteca Virtual Omegalfa, 2014.

sábado, 12 de septiembre de 2020

MOTIVOS GALANTES

MOTIVOS GALANTES

Y RESPONDIÓ LA LUNA

El jardín exquisito y pagano,
cobijó tu graciosa silueta;
el ocaso, doliente y lejano,
te enmarcaba en su cromo violeta.

El otoño amarillo, tu hermano,
te rezaba una loa secreta…
Te acogiste, temblando, a mi mano,
y a la luna mirabas, inquieta.

‐¿Si la luna estará enamorada?
La pregunta me fue susurrada
por tus labios ardientes y rojos.

‐¡Si la luna estará enamorada!
Y la luna en respuesta callada
largamente besaba tus ojos…

de Lucía Sánchez Saornil,
en Poemas, Starm1919/elsetaproducciones, S/F.

viernes, 11 de septiembre de 2020

Así te enterraron

Así te enterraron

Desde el palacio envuelto en llamas
te sacan, Salvador, te sacan los bomberos.
Vas cubierto por un saco de arpillera.
Vas como enfermo en una triste ambulancia.
Vas escoltado por soldados sin rostro.
Ahora vuelas en un avión de carga.
Ahora te transportan en una angarilla.
Te conducen desde el fondo inmenso de tu honor
a un hoyo pequeño, hecho así de prisa,
como hacen los perros para esconder un hueso.
Ahora estás al borde, Salvador,
de tu carne natural, no de tu frente luminosa,
y te dejan caer hondo, muy hondamente en ti mismo.
A nadie se le dejó ver tu rostro ni tu cuerpo.
Pero tu sombra ardía y hablaban tus huesos,
y conversaban duramente tu sangre con tu polvo.
Una mujer puso, en esa gran hondura tuya,
unas flores de una tumba ajena.
Así te enterraron, Salvador,
como los héroes anónimos del pueblo
que al morir
desaparecen íntegros en el pecho de todos.

de Efraín Barquero,
en Poesía armada, Agermanament, 1976.

La explosión

La explosión

Es un muchacho
tiene quince
dieciocho
o veinte años.
Tiene los muslos firmes
frescos los dientes
y abiertos mano y beso.
Salió un día
cualquiera
a las seis de la mañana.
Salió a luchar
y ahora es una piedra.
Son dos piedras.
Son cuatro millones y medio de piedras
que lo aplastan
lo deshacen.

de Jorge Arbeleche,
en Poesía armada, Agermanament, 1976.

jueves, 10 de septiembre de 2020

Jamás podrán cortarles las alas

Jamás podrán cortarles las alas

A los poetas represaliados, a mis hermanos

Franco murió, pero no la dictadura,
no se puede alzar la voz ni hacer ruido,
al fascismo no le interesa la cultura
y cada poco un poeta es detenido.

Sí que hay libertad de expresión,
pero la tiene la derecha en exclusiva,
para la izquierda la Santa Inquisición
reprime a quien ataca a los de arriba.

Quieren controlar hasta lo emocional,
poseernos hasta cotas inabarcables,
hasta te llevan a la Audiencia Nacional
si te alegras por la muerte de culpables.

Y esto es España, donde los artistas,
los poetas y músicos revolucionarios
son tratados como si fueran terroristas
por el simple hecho de ser solidarios.

Pero lejos de callarlos les dan voz
y estos usan las palabras como balas,
que impactan contra este sistema atroz
que jamás podrá cortarles las alas.

de Aitor Cuervo Taboada,
en Bombas, poemas y otras necesidades, Aitor Cuervo Taboada, 2013.

miércoles, 9 de septiembre de 2020

Sorpresa

Sorpresa
Soleá de Cádiz

Muerto se quedó en la calle
con un puñal en el pecho.
No lo conocía nadie.

¡Cómo temblaba el farol!
Madre.
¡Cómo temblaba el farolito
de la calle!

Era madrugada. Nadie
pudo asomarse a sus ojos
abiertos al duro aire.

Que muerto se quedó en la calle
que con un puñal en el pecho
y que no lo conocía nadie.

de Federico García Lorca,
en Poesía social y revolucionaria del siglo XX (selección de Jorge Brega), Editorial Agora, 2012.

martes, 8 de septiembre de 2020

Tu madrugada, Patria

Tu madrugada, Patria

Así concibo yo a mi patria,
que otros la conciban como quieran.

Anduve viajando
muchos años
por el mundo,
con el lucero
de tu nombre
en los ojos.

Y no hubo
una sola mañana,
que se fuera
sin algo de lo tuyo.
Cuando el alba
llegaba, ya estabas
repartiendo tus gestos,
extraños y lejanos,
desde la oscura colina
de mi rostro.

"¿Por qué la quieres
tanto, me decían,
si es amarga y cruel
como el alma de un basta?

¿Por qué, si es tan chiquita
y tan hambrienta, que en ella
a uno sólo le queda por delante
la ardua tarea de morirse?"

Pero yo siempre respondía,
que te quiero tanto,
porque aún sumido en la tiniebla
oyendo el largo llanto
de tus hijos,
no puedo ignorar
que detrás de mí
comienza en verdad,
tu madrugada.

Luego te alegrabas
en el fondo de mis ojos,
y volvías tu rostro
con ternura,
tal vez en busca ya
de los hijos
que están todavía
por venir.

de Otto René Castillo,
en Vámonos Patria a caminar, yo te acompaño, Biblioteca Virtual Omegalfa, 2019.

lunes, 7 de septiembre de 2020

ESCRITO EN UN LIBRO ABANDONADO EN EL VIAJE

ESCRITO EN UN LIBRO ABANDONADO EN EL VIAJE

Vengo de la parte de Beja.
Voy para el centro de Lisboa.
No traigo nada y no encontraré nada.
Tengo el cansancio anticipado de lo que no hallaré,
y la nostalgia que siento no es del pasado ni del futuro.

Dejo escrita en este libro la imagen de mi designio muerto:
Fui como las yerbas y no me arrancaron.

de Fernando Pessoa,
en Una mano tomó la otra - Poemas para construir sueños (selección de Pedro Hilario Silva y otros), Comunidad de Madrid, 2004.