Las palabras necesitan de un contexto histórico, político, social, cultural, económico y biográfico para significar. Exhorto a lxs lectorxs/militantes a realizar un viaje de conocimiento acerca de lugares, tiempos y autorxs para enriquecer la experiencia literaria que propongo en este espacio. Gracias.

miércoles, 25 de noviembre de 2020

El necio (canción)

El necio

Para no hacer de mi ícono pedazos
Para salvarme entre únicos e impares
Para cederme un lugar en su Parnaso
Para darme un rinconcito en sus altares
Me vienen a convidar a arrepentirme
Me vienen a convidar a que no pierda
Mi vienen a convidar a indefinirme
Me vienen a convidar a tanta mierda

Yo no se lo que es el destino
Caminando fui lo que fui
Allá Dios, que será divino
Yo me muero como viví
Yo me muero como viví
Yo me muero como viví

Yo quiero seguir jugando a lo perdido
Yo quiero ser a la zurda o más que diestro
Yo quiero hacer un congreso del unido
Yo quiero rezar a fondo un "hijo nuestro"
Dirán que pasó de moda la locura
Dirán que la gente es mala y no merece
Yo partiré soñando travesuras
Acaso multiplicar panes y peces

Yo no se lo que es el destino
Caminando fui lo que fui
Allá Dios, que será divino
Yo me muero como viví
Yo me muero como viví
Yo me muero como viví
Yo me muero como viví
Como viví
Yo me muero como viví
Como viví
Yo me muero como viví

Dicen que me arrastrarán por sobre rocas
Cuando la Revolución se venga abajo
Que machacarán mis manos y mi boca
Que me arrancarán los ojos y el badajo

Será que la necedad parió conmigo
La necedad de lo que hoy resulta necio
La necedad de asumir al enemigo
La necedad de vivir sin tener precio

Yo no se lo que es el destino
Caminando fui lo que fui
Allá Dios, que será divino
Yo me muero como viví
Yo me muero como viví
Yo me muero como viví
Yo me muero como viví

de Silvio Rodríguez,
en Silvio, Ojalá, 1992.

Consejos para la mujer fuerte

Consejos para la mujer fuerte

Si eres una mujer fuerte
protégete de las alimañas que querrán
almorzar tu corazón.
Ellas usan todos los disfraces de los carnavales de la tierra:
se visten como culpas, como oportunidades, como precios que hay que pagar.
Te hurgan el alma; meten el barreno de sus miradas o sus llantos
hasta lo más profundo del magma de tu esencia
no para alumbrarse con tu fuego
sino para apagar la pasión
la erudición de tus fantasías.

Si eres una mujer fuerte
tienes que saber que el aire que te nutre
acarrea también parásitos, moscardones,
menudos insectos que buscarán alojarse en tu sangre
y nutrirse de cuanto es sólido y grande en ti.
No pierdas la compasión, pero témele a cuanto conduzca
a negarte la palabra, a esconder quién eres,
lo que te obligue a ablandarte
y te prometa un reino terrestre a cambio
de la sonrisa complaciente.

Si eres una mujer fuerte
prepárate para la batalla:
aprende a estar sola
a dormir en la más absoluta oscuridad sin miedo
a que nadie te tire sogas cuando ruja la tormenta
a nadar contra corriente.
Entrénate en los oficios de la reflexión y el intelecto
Lee, hazte el amor a ti misma, construye tu castillo
rodéalo de fosos profundos
pero hazle anchas puertas y ventanas.
Es menester que cultives enormes amistades
que quienes te rodean y quieran sepan lo que eres
que te hagas un círculo de hogueras y enciendas en el centro de tu habitación
una estufa siempre ardiente donde se mantenga el hervor de tus sueños.

Si eres una mujer fuerte
protégete con palabras y árboles
e invoca la memoria de mujeres antiguas.
Haz de saber que eres un campo magnético
hacia el que viajarán aullando los clavos herrumbrados
y el óxido mortal de todos los naufragios.
Ampara, pero ampárate primero
Guarda las distancias
Constrúyete. Cuídate
Atesora tu poder
Defiéndelo
Hazlo por ti

Te lo pido en nombre de todas nosotras.

de Gioconda Belli,
en ...Y la culpa no era mía - Antología de Poesía Feminista, Biblioteca Omegalfa, 2020.

martes, 24 de noviembre de 2020

Un hombre tras las rejas 4 OH...

 4

OH, aquí está el viento. Me golpea las sienes.
El viento trae una canción lejana.
Cierro los ojos para oirla*. Sí, son ellos. Ellos.
Son los niños que cantan mientras juegan...

"Estaba la pájara pinta
sentada en su verde limón,
con el pico recoge la rama,
con la rama recoge la flor..."

Las bocas apretadas de canciones
muerden palabras junto con grosellas
y cantan en la sangre de las moras...
Son niños de otro espacio, de otra esfera.
Niños que saben jugar como los ángeles...
Yo también tuve una ronda... Aquí, sobre mi pecho.
Pero eran voces agrias, gastadas, desteñidas.
y era una sola canción la que cantaban:

"En Francia nació un niño
qué dolor, qué dolor, qué pena.
En Francia nació un niño
de padre natural,
que do re mi, que do re fa,
de padre natural...
Por no tener padrino
qué dolor, qué dolor, qué pena,
por no tener padrino
Mambrú se ha de llamar,
que do re mi, que do re fa,
Mambrú se ha de llamar...
Mambrú se fue a la guerra... "

No. Eso no. Esa palabra no. No quiero oirIa*.
No quiero ver más sangre ni más muertos.
No quiero verlos. No. No quiero verlos.
¡Quitadlos de mi vista! ¡Atrás! iQuitadlos!

Mambrú se fue a la guerra...

No quiero esa canción. No quiero oirIa*.
¡Lleváos esas voces! ¡Anegadlas!
¡Asfixiadlas! ¡Cercenadlas! ¡Suprimidlas!
¡Dadme pronto otra canción! ¡Otra canción!
¡Otra ronda de niños! ¡Otra! ¡Otra!

"A la limón, a la limón,
la puerta está rota.
A la limón, a la limón,
mandadla a componer..."

¡Ah, las bocas que cantan en la sangre olorosa
de las moras silvestres! Venid a mí. Cantad.
Cantad en mí, aquí sobre mi pecho.
Trenzadme de guirnaldas. Crucificadme a besos.
Mirad, yo soy un hombre solitario. Triste.
Amo la risa de los niños, y sus voces.
¡Haced la ronda aquí, sobre mi pecho!

No. No quieren venir. Tienen miedo de mí.
Se escapan. Huyen...
¡Yo no soy malo, no! ¡Volved! ¡Volved!
Yo soy un hombre solo, abierto, desmembrado.
Un hombre tras las rejas. Enteramente roto.
Quiero vivir de nuevo. Otra vez. Quiero vivir.

"En Francia nació un niño,
qué dolor, qué dolor, que pena.
qué dolor, qué dolor, qué pena... "

Oh... Es mi ronda. Son mis niños.
Aquí, sobre mi pecho.
Voces agrias, gastadas, desteñidas.
y una sola canción: la de la muerte.

de Carmen Natalia (Martínez Bonilla),
en Un hombre tras las rejas, Brigadas Dominicanas, 1962.
*Del original


lunes, 23 de noviembre de 2020

asamblea de palabras

asamblea de palabras
(asamblea de palabras)

todas las palabras aquí son iguales
mis palabras al menos
iguales ante dios las personas
y la poesía
sin distinción de sujeto y predicado
sin tener en cuenta su condición social
de verbos sustantivos o pronombres
ni siquiera se salva dios de esta democracia
mía de las palabras

solamente respetaré
en público y en privado
las normas básicas de convivencia que
toda sociedad debe imponer convenciendo
siempre que me parezcan justas

así que abdicaré de las coronas de
los nombres propios y de las mayorías absolutas
de las mayúsculas
como retiraré la capitalidad de todo
término geográfico

esta es brevemente mi poética asamblearia
de las palabras pese a quien pese

tal vez a mí mismo.

de Francisco Cenamor,
en Asamblea de palabras, Ediciones Vitruvio, 2007.

domingo, 22 de noviembre de 2020

horizonte

horizonte

debe ser grato contar con un horizonte soleado
distinguir nítidamente el contorno del paisaje
nuestros horizontes no tienen contornos claros
y sin embargo hacia allá vamos

de Félix Sánchez Durán,
en Somos, Ferrero/Hartmann, 2020.

sábado, 21 de noviembre de 2020

Golpe de estado

Golpe de estado

Compañera, otro golpe de falsa democracia:

Porque ya no soy joven y está lejos la gloria,
un desorden de arrugas se perfila,
se adivina un abismo.
Todo cuanto busqué yace arrasado
al pie de la tormenta.

La esclavitud se juega en los casinos.
En los jardines mandan los piratas,
no permiten el tránsito de un credo.
Profetas y vigías agonizan
bajo la luz violeta de los faros.
Parecen lázaros en la espesura.

Mírame claudicar en la marea
de ambulancias y vida sin vivir.
Sólo persigo el centro del exilio:
tu mano, un remolino de sirenas.
Quizá el naufragio, sí, sólo el naufragio.

21 de noviembre de 1975.
España está de cava y luto. Franco ha muerto.

De Isabel Pérez Montalbán,
en Entre los Poetas Míos... - Colección Antológica de Poesía Social Vol.15, Biblioteca Virtual Omegalfa, 2013.

viernes, 20 de noviembre de 2020

Un hombre tras las rejas 3 NO...

 3

NO ¡No quiero estar aquí! ¡Venid, soltadme!
Quiero salir y respirar. Quiero ser libre.
Quiero andar los caminos abiertos. Mi camino.
Elegirlo yo mismo, como se elige un futuro:
"Este es el que yo quiero, sí". Y cogerlo.
Quiero andar mi camino y ser mi propio dueño.
Quiero salir, soltarme, desligarme,
salvar estos barrotes, liberarme.
No quiero estar aquí. ¿No oís? ¡No quiero!
Quiero ser como el viento, que va y viene silbando
y nada lo detiene, ni siquiera las rejas.

Verdugones de odio se enroscan a mi espalda.
No quiero estar aquí. ¡Venid, soltadme!
Quiero reconocerme afuera. Saber que soy yo mismo,
saber que no estoy muerto.
Quiero sentir que vivo. ¿No oís? Sentir que vivo.
¡Arrancadme estas rejas que me cercan!
Quiero ser libre, lo mismo que los pájaros.
¡Arrancadme estas rejas! ¡Destruidlas! ¡Quebradlas!

Quiero andar los caminos abiertos. Mi camino.
Quiero salir y respirar. Soltarme. Desligarme.
Quiero sentir que vivo, que vivo todavía.
¡Arrancadme de aquí! ¡Venid, soltadme!
Quiero ser libre. ¿No entendéis? Quiero ser libre.
Quiero ser libre. Libre. Libre. LIBRE.

de Carmen Natalia (Martínez Bonilla),
en Un hombre tras las rejas, Brigadas Dominicanas, 1962.


jueves, 19 de noviembre de 2020

Mi pueblo

Mi pueblo

La noche es bella,
como el rostro de mi pueblo.

Las estrellas son hermosas,
como los ojos de mi pueblo.

Hermoso también el sol,
hermoso, sí, como el alma de mi pueblo.

de Langston Hughes,
en Entre los Poetas Míos... - Colección Antológica de Poesía Social Vol.77, Biblioteca Virtual Omegalfa, 2014.

miércoles, 18 de noviembre de 2020

CREO EN LA VIOLENCIA...

CREO EN LA VIOLENCIA
que alcanzan dos cuerpos al acercarse
por necesidades distintas.
En el retiro de esos cuerpos
de circulación
cuando la guerra está en el clímax
de la diplomacia.

Esa clase de amor
donde uno se apodera del otro
con la excusa de la paz.
Y las viejas ideas
no dan su brazo a torcer.

Piedras que golpean otras piedras
río abajo.

de Ernesto González Barnert,
en Ningún hombre es una isla, Buenos Aires Poetry, 2019.

martes, 17 de noviembre de 2020

El bosque

El bosque

¿¡cuántas veces somos
nosotros mismos
el árbol que nos tapa el bosque!?

he soñado con filósofos
con quienes terminaba en el parque
mirando el cielo y las estrellas

he soñado con poetas
con quienes terminaba en bares
chupando mis penas
- y teniendo sexo con cualquiera -
la bohemia

he soñado con compañeros de militancia
con quienes terminaba a las trompadas
hechas
                           y derechas

Por Félix Sánchez Durán.

TODXS LAS PATAS ENFUENTADAS

 TODXS LAS PATAS ENFUENTADAS

Las patas en la fuente
Las patas en la alfombra
Las patas en el cielo
Las patas en el barro
Las patas en el sótano
Las patas en el sueño
Las patas en los choris
Las patas en las vísceras
Las patas en el tango
Las patas en el country
Las patas en el agua
Las patas en la fábrica
Las patas en el fuego
Las patas en las urnas
Las patas en el parquet
Las patas en la mierda
Las patas en el salón
Las patas en el trigo
Las patas en los traidores
Las patas en las masas
Las patas en los leales
Las patas en la izquierda
Las patas en el vino
Las patas en la derecha
Las patas en alpargatas
Las patas en los libros
Las patas en el hambre
Las patas en el cajón
Las patas en la verdad
Las patas en el clero
Las patas en la realidad
Las patas en la mentira
Las patas en el cadáver
Las patas en la memoria
Las patas en lo surreal
Las patas en la desmemoria
Las patas en la revolución
Las patas sobre el capital
Las patas en la Historia
Las patas de la Bonaerense
Las patas del pato
Las patas en los gorilas
Las patas con olor a patas
Las patas en la sopa
Las patas en la poesía

de Julián Axat,
en Poemas de la Resistencia, Poetas Peronistas/Clara Beter Ediciones, 2016.

El cumpleaños del mundo

El cumpleaños del mundo

En el cumpleaños del mundo
empiezo a considerar
lo que hice y lo que dejé
de hacer, pero este año
no hay tanta reconstrucción

de mi psiquis con daño
permanente, apuntalando amistades
erosionadas, desenterrando los
tocones de antiguos resentimientos
que se niegan a arraigar por su cuenta.

No, este año me quiero llamar
a mí misma y amonestarme por
lo que hice y por lo que no hice
por la paz. ¿Cuánto me atreví
a oponerme?

¿Cuánto puse
en juego por la libertad?
La mía y la de los otros.
Mientras a esas libertades las pelan,
pican y rebanan, ¿dónde

me pronuncié? ¿A quién
traté de movilizar? En
esta estación sagrada, me pongo de pie
para autocondenarme por mi pereza
en una época en la que las mentiras asfixian

la mente y la retórica
somete la razón al deslizarse
de sus boas constrictoras. Aquí
me paro ante las puertas
abiertas, ante el fuego que

me encandila, y mientras me aproximo
a lo que me juzga, me juzgo
yo. Denme las armas
de destrucción mínima. Dejen que
mis palabras se transformen en chispas.

de Marge Piercy,
en Entre los Poetas Míos... - Colección Antológica de Poesía Social Vol.125, Biblioteca Virtual Omegalfa, 2018.

nueva huida hacia adelante

nueva huida hacia adelante
(poemas de cansancio y disidencia)

adulto aún joven
treinta y tantos años
busca proyecto ilusionante
para volver a empezar de nuevo
abstenerse los de siempre

de Francisco Cenamor,
en Asamblea de palabras, Ediciones Vitruvio, 2007.

lunes, 16 de noviembre de 2020

Un hombre tras las rejas 2 QUIEN...

2

QUIEN me quebró los huesos y me cercó de rejas?
¿Quién alzó los barrotes entre mis manos y la vida?
¿Quién me encerró en la sombra
y me hizo ajeno y solitario y triste?
¿Quién me aisló como a un monstruo?
¿Quién? ¿Quién me cercó de rejas?

¡Ah, los cobardes! Siempre los cobardes.
No es por odio que me encierran. Es por miedo.
Miedo de mí. No de la fuerza de mis manos rotas,
sino miedo terrible de mis ojos abiertos.
Miedo de que les vea la maldad en el pecho.
Miedo de que les mire la ponzoña escondida.
Miedo de que les grite a la cara: "¡Cobardes!"
Miedo de que les grite la verdad, cara a cara.

¡Ah, los cobardes! Siempre los cobardes.
No es por odio que me encierran. Es por miedo.
Era más fácil levantar barrotes
y quebrarme los huesos y encerrarme en la sombra.
El hombre tras las rejas. Vencido. Aniquilado. Destruído*.
Ciegos mis ojos. Sordos mis oídos.
Enterrado con vida como si fuera un muerto,
con las órbitas llenas de gusanos.
¡Ah, los cobardes! Siempre los cobardes.

de Carmen Natalia (Martínez Bonilla),
en Un hombre tras las rejas, Brigadas Dominicanas, 1962.
*Del original.

domingo, 15 de noviembre de 2020

50-50

50-50

Estoy solo en este mundo, exclamó,
no tengo a nadie con quien compartir mi cama,
no tengo a nadie a quien coger la mano-
La verdad pura y simple es
que yo no tengo a nadie.

Big Boy abrió la boca y contestó:
Su problema consiste en que
usted no tiene cabeza.
Si la tuviera y usara su mente
usted podría tener compañía
siempre.

El otro respondió: Babe, ¿Qué debo hacer?

Y éste repuso: Comparte tu cama
pero también tu dinero.

de Langston Hughes,
en Entre los Poetas Míos... - Colección Antológica de Poesía Social Vol.77, Biblioteca Virtual Omegalfa, 2014.