Las palabras necesitan de un contexto histórico, político, social, cultural, económico y biográfico para significar. Exhorto a lxs lectorxs/militantes a realizar un viaje de conocimiento acerca de lugares, tiempos y autorxs para enriquecer la experiencia literaria que propongo en este espacio. Gracias.

jueves, 31 de diciembre de 2020

El corte bajo la piel

El corte bajo la piel

Bajo la piel el abismo
el corte inaplacable
no podemos verlo y sabemos que está ahí
va siendo la única cosa que sabemos

El invisible corte omnipresente
supura día y noche
todo lo que no queremos ver oír recordar
y la piel se deforma

Cuando en el mundo existe un campo de concentración
el mundo es campo de concentración

Cuando una niña es asada viva a fuego lento
crepita en las llamas todo lo que tiene valor

Cuando las decisiones del gobierno implican crímenes
los gobernantes son asesinos

pero qué tonterías digo

qué necio soy

Yo era un tonto y lo que he visto también me ha hecho dos tontos
siete tontos
cincuenta tontos
cuarenta millones de tontos
seis mil millones de tontos antes del año dos mil.

de Jorge Riechmann,
en El corte bajo la piel, Editorial Bitácora, 1994.

miércoles, 30 de diciembre de 2020

SOÑAR, SOÑAR SIEMPRE

SOÑAR, SOÑAR SIEMPRE

Has jugado y perdiste: eso es la vida.
el ganar o perder no importa nada;
lo que importa es poner en la jugada
una fe jubilosa y encendida.

Todo lo amaste y todo sin medida.
¿Cómo puedes sentirte defrauda
si fuiste por amor crucificada
con un clavo de luz por cada herida?

Sobre urdimbres de olvido van tejiendo
lanzaderas de ensueño otra esperanza
de un morir cotidiano renaciendo.

Porque un nuevo entusiasmo nos trasporta
a otro ensueño entrevisto en lontananza
y en la vida, el soñar, es lo que importa.

de Lucía Sánchez Saornil,
en Poemas, Starm1919/elsetaproducciones, S/F.

martes, 29 de diciembre de 2020

Pecios

Pecios

En un lejano banco de arena,
encallada está mi barca
con toda su proa rota,
sin poder ya navegar.

En un lejano banco de arena,
gastada se halla mi canción-
pero es recogida por la brisa marina
que la dispersa.

de Langston Hughes,
en Entre los Poetas Míos... - Colección Antológica de Poesía Social Vol.77, Biblioteca Virtual Omegalfa, 2014.

lunes, 28 de diciembre de 2020

No se trata de puchos

No se trata de puchos

y uno piensa...

para combatir el tabaquismo
se regularon los personajes fumadores
desaparecieron paulatinamente los personajes fumadores
de los estudios de Hollywood
y del mundo
porque así creían
colaboraban
pero no se regularon los personajes que asesinan
pero no se regularon los personajes que estafan
pero no se regularon los personajes machistas
pero no se regularon los personajes egoístas
pero no se regularon los personajes imperialistas...

se defenderán del otro lado:
no mostramos personajes sentados
horas y horas frente al televisor
y allí los tienen

Por Félix Sánchez Durán.

domingo, 27 de diciembre de 2020

niños y niñas

niños y niñas
(asamblea de palabras)

estás y ya no estás
dicen que hay muchos niños
que mueren de hambre cada día
estás y ya no estás

y otros niños nacen cada mañana
como las nubes que no sabes donde
qué tierras mojarán

a veces hay nubes que están
en el cielo mucho tiempo
y un día ya no están
como los niños que a veces ya no están

pero el agua que dejaron las nubes
pueblan cada tierra de raíces
como los niños muertos

de Francisco Cenamor,
en Asamblea de palabras, Ediciones Vitruvio, 2007.

sábado, 26 de diciembre de 2020

DIOS

DIOS

Creer en Dios es nieve y se derrite
sobre el hombro cansado de la espera.
Creer en Dios, ¡ay Dios!, qué fácil era,
pero el eco de Dios no se repite.

Dando traspiés el alma, caes y te
levantas, ¡qué remedio!, y ni siquiera
duele. ¿Dónde anda Dios? Si lo supiera...
y Dios sigue jugando al escondite.

Esperemos. Silencio de Dios suena
en la oquedad del hombre. Siegan hoces
de frío el frágil vuelo de aquel ave

que distraía el paso a la cadena.
Tengo miedo y escucho. Suenan voces.
Serán de Dios. No sé. Cualquiera sabe.

de Manuel Alcántara,
en Poesía Religiosa - Antología (Leopoldo de Luis), Alfaguara, 1969.

viernes, 25 de diciembre de 2020

DEJAD AL NIÑO QUIETO...

DEJAD AL NIÑO QUIETO...

Alejaos...
Dejad al niño quieto
sobre el establo...

Tanta ternura y mentira,
¡todo eso al diablo!
Dejad al niño quieto
sobre el establo...

Alejaos...
que al niño no le gusta
tanto regalo
que no quiere la Virgen
dinero falso...

Dejadlo
                  que está bien
                                        sobre el establo...

de Víctor Manuel Arbeloa,
en Poesía Religiosa - Antología (Leopoldo de Luis), Alfaguara, 1969.

NAVIDAD NEGRA

NAVIDAD NEGRA

Sobre la estera de palma
ha nacido un niño negro.
La carne blanda, y la piel
como una noche de invierno.

Cerrad esa risa loca,
apagad la luz y el jazz,
que no le quiten la piel
que le van a hacer llorar.

La madre es negra, y los dientes
blancos como los luceros,
el padre, un negro robusto,
sin corbata ni sombrero,
con la cara ensangrentada
y con los puños abiertos.

Cerrad esa risa loca...

Sobre un pesebre de paja
ha nacido un niño negro.
La virgen negra, y los dientes
blancos, como los corderos.

San José un negro robusto
lleva el dolor al destierro...

Cerrad ese llanto amargo
que Herodes lo va a encontrar,
que no le quiten la piel
que le van a hacer llorar.

La nieve es negra en Arkansas
y los pastores son negros.

Los reyes traen de Arabia
en un navio negrero
siguiendo una estrella negra
dólares y cocos frescos.

Cerrad esa risa loca,
apagad la luz del jazz,
que no le quiten la piel
que le van a hacer llorar,
que le van a hacer llorar...

de Víctor Manuel Arbeloa,
en Poesía Religiosa - Antología (Leopoldo de Luis), Alfaguara, 1969.

jueves, 24 de diciembre de 2020

SALMO

SALMO

Una planicie larga
Bajo la luz del sol. El infinito
Pesa en el corazón como una carga. . .
¡Cuán grande fué nuestro delito!

Fatigado, errabundo,
Así como bazofia mal oliente
Que despreciara un can, solo en el mundo.
Nos encontramos, frente á frente.

La veste inmaculada,
Crisol de sus ensueños, ya no era
Sino una roña vil, harapo, nada...
Menos que triunfo, ni bandera.

Aparté sus cabellos
Para reconocerle, poco á poco,
Y un perfume de nardo brotó de ellos...
Jesús de Nazareth, el loco.

—¡Señor!... ¡Señor!... —le dije
¿Adónde vas?... Extático, siniestro
¡Ah, yo no sé qué rebelión maldije
Sobre la cara del Maestro!

Pronuncié con cariño
Su bello, triste, suspirado nombre,
Como lo pronunciaba cuando niño...
—En pos de la verdad, el hombre.

Y, corrido un instante,
En un postrer esfuerzo, con la mano
Me señaló la inmensidad delante...
¡El llano siempre, siempre el llano!

Iba á Jerusalém.

Como en un sueño.
Cruzaba por mi mente la odisea;
En el pesebre luz, sombra en el leño...
Jesús de Galilea.

Un manto y una caña...
Este es aquel demoledor, que un día
Tronara su gran verbo en la montaña...
¡Dios te salve, María !...

Verbo de amores santo,
El de las madres débiles y buenas...
¡Lástima que su amor no odiara, tanto
Como el amor de madre de las hienas!

Adelante, la sombra, como un velo;
Arriba, el cielo azul... ¡Poeta errante,
Ensimismado en contemplar el cielo
Se olvidó de mirar para adelante!...

Le reanimé gozoso;
Me miró dulcemente, como á un hijo
Y, más que con la voz, con un sollozo:
—¡Ah, tú también me abandonaste!... —dijo.

Sí, también yo!... —Le contesté.— ¿Qué duda
Ensombreció su espíritu de hierro
Al verse solo, en la planicie muda,
Abandonado como un perro?...

Iba á Jerusalém... ¿Para qué iba?
¿Para de nuevo repartir sus dones,
Y rotular de sátrapa al escriba
Y á los burgueses de ladrones?...

Solo, sin fe, sin clava
La hermita obscura, túrbida la fuente...
¿Era que la Verdad necesitaba
Crucificarlo nuevamente?

—Yo —le dije— Maestro, soy el mismo:
Mezcla de amor intenso y odio intenso;
Un hereje que lleva tu bautismo
Y que está perfumado con tu incienso.

Solamente que ahora
La Verdad fijó rumbos á la prosa...
Y ya no creo en nada
Porque creo en el hombre. Como un velo
Era tu religión á mi mirada:
Más que inconmensurable, indefinida...
¡Ah, porque me dejaba ver el cielo
Pero no me dejaba ver la vida!

No hay más allá. Divinizado el hombre
Lo deshumanizaste. Solamente
Tuyo ha sido el error... ¡error sin nombre.
Tratándose de tí, clarovidente!

¡Contempla qué lejano
El horizonte azul!... Allá, muy lejos
Hay también hombres viejos
Que mendigan el pan...

La tierra toda
Se engalana de flores
Como la prometida de una boda
Eternamente festejada.
Observa
Qué leve desparramo de colores
Matiza el terciopelo de la hierba...

Y todo tiene dueño todavía...
¡Veinte siglos después!
¿En qué agujero
No ladra, poderosa, la jauría?
¿A dónde irá Ashavero
Maldito de los dioses?...
Es preciso
Reivindicar al hombre con la tierra,
No con el paraíso.

Un nuevo ideal; que encierra
La síntesis del tuyo, Nazareno,
Irradia ya, lo mismo que una aurora.
Gloriosamente bueno.

Libertad, libertad!... Esa obsesora.
Ingenua libertad que ríe y llora
En la carita de los niños... esa
Que es sensación de vértigo en la cumbre,
Gorjeo en la calandria, lejanía
En la llanura silenciosa...

Opresa
Hoy como ayer está la muchedumbre,
Pero, sabe que un día...
Rotos los eslabones en pedazos
Levantará los brazos!

No ya para los justos el castigo,
Porque si esa es la ley... ¡yo la maldigo!
De pie, sin un lamento,
Por el amor, el odio, hasta que sea,
¡Y por la libertad el escarmiento,
Con el hacha y la tea!

Eso se necesita
¡Dinamita, maestro, dinamita!

de Federico Gutiérrez,
en Nuestro Parnaso - Colección de Poesías Argentinas (Cuarto Volumen), Ernesto Mario Barreda/Ediciones M. Gleizer, 1914.

miércoles, 23 de diciembre de 2020

VENGO DE CUATRO CAMINOS

VENGO DE CUATRO CAMINOS

Vengo de Cuatro Caminos.
De Cuatro Caminos vengo.
Mis ojos que ya no lloran,
los traigo de sangre llenos;
sangre de un chiquillo rubio
que he visto roto en el suelo;
sangre de una mujer joven;
sangre de un viejo muy viejo;
sangre de muchos, ¡de muchos!,
confiados, indefensos,
caídos bajo las bombas
de los piratas del cielo.
Vengo de Cuatro Caminos,
de Cuatro Caminos vengo.
Traigo los oídos sordos
de blasfemias y lamentos.
—¡Ay, chiquitín, chiquitín!
¿Qué les hiciste a esos perros
para que así te destrocen
sobre las piedras del suelo?
—¡Ay, ay, ay, madre, mi madre!,
¿por qué han matado al abuelo?
—Porque son hijos de loba
y de lobo carnicero;
porque llevan en las venas
sangre de burdel y cieno;
porque nacieron sin padre
dentro de su regimiento.

Un «¡Caso en Dios!» corta el aire
hacia la farsa del cielo.

(Romancero de la defensa de Madrid)

de Antonio Agraz,
en Poesía como un arma (Mariano Garrido Selección), Ocean Sur, 2008.

martes, 22 de diciembre de 2020

Cuatro poemas

  Cuatro poemas

a) Sin habla

Por qué escribes
aún
poesías
si con este método
siempre sólo
alcanzas minorías
amigos me preguntan
impacientes
cómo con sus métodos
siempre sólo alcanzan minorías
y no tengo
respuesta para ellos

b) Cuidado con las enfermedades infantiles

En los primeros años
de la reconstrucción
domina aún a veces
una lamentable escasez
de artículos de lujo
Cuidado:
lo que en el consumo se vende
como genuina piel de lobo
lo habían llevado
sólo que disimulando
nuestras ovejas negras.

c) Oído

¿Cómo hemos de poner los oídos
para      ante el abismo de la derrota
oír ya algo de victoria?

Y si hemos aprendido esa postura
¿qué oímos entonces
en el fragor de la victoria?

d) Trabajo práctico

Para
enseñar     a hablar
a los tartamudos
como uno de los suyos
aprendí a tartamudear con fluidez
¿Por qué
me rompen los huesos?

de Erich Fried,
en Antología Dispersa, Biblioteca Libre Omegalfa, 2008.

lunes, 21 de diciembre de 2020

No se trata de una llamada telefónica

No se trata de una llamada telefónica

sonó el teléfono
atendimos
número equivocado
y aunque sabíamos que estaba equivocado
la segura voz del otro lado
nos hizo desistir de nosotros mismos
y cumplir otro papel
otro libreto:
reíamos
rememoramos anécdotas
en que no estuvimos
y nos despedimos
afectuosamente

sonó el teléfono nuevamente
atendimos
era nuestra madre:
"número equivocado"

de Félix Sánchez Durán,
en Somos, Ferrero/Hartmann, 2020.

domingo, 20 de diciembre de 2020

el monopolio...

el monopolio
se ha excedido
todos los signos
de todos los horóscopos
dicen lo mismo

Por Félix Sánchez Durán.

Un día como hoy...

Un día como hoy
Todas las personas egoístas del planeta
Abordarán una nave
Y se dirigirán al sol /
No soportan no ser
En centro del mundo

Por Félix Sánchez Durán.

sábado, 19 de diciembre de 2020

Propietarios

Propietarios

Porque no poseemos nada,
ni siquiera la vaga sombra de futuro
que a nuestra infancia responsable pervertía.
Porque no somos dueños de nada,
ni aun del propio dolor
que con asombro hemos mirado tantas veces.
Porque, sin duda, tener no es lo nuestro,
y sí soñar desesperadamente
que todo lo tenemos al borde de la mano,
de esta tozuda mano que nos nombra
con más rigor que un apellido.
Dueños de desearlo todo: qué tristeza.
Dueños del miedo, el polvo, el humo, el viento.

de Francisca Aguirre,
en ...Y la culpa no era mía - Antología de Poesía Feminista, Biblioteca Omegalfa, 2020.